Historia cancelada Eternidad ~ Capítulo 4: Okiya moderna.

[Niwolita 668]

Sobre la historia:

¡Hola a todos! :)

No tengo mucho que decir sobre esta historia, realmente preferiría no adelantar nada. Solo diré que los primeros capítulos son el pasado de Sara, estos conducirán hasta el momento presente. Su finalidad es explicar qué ocurrió para que esté en ese momento.

Índice:

Capítulo 1: Así fue.

Capítulo 2: Nuevo camino.

Capítulo 3: Mansión Mawson.

Capítulo 4: Okiya moderna.

Capítulo 1: Así fue.

"Dicen que la vida tiene un comienzo y un fin, que cada acción tiene una consecuencia, que cada camino que tomas puede cambiar tu destino. Dicen que es muy fácil equivocarse, muy fácil arruinar tu futuro, muy fácil alejar a la gente que te rodea. Dicen que hay reglas que rigen la vida que llevas y llevarás, y aún sin nacer, ya existe un camino delimitado para ti, del que no podrás salir. ¿Es todo esto cierto?" - la imagen del espejo no se movía, me miraba calmada e incluso divertida.



"Si tan solo supiera cuál es el camino que tengo que seguir, si realmente estuviera segura de que mis acciones podrán llevarme a ese destino que está ahí para mi. Pero no. No sé nada, no sé qué hacer. No soy buena para algo en específico, no tengo a dónde ir, no sé qué hacer" - aparté la mirada del espejo, aborrecía mi imagen serena, cínica, falsa.



Mi mente se transportó a varios años atrás, cuando todo parecía tan claro. No era la persona más feliz del mundo, pero tenía bien planificado lo que tenía qué hacer o al menos eso creía. Era simple. Terminar de estudiar, casarme, darle nietos a mi madre, y envejecer a lado del que sería mi marido. Simple, tranquilo, perfecto. Sin sobresaltos, sin problemas, sin nada diferente a aquello que me inculcaron, a lo "normal".

"Si fuera tan fácil..." - suspiré y sonreí amargamente, aún serena por fuera, caótica por dentro, mientras pensaba en ese momento en el que todo comenzó.

★ ★ ★

10 años atrás.

-¡Woooow! - sonreí, mirando el cielo. - ¡Mamá, hay un sol precioso!



-No te emociones mucho que ya casi está la comida. - dijo con frialdad mi madre.

"Para variar un poco, las pocas ganas de disfrutar la vida de mamá" - pensé, mientras miraba a los vecinos jugar con un...

-Mamá... ¿cómo se llama ese plato gigante lleno de agua?
-Deja de estar de curiosa y ven a ayudarme a poner la mesa.

Miré con tristeza cómo se divertían. Yo también quería reír así.



"Quisiera poder meterme a uno de esos platos" - pensé, mirando el suelo - "Quizás los venden en esos lugares donde va mamá a hacer las compras, podría preguntar en la escuela también... Sería divertido poder meternos ahí con mamá, y salpicarnos agua como esa familia. ¡La pasaríamos demasiado bien!"

Suspiré.

"Deja de fantasear, sabes que eso nunca pasará".



-¡SARA, PON LA MESA DE UNA VEZ!
-Sí, mamá.

Me apresuré en ir a poner la mesa, intentando parecer tranquila, pero era pésima si se trataba de encerrarme en una coraza que escondiera cada uno de mis sentimientos. Solo podía decir que me dolía la cabeza, el estómago, o quién sabe cuántas partes del cuerpo al mismo tiempo.

-Vamos a bendecir los alimentos - dijo mi madre, mientras cerraba los ojos.

Empezamos a comer en silencio, para variar. La comida estaba horrible.

-¿Qué pasa? - dijo mi madre, con seriedad.
-N~nada - respondí, intentando sonreír.



- Tú sabes que mentir es pecado, Sara.
-N~no te miento, solo me duele un poco l~la... pierna.
-Eso es porque intentas correr y hacer esas cosas extrañas en la escuela. Te he dicho que las mujercitas no andan corriendo como caballos.
-S~sí, perdón.
-¡Nada de perdón! He hablado muchas veces con ese... "señor" que imparte ese curso. No permitiré que mi hija ande haciendo quién sabe qué alrededor de quién sabe quiénes. - hizo la señal de la cruz, mientras se metía otro bocado de comida a la boca y hacía un ademán de que debía comer también. Obedecí.



-Termina de comer, lava los platos y haz los deberes. Yo iré a tomar la siesta de las 3, despiértame a las 4 en punto. ¿Entendido?

Moví la cabeza en señal de sí, mamá se levantó y se fue a la habitación que compartíamos. Me levanté a lavar los platos y escuché la puerta cerrarse. Fui hacia el escritorio de madera astillada y me dispuse a hacer los deberes, mientras esperaba que mamá durmiera.



Miré el calendario de la primera página. Había dibujado un pequeñísimo punto en el día de hoy. Me sobresalté.

"Hoy..." - hice un pequeño cálculo mental y me emocioné más de lo que podía controlar. Miré el reloj que estaba sobre la puerta de entrada. Sabía que mamá demoraba entre 10 a 15 minutos en quedarse profundamente dormida. Mientras eso pasaba, iba a adelantar los deberes para matar el tiempo un poco. Contuve la sonrisa y me exasperé un poco por tener que esperar.



Intentaba concentrarme en la historia medieval, pero simplemente no podía. ¡Luego de tanto tiempo nos íbamos a encontrar!

Miré el reloj, habían pasado 10 minutos. Cerré el libro y comencé a transpirar. El corazón me latía fuerte y me temblaban un poco las manos. Miré la puerta de la habitación, aún cerrada. Me paré de la silla con lentitud, rogando por no hacer ni un solo ruido. Tenía miedo y demasiados nervios.



Caminé hacia la puerta, arrastrando los pies cada vez más lento y la abrí con una paciencia infinita. Salí de puntitas y una vez fuera tomé una gran bocanada de aire.



Dejé la puerta junta, pues mamá nunca me daba llaves. Caminé por la madera vieja arrastrando los pies para evitar que cruja, bajé los escalones, sufriendo en cada chirrido que hacían y finalmente estuve fuera, pero demasiado cerca. Miré hacia el horizonte, esperando que ahí estuviera.

