Publicado 24 jul 2014 Me hizo mucha gracia cuando empezó todo el mundo a pedirle trabajo a Thomas. Ya lo de José no me ha gustado y estoy segura que ha recibido el golpe de alguien, que no ha sido un accidente. El último que se vio con él es el padre Juan, que es el único que me cae mal de los habitantes del pueblo que hemos visto (cura tenía que ser) pero no creo que se haya atrevido a tanto, claro que yo no me fío de los curas, no de los jóvenes sino los que tienen cierta edad y éste es el único por ahora que no le interesa que se lleven a cabo las obras. En fin, a ver qué pasa en el siguiente capi. A Koredanu and Rober les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 24 jul 2014 Muchas gracias a los dos, me alegro mucho de que te guste terra. Y referente al Cura, yo no tengo nada en contra de ellos, pero este tampoco me gusta no se por que jajajaja El proximo capitulo creo que os va a gustar mucho y viene cargadito cargadito :) Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 25 jul 2014 Pues aunque no nos guste el cura le esta dando bastante juego a la historia y ya quiero ver de que más cosas es capaz, tampoco me fio del alcalde... Ya veremos de que manera viene cargadito A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 2 ago 2014 Perdón por la tardanza pero entre que he estado un par de días fuera de casa y todo no me había dado tiempo a terminar el capítulo, espero que os guste y que comentéis lo que veáis, un saludo. Capítulo IV: Tres semanas después Un nuevo día amanecía sobre el pequeño pueblo de la Villa de la Frontera, habían pasado tres semanas desde que aquel extranjero había llegado a aquel lugar cargado de sueños depositados en el olvidado Convento de San Agustín y actual Hotel, prácticamente terminado y que, si nada lo impedía, abriría oficialmente al día siguiente con un gran evento social. Por todo lo demás, cada rincón del pueblo seguía funcionando y trabajando tal y como lo venían haciendo desde hacía años y parecía que nada iba a cambiar. Por su parte, María ordenaba los estantes de la biblioteca, algo aburrida ya que hacía días que nadie entraba en dicho lugar. En el bar la tristeza rondaba por las mesas, Carmen se había tenido que hacer cargo de atender el negocio ante el accidente de su padre que lo había dejado en coma y del cual aún no había despertado. La buena de Mercedes atendía en cada momento a su marido, lo cuidaba, lo aseaba, le hablaba, le cantaba... pero además atendía la cocina de la taberna, aunque la afluencia de público había descendido bastante desde el accidente de su marido, debido suponía ella a la solidaridad de los vecinos para no darles más trabajo, aún así había una serie de clientes habituales que no fallaban al guiso de Mercedes. En la casa de Felipe, el policía, tampoco se respiraba felicidad precisamente, su mujer Sara llevaba ya un tiempo con un humor de perros y un gesto de fastidio constante en la cara. _ Ya están haciendo ruido en el convento otra vez._ dijo la Mujer. _ Tendremos que acostumbrarnos, mientras respeten los horarios de sueño. _ Ya nos advirtió el Padre Juan en misa, estos ingleses no van a traer nada bueno al pueblo. _ De momento han traído trabajo a varios vecinos Sara. _ Y ya con eso le tenemos que dar las llaves de la ciudad y hacerle hijo predilecto... _ Nadie ha dicho eso. _ Anda vete ya a dar una vueltecita por el pueblo que me tienes harta. En el Ayuntamiento el señor Alcalde discutía con Inma, su secretaria: _ No puedes seguir aquí, tienes que irte del pueblo antes de que empiece a crecerte._ decía él. _ ¿Pero cómo me voy a ir de aquí? Si aquí tengo mi vida ya hecha y mi casa y mi todo. _ ¿Tu vida hecha? si llegaste hace un par de meses como mucho y la casa que te estas quedando es propiedad del ayuntamiento. _ Pero ¿por qué? _ ¿Tú sabes la repercusión que tendría que supieran esto? Eso arruinaría mi carrera política, por la que he luchado tanto tiempo y a la que no estoy dispuesto a renunciar por una secretaria de tres al cuarto. _ No puede decirlo en serio. _ Y tan enserio. Muy cerca del ayuntamiento, en la Parroquia, el Padre Juan recogía el agua del suelo, lo que faltaba ya es que a la Iglesia le entrara agua por algún lado después de las obras del Hotel, al rubito se le iba a caer el pelo en cuanto pudiera ir a cantarle las cuarenta. En el Patio del Hotel formaban en fila los empleados con sus nuevos uniformes en color crema y blanco. Frente a ellos estaba Robert junto a un hombre muy fino y delgado, con ropa extravagante y pelo ensortijado que les hablaba a los empleados: _ Tenéis que tener cuidado con los uniformes ya que son telas muy sensibles y se arrugan con facilidad y eso no daría buena imagen al hotel, el hotel ahora es vuestra vida así que tenéis que cuidarla como vuestra que es..._ les decía el joven que vestía de naranja. Sin embargo, Thomas no se encontraba en ninguno de estos sitios, el rubio inglés se encontraba en las afueras del pueblo recibiendo a unos recién llegados. Su familia había viajado desde Inglaterra para estar presentes en la inauguración del nuevo proyecto del mayor de la casa. Allí se encontraban su Madre, una mujer mayor vestida de negro y pelo blanco recogido en un moño, su hermano pequeño, un rubio de pelo largo y traje azul junto a su pelirroja prometida que vestía de color aguamarina y su hermana chica, una rubia de 17 años que al verlo corrió a abrazarlo: _ Tenía muchas ganas de verte brother._ le dijo ella. _ Yo también te extrañaba pequeña. _ Dejanos un poco a los demás, Susane, un abrazo a tu hermano ¿no?_ dijo el otro joven. _ Andrew, estás siempre igual._ contestó Thomas abrazándole._ Te he hechado muchísimo de menos hermano, espero que ya no te vallas._ le susurró en el oido. _ Ya lo hablaremos, pero no le digas nada a Madre aún._ le dijo este también en susurros mientras se separaban. _ Emma, estas radiante._ le dijo Thomas a la prometida de su hermano. _ Siempre un caballero Thomas._ le contestó ella. _ ¿Y a tu madre no le dices nada?_ le preguntaba la anciana. _ Deme un abrazo ya Madre._ le pidió su hijo mayor. _ deseaba tanto verla. _ Y yo hijo mío, y yo._ dijo la mujer abrazándole. De nuevo en el Hotel, el muchacho canijo seguía hablándole a los empleados, una joven con coleta y gafas estaba también allí, parecía esperar al muchacho de ropa naranja. _ ...Y es por eso que en breves tendréis otro uniforme para poder lavar el que se os ensucie y nunca estéis sin uniforme ya que... _ Bueno Miguel, muchas gracias por tus palabras._ le cortó Robert._ Bien, será mejor que empecemos manos a la obra ya que en breve llegarán los primeros inquilinos, recordad que estos son muy importantes ya que es la familia de Thomas. Así que todos manos a la obra, Dolores, usted a la cocina; Ismael, usted valla a arreglar la puerta de la habitación 34, chirría al abrirse; Mateo y Antonio vallan a la entrada del pueblo, allí les espera Thomas con su familia para que le traigan el equipaje, vallan rápido; Jacinta, usted valla haciendo camas ya que no hay casi ninguna hecha y Remedios, échele un cable por favor. Todos obedecieron sus órdenes menos la más joven de todos, Remedios se acercó a Robert: _ Bueno, parece que ya comienza el trabajo. _ Así es Remedios, así que al lío. _ ¿Cuándo vamos a comenzar las clases Robert? _ Remedios, ahora lo más importante es el Hotel, ya cuando esté todo más tranquilo veremos. _ Ahh, vale, claro, lo entiendo, bueno, me voy a ayudar a Jacinta, hasta luego. En ese momento sonaron las puertas del Convento, Thomas acababa de llegar con su familia y Antonio y Mateo cargando con el equipaje de estos. _ Bienvenidos al Hotel San Agustín, familia. _ Es precioso Robert._ dijo la Señora Edwing. _ Sí que es bonito hermano._ comentó Andrew. _ Me encantan los muebles Thomas._ apuntó Emma. _ Si, es todo muy bonito._ señaló Susane. _ Bueno, esperad que busque las llaves de vuestras habitaciones._ dijo Thomas. _ Perdone Señorita._ el joven botones le estaba hablando a la rubia inglesa. _ ¿Sí? _ Solo quería decirle que hacía mucho tiempo que no llegaba alguien tan bella como usted a este pueblo. _ ¿Bromea?_ sonrió la chica. _ No, en absoluto, es usted extremadamente bella. _ Valla, es usted todo un adulador, Señor Botones. _ Mateo, me llamo Mateo. _ Susane. _ Es un placer Señorita. _ Robert!