"Por favor, no me falles" - pensé.

Y ahí estaba.



Comencé a correr entusiasmada, quería preguntarle tantas cosas y que me tratara de esa manera tan especial.

"¿Y si ya no sentía nada por mi?" - un nudo se adueñó de mi garganta, y el miedo inundó cada parte de mi ser - "Por favor, no."



Llegué hacia donde estaba, miré su cabello rosa, perfectamente peinado hacia arriba y un cosquilleo recorrió mi espalda.

-Eva - pronuncié.

Volteó y me miró directamente, sonriendo.

-¿Cómo estás preciosa? - hizo un gesto suyo, que le aumenta seguridad a su imagen. Me puse nerviosa.
-Y~yo... b~bien. Creí que no iba a verte de nuevo, t~te ex~extrañé. - las palabras salieron atropelladas de mi boca y ella se rió sonoramente.



-Te dije que volvería por ti, no podría dejarte.

Una corriente eléctrica recorrió mi espalda, solo ella me hacía sentir así. Se acercó hacia mi y me miró directamente.

-Volví para llevarte, Sara.

Una risita nerviosa provino de mi boca y comencé a sudar. Mis lentes se empañaron y me los saqué para acomodarlos.

-Debe ser broma... - susurré.



-No lo es - me miró seria, algo poco común en ella - Esta noche me voy lejos, a una ciudad llena de oportunidades para las personas como tú, o como yo. El grupo de amigos con los que estuve viviendo me llevarán, nos vamos todos. No pienso volver, y no quiero dejarte. Significaría mucho que vengas. En este pueblo ya no me queda nada más, eres todo lo que me importa.

Nos quedamos calladas. Habían pasado 2 años desde que Eva me había hablado por primera vez, ella había sido mi primera amiga, la primera persona en decirme hermosa, mi primer beso, mi consejera, y quien siempre me trataba diferente, me trataba bien. Mamá decía que ella era una pecadora en este mundo, que tenía un estilo de vida liberal y mal visto, que no podíamos ser amigas. Desde entonces la veía en secreto, excepto durante los 3 meses que ella estuvo lejos, que me dejó sola y sin nadie más. ¿Realmente debía ir con ella?

La miré asustada, ella parecía tranquila.



-Si lo que te preocupa es tu mamá, solo debes decirme Sara.

"Me preocupan muchas cosas..." - pensé, mirando a otro lado.

-Mira - sacó una bolita blanca de su bolsillo - con esto tu mamá se dormirá por lo menos 12 horas. Solo ponlo en alguna bebida.
-¿Q~qué?
-¿Vendrás conmigo, Sara?

Me mordí el labio.

-S~sí - dije, mientras me temblaba la voz.



-¡No te arrepentirás, nena! - gritó, mientras se lanzaba hacia mi - ¡Te lo prometo! Todo será muy distinto.

Las dudas me carcomían, pero ya no había marcha atrás. La abracé fuerte.

Editado 21 jul 2015 por Niwolita

[Camiii 2.345]

Me place ser la primera en comentar

Pinta muy bien la historia y el personaje de Sara promete. Creo que con Eva son más que amigas, y que de ahí le vendrán problemas con su mamá, pero solo siguiéndola saldré de dudas, espero que con esta historia no tengas problemas.

Me alegro de que estés de vuelta Niwolita

[Cat M 38]

Muy interesante y bien relatado. Te seguiré. Y yo también creo que Sara y Eva son más que amigas...

[Merchedj 3.915]

Me gusta cómo ha empezado la historia y está muy bien relatada. ¡Vaya madre que tiene la pobre Sara!. Espero que se vaya porque a donde quiera que sea, no será peor que vivir con esa esclavitud. He leído los comentarios anteriores, y sí son más que amigas. Lo dice claramente refiriéndose a Eva: "mi primer beso", entre otras cosas.

[albskwalker 275]

Me ha intrigado bastante, te seguiré

[fuerzacr03 37]

Intrigante e interesante, continúa para saber que sucedió con las dos jóvenes. Sara es muy bonita la protagonista, y que tuvo una madre muy oscura, intachable e arrogante.

[Niwolita 668]

Muchas gracias a todos por sus comentarios. Es probable que en la noche o mañana esté publicando el segundo capítulo. :)

[Liyah 2.269]

¡Me gusta mucho como ha empezado tu historia! La verdad es que promete ^^. Me gustan los personajes y el inicio atrapa bastante .

También me gusta como está escrita, espero pronto el próximo capítulo

[Niwolita 668]

¡Me gusta mucho como ha empezado tu historia! La verdad es que promete ^^. Me gustan los personajes y el inicio atrapa bastante .

También me gusta como está escrita, espero pronto el próximo capítulo

¡Gracias!

Y gracias también por pasarte por aquí. :3

[Niwolita 668]

Capítulo 2: Nuevo camino.

Regresé a casa corriendo luego de hablar con Eva, entré con mucho cuidado y cerré la puerta con una paciencia eterna. Miré hacia mi mano derecha, donde tenía la pequeña bola blanca. La apretaba fuertemente con el puño cerrado y esta parecía haberse hecho polvo. Eva me había dicho que debía colocarlo en un vaso con agua o cualquier líquido y luego dárselo a mamá. Según ella, en menos de lo que canta un gallo haría efecto.

Tenía miedo, debo admitirlo. No abrí el puño hasta que tuve la oportunidad de estar en la cocina. Incluso sentí como se adormecía y no podía controlarlo, cambié el polvo de mano, mientras me temblaban los brazos y hacía todo lo posible por no esparcirlo por todos lados. Entonces sucedió. Llegó el momento de poder prepararle algo líquido a mamá, como cada noche.

"¿Realmente estoy haciendo lo correcto?" - pensé, mientras colocaba el polvo en un vaso con leche.

Realmente quería estar con Eva, no podía soportar ni siquiera pensar en que me dejaría sola. Estos tres meses sin ella habían sido muy tristes, no había reído ni una vez. Quizás podría decirle a mamá que quería mudarme, y Eva podría esperar a que termine la escuela. Quizás podría mantenerme obediente y luego salir a descubrir el mundo y esa ciudad de la que me habló Eva. Donde habían oportunidades, y seguro también habían platos llenos de agua para salpicar, y muchos árboles verdes como aquí. Debía ser por completo hermoso.

-¡Sara! - gritó mamá, sobresaltándome. Voltee a mirar hacia la puerta de la cocina, mientras la escuchaba levantarse del sofá y caminar hacia aquí - ¡¿Por qué demoras tanto?! Niña, andas muy distraída.

Entró como una ventisca de invierno, helando cada parte de mi ser y me miró de pies a cabeza como solía hacerlo.

-¿Por qué te quedas ahí parada con la leche en la mano en lugar de llevarla hasta la sala?

-Eh... - me aturdí ante sus palabras autoritarias.

-La verdad que cada vez estás más rara, el padre Arturo dice que es una fase y que tengo que poner mano dura - me quitó el vaso de leche de la mano, haciéndome temblar - bien sabe que estoy haciendo todo lo posible, pero tú estás cada día más extraña y yo no sé que hacer. Mañana iremos a la misa y hablaremos las dos con el padre, sería ideal que comiences a hacer algún servicio ahí, y quizás podríamos anotarte en un seminario.

Mamá comenzó a reír. La idea parecía encantarle.

-Eh... ¿qué es un seminario? - pregunté.

-¡SE VE QUE EN ESA ESCUELA NO TE HAN ENSEÑADO NADA, INÚTIL IGNORANTE! - explotó.

-Mami, por favor, solo preguntaba, por favor no te molestes, mami, por favor.

-Cállate, no me pidas por favor que yo no estoy para hacerle favores a nadie en esta Tierra.

Me empujó hacia un lado y caminé hasta acercarme a la salida de la cocina, ella se acercó a la nevera, la abrió mientras recorría con la mirada todo lo que había en esta. Hizo un gesto de descontento y luego la cerró. Miró el vaso de leche y sentí una corriente eléctrica recorriendo mi columna, acto seguido, lo acercó a sus labios, bebiendo un gran trago. El miedo se adueñó de mi, sentí la necesidad de decirle que no lo tomara, que me iba a ir, que no se moleste, que por favor no me odie, que me diga que es un seminario y que me quiera. Que por favor, me quiera.

-Está muy buena - dijo, mientras volteaba a mirarme - pero sé que no es por ti, el granjero a quién se la compré tiene unas excelentes vacas. Le compraré mantequilla y queso también.

La miré agobiada, asustada, confundida, mil emociones juntas, no podía mantenerme serena, no podía mostrarme diferente a como estaba, luchaba contra mis emociones y no podía hacer nada para calmarme. Ni pensar en Eva podía hacerme sentir tranquila.

Mamá me miró con una expresión que no había visto jamás. Caminó hacia mi y sentí que me encogía ante su mirada.

"Lo sabe" - pensé, mientras temblaba - "Lo sabe todo."

La vi salir de la cocina, y suspiré de alivio. Luego volteó y el miedo se adueñó de mi. Contuve la respiración.

-No olvides dejar todo limpio - indicó, mientras ponía el vaso vacío en mi mano - lava el vaso.

Dicho esto, se fue de la cocina, dejándome sola. Mi respiración acelerada poco a poco regresó a la normalidad. Miré el vaso vacío con arrepentimiento, no había nada que pudiera hacer. Era muy tarde.

Lo lavé con rapidez mientras pensaba qué era lo que seguía. Recordé las palabras de Eva.

"Guarda todo lo necesario en cualquier mochila o bolso que tengas, yo estaré a la vuelta de tu casa a medianoche".

Solo tenía la mochila de la escuela, supongo que estaría bien. Después de todo, no tenía mucha ropa.

Luego de lavar fui a la habitación, mamá acababa de acostarse y estaba roncando levemente. Me puse la pijama por costumbre y me senté en la cama a esperar, sin dejar de mirar a mamá. Recordando cada momento que había pasado con ella, intentando buscar alguno que me haga querer quedarme, uno al menos agradable.

No pude recordar alguno. Solo vinieron a mi mente todos esos instantes en los que me hizo sentir mal, triste o miserable. Como rompió muchas de las ilusiones que tenía, como logró hacerme sentir mal conmigo misma, como criticaba cada cosa que hacía, y como nunca podía hacerla feliz, u orgullosa de quien era.

Me paré junto a ella, y la miré. Parecía tan inofensiva.

-¿Por qué no me quieres mamá? - pregunté, mientras sonreía amargamente - Quiéreme, por favor. Si me quisieras, me quedaría, te lo juro.

Ni una lágrima se asomó en mi rostro. Algo en mi cambiaba en ese momento, algo en mi se endurecía. Volví a sonreír mientras la miraba.

-Adiós mamá.

Me cambié de ropa lo más rápido que pude. No sabía cuánto duraría el viaje, no sabía si haría frío o no a donde íbamos. Seguro había sol, como aquí, pero quizás debía ser precavida.

Traje la mochila de la escuela hasta la habitación y comencé a sacar los libros, al mismo tiempo que la llenaba de algunas prendas. La dureza que había tenido hasta hace un momento amenazaba con irse, los ojos se me llenaron de lágrimas. Las aguanté como pude.

Llevé la mochila hacia la sala, y me quedé mirando el reloj fijamente.

"¿Mamá me buscará?" - pensé.

"¿Mamá me extrañará?"

"¿Preguntará por mi?"

"¿Volveré a verla?"

Dieron las 12 y abrí la puerta sin preocuparme por el ruido. Salí con la cabeza en alto y cerré la puerta con fuerza. Me duró poco la dureza, pues no pude dejar de ver por la ventana mientras caminaba hacia las escaleras de la entrada. Era el lugar donde había crecido. Solo conocía esto.

Bajé las escaleras, siempre había emitido ese chirrido tan característico. Cuando era pequeña solía jugar subiendo y bajando una y otra vez sin aburrirme. Era lo más divertido que tenía para hacer.

Seguí caminando hasta la parte de atrás de mi casa y vi a una mujer con un gorro extraño que le tapaba todo el cabello y una parte de la cara.