_ la Señora Edwing acababa de ver entrar al joven negro en el vestíbulo, este se acercó hasta ella y la abrazo. _ Cuanto tiempo Señora. _ ¿Qué tal todo aquí niño? _ Todo perfecto, Thomas cuida mucho de mi. _ Ninguna novedad entonces. _ Bueno Madre, hermana, síganme por aquí, les acompaño a su habitación. Y siguiendo al joven se marcharon por el antiguo claustro Madre e Hija, y detrás el joven Mateo cargando con el equipaje de ambas, la habitación estaba bastante cerca: _ Este es mi cuarto, pero por estos días será el suyo para que tengan ustedes todas las comodidades necesarias. _ Muchas gracias hijo. _ Les dejo aquí, voy a ver cómo va el almuerzo, hasta ahora. _ ¿Dónde les dejo las maletas?_ preguntó Mateo. _ Déjalas ahí mismo._ respondió Susane. _ Dónde usted me diga._ sonrió él. _ ¿Te veré luego?_ preguntó Susane, ya que su Madre había entrado en el servicio. _ Cuando usted me necesite. En ese momento Remedios pasaba por detrás y se quedó mirando como Mateo tonteaba con la nueva inquilina del hotel. La última vez que los dos habían hablado no habían acabado nada bien, ambos habían discutido hasta el saciarse y cada uno había marchado por un lado. Llevaban ya por lo menos 15 días sin hablar, Remedios creía que ya no sentía nada por él, es más, creía sentir algo por otra persona, pero aún así verlo hablar con otra chica no le habñia gustado nada. En la segunda planta, Antonio, el botones, había acompañado al hermano de Thomas hasta la suit del Hotel: _ Muchas gracias muchacho, le diré a mi hermano que te page un plus por coger todo esto. _ No se preocupe caballero, este es mi trabajo._ sonrió el joven._ Si no precisa nada más, me retiro. _ No, no, puede retirarse._ Le dijo Emma, y el muchacho se marchó._ Que ganas tenía de estar a solas Andrew. _ Han sido muchas horas aguantando a mi Madre, ¿Verdad? _ Sabes que lo hago con mucho gusto. _ Ya pero, se hace pesada. _ En fin, no hablemos más de tu Madre. _ Vale, y ¿Qué quieres que hagamos? _ Pues... no se... ¿qué te parece esto?_ y le besó. _ Me parece genial._ sonrió él. En la Cocina del Hotel, la buena de Dolores se afanaba en terminar el almuerzo del día cuando Thomas entró por la puerta: _ ¿Qué tal todo Dolores? _ Bien, mi rey, ya esto está casi. _ Huele que alimenta. _ Os vais a chupar los dedos. La vida en el Hotel era constante, en cada uno de sus rincones pasaban cosas, se vivían distintas situaciones, incluso en las galerías superiores del antiguo claustro del convento. _ Antonio espera._ llamó Miguel. _ ¿Qué quieres ahora?_ contestó malhumorado el joven. _ Llevas un hilo ahí colgando. _ Ah, será que no lo has cosido bien. _ Perdona muchacho, pero yo todo lo hago bien. _ Ya... _ ¿A qué viene ese tono? _ ¿Mi tono? Estoy hablando como siempre _ Ya, ya..._ sonrió el sastre._ Antonio, tenemos que hablar. _ No Miguel, no tenemos nada de qué hablar. _ Sabes que si, esto que sentimos... _ ¿Qué sentimos?_ le cortó Antonio._ Perdona, yo no siento nada, no se de que me estás hablando. _ Antonio, lo que pasó en mi taller, cuando nuestras miradas se encuentran hay algo, dime que eso no es nada. _ Mira tío, te estás confundiendo y mucho conmigo, yo solo quería ser amable contigo, así que ya ni eso voy a ser, así que ya te puede ir largando. _ Pero... _ ¡Que me dejes!_ acabó chillando el moreno, mientras se daba la vuelta y echaba a andar. En la habitación privada de Robert, más concretamente en su cuarto de baño, el joven negro se estaba preparando la bañera para darse un baño relajante cuando llamaron a la puerta. _ Adelante. _ Roberto._ era Remedios._ Perdón, Señor. _ Remedios, puedes seguir llamándome por mi nombre. _ Bien, quería saber si necesitaba algo. _ Eh, no, si no te llamo es que no necesito nada, gracias. _ Ah vale, es que me preocupaba no saber nada de usted._ dijo la joven mientras se acercaba al chico. _ Bueno, pues no te preocupes más, Remedios. _ Verás Roberto, es que yo... _ Bueno Remedios, será mejor que salgas, me quiero bañar tranquilamente._ le cortó él. _ Ah, sí, verdad, perdone._ dijo la chica mientras daba un par de pasos atrás._ Si no precisa mi ayuda. _ No, no la preciso. _ Bien, pues, hasta luego._ Remedios salió rápidamente de la habitación, estando a punto de chocar con Mateo que pasaba en ese momento junto a la puerta del cuarto de Robert, el cual se quedó pasmado al ver salir a la chica corriendo de esa forma desde la habitación del subjefe. En el interior de la misma, Robert se quedó pensando seriamente en la situación que acababa de pasar, ¿acaso Remedios sentía algo por él? ¿Qué era lo que había querido decirle? ¿Tenía que haberla dejado hablar? Demasiadas preguntas y ninguna respuestas, quizás sí que tenía que haber dejado que la muchacha se expresara y sólo quería volver a hablar del tema de las clases pero, se había sentido tan nervioso, tan inseguro, tan vulnerable... Thomas se encontraba en el vestíbulo cuando la puerta del Hotel se abrió dejando pasar al Padre Juan. _ Hombre, ya tardaba usted en venir por aquí._ sonreía falsamente Thomas. _ Veo que se alegra de verme. _ No estaría yo tan seguro. _ Le prometo que a mí no me hace ninguna gracia el tener que venir a este sitio. _ Usted dirá. _ Tengo la Iglesia inundada. _ ¿Inundada? _ Llena de charcos, desde que comenzaron ustedes con las obras no han parado de aparecer. _ Qué casualidad. _ No creo que lo sean. _ Valla que sí, teniendo en cuenta que nosotros en ningún momento hemos tocado ninguna cañería ni nada. _ Pues ya me explicará usted. _ Tanto el Hotel como la Parroquia son bastante antiguos, no me extrañaría que tuvieran gotera. _¿Insinúa que no tienen nada que ver en esto? _ Le digo que no tiene usted pruebas de que nuestra reforma tenga nada que ver en esto. _ Esto es el colmo. _ Así que si no tiene nada más que decir. _ Esto no va a quedar así._ dijo el cura acercándose a la puerta. _ Hasta la próxima Padre._ se despidió Thomas justo antes de que el sacerdote diera un sonoro portazo. El Padre Juan volvía a su casa cuando se encontró a la joven y atractiva secretaria del alcalde sentada junto a la farola que se encontraba frente a la puerta de su residencia. Viéndola en tan extraña actitud se acercó hasta ella y le preguntó: _ ¿Le pasa algo? Ella lo miró con lágrimas en los ojos. _ Padre, estoy en la calle, no tengo nada. Él la ayudó a levantarse. _ ¿Qué le ha pasado? _ Verá, el Señor Alcalde me ha despedido. _ ¿Qué es lo que ha hecho? _ Quedarme embarazada. _ ¿Cómo? Si según mi información usted no está casada. _ Verá Padre, el Señor Alcalde y yo... _ No diga más. _ Me ha echado de mi casa también, no tengo ni mis ropas, no tengo tampoco dinero para poder regresar a mi pueblo, y aún así tampoco deseo retornar, mis padres no me abrirían la puerta preñada como estoy. _ Bueno hija, lo que necesita ahora mismo es descansar, venga para dentro que le prepararé un caldo y le daré algo de ropa que tengo por ahí de mi hermana, verá como mañana ve las cosas con otro color. _ Muchas gracias Padre. En casa de Carmen, por el contrario que en el Hotel, la actividad era casi nula, la buena de Mercedes hacía todo lo que podía por atender tanto el negocio familiar como a su marido, con quien pasaba horas y horas mirándole, hablándole y contándole todas las cosas que se enteraba de lo que pasaba en el pueblo. _ ... son 3 hermanos en total, el mayor es nuestro Tomás y luego son otro muchacho que viene con la prometida y una jovencita, los dos también blancos como la cal y de pelo color estropajo claro. La madre parece una señora estirada... _ Mercedes._ un débil hilo de voz salía desde los labios de José. _ ¿José? José ¿Cómo estás? ¿Qué te duele? _ Mercedes... me duele todo._ sonrió él mientras terminaba de abrir los ojos. _ Pensaba que ya no podría volver a escucharte. _ Aquí me tienes. _ ¡Carmen! ¡Carmen!_ chilló la señora. _ Joder Mercedes, que es verdad que me duele todo, especialmente la cabeza._ dijo él mientras se incorporaba un poco _ El médico ha dicho que te quedaras tumbado si despertabas. _ Déjame mujer que me duele el culo de estar tumbao. _ ¿Qué pasa Madre?_ la pobre Carmen venía corriendo desde el bar. _ Tu padre. _ ¿Qué? _ Hola hija._ le sonrió él. _ ¡Padre! _ No chilles que le duele la cabeza._ le regaño Mercedes, pero ella no pudo evitarlo y corrió a darle un fuerte abrazo. _ Por fin estás de nuevo con nosotros. _ Carmencita hija, ¿quién hay en el bar?