-¡Sara! - dijo.

Era Eva.

-¡Nena, si viniste! - sonrío de oreja a oreja, pero en menos de un segundo la sonrisa se borró de su rostro - Vámonos de una vez.

La miré extrañada.

-¿Q~qué pasa?

-Eres menor de edad, hermosa, podemos tener problemas.

-¿Q~qué?

Me tomó del brazo con fuerza y jaló de mi, provocándome un gran dolor. Eva no era así.

-¡Muévete de una vez!

Me quedé muda de la sorpresa, el miedo volvió a mi. Quería ir a mi casa. Eva comenzó a correr hasta llegar a un enorme auto negro. Nunca había visto uno así y realmente nunca había subido a ninguno de esos vehículos.

-Sube, apúrate.

Una vez dentro, Eva se quitó el gorro extraño y me abrazó.

-Disculpa si fui muy grosera contigo, pero teníamos que apurarnos.

Sonreí levemente, aún sintiendo mi brazo palpitar de dolor.

-¡Vayaaaaaaaa! - una voz femenina me sobresaltó y miré hacia el lugar de donde provenía, al mismo tiempo que Eva dejaba de abrazarme - Eres más hermosa de lo que imaginé. Solo faltaría hacerte unos pequeños arreglitos y quedarás preciosa. Buen trabajo, Eva.

Miré hacia ella extrañada, pero solo logré ver su cabello rubio.

"¿Arreglitos?" - pensé.

-Pues si que está preciosa - una voz masculina se unía a la conversación.

Le di un vistazo rápido, tenía el cabello naranja, y un peinado que era muy extraño.

Luego giré a mirar a Eva, quien se mantenía serena, mirando hacia adelante. No había dicho absolutamente nada desde las disculpas que me había pedido. Quizás ellos eran los amigos de los que me había hablado. Con los que estuvo durante estos 3 meses.

-¿Eva, quiénes son ellos? - pregunté. Eva se mantuvo imperturbable.

Editado 9 ene 2015 por Niwolita

[Camiii 2.345]

Me fió menos de Eva después de leer este capi, me gustaría saber si no esconde nada, pobre Sara, y es que parece que ni con su propia madre puede estar realmente bien. A lo mejor a raíz de la desaparición de su hija la señora cambia, como sea, la historia va empezando muy bien, me tiene intrigada.

[Merchedj 3.915]

Esto se pone cada vez más interesante e inquietante. Verdaderamente la madre es odiosa y se nota que no siente ningún cariño por ella, no sé por qué será. Lo malo es que sabe Dios dónde la llevan y para qué. Está claro que Eva no es la misma que ella conocía y que se la lleva con un propósito bastante oscuro que no acierto a vislumbrar. Pobre Sara, a saber lo que le espera.

[choopi 26]

Acabo de leer lo que llevas y pinta muy interesante ò.ó No me fío nada de Eva tampoco, seguro que pasa algo duro para la pobre Sara. Supongo que también ocurrirá algo con la madre, no me fío de eso que le han dado para que duerma õ____õ Creo que no me fío de nada JAJAJA Seguro que nos llevamos sorpresas, sigue pronto ^^

[Niwolita 668]

Gracias Cami, Merche y Choopi por pasarse por aquí y comentar. :3

Subiré el próximo capítulo probablemente mañana, tengo varias cosas que hacer antes de poder sacar las fotos.

[Avenged 307]

Realmente Eva me da muy mal rollo... xD, pero me alegra por una parte que Sara se alejase de la madre, ella me parece peor.. >.<

La historia me parece muy interesante. Espero que subas capí' pronto. <3

Editado 13 ene 2015 por Avenged

[Niwolita 668]

Realmente Eva me da muy mal rollo... xD, pero me alegra por una parte que Sara se alejase de la madre, ella me parece peor.. >.<

La historia me parece muy interesante. Espero que subas capí' pronto. <3

Justo ayer terminé de tomar las fotos, demoré bastante la verdad. Así que hoy hay capi nuevo.

[DokuroSim 319]

Estoy casi segura de que la han secuestrado

Que mal que una persona en la que confias tanto te pague con algo asi, espero estarme equivocando pero me dio algo de miedo los comentario de sus "amigos"

Espero que sigas la historia pronto, me a gustado mucho

[Niwolita 668]

Los primeros capítulos son el pasado de Sara, estos conducirán hasta el momento presente. Su finalidad es explicar qué ocurrió para que esté en ese momento. Me parecía necesaria esta aclaración, la colocaré también en el post principal.

Capítulo 3: Mansión Mawson.

Tiempo: Presente.

Salí del baño y miré la cama, ahora fría y solitaria. No soportaba acostarme ahí sola, habían pasado varios días desde la última vez que logré dormir un par de horas. Todo se había vuelto tan turbio, todo había cambiado cuando parecía que veía la luz al fin. Quizás algunas personas no teníamos derecho a ser felices.

Me acosté por costumbre y cerré los ojos, intentando recrear otra realidad. Caí exhausta dentro de mí misma y comencé a flotar.

★ ★ ★

Tiempo: 10 años atrás.

-¡DESPIERTA! - una voz imponente gritaba a mi lado mientras me movía con fuerza, no podía abrir los ojos ni la boca, luchaba contra mis músculos entumecidos - M*erda, dijeron que ese gas no duraría más de 8 horas. ¡DESPIERTA, TÚ... EHHH... SANDRA!

-S~sara - corregí, mientras intentaba abrir los ojos.

-No me importa, me pagan por cuidar no por recordar. Muévete, apúrate.

-¿Q~qué? - pregunté, aún medio dormida.

-¡QUÉ FASTIDIOOOOO! - gritó, mientras me jalaba del brazo. La luz del sol quemaba mi rostro, y tenía mucha sed. No reconocía el lugar en dónde estaba, voltee a mirar el auto del que me había sacado ese hombre de peinado extraño.

"Yo creo que me acuerdo de ese peinado..." - pensé, aún confundida.

Imágenes llegaron a mi mente atropelladamente, recordé el cabello rubio y la risa sonora, recordé el cabello rosa... recordé a Eva. Mi Eva.