_ preguntó su madre. _ Sólo queda Julián que aún no se ha terminado su botella de hoy. _ Bueno, entonces no hay problema, corre a buscar al Doctor Guillermo, y pídele que venga rápido. _ Voy._ y la muchacha salió corriendo de la casa como alma que lleva el diablo, estaba radiante de felicidad, su padre por fin había vuelto a la vida, probablemente tardaría en volver a estar como antes pero seguro que pronto estaría de nuevo en el bar bromeando con sus amigos e invitando a más de un trago al bueno de Julián. Sabía que tenía que ir a buscar corriendo al Doctor pero primero tenía que avisar a otra persona que se había preocupado muchísimo por su padre, que había ido a visitarlo casi a diario y que se estaba comportando como un verdadero caballero. Abrió la puerta del hotel y allí estaba él, en el vestíbulo, tan guapo como siempre, hablando con uno de sus empleados: _ ¡Tomás! El chico se volvió preocupado y vio la sonrisa dibujada en la morena tez de Carmen. _ ¿Qué ha pasado? _ ¡Se ha despertado Tomás! ¡Se ha despertado! _ ¡Por fin! ¡Cuánto me alegro Carmen!_ y ambos se fundieron en un cálido abrazo. _ Ya casi había perdido la esperanza. _ La esperanza es lo último que se pierde. _ Gracias por todo Tomás, no sé cómo voy a poder agradecerte todo lo que has hecho por nosotros. _ Bobadas. Ella le sonrió _ Bueno, ¿qué ha dicho el Doctor? _ ¡El Doctor! ¡Casi se me olvidaba! _ Anda corre. _ ¿Vienes conmigo? _ No puedo Carmen, estoy liadísimo con la inauguración de mañana, lo siento, aún así mañana te prometo que me escaparé a ver a tu padre. _ Estará muy contento de verte._ la joven se dirigía ya a la puerta. _ Y por la noche... te esperaré en la fiesta. _ Bueno... _ Te esperare. _ Vale, vale._ ella le sonrió y cerró con cuidado la puerta que acolchó el sonido de sus zapatos al correr por las calles del pueblo buscando al doctor. En la casa del guardia, ambos habitantes se encontraban sentados en el salón: _ Ya es que era lo que me faltaba por oír, gritos y gemidos por algo más de una hora, estaba fregando y he tenido que parar e irme a otra habitación, ese inglés ha convertido el convento en una casa del vicio. _ Tranquila mujer, habrá sido la parejita que ha llegado esta mañana, el hermano de Thomas y su prometida. _ ¿Prometida? ¿Ves? Puro vicio, ¿Acaso no esperan a estar unidos en Santo Matrimonio? ¡Que vergüenza! _ Sara, los tiempos cambian y los jóvenes tienen otra forma de ver la vida que a lo mejor para nosotros no es la correcta. _ Qué tonterías Felipe, no les defiendas encima. _ No les defiendo solo digo que son jóvenes. _ Jóvenes y Pecadores, verás cuando le cuente estas cosas al Padre Juan, no se lo va a creer. _ Sara, deja al Padre Juan tranquilo, vamos a tener la fiesta en paz que demasiados asuntos tiene ya con los dos extranjeros. _ Por algo será Felipe, por algo será. ¿Y ahora a dónde vas?_ Felipe se había levantado y se había sentado en el mismo sofá que su esposa. _ Oye Sara, y por qué no vamos nosotros a nuestro dormitorio y hacemos que se escandalicen en el hotel por nuestros ruidos. _ ¡Vamos Felipe, lo que me faltaba por oír!_ se levantó ella de un salto. _ ¿Qué he dicho ahora? Nosotros estamos casados, podemos hacer esas cosas, es más, debemos de hacerlas._ él también la imitó y se puso de pie. _ ¿Para qué? Ya lo hemos hecho varias veces y no has sido capaz de dejarme preñada. _ ¡Pues habrá que seguir intentándolo! _ Estoy cansada de seguir intentándolo Felipe, mucho intentarlo para nada. _ De verdad Sara, no sé a dónde vamos a llegar._ dijo mientras se separaba de ella y se acercaba a la puerta. _ Si venga, ahora enfádate. _ Vete por ahí._ Y dando un portazo se fue de la casa. Tras acabar de reconocer a José, el Doctor Guillermo se disponía a abandonar la casa de los Vargas: _ Verá Mercedes, parece que responde ya a los estímulos correctamente, no obstante._ y bajó el tono de voz._ esto podría ser solo un espejismo, aún puede haber algún problema que no haya dado la cara. _ ¿Qué hacemos entonces Doctor? _ Por ahora siga dándole el medicamente que le di y vendré a visitarlo mañana nuevamente._ y dirigiéndose a José le dio las buenas noches y se marchó del hogar. En el Hotel, la actividad comenzaba a decrecer, la jornada acababa ya y sus huéspedes comenzaban a caer en sus camas. _ Madre, voy a buscar a Thomas para darle las buenas noches. _ De acuerdo hija pero no te tardes, estoy muerta de sueño. Susane abandono la habitación que compartía con su madre justo cuando pasaba cerca de la misma Mateo. _ ¿Ya te vas?_ le preguntó ella. _ Si, ya he terminado mi jornada por hoy y mañana entro temprano. _ Mañana será un gran día. _ Para ustedes desde luego, yo trabajaré el doble. _ Ya me imagino, estás muy guapo sin uniforme. _ Eh, gracias. _ Que tontito eres. _ No mujer. _ ¿Mañana bailaras conmigo? _ Estaré trabajando. _ No importa, yo te buscaré. _ Si tu hermano no me despide por ello. _ Depende de lo mal o lo bien que lo hagas. _ Yo creo que lo hago bien... En ese momento un grito de mujer inundó el silencio relativo en el que estaba sumido el Hotel, al parecer provenía de uno de los pasillos de la planta baja, en la zona de los almacenes. A Koredanu, Megalucy185, eli23 and 1 más les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 2 ago 2014 Qué bonito ha quedado el hotel, me encanta. Ha sido una sorpresa lo del embarazo de Inma pero no me esperaba en absoluto que el alcalde la dejada tirada en la calle. En cuanto al padre Juan, a pesar de sus cosas, se ha portado muy bien con ella dándole cobijo. A la que no soporto es a Sara y no sé cómo el marido la soporta. Hay muchas cosas más que comentar porque son muchos personajes pero no tengo más tiempo ahora. Buen capítulo y espero que no tarde el siguiente. A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 2 ago 2014 Oh!, pero que ca*****o el alcalde, como puede desentenderse de ese modo de su bebé y de Inma, pobrecilla. Me alegra que el padre de Carmen haya despertado, ojalá esté todo bien con el. Y espero que Remedios se aclare y sepa cual es el chico que le gusta, que si no menudo lío se va a formar. No me fío del sacerdote, pero Thomas no se portó del todo bien, debió mostrar algo mas de interés en el tema de la iglesia, el tampoco puede estar tan seguro que las reformas no tienen nada que ver. Y sobre Remedios al final...miedo me da ese grito, a saber que se ha encontrado (igual los gritos que oía Sara no eran los de la parejita... a saber) A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 2 ago 2014 Me ha gustado el capítulo, el hotel ya esta completo y se esta viendo movimiento en el por la familia de Thomas, la historia se esta poniendo interesante, están apareciendo romances y más misterios y esta ayuda del padre Juan a Inma el la puede coger como una oportunidad para ir en contra del alcalde, que parece que muy amigos no son. A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 3 ago 2014 Muchas gracias a todas por seguir la historia y comentarla, y me alegro que os esté gustando. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 3 ago 2014 me ha gustado la familia de tomas, me da que el cura tiene mas de un aliado suelto en su cruzada contra el hotel entro ellos inma por lo que se ve. tengo curiosidad de ver que ha pasado ahora en el hotel A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 17 ago 2014 me ha gustado la familia de tomas, me da que el cura tiene mas de un aliado suelto en su cruzada contra el hotel entro ellos inma por lo que se ve. tengo curiosidad de ver que ha pasado ahora en el hotel Muchas gracias por seguir la historia Terra y por comentar Lo primero es pediros perdón a todos por la tardanza, este ha sido un capítulo que me ha costado trabajillo hacer y escribir, no se por qué, lo tenía todo en mi cabeza pero no terminaba de salirme, aún así estoy contento con el resultado y espero que os guste. Intentaré no tardar demasiado en hacer el próximo aunque el siguiente tiene mucha faena. Capítulo V: La Inauguración El grito provenía de los almacenes, Robert había salido corriendo hacia allí y fue el primero en encontrarse a una aterrorizada Remedios encogida y con lágrimas en los ojos, en un primer vistazo no percibió nada extraño en el lugar. _ ¿Qué ha pasado Remedios?_ se acercó el joven a la muchacha y se agachó a su lado _ Una... una... una sombra. _ ¿Una sombra? _ ¿Qué ha pasado?_ preguntó Mateo que acababa de llegar al lugar, tras él, la hermana de Thomas, Susane se asomaba entre tímida y asustada. _ Al parecer Remedios ha visto una sombra. _ ¿Una sombra de qué?_ quiso saber el chico. _ Era una persona... la sombra de una persona... la he visto... la he visto perfectamente._ dijo Remedios, a quién apenas le salían las palabras. _ No veo nada Reme._ Mateo se había acercado al montón de cajas, botas de vino y demás aparatos que allí había._ No hay nadie. _ Bueno, la llevaremos a recepción. Mateo, avisa a su Madre y su hermano. _ Sí, claro. _ Susane, avisa a tu hermano Thomas._ ambos se fueron corriendo y Robert ayudó a Remedios a incorporarse y la guió casi en volandas hacia la Recepción donde la sentó en uno de los butacones que allí había, en seguida llegaron Dolores y Antonio quienes se encargaron de atender a su hija y hermana, respectivamente, y Mateo que se quedó junto a la puerta. Robert los apartó y arrodillándose delante de la chica le dijo: _ Remedios, es muy importante que recuerdes, con todo detalle, antes de que pase más tiempo, ¿qué es lo que ha pasado? _ Roberto... yo solamente sé, que entraba en el almacén para buscar algo que me había pedido mi madre... _ Aceite._ apuntó la señora. _ Si, eso es... y entonces escuché un ruido al fondo... como allí no hay luz, alumbré con el candil, pero lo que fuera aquello ya se había movido y sólo pude ver una sombra correr y ... grité. _ Pero... antes dijiste, que era una sombra humana._ le dijo Robert. _ Si... eso creo... ¿pero quién? nadie ha pasado por mi lado y ya allí no estaba... _ ¿Qué ha pasado?_ Thomas acababa de entrar en el vestíbulo del Hotel._ Susane me ha dicho que hay fantasmas o no sé qué, se ha ido para su cuarto descompuesta. _ Thomas, Remedios ha visto una sombra humana en los almacenes. _ ¿Una sombra? ¿Tenemos algún ladrón en el hotel? _ No lo creo Jefe, mi hermana dice que nadie ha pasado para salir de su lado._ señaló Antonio. _ Y yo no he visto a nadie en el almacén Señor._ dijo Mateo. _ Thomas, ¿Podemos hablar?_ Robert se levantó y apartó a su amigo de los demás presentes._ Thomas, si hay un espectro o alguien vagando por el hotel a sus anchas no podemos abrir hasta que lo hayamos atrapado... ¿Qué pasa si lo que le ha ocurrido a Remedios en los almacenes le pasa a alguno de los huéspedes en su habitación? _ Robert, mañana llegan los primeros inquilinos, tenemos que abrir, no vamos a cancelar la inauguración por una simple sombra que podría haber sido la de un ratón... _ Muy bien, como quieras, pero si pasa algo, será responsabilidad tuya. _ Que así sea. Al día siguiente, prácticamente todo el pueblo se había enterado del incidente acaecido en el interior del Hotel. La buena de Jacinta, se acercó como cada día a la pequeña tienda del pueblo. para hacer las compras necesarias para el mantenimiento del hotel y la cocina del mismo, allí su vendedora y amiga Ana la estaba esperando: _ ¡Jacinta! Qué bien que llegas, nos estaba contando Sara aquí que ayer se apareció el espectro de un viejo monje de San Agustín en el Hotel, ¿es verdad? _ Qué rapidez querida Sara, las noticias llegan a sus oídos a la velocidad de un relámpago._ respondió Jacinta mirando a la mujer del policía. _ Se olvida usted que vivo justo al lado del convento querida._ contestó la afectada. _ ¿Entonces es cierto amiga? ¿Hay un espectro vagando por el antiguo convento?_ intervino Ana. _ Claro que no._ respondió la limpiadora del Hotel. _ Entonces, ¿cómo explica los gritos y las carreras que oí ayer desde mi habitación?_ preguntó Sara. _ Bueno, el Señorito Andrew, el hermano del Señor Thomas, está alojado con su prometida, quizás ellos... _ No, no me refiero a esa clase de gritos, que también Ana, no vea usted el día que me hicieron pasar ayer, a mi Felipe lo tenían loco, tuvo que salir a tomar el aire y todo._ dijo dirigiéndose a la vendedora. _ ¿Entonces a qué gritos se refiere usted, Sara?_ preguntó una discreta Eugenia, una de las vecinas del pueblo. _ Jacinta sabe muy bien a qué me refiero, lo que pasa que no quiere soltar prenda. _ Si se refiere al grito de la muchacha Remedios, fue solo que se asustó al ver un ratoncillo en los almacenes del inmueble, nada más. _ Ya... claro, será eso._ dijo Sara. _ Si no me cree no es problema mío, si no tiene usted ninguna pregunta más para su interrogatorio esperare a que Ana me atienda rápidamente ya que tengo que volver con celeridad al Hotel, hay mucho trabajo por hacer para la velada de esta noche. _ Cierto, ¿qué tienen pensado ponerse?_ preguntó Ana para cambiar la conversación, y lo consiguió, las mujeres empezaron a hablar sobre los trajes que había preparado para la ocasión y los peinados que pensaban ponerse. Mientras tanto en el Hotel comenzaban a llegar ilustres invitados a la fiesta de inauguración que Thomas había programado para esa misma noche y a la que había invitado a los nobles de la comarca para que conocieran de primera mano las maravillas de su negocio. La primera en llegar fue Gloria Suarez, Condesa consorte de los Arcos, esposa del Conde Don Fernando de Castro, quién justificó la ausencia de su esposo alegando problemas con los jornaleros de sus tierras, fue alojada en una de las habitaciones de la planta alta del Hotel. Tras ella, llegaron los Duques de Barranco, el Señor Eugenio Domecq y la Señora Soraya Báñez, ambos se quedaron asombrados por la decoración del Hotel, lo había conocido cuando era convento y aseguraban que nunca hubieran imaginado el partido que se le ha sacado a dicho lugar. Fueron alojados en una de las habitaciones de la planta baja, una de las que daba al patio interior. Por último, el Señor Marcos Vega, Marqués de Vallesco y soltero de oro de la comarca, muchas Señoritas se disputaban su amor, pero la fama de mujeriego lo acompañada allí donde iba. Su habitación también se encontraba en la segunda planta del inmueble. Tras la recibir a sus invitados, Thomas se encaminó hacia la casa de Carmen, ansiaba ver al padre de esta, a José, quería verlo después de su despertar del coma que había padecido. Cuando llegó, Mercedes lo invitó a pasar: _ Thomas hijo, que alegría, seguro que a José le da mucha alegría el verte. _ Gracias Mercedes. _ Pasa hijo pasa, mira José quien ha venido a verte. _ Buenos días Don José. _ Hola hijo._ sonrió el anciano desde su cama. _ Bueno, os dejo hablar tranquilo a los dos._ y dejando a los dos hombres en la habitación, la Señora salió y se encaminó hacia la cocina de la casa donde se encontraba su hija lavando algo en el fregadero._ Thomas está hablando con tu padre. _ ¿Qué? _ Que el muchacho ha venido a ver a tu padre, se preocupa por él, me encanta para ti. _ ¡Madre! _ ¿Qué? Es guapo, inteligente, emprendedor, atento, ¿Qué más quieres? _ Madre, Thomas no está interesado en el amor ni en mi ni en nada, solo piensa en el hotel, asi que déjese de sueños y pamplinas. _ Bueno, tu ve a verlo y ofrécele tomar un trago de vino o lo que se le antoje al muchacho. En la habitación, Thomas hablaba con José, quien acababa de contarle sus pormenores de la situación en la que se encontraba, cansado ya de estar tumbado pero sin las fuerzas necesarias en las piernas como para ponerse de pie. _ No se preocupe Don José, que en menos de lo que canta un gallo está usted dando sus paseos por la plaza del pueblo, estese seguro. _ Eso espero hijo, eso espero. _ Verá, Don José... hay algo que me reconcome por dentro desde que ocurrió su accidente. _ Dime muchacho. _ ¿Qué le paso exactamente? _ ¿Cuándo me caí? _ Si, ¿qué le ocurrió? _ Verás hijo, tengo muy vagos recuerdos de ese momento, solo recuerdo estar hablando con el Padre Juan, discutiendo más bien, no recuerdo por qué, y lo siguiente que recuerdo fue ya despertar aquí ayer... _ ¿El Padre Juan? ¿Qué hacía él allí? _ Pues no lo recuerdo hijo, las imágenes que me vienen a la memoria no son precisamente de una conversación agradable, pero no recuerdo el contenido de las mismas... _ Es que no lo logro entender, cuando nosotros entramos corriendo tras oír el ruido, allí no había nadie, ni ninguno vimos salir a nadie del Convento. _ No lo sé hijo, creo recordar que él se fue, pero nada más... _ Perdón._ Carmen acababa de entrar en la habitación._ ¿Quieres tomar algo Tomás? _ No gracias Carmen, ya me iba, no es menester el molestar más al bueno de tu padre. _ No digas eso, en esta casa tu nunca molestas._ le dijo José. _ Es grato saberlo José, aún así insisto en que debo de marcharme ya, los preparativos para la inauguración del Hotel no nos dejan descansar ni un segundo._ dijo mientras se ponía de pie. _ Bueno, te acompañaré al menos a la puerta Tomás._ señaló Carmen. _ Como desees, Don José, vendré a visitarlo pronto. _ Eso espero muchacho, y que tengas mucha suerte en la inauguración esa. _ Muchas gracias Don José, hasta la próxima._ y diciendo esto siguió a Carmen, la cual le acompañó hacia la puerta de la casa._ Muchas gracias Carmen. _ Gracias a ti por venir a ver a mi padre, le ha alegrado mucho tu visita, estoy segura. _ No tienes por qué darlas. Oye, espero verte esta noche. _ ¿Esta noche? ¿En la inauguración te refieres? _ Claro, va a venir todo el pueblo. _ No creo que deba ir Tomás, mi padre sigue enfermo y no debería de abandonarlo. _ No lo abandonarás, seguro que Mercedes se queda encantada cuidándolo. _ Ya, ya, pero me da pena que Madre tenga que cargar con todo. _ Bueno, haz lo que veas, yo estaré esperándote. _ No te aseguro nada. _ Hasta luego. _ Adiós Tomás. Y el chico se marchó hacia el Hotel dejando a Carmen repleta de dudas en la puerta de su casa, la muchacha entró dentro en busca de su madre, quería saber qué opinaba ella, en cierta forma pedía su permiso para poder acudir a ese evento: _ Claro que tienes que ir, es más, es obligatorio que vallas. _ Pero Madre, ¿y si necesita usted ayuda para cuidar a Padre? _ Tonterías, yo me basto solita para cuidar a mi marido, además, tu eres joven y tienes que preocuparte por encontrar un buen marido, y yo sé que ese extranjero está hecho para ti. _ ¡Siempre igual Madre!