-¿D~dónde está Eva? - pregunté a media voz.

-No hagas preguntas.

-P~pero...

-¡QUÉ TE CALLES!

Miré a mi alrededor, todo estaba lleno de casas muy hermosas, con jardines bien cuidados.

-Ven, sígueme niña.

Estaba nerviosa, no solía estar cerca a los hombres... Lo seguí hasta un lugar enorme, del tamaño de la escuela a la que iba. Un imponente letrero se lucía en la entrada.

"Mansión Mawson" - leí - "8° generación."

-¿Por qué la casa tiene nombre, señor? - pregunté.

-¡¿NUNCA TE CALLAS?!

-L~lo siento.

El hombre sacó una llave pequeña del bolsillo delantero de su pantalón, abrió la puerta y me empujó levemente hacia adentro.

-Aquí vivirás, luego Madeleine te explicará las reglas de la casa.

Me sentía muy confundida, pero era un lugar precioso, y lo mejor de todo era que estaría con Eva para siempre.

-¿Cuándo veré a Eva?

-¡ARGGGGG! - levantó el brazo hacia mi, comencé a temblar y me paralicé, pero antes de que pudiera darme cuenta un sonido raro provino de él. Sacó un objeto extraño de su bolsillo y movió los dedos sobre él. - Mira niña, no tengo tiempo para ti ahora, sube las escaleras y abre la primera puerta que veas, luego abres la que está a lado de una planta. En un rato irán a buscarte.

Lo obedecí. Quería alejarme de él, era un hombre grosero.

Subí las escaleras, mirando los cuadros que habían en la pared. Me entusiasmaba este lugar, pero esperaba no tener que convivir mucho con ese hombre.

"Solo quiero estar con Eva" - pensé.

Abrí la primera puerta que vi, esta me condujo a otra pequeña habitación donde habían dos puertas.

Estiré el brazo con miedo hacia el pomo de la puerta. Me daba algo de miedo. Entonces una voz suave pero firme me sobresaltó.

-¿Quién eres?

Una chica de mi edad me observaba. Tenía los ojos rasgados y el cabello liso y rubio, cubierto por un extraño gorro de gallina. Era muy bonita.

-E~eh - miré al suelo mientras tomaba una gran bocanada de aire - E~eva fue por mi, tipo con pelo raro... ehh... subir escaleras y buscar planta... yo...

Ella se mantenía tranquila, mirándome. Sentía que veía mi mente, que sabía exactamente lo que quería decirle y por eso no me interrumpía. Comencé a sudar del pánico que estaba llegando a mi.

-Ehhh.. yo... pues... vengo de... ¿dónde estoy?

-Esta es la mansión Mawson, ¿cómo te llamas? - se acercó a mi y me puso más nerviosa.

-S~sara.

-Tienes un nombre bonito, yo soy Miyu. Debes ser la nueva Eva, ella hablaba mucho de ti.

-¿Q~qué? - pregunté.

-Olvídalo, no puedo decir nada o Madre se molestará - bajó la voz - y eeeesssoooo es maaaalooooo.

La miré extrañada y confundida, pero también divertida. Ella parecía una chica con la que Eva haría amistad.

-¡PERO OLVÍDALO! - sonrío - Venías a la habitación seguro, ¡te va a encantar! Seremos compañeras, luego conocerás a Sahana, es muy linda si no la molestas.

-¿Eva duerme también aquí? - pregunté.

-Ahhhhh... - miró a otro lado mientras sonreía y yo solo rogaba por una respuesta o algo que tenga que ver con Eva - Sahana y yo elegimos el cobertor de tu cama, está a lado de la ventana y ¡también tienes tu armario! ¡TENGO MUCHAS GANAS DE QUE LO VEAS TODOOOOO! La decoración ha sido principalmente mía.

-¡Venga! - dijo, mientras hacía un gesto para hacerme pasar primero - ¡Después de ti!

Caminé con cautela y miedo hacia la habitación. Era el triple de grande de la habitación que compartía con mamá. Habían dos enormes peluches a lado de la cama y 3 armarios, un pequeño librero a lado de la puerta y una silla rosa pequeña. También habían cuadros y pegatinas en las paredes.

-¡¿Qué opinas?! - Miyu me miró con los ojos de una niña pequeña.

-Es... muy bonito - respondí con un hilo de voz.

"¿Dónde duerme Eva?" - pensé.

-¡Ven, ven! - me jaló del brazo y me hizo sentar en la cama - ¡Pruébala! Es mullidita y muy cómoda.

-S~sí.. emm... ¿Eva duerme aquí?

-Ahhh... - antes de que pudiera responderme la puerta se abrió con fuerza.

-¡Estoy molida! - dijo una voz profunda y cantarina. Miyu corrió hacia ella y la abrazó - ¡Me hicieron practicar por 4 horas seguidas sin pausas!

-Tranquila, al menos ya terminó.

-Por suerte - sonrió mientras miraba a Miyu - bonito sombrero el de hoy.

-Gracias, he tenido un poco de paz y este es el sombrero de paz.

-Que suerte... Verás que esta vez Madre parecía desesperada con mi mejoría, supongo que la chica nueva será toda una hazaña porque parece que esta casa se - Miyu le hizo un gesto para que se calle. -¿Qué?

Miyu miró directo hacia mi, yo no había dejado de mirarlas y no entendía absolutamente nada de lo que pasaba.

-Oh - exclamó aquella mujer.

Caminó hacia mi con una seguridad apabullante, el cabello se movía en equilibrio con su cuerpo. La seriedad de su rostro me intimidaba y sus brillantes ojos verdes me escrutaban sin perdón.

-H~hola - dije, asustada, en un intento desesperado en romper aquel silencio. Ella continúo mirándome.

"¿Por qué todos me miran así en este lugar?" - pensé, recordando como me había mirado Miyu.

-Diría que es un gusto conocerte, pequeña, pero quizás en otras circunstancias lo sería - dijo.

-¿A qué te refieres? - pregunté asustada.

-Luego sabrás a lo que me refiero bonita. ¿cómo te llamas?

-Sara.