_ rió la joven. _ El tiempo me dará la razón._ sonrió la ancina. En la Parroquia, una muchacha rubia acababa de encenderle una vela a la Santísima Virgen del Amor mientras oraba, estaba tan centrada en sus oraciones que no escuchó los pasos de la persona que se acercaba hacia ella: _ Hija mía, ¿qué haces de nuevo aquí?_ preguntó el Padre Juan. _ Se me había olvidado encenderle una vela a la Virgen Padre. _ Inmaculada... le has encendido velas a todas las imágenes y cuadros que hay en la Parroquia... _ Ya Padre, por eso no quería dejar a la Virgen del Amor sin ella. _ Y ya de paso aprovechas para pedirle lo que su nombre dice ¿no? _ No Padre, yo no quiero que me ame, tan solo pido que no dé de lado a su hijo. _ ¿Cómo ha actuado hoy? _ Muy seco Padre, como salvándome la vida al abrirme mi antiguo hogar para que recogiera mis cosas. _ Será mal nacido ese alcalducho que tenemos, en el próximo Pleno del Ayuntamiento se va a enterar... _ No Padre, va a ser antes... _ ¿Qué vas a hacer Inmaculada? _ Ya lo sabrá Padre, ya lo sabrá. La noche cayó sobre el pequeño pueblo y los vecinos del lugar así como todos los invitados a la inauguración del Hotel, vestidos con sus mejores galas, se encontraban ya en el interior del Salón de Celebraciones del Hotel, un amplio espacio ubicado en la parte trasera del complejo, ante ellos, se encontraba en ese momento Robert, que muy nervioso procedió a presentar a su mejor amigo: _ Como todos sabéis, todo esto no habría sido posible sin el empeño, las fuerzas y las ganas de mi gran amigo ¡Thomas Edwing! La multitud recibió con aplausos al recién llegado que sonreía nervioso mientras comenzaba a pronunciar él también algunas palabras: _ Gracias a todos por venir, especialmente a aquellos que habéis venido desde fuera de esta localidad y ya habéis estrenado las habitaciones de este hotel. Como algunos sabéis, abrir este hotel fue un sueño desde hace varios años, en mi mente siempre estuvo presente este convento y... casualidades del destino quiso Dios que ambos finalmente se unieran en este ansiado proyecto. Sin más, solo quiero agradecer afectuosamente a todas aquellas personas que han confiado en mí: a mi madre, a mi hermano Andrew, a mi hermana, como no a mi mejor amigo Robert y a todos y cada uno de los vecinos de este pueblo por su maravillosa acogida, muchas gracias y disfruten de la velada. Tras el gran aplauso que procedió a estas palabras, los trabajadores del hotel procedieron a colocar mesas cargadas de comida y bebidas para todos los comensales de la fiesta. El primero en acercarse a Thomas fue su hermano: _ Que bonitas palabras hermano. _ Gracias _ Mañana me pasare por tu despacho para hablar de lo mío ¿vale? _ Sin problemas, ahora disfruta de la velada Andrew. En otra parte de la sala, el Doctor Toledo y la Condesa de los Arcos no paraban de cruzarse miraditas. _ No me quita usted ojo._ le dijo la Condesa. _ Oh, perdón, disculpe si la he molestado. _ Nada más lejos de la realidad, es todo un honor. _ Gracias, señorita... _ Señora de Castro, Duquesa de los Arcos._ y le extendió la mano para que este la besara. _ Un placer, Doctor Guillermo Toledo, a sus pies. _ Veo que es usted todo un caballero, creo que podemos pasarlo muy bien._ rió la condesa. Remedios no paraba de atender a todos y cada uno de los invitados del evento, iba de una mesa a otra, como todos los demás trabajadores, preguntando que deseaban los señores. A pesar de eso, cada cierto tiempo notaba la mirada de Robert sobre ella. _ Se te van a salir los ojos querido._ le dijo Emma. _ ¿Eh? Ah perdona Emma, no te estaba escuchando._ se disculpó. _ Digo, que no paras de mirar a esa muchacha, ¿no es un poco joven para ti? _ ¿Qué dices Emma? No me estoy fijando en nadie, simplemente observo que los trabajadores hagan bien su trabajo, nada más. _ Ya, claro... Mateo tampoco paraba quieto, iba de un lado para otro sin parar, sirviendo vino y bandejas de pescaito frito, aún así, cada vez que podía no dejaba de mirar lo especialmente guapa que se encontraba Susane esa noche. _ Hija, ese muchacho no te aparta la vista. _ Tonterías Madre. _ Susane, más sabe el diablo por viejo que por diablo, hazle caso a tu madre. _ Si usted lo dice... _ Recuerda que tu eres una Señorita hija, intenta no conquistar corazones que no estén a tu altura. _ Así lo haré Madre. Alrededor de una de las mesas se encontraban situados gran parte de las personas más pudientes de las allí reunidas, los marqueses, el duque, el alcalde y su hija, así como el sastre y su hermana que hablaba con la Duquesa sobre un vestido que se le había ocurrido para ella. En ese momento se acercó Antonio a la mesa: _ Disculpen los señores, necesitan algo. _ Si hijo, ya que estás tráenos más vino, que ya apenas nos queda aquí._ le dijo el alcalde. Al irse, Antonio se quedó mirando por unos instantes a Miguel, quien le devolvió la mirada durante unos segundos. _ Miguel continúa, ¿qué decías de una flor en la cadera?_ le llamó la Duquesa. _ Sí, es una idea que lleva tiempo rondándome..._ volvió en sí el sastre. _ Me tiene cansado ya esta conversación, ¿a usted no señorita?_ el Marqués del Vallesco, Marcos, se había acercado a María quién se vio sorprendida: _ ¡Ay! Valla susto, no lo esperaba. _ Discúlpeme señorita, nada más lejos de mi propósito el pretender asustarla. _ No se preocupe. _ A mí lo único que me preocupa es cómo voy a poder seguir viviendo sin ver cada día esos preciosos ojos que usted tiene. _ Boberías._ rió la muchacha._ esta usted hecho un donjuán. _ Nada más lejos de la realidad, solamente usted ha sido capaz de romper mis esquemas con esa mirada. Cerca de la entrada se encontraban Thomas y Andrew aún hablando cuando se abrieron las puertas del salón y apareció tras ellas la hermosa figura de Carmen. _ Bueno hermano, te dejo, que creo que te están buscando. La sorpresa de Thomas al darse la vuelta fue más que grata: _ No esperaba verte ya por aquí. _ ¿Acaso dudabas que vendría? _ La verdad que casi había perdido la esperanza. _ Todo ha sido gracias a mi Madre. _ Una gran señora sin duda.