-Yo soy Sahana, y soy hermosa - dijo, mientras reía y colocaba una de sus manos en su cadera. Me mantuve asustada y devolví una risita temblorosa que hizo a Sahana mirarme con una expresión parecida a la del maestro de Deporte en la escuela.

-¿Cuántos años tienes corazón?

-15 - respondí.

-¡YA NO SOY LA MENOR! - gritó Miyu desde el otro lado de la habitación, mientras sonreía.

-Pero si eres una bebe - dijo Sahana, mientras dejaba ver un gesto de lástima.

-Ni tan bebe - una voz femenina y agridulce se unió a la conversación. Una mujer de cabellera rojiza había entrado a la habitación - Veo que hay una nueva Eva, ojala no sea como esa les-bia-na.

-¡VETE DE AQUÍ, BRUJA! - gritó Miyu - ¡Llévate tu veneno a otro lado!

"¿Será una bruja de verdad?" - pensé, mientras temblaba. Necesitaba a Eva.

-Oooooyeeeee, qué groserita, eh.

Sahana se acercó a aquella mujer y la miró fijamente.

-No vengas a molestarla, aún no sabe nada - le dijo.

-Con más razón debería molestarla para que se vaya haciendo la idea.

-No vamos a dejar que le hagas nada - dijo Miyu, mirando a Sahana.

-Pueeeees, yo sé de dos personitas que estuvieron hurgando en la oficina de Madre sin permiso.

Miyu y Sahana se miraron con un gesto de decepción y arrepentimiento.

-Con permiso, vulgares - dijo esa mujer, mientras caminaba hacia mi. Me miró fijamente, pero no era la mirada que me habían dado Miyu y Sahana, esta estaba cargada de... ¿odio?¿maldad?

"¿Por qué todas las mujeres aquí son tan bonitas?" - pensé.

-¿Cómo te llamas, niña? - me preguntó.

-Sara.

-Que nombre tan - hizo una pausa y con voz cantarina agregó - horrible.

-¿Q~qué?

-Párate.

La confusión volvió a mi y me quedé observándola asustada.

-¡Qué te pares! - gritó.

Me paré rápidamente y miré al suelo asustada. Aquella mujer me miró por un largo rato.

-No vas a durar aquí - dijo, intentando reír - Eres horrenda, mira ese look pueblerino y santurrón que traes.

-Y~yo...

-Jajajajaja, mira tu ropa, por faaaavooooor, en cuanto Madre te vea bien te botará a los perros, jajajajaja.

Me miró despectivamente, mientras estiraba su mano con el pulgar hacia abajo.

-Fe-a, ho-rro-ro-sa - silabeaba las palabras y yo sentía que cada sílaba era un golpe. - Seguro tu madre es una cualquiera que se acostó con el primer vagabundo que encontró, jajajajaja.

-¡YA BASTA, LEILA! - gritó Sahana mientras caminaba hacia ella - ¡NO TE PERMITO QUE LE HABLES ASÍ!

-Ohhhhh, ya vino la defensora de todooooos. ¿Y qué vas a hacer, india, bailarme?

-¡VOY A ARRANCARTE ESA CARA DE CÍNICA QUE TIENES, LO JURO!

-Madre te mataría. - dijo sonriendo.

-¡Sahana, no le hagas nada! - gritó Miyu.

Me perdí entre sus gritos, los oídos me zumbaban y sentía un mareo. Pensé que iba a desmayarme y me paré entre ellas.

-P~por favor paren, es mi culpa - dije con un hilo de voz.

-No te metas, Sara - dijo imponente Sahana - ¡Voy a matar a esta p*rra aunque sea lo último que haga!

-Atrévete - decía Leila sin parar de reír - ¡Te reto!

Sahana saltó directo al cabello, pero Leila se hizo hacia atrás.

-Ugh - dijo esta última - Loca.

-¡SARA, MUÉVETE! - me gritó Sahana.

"¿Por qué aquí todos son tan raros?" - pensaba, intentando recrear el rostro sereno de Eva.

-¿Qué pasa aquí? - aquella voz femenina cargada de autoridad y calma hizo que Sahana y Leila se calmen automáticamente, mirando hacia la puerta - ¿Esas son formas de comportarse, señoritas?

-No, madre - dijeron al unísono.

-No quiero enterarme que eso pasa en esta casa, recuerden sus modales.

-Sí, madre.

-Supongo que ya le dieron la bienvenida a Sara - dijo - Ella es vuestra nueva hermana y quiero que esté tranquila. Miyu, ¿le indicaste donde estaba su cama y su armario?

-Sí, madre.

-Muy bien, princesa, ahora voy a explicarle a nuestra Sara cómo funcionan las cosas aquí.

La mujer a quien llamaban madre me señaló directamente, Sahana me miró con tristeza y Miyu comenzó a llorar en silencio.

-Ven, bonita. - me dijo - Empecemos bien tu primer día en la mansión.

Editado 15 ene 2015 por Niwolita

[DokuroSim 319]

Esto se puso mas raro!! me va a dar un infarto si no pones el siguiente capitulo pronto >_<"

[Merchedj 3.915]

Por Dios, ¡qué lugar más extraño y qué gente más rara!. Todavía no me hago a la idea qué querrán de ella. A ver si en el próximo capítulo le explica algo la que llaman Madre y nos enteramos del por qué está allí.

[Tareixa 45]

Uy, que mal me huele este asunto.....Creo que la pobre ha cambiado guate-mala por guate-peor. Espero que nos sorprendas y las cosas pinten mejor de lo que parece para Sara.

[Avenged 307]

Qué raro es todo por Diórl !

Me da muy mal rollo lo de esa mansión...

(Me he enamorado de Sahana... más bonica, & protectora con Sara... Al menos en ese momento. xDD)

[Niwolita 668]

Esto se puso mas raro!! me va a dar un infarto si no pones el siguiente capitulo pronto >_<"

Por Dios, ¡qué lugar más extraño y qué gente más rara!. Todavía no me hago a la idea qué querrán de ella. A ver si en el próximo capítulo le explica algo la que llaman Madre y nos enteramos del por qué está allí.

Uy, que mal me huele este asunto.....Creo que la pobre ha cambiado guate-mala por guate-peor. Espero que nos sorprendas y las cosas pinten mejor de lo que parece para Sara.

Gracias por sus comentarios, la verdad me motiva saber que me leen.

El próximo capítulo lo estaré subiendo entre mañana o pasado, pues ya tengo las fotos.

Qué raro es todo por Diórl !

Me da muy mal rollo lo de esa mansión...

(Me he enamorado de Sahana... más bonica, & protectora con Sara... Al menos en ese momento. xDD)

Gracias Sahana es una de las Sims con las que jugaba, le tengo mucho aprecio. <3

[Garfielz 631]

Que historia tan interesante, aunque me esta dando mala espina todo esto tan extraño. Creo que la pobre Sara se ha ido de la sarten para caer en las brasas. Con que gente mas rara se ha juntado Eva y que chicas mas extraña habitan en la mansion. Miyu y Sahana aun parecen majas pero Leila ¡que tia mas antipatica y grosera!. Y la madre... me da miedo y eso que todavia no la conocemos.

Me ha dejado muy intrigado cuando dicen "-No vengas a molestarla, aún no sabe nada". Esto me da muy mala espina. Supongo que en el proximo capitulo averiguaremos de que "cómo funcionan las cosas aquí".

[Niwolita 668]

Capítulo 4: Okiya moderna.

Bajamos las escaleras hasta llegar a una elegante sala de estar, una bella pieza instrumental de piano inundaba todo el lugar, me hizo sonreír automáticamente.

-Veo que aprecias la buena música - me dijo, mientras sonreía y me invitaba a sentarme a su lado - Estás escuchando "La dispute" original de Yann Tiersen, pero ejecutada por nuestra talentosa Sahana.

-N~no sabía que Sahana tocaba el piano.

-Si, toca el piano excelentemente, tiene un régimen de práctica muy estricto. Estamos muy al tanto de la perfección aquí, lo cual es una buena introducción a nuestra charla, pequeña y bella Sara.

-D~disculpe, a~antes de qué siga... ¿m~me podría decir dónde está Eva? - la miré suplicante y aquella mujer me devolvió una mirada que podría haber fulminado a todo un ejército.

-NO. ME. INTERRUMPAS, querida. Jamás interrumpas a Mamá.

Me miró en silencio, sin moverse y yo me quedé boquiabierta ante el miedo que me hacía sentir, y la autoridad que emanaba esa mujer. Recordé a mi madre.

-Bueno - se aclaró la garganta - Como te comentaba, petit Sara, esta casa no es una mansión cualquiera, y yo no soy una mujer más. Soy la madre y por tanto, señora, de esta mansión. Me debes respeto, bajo cualquier circunstancia, y obediencia absoluta. ¿Comprendes?

-S~sí- respondí, mientras tragaba saliva del miedo.

-Bien, debes dirigirte hacia mi como Madre, tal y como hacen todos en esta mansión. Si me obedeces, puedo recompensarte y atender todas tus necesidades, pero si no lo haces, también puedo castigarte y hacer que te castiguen de formas que no puedes imaginar. No queremos revoltosos aquí, y mucho menos que se enteren de dónde vienen. Tú nunca debes hablar de Eva, ni de tu pueblo, ni de tu madre, ni nada de esas cosas. Aquí empiezas una vida nueva. La vida que estoy moldeando para ti de la manera en como se hacen las cosas aquí. ¿Entendido?

Asentí con la cabeza, aún sentía miedo y había empezado a sudar.

"¿Dónde estoy?" - pensé - "¡¿Dónde está Eva?!"

Podía sentir un leve escozor en los ojos, luchaba por no llorar. No quería que esta mujer me viera llorar.

-Bien, sé que debes estar preguntándote qué es este lugar. Esta - dijo, mientras movía los brazos para señalar todo el lugar - es la mansión de Mr. Mawson, él es el dueño y amo absoluto. Como esta, hay muchas mansiones más alrededor del mundo, se podría decir que somos la versión moderna de una Okiya, y yo sería una versión moderna de una Okasan. ¿Sabes algo al respecto?

-N~no - susurré.

-Vaya que eres inocente - rió con gana, mientras un rubor se adueñaba de mis mejillas por la vergüenza.

-Venga, niña, que no es un pecado no saber algunas cosas. La "Okiya" es el término japonés para "casa de geishas". Las geishas son mujeres muy hermosas y elegantes que venden sus talentos de modo que pueden colaborar con la Okiya y pagar la deuda que tienen con esta por todo lo invertido en convertirlas en geishas.

"¿Qué está hablando?" - pensé.

-Para no darle muchas vueltas al asunto, desde hoy tú eres parte de esta compañía. Trabajarás para nosotros y por nosotros, porque te estamos dando un techo, comida y educación, y porque a partir de ahora, velaremos por ti. Si estás pensando en qué no quieres todo esto, debiste pensarlo antes de irte de tu casa junto a una mujer que solo te vendió a esta mansión.

-¿Q~qué?

-Así es, linda, Eva te dio en su lugar, porque ella ya no quería estar aquí. Fuiste el precio de su libertad, nunca le importaste ni le importarás. Así que olvídate de ella, por tu propio bien.

-N~no... n~no puede ser, e... ella no haría... no haría esto.

Comencé a llorar desconsoladamente. Eva era la única persona que había velado por mi, que me había querido, que me había hecho sentir importante. Tenía que ser un error, no Eva, no mi Eva. Por favor, no podía ser.

-Por favor, no llores. Arrugarás tu cara.

-Ya, niña, tranquila.

- ...

-¡DEJA DE LLORAR, AHORA MISMO, TE LO ORDENO!

Me paralicé del miedo y miré fijamente a Madre.

-Me alegra que seas obediente, no querrías saber qué les pasa a los que no obedecen. Bueno, ahora tengo que transformarte. Tienes mucho potencial, tienes unos ojos muy bonitos, pero no te has producido. En esta casa utilizamos productos de belleza, entre champú, acondicionador, cremas, jabones, y muchas cosas más. Todos los baños están surtidos con los productos que deben usar diariamente dos veces al día. Se ve que jamás has usado acondicionador, querida, por suerte eso está por cambiar. Bueno, lo siguiente en la lista es tu talento. ¿Para qué eres buena?