¿Qué quieres tomar? La llegada de Carmen no había pasado desapercibida por los demás invitados, especialmente llamó la atención de Emma, quién acercándose de nuevo a Robert le preguntó: _ ¿Quién es esa? _ ¿Quién? _ La que está hablando con Thomas. _ Ah, Carmen, la tabernera, bueno, o la hija del tabernero. _ ¿Y cómo se atreve a hablar de tú a tú con mi cuñado? _ Verás Emma, por muy difícil que te parezca, esa muchacha es igual que tu o que yo, ella y su familia han sido los vecinos que más nos han ayudado desde que estamos aquí, dándonos incluso techo para dormir, se lleva muy bien con Thomas, nada más. _ Ya, ya... es muy atenta ella... _ Emma, deberías superar ya lo de Lucy... _ ¿Y a ti quién te manda meter a Lucy en todo esto? _ Nadie... nada... déjalo... La velada siguió transcurriendo con normalidad, pasadas ya las once y media de la noche, Thomas llamó a Robert: _ Parece que ya nadie come. _ Ya están saciados amigos, no te preocupes. _ Bien, entonces comenzaremos ya con el baile, dile a Antonio y Mateo que recojan la mesa grande y a Jacinta y Remedios que aparten del centro las pequeñas y retiren los platos. _ Eso está hecho. Una vez se recogió el salón, Thomas se colocó nuevamente en el centro: _ Bueno señores, llegó la hora, cojan a sus parejas y que comience el baile. Así lo hicieron y pronto comenzó a sonar un vals mientras las parejas comenzaban a llenar la pista. María y su padre bailaban juntos: _ No te quita la mirada _ ¿Quién Padre? _ El Marqués _ Si, es muy atento. _ Aprovecha hija, nunca sabes cuándo vas a encontrar a alguien tan poderoso como él. _ Padre, yo no busco dinero ni poder. _ Pero eso siempre ayuda hija. La Condesa de los Arcos, Gloria, bailaba con el Doctor: _ Está usted hecho un gran bailarín. _ Lo mismo digo señora. _ Como todo lo hagas igual hijo... Andrew bailaba con su prometida: _ No me gusta la gitana esa para tu hermano. _ A ti todo lo que no sea Lucy... _ Otro con Lucy, ¿queréis dejarla descansar en paz? _ Perdona cariño, no quería ofenderte. Al acabar la primera canción, muchos se acercaron para cambiar de pareja, fue el caso de Marcos, quien se acercó al alcalde para pedirle bailar con su hija: _ Por supuesto, mi hija está encantada de bailar con usted. _ El que está encantado soy yo, Señor alcalde. Thomas también dejó a su hermana, que aprovechó para correr a sentarse antes de que otro quisiera bailar con ella, y se acercó a Carmen: _ ¿Bailas? _ Yo no sé bailar eso. _ Es muy fácil, tu sólo déjate llevar. Ella dudo unos instantes antes de agarrarse del brazo de Thomas. El Marqués bailaba ya con María: _ ¿Sabe? Nunca antes ninguna mujer había calado tanto en mi como para sacarme a bailar. _ Me ha sacado usted a mí. _ Lo importante es que estoy bailando con usted. _ Si usted lo dice. Carmen se dejaba llevar por Thomas en ese baile que tan poco le gustaba. _ Esto es un baile de señoritos. _ ¿Y acaso tú no eres una bella Señorita? _ Yo solo soy una humilde camarera Thomas. _ ¿Y qué más da? En ese momento, las puertas del Salón volvieron a abrirse, dejándole paso a la antigua secretaria del Alcalde, Inma, la cual, dejaba ver en su vestido, como le estaba creciendo poco a poco la barriga. Los cotilleos no tardaron en recorrer la sala: _ Ana, prepárate porque de un momento a otro, aquí se va a armar la marimorena. _ ¿Pues no parece que está más gorda esta chiquilla? _ Ahí Ana de mi alma ¡que el alcalde la ha preñao! _ Qué bruta eres Eugenia. El alcalde se acercó rápidamente a ella: _ ¿Qué haces aquí? _ Estaba invitada, como todo el pueblo. _ Tú no eres de este pueblo. _ ¡Ah! ¿no? ¿Entonces puedo desvelar la información secreta que he acumulado trabajando en su ayuntamiento? _ ¿Qué? Cállate esa boca _ No me hables así. Estoy muy cansada, jarta ya de aguantar tus desplantes. _ Baja la voz Inmaculada. _ No quiero, me da igual que se entere todo el mundo. _ A mí no, así que vámonos fuera. Y agarrándola del brazo la sacó del salón donde se encontraban y se dirigió hacia afuera, caminaban hacia la calle cuando Inma se paró en seco: _ ¡Ya está bien Ignacio! _¿Qué quieres Inma? _ ¿Qué qué quiero? Pues que me trates bien joder, que no soy una puta barata, que cuando me convenciste para venir a este pueblo todo era bonito, mientras trabaje para ti, era la mujer más maravillosa del mundo, y ahora que estoy así por tu culpa soy una mierda. _ ¿Y qué hago? _ Reconocer tus errores y afrontarlos, lo que llevo aquí dentro es hijo tuyo, Ignacio, ¡tuyo! _ Bueno, eso será o seró _ ¿Cómo? De nuevo estás diciendo que soy una fulana. _ ¿Qué está pasando aquí?_ María había salido tras ellos preocupada por su padre. _ Verás María..._ comenzó a decir su padre. _ Estoy embarazada._ dijo la rubia. _ ¿Cómo?_ la bibliotecaria se había quedado de piedra. _ Y tu padre me ha echado del ayuntamiento, de la casa de la secretaria, y casi del pueblo. _ ¿Es eso cierto Padre? _ Bueno, no, la verdad es que solo dice palabrerías hija. _ No se por qué pero yo la creo Padre. _Pero si tu siempre has dicho que... _ Sé lo que he dicho siempre Padre, pero la actitud de Inmaculada no es otra que la de una Madre que lucha por su hijo._ miró seriamente a su padre mientras señalaba el vientre de Inma._ y tu Inmaculada, no te preocupes que mañana lo arreglamos todo, ¿dónde estás durmiendo? _ En casa del Padre Juan. _ Bien, pues vuelve allí y descansa, mañana pasaré a buscarte y nos reuniremos los tres para arreglar las cosas. _ De acuerdo. _ Y usted y yo Padre, será mejor que nos vayamos también para casa, tenemos mucho de que hablar. _ Si, será mejor irnos antes que entrar ahí dentro de nuevo, estarán murmurando como víboras. Dentro continuaba el baile, aunque Carmen ya se había cansado del mismo: _ ¿Qué te pasa?_ le preguntó Thomas. _ No sé, es que esto es extraño. _ ¿El qué? _ Esta fiesta, yo necesito un baile por bulerías, una soleá bien cantá, no sé, para mí eso es una fiesta... _ Bueno, y ¿Quién te lo impide? _¿Enserio? _ Claro, estoy deseando verte bailar como se baila aquí. _ Voy a buscar a mi primo Antonio, ¿Le dejas que toque un poco la guitarra? _ Está bien._ sonrió el chico. Y en menos de un minuto, Carmen ya estaba bailando en el centro del salón, con su primo Antonio tocándole la guitarra y todos los ojos clavados en ella. Faltó tiempo para que su prima Remedios saltara también al centro y ambas comenzaran a bailar juntas. Y poco tardaron también en intentar hacer bailar a Thomas y a Robert, aunque poco consiguieron. Todos disfrutaban viéndolas bailar, eran todo un espectáculo de fuerza y emoción y el sentimiento que transmitía Antonio con la guitarra era sobrecogedor. La fiesta fue acabándose poco a poco y tanto los vecinos como los huéspedes del hotel se fueron marchando del Salón de celebraciones. De los últimos en marcharse fueron Gloria y Guillermo, los dos habían estado bailando sin parar durante casi toda la noche y entre ellos saltaban algo más que chispas: _ Me ha encantado la velada a su lado, Doctor. _ Para mí ha sido todo un honor, Condesa. Y entonces, ocurrió lo inevitable, ambos llevaban toda la noche queriendo besarse, y poco tardaron en hacerlo en cuanto se quedaron solos. _ Disculpe, sé que usted es una mujer casada. _ ¿Está aquí mi marido? _ No, pero... _ Pues ojos que no ven, corazón que no siente. Vamos a mi habitación. Ambos subieron aprisa por las escaleras buscando el dormitorio de la condesa y menos tiempo en quitarse la ropa. _ Deseaba tanto hacer esto._ dijo la Condesa antes de besar de nuevo al Doctor y fundirse en una larga noche de pasión. Mientras en el Salón, Mateo había conseguido entablar conversación de nuevo con Susane, una vez se había marchado la Señora Edwing. _ ¿Se sabe ya que es lo que vio anoche tu compañera? _ Nada, yo no encontré nada en esos almacenes. _ Seguramente se lo inventaría, te vería charlando conmigo y se molestó, he visto como te mira. _ ¿Remedios? No, no existe nada entre nosotros. Carmen y Remedios habían dejado ya de bailar y la chica se había puesto a recoger las cosas que quedaban en el salón junto a Jacinta y su hermano. _ Has estado increíble bailando Remedios._ le dijo Robert. _ Gracias Señor. Antonio llevaba una bandeja con restos de comida que habían dejado en el Salón: _ Antonio, espera._ le dijo Miguel, quién lo seguía unos pasos más atrás, aunque este no le hizo mucho caso. Llegaron hasta la cocina._ Antonio, ¿es que no me oyes? _ No tengo nada que hablar contigo. _ Antonio, yo... _¿Por qué eres así tío? _ ¿Y tú por qué eres así? ¡Me agobias! _ ¡Pues nada! ¡Solo quería felicitarte por lo bien que habías tocado! _ ¿Y para eso me sigues hasta la cocina? _ ¡He intentado decírtelo antes! Y entonces ocurrió, no se sabe ni cómo ni cuándo pero se tenían ya uno frente al otro, y Antonio le besó. Fue un besó de pasión, de coraje, de desesperación, de lucha,... _ Antonio yo..._ fue lo único que Miguel logró balbucear. _ ¡Cállate!_ y el joven moreno salió corriendo de la cocina. En el Salón, Andrew y Emma se despedían de Thomas antes de irse a la cama: _ Hermano, simplemente genial la inauguración, no me extrañará que este negocio sea todo un éxito. _ Gracias hermano. _ Nosotros nos retiramos ya a nuestra habitación, estamos muy cansados. _ Id sin demora entonces. _ ¿Y tú que te quedas aquí solo con... Carmen?_ quiso saber Emma. _ Si... bueno... nosotros ya estamos apagando las velas y eso y ya nos vamos. _ Ah... vale... _ Venga, vámonos mujer._ le dijo Andrew._ hasta mañana a todos. Mateo se había empeñado en acompañar a Susane a su habitación: _ Mateo, no tenías que preocuparte, sé llegar sola perfectamente. _ No te dejare sola, aún no se sabe que es lo que vio Remedios la otra noche. _ Eres todo un caballero, Mateo. _ Es lo mínimo que uno puede hacer ante una dama como vos. _ Valla, cuanta amabilidad. _ La que se merece señorita. Y Susane le besó, tenía ganas desde el primer momento en el que lo vio, y poco a poco el muchacho había conseguido hacerse un hueco en su corazón, sabía que era una relación casi imposible, pero... cosas más raras se había visto. Andrew y Emma se dirigían a su habitación cuando ella comenzó a encontrarse mal, un fuerte dolor en el estómago le impedía seguir caminando: _ Andrew, ayuda, me duele mucho. _ ¿Qué te pasa cariño? _ No lo sé, ahh _ Vamos, haz un esfuerzo, nuestra habitación está ahí mismo, te tumbaré e iré corriendo a buscar al Doctor. Robert se dirigía ya hacia su dormitorio cuando Remedios le alcanzó: _ Robert. _ ¿Qué te pasa Remedios? _ Ya no lo aguanto más. _ ¿El qué? _ Robert, estoy enamorada de ti. _ ¿Cómo? _ No sé cómo ha sido, lo único que sé es que no puedo sacarte de mi cabeza, aunque tampoco es que quiera, sé que tu también sientes algo por mí, lo noto, he visto como me miras. _ Verás Remedios, yo... yo soy mayor que tu. _ ¿Qué más da la edad? _ Pues sí, importa, Remedios, importa. Tú lo que tienes que hacer es buscarte un muchacho de tu edad, mira, Mario no tiene novia ni nada y... _ Mario se puede ir al carajo seis o siete veces Robert. _ Habla bien. _ ¿Vas a decirme que si me vieras besándome con Mario no te ardería todo por dentro? _ Pues... no... claro que no. _ Yo al que quiero es a ti, ¿no lo entiendes? _ Si lo entiendo Remedios, pero yo ahora mismo no puedo ofrecerte nada._ y acercándose a ella la besó en la frente._ buenas noches._ y se fue. Thomas y Carmen se habían quedado solos en el Salón, habían apagado ya casi todas las luces pero Thomas no tenía prisa, y decidió sentarse un rato, le dolían los pies a reventar, Carmen se sentó junto a él: _ Eres increíble Carmen. _ ¿Cómo dices? _ Eres simpática, inteligente, astuta, cariñosa, alegre, bailas, cantas, ... ¿qué haces mal tú? _ Amar. _ ¿Por qué? _ Porque me enamoro de quién no debo. _ ¿Estás segura?_ y acercándose a ella, la besó. Fue un beso dulce, cargado de sentimientos y emociones. _ Thomas... yo... _ Yo creía que nunca iba a volver a sentir algo así, y aún me cuesta entender que es esto que siento dentro Carmen. _ ¿Pero por qué? _ Por Lucy..._ dijo mientras se miraba la alianza que llevaba en su dedo. A Koredanu, DokuroSim and Merchedj les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 17 ago 2014 (editado) Muy buen capítulo. Han pasado muchas cosas para comentarlas todas así que comentaré algunas. Primero, creo que esa sombra en la que nadie cree es real. No sé quién será o si será un fantasma pero estoy segura de que realmente estaba allí. Por otra parte, se están fraguando amoríos y no me esperaba que Remedios se lo confesara a Robert. Thomas parece bastante interesado en Carmen, lo cual me alegra porque a ella le gusta él y me gustaría que formaran pareja. Lo que ha sido una sorpresa es el beso que le ha dado Antonio a Miguel, no me lo esperaba y tengo ganas de saber cómo se comportará Miguel con Antonio después de ésto ya que ahora no hemos podido saber nada ya que Antonio se ha marchado corriendo. Por otra parte está lo de Enma, no sé qué le pasará pero me amosca ese dolor tan fuerte en el estómago. Por último, me ha gustado la reacción de la hija del alcalde con Inma, se la ve buena persona y es evidente que el querer que se reúnan los tres será para ayudarla. Editado 18 ago 2014 por Merchedj A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 17 ago 2014 Oye a mi me encantaría que hubiera un fantasma en el hotel, pero seguro que hay alguna entrada secreta en el convento y a lo mejor está el cura haciendo de las suyas. Por lo demás el resto me ha encantado, la fiesta, y los acercamientos entre las parejitas aunque a Robert le daba yo unos cuantos tirones de orejas para espabilarlo. La historia está muy bien construida y ya tengo ganas de leer más. A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 18 ago 2014 Muy bonito capítulo por la fiesta de inauguración con parejitas y por la recuperación de Jose, no esperaba que despertara, que bien que lo ha hecho. La sombra que han visto sigo pensando que podría ser el sacerdote, porque nadie más ha dado pistas, pero también podría ser otra persona y con otras intenciones, no necesariamente acabar con el hotel, quizás. Espero el próximo A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 5 sep 2014 Como siempre daros muchas gracias a las 3 por comentar, no me acordaba de que no os habia contestado, me alegra mucho que hagais teorias y eso sobre la sombra y eso jejeje y también pediros disculpas porque voy superretrasado con la historia, pero esto tenia más curro del que pensaba, aun asi creo que esta quedando un gran capitulo, os traigo una foto de adelanto para que os hagais una idea de lo que puede ir, ya me va quedando menos jeje A DokuroSim, Koredanu, Merchedj and 1 más les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 5 sep 2014 Pensé que traías nuevo capítulo, pero un adelanto y saber que falta poco es muy satisfactorio para mi acá lo espero. A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 14 sep 2014 (editado) Aquí os traigo un nuevo capítulo, siento muchísimo la tardanza pero este capítulo me ha dado bastante más guerra de la que me imaginaba, aparte de que he tenido poco tiempo y muchas veces falta de inspiración, pero por fin aquí está, el próximo espero no tardar mucho pero a mi ya se me han acabado las vacaciones asi que no se jajaja Capítulo VI: Lucy _ ¿Y quién es Lucy? _ Verás... Lucy... Gran Bretaña, año 1928 "Para contarte quién era Lucy, o más bien, quién era Lucy para mi, tengo que contarte mi historia... poco tiempo antes de que apareciera Lucy en mi vida, apareció Robert, desde chico me han educado en mi casa, a mis padres no les faltaba el dinero, para que engañarnos, el sacerdote que había en el pueblo era el encargado de mi educación y la de mi hermano, desgraciadamente ese hombre falleció ya anciano y poco tiempo después mandaron a un nuevo Cura para el pueblo: _ Verá Padre George, como comprenderá la educación de mis hijos no la puedo dejar en manos de cualquiera, ya que están destinados a cultivar un gran imperio que con tanto trabajo mi padre levantó. _ Señor Edwing, no he sido yo quien ha venido buscando el trabajo, sino usted el que me ha hecho llamar, si de verdad quiere que sus hijos reciban una correcta educación puede confiar en mí, acabo de llegar de misionero de enseñar a cientos de africanos la palabra del Señor aparte de a leer, sumar y otros tantos saberes. _ Entiendo, por otro lado, el niño que viene con usted... _ Eso si, es condición indispensable que mi hijo sea educado junto a los suyos, es decir, él vendrá conmigo cuando le dé clases a ellos y aprenderá a la par de ellos. _ ¿Es su hijo? _ Adoptivo, sus padres fallecieron poco tiempo después de que él naciera y yo me hice cargo de él. _ Entonces, ¿Empezamos ahora mismo? _ Por supuesto, tiene a mis hijos esperando en el comedor._Los dos hombres se levantaron de sus asientos._ Cuando quiera. _ ¿Y esa niña tan bonita quién es? _ Mi pequeña Susane, con 6 meses creo que tiene poco que aprender aún. _ Como mucho a hablar y andar, ¿verdad Susane?