-Y~yo... sé... cocinar... - tartamudeé.

-¡Jajajajajajajaja! ¡Eso no sirve! ¿Sabes cantar, tocar algún instrumento, bailar, conversar... algo?

-Y~yo...ehh...

-No te agobies, sino eres buena para algo te cambiaremos a una casa para señoritas. Pero, de todos modos, tengo que hacerte pruebas para ver si hay algo nato.

-E~entiendo.

-Ahora ve al baño a ducharte. Está justo a lado de tu habitación.

Me paré de en el acto y me fui de la sala de estar lo más rápido que pude. Miré disimuladamente a Madre, me miraba con una sonrisa de satisfacción.

Subí las escaleras corriendo y entré en el baño, habían unos espejos enormes y dos más pequeños sobre los lavabos. Me miré fijamente. Tenía los ojos rojos, pero no quería llorar más. ¿Qué podía hacer? ¿Y si esta mujer le había hecho algo a Eva?

"Eva jamás me dejaría" - pensé - "Tengo que buscarla."

Si la única manera de poder buscar a Eva era ganando la confianza de Madre, pues eso haría. Aún no sabía como, y la sola idea me hacía temblar, pero estaba segura que la información tenía que estar en algún lugar de esta mansión o quizás la tendría el guardia.

"¿Cómo puedo hablar con él?" - pensé, agobiada mientras recordaba a aquel hombre de cabello extraño y malos modales.

"Será mejor que me apure en ducharme" - pensé, mientras me desvestía y destrenzaba mi cabello.

Dejé los lentes en el lavabo y la ropa doblada a lado del mismo, caminé hacia la ducha y la miré por un momento. Era cierto, habían muchos productos. Tomé cada frasco para saber cómo utilizarlos. Luego, los dejé en orden en el piso de la ducha para no perder el tiempo. Estaba decidida a ser buena y obediente, a buscar a Eva. Mi Eva.

Antes de entrar a la ducha me quité la ropa interior. Nunca me había duchado con agua caliente, se sentía bien. Seguí los pasos de cada uno de los frascos que había dejado en orden. Salí de la ducha y me coloqué una bata rosa que había justo a lado de la ducha. Me acerqué al espejo y me observé.

"Esta no soy yo"

Mi cabello se veía reluciente, mi rostro parecía hecho de porcelana y mis piel clara hacía que le preste más atención a mis ojos, nunca antes tan verdes. Pero más allá de sentirme hermosa, me sentía falsa e incómoda. Solo quería volver a ver a Eva.

Dejé de verme en el espejo, y me encaminé hacia la puerta. Los enormes espejos me mostraban a una persona extraña. Los miré apenada.

Me hundí en mis pensamientos, alejándome de este lugar, intentando volver a los pocos momentos felices que tenía guardados. Una pequeña sonrisa se asomó por mi rostro y la puerta se abrió ante mi.

-¿Quién eres? - preguntó.

-¡AHHHHHHHH! - grité, mientras me escondía entre mis manos.

Nunca había hablado con un hombre joven directamente, ni mucho menos lo había visto sin camisa.

-¿Qué te pasa? - me preguntó - ¿Te duele algo?

Levanté la cabeza lentamente, hasta liberar mis ojos y entonces lo vi. Me observaba con una expresión de molestia, con unos ojos totalmente azules.

-¡AY! - me volteé nerviosa y asustada. Rogando que este sujeto se vaya.

-¡Jajajajajajaja! - comenzó a reír - Debes ser la chica nueva, Leila me habló de ti. ¡Jajajajaja! Ella tenía razón, eres una estúpida pueblerina.

Siguió riendo y la vergüenza que sentía se había convertido en enojo. ¿Quién se creía él para tratarme así?

Volteé a encararlo.

-¡No puedes hablarme... a~así! - le dije, en un intento de gritar.

-¿Qué? - dijo, aún riendo.

-¡No puedes hablarme así! Merezco respeto.

-No mereces nada, niña, usa la cabeza. Estás en territorio ajeno, no es tu pueblo, no hay vacas para ordeñar. ¡Jajajaja! Ahora muévete, quiero usar el baño.

-¡Pues qué hombre más... más... DESPRECIABLE ERES!

-¿Eh? - dijo, mirándome sorprendido.

-Lo que oíste, a~ahora m... muévete tú, que yo quiero pasar.

Se hizo a un lado, sin dejar de mirarme y al salir cerró la puerta con fuerza. Ya fuera, tomé una gran bocanada de aire, sentía que me mareaba. Estaba cansada de este lugar, todos eran conflictivos.

-¡Sara! - era la voz de Madre - ¡WOOOOOW! Esos productos sí que funcionan.

-Ahh...

-Sonríe, niña, la sonrisa es buena para la piel. Ahora ven, quiero echar un vistazo.

No la entendí, pero la seguí de todos modos. Me llevó a mi habitación, ahora vacía.

-He dejado unas prendas de ropa interior para ti en tu armario. Quiero que te las pongas y luego vengas aquí - dijo, mientras se sentaba en la pequeña silla rosa que había en la habitación.

Caminé con miedo hacia el armario y me quité la bata. Me sentía expuesta, nunca me habían visto desnuda y ahora esta mujer, que no conocía, me miraba como si fuera de su propiedad.

Me puse las prendas que me había indicado. Tenía encaje y tela roja muy suave. Caminé hacia madre.

-Párate justo frente a mi - indicó.

La obedecí con miedo y la poca dignidad que me quedaba.

-No está para nada mal, quizás un poco de ejercicio podría marcar más esa cintura, aunque también es cuestión de que crezcas. Recién son 15 años, pero veo que tendrás un buen cuerpo.

-Voltéate, Sara. - ordenó, mientras levantaba su dedo y lo hacía girar.

Le di la espalda, sabía que me miraba descaradamente.

"Por favor, basta" - pensé.

-¿Eres virgen, no? - preguntó.

-S~sí - murmuré.

-Excelente.

Dicho esto, comencé a llorar.

Editado 22 ene 2015 por Niwolita