_ le dijo mi Madre. _ Seguro que será una gran alumna cuando se incorpore a mis clases._ sonrió el sacerdote. _No cabe duda Padre._ contestó la mujer. _ Bien, Padre, Helen le mostrará el camino al Comedor, hablaremos pronto para ver que tal avanzan las clases, encantado de conocerle. _ Lo mismo digo, Señor Edwing, encantado y encantado Señora. _ Igualmente Padre. Helen llevó al Padre George Bestigui al Comedor, el lugar donde dábamos las clases, los tres llevábamos cerca de una hora en absoluto silencio, mirándonos las caras o evitando mirarnos, no sé muy bien que decirte. El Padre George se quedó un poco en blanco al vernos tan separados: _ Robert, levántate y siéntate allí._ y se acercó hacia nosotros, el chico negro también lo hizo, sentándose enfrente nuestra._ Hola Thomas, hola Andrew, soy el Padre George y a partir de ahora seré vuestro nuevo mentor. Él es mi hijo Robert y será vuestro compañero de clase a partir de ahora, seguro que de aquí a poco tiempo seréis todos muy buenos amigos, aunque tenéis que tener un poco de paciencia con él ya que a veces tiene algún problema con el idioma. Y no se equivocaba aquel buen hombre, los días fueron pasando y cada día nos lo pasábamos mejor con Robert, aprendíamos mucho en clases pero lo mejor venía cuando salíamos al jardín a jugar, algunos días solos y otros días junto a Black, el caballo de Andrew. Uno de esos días que jugábamos en el jardín delantero de la casa, la ví por primera vez, su pelo castaño claro o rubio oscuro, nunca supe saberlo, su mirada verde clara, su sonrisa perpetua, no lo supe entonces pero lo sé ahora, fue ese el momento en el que me enamoré de Lucy, con apenas 8 años y simplemente viéndola una vez esa niña fue capaz de enamorarme, aunque con aquella edad poco sabía de ese sentimiento que había aparecido en mi interior. Venía con la que debía de ser su madre a ver a la mí, jamás había visto a esa Señora, al menos no la recordaba, tenía un porte muy serio, más bien parecía la mala de una novela infantil, la niña caminaba tras ella. Efectivamente era conocida de mi madre, una de sus mejores amigas, llevaban años sin verse y la alegría que les dió a ambas encontrarse fue suprema: _ Lourdes querida, cuánto tiempo sin verte. ¿Esta es Lucy? Dios mío, que grande estás, estás guapísima. _ Gracias Señora Edwing. _ Mira cariño, afuera están jugando mis hijos con un amiguito suyo, ¿ por qué no sales a jugar con ellos? Dile que te enseñen a Black, verás cómo te gusta. Helen te acompañará Andrew, Robert y yo seguíamos jugando en el jardín delantero de mi casa, cuando oí su voz detrás mía: _ ¿Qué hacéis? Un escalofrío recorrió mi cuerpo al oír su voz para girarme y ver su cara un tanto extrañada al vernos mirar a través de la valla, ni se imaginaba que éramos los presos en una historia imaginaria. _ ¿Y tú quién eres?_ se adelantó Andrew. _ Soy Lucy, vuestra madre me ha dicho que me enseñéis a Black. _ Va-vale._ logré decir. _ A Black no se le puede estar molestando todo el tiempo._ refunfuñó mi hermano. _ Bueno, si no puede ser, podríamos jugar a las casitas o a algo. _ ¿Dónde estará este maldito caballo?_ y nos guió a todos hacia el patio donde se encontraba el animal. _ Hola Black, nos has echado de menos._ lo abracé y ví como ella se quedaba mirándome mientras mi hermano se reía._ Black es muy bueno, pero tarda en coger confianza. _ Hola bonito, ¿Cómo estás? ¿Quieres un besito?_ Black se acercó de inmediato a Lucy y se dejó acariciar por la niña, mientras yo lo envidiaba tremendamente, la tarde pasó entre juegos y risas. La siguiente ocasión en la que vi a Lucy fue un domingo en el que Andrew y yo acompañamos a nuestros padres a misa, los niños nos aburríamos mucho dentro de la Iglesia por lo que solíamos quedarnos en la puerta jugando un rato, y allí estaba ella, junto a una chica morena, Loreen. _ Hola Lucy._ la saludé. _ Hola Thomas, Andrew, ¿Qué tal estais? _ Bien, ¿Qué hacíais? _ Pues estábamos decidiendo si jugar a... _ Hombre, los niños Edwings._ el niño más malo del pueblo se había acercado a nosotros, Jerard Freddy, junto a su mejor amigo, Jerry, el hermano de Loreen. _ ¿Qué quieres Jerard? Íbamos a jugar._ le respondí. _ Nada, solo pasaba a saludaros._ ironizaba el chico. En ese momento salió de la Iglesia Robert, tanto Jerry como Jerdad lo miraron de arriba a abajo con cara de asco. _ Chicos no sabíais que estabais aquí. _ Oh mira, si los Edwings tienen nueva mascota, ¿y tú de dónde te has escapado? _ ¿Qué estás diciendo Jerard?_ me estaba comenzando a tocar las narices ese niñato. _ Que si ahora os ha dado por traeros especies exóticas al pueblo, ¿ya se ha cansado tu madre de tener niños rubios? No lo aguanté y me abalancé sobre él para meterle un buen puñetazo, quizás si se hubiera metido conmigo no me habría importado tanto, pero me parecía muy ruín que se metiera con Robert solo por su raza y para colmo había metido a mi madre en todo esto. La pelea no se hizo esperar y en pocos segundos los cinco nos estábamos repartiendo tortas a diestro y siniestro unos a otros, la verdad que aunque nosotros éramos uno más, esos dos chicos eran mucho más gamberros y tenían más experiencia que nosotros en riñas. El ruido tuvo que ser tal que el Padre George no tardó en aparecer por la puerta de la Iglesia: _ ¡Padre se están peleando!_ gritó Lucy _ ¡Niños! ¡Parad!_ Una vez que el Padre George logró separarnos nos regañó por nuestra actitud severamente._ ... y esa es la educación que intento inculcaros, ¿y qué pasa con vuestras catequesis? ¿ No sabéis que está mal que nos peleemos unos con otros? No me lo puedo creer, y encima en la puerta de la propia Iglesia... Finalmente, acabamos los cinco castigados mirando hacia la pared de la Iglesia, aunque yo estaba más contento que unas pascuas, primero porque había conseguido defender a mi mejor amigo, y segundo porque el chulo de Jerard Freddy se había llevado un buen puñetazo en la boca. Los días fueron pasando y desgraciadamente al padre de Lucy lo destinaron a otro pueblo y tuvieron que marcharse de allí, no volví a verla en mucho tiempo, aunque eso no afectó a mi vida en demasía, al fin y al cabo, aquello solo había sido un amor infantil como tantos otros. Año 1935 Varios años después nuestra vida no había cambiado mucho, seguíamos con las clases con el Padre George, con nuestra amistad y viviendo en el mismo pueblecito. Aquel día yo había decidido ir a dar un paseo, no tenía ganas de pasar una nueva tarde montando a Black o viendo como mi hermano lo montaba, así que lo dejé a él y a Robert con el caballo y me dispuse a acercarme al pueblo, ya que mi casa dista un pequeño trecho del mismo. Al atravesar la cancela del patio me tope con una joven muchacha que vestía de rosa y ocultaba su cabello bajo un pequeño sombrero. _ Disculpe ¿Se ha perdido?_ le pregunté. _ No, estoy donde quiero estar. _ ¿A quién busca? _ Thomas, ¿no me reconoces? _ Esto... _ ¡Soy Lucy! _ ¡Lucy!_ y le di un fuerte abrazo, tan fuerte que hasta perdió su sombrero._ ¡Dios mío! no sabes las ganas que tenía de verte. _ Y yo a ti, bueno, y a tu familia, claro. _ Ya, claro, pasa corre, Andrew está montando a Black ahora mismo._ y la conduje corriendo hacia donde estaban los chicos, quienes se alegraron mucho de verla, al igual que Black que casi tira a mi hermano del caballo. Posteriormente y a petición de ella, la llevé al salón, donde se encontraban la pequeña Susane y mi madre _ Madre, ¿se acuerda de Lucy? _ Lucy querida cuanto tiempo._ Mi madre se acercó a nuestra invitada y le dio también un fuerte abrazo._ ¿Cómo está tu madre? _ Esta muy bien Señora, me manda recuerdos para usted. _ Helen por favor tráenos té._ mandó mi madre a la vez que nos mandaba a nosotros a sentarnos, seguimos hablando mientras Helen nos servía el té, una vez lo hubimos bebido mi madre se interesó por el motivo de la visita de Lucy. _ Verá, Señora Edwing, he venido para quedarme en el pueblo, en concreto en el Colegio de las Religiosas del Sagrado Corazón de María. _ Fantástica elección Lucy, allí te labrarán unos estudios magníficos, gente de todo el país manda a sus hijas a estudiar con esas monjas. _ Sí, además tenía ganas de volver al pueblo, aquí pasé muy buenos momentos de mi infancia._ y me miró, y en ese momento todo lo que había sentido siempre por ella volvió a aflorar y solo pude devolverle la sonrisa. Poco después mi madre nos pidió que acompañáramos a Lucy al pueblo, al colegio que se convertiría desde ese mismo día en su nuevo hogar. Robert y Andrew iban delante charlando de sus cosas, y tras ellos, Lucy y yo caminábamos en silencio, salvo alguna sonrisa que se nos escapaba al mirarnos los dos a la vez. Cuando llegamos a la puerta del Colegio de Monjas nos encontramos allí con varias personas. Una de ellas era Loreen, que compartía charla con una chica que no conocíamos de pelo rojo y celeste mirada. Unos pasos más al lado, se encontraban Jerard y Jerry. _ ¡Loreen! _ ¡Lucy! Gritaron las dos casi al unísono y se abrazaron fuertemente. _ Hombre los Edwings y su mono, perdón y su amigo. _ ¿Ya vas a empezar Jerard? _ ¿Por qué? ¿Qué me vas a hacer? _ Pues partirte la cara como la otra vez. _ Eso te lo crees tú. _ Él a lo mejor no, pero yo tengo unas ganas de reventarte a ostias._ se lanzó mi hermano hacia él y comenzaron a pelearse. En ese momento, vi como Jerry intentaba darle un puñetazo a mi hermano por la espalda y me abalancé sobre él para evitarlo y también comenzamos a pegarnos. _ Parad por favor._ dijo la muchacha desconocida para nosotros. _ Thomas para._ escuché como decía Lucy. _ ¿Hermano otra vez? Finalmente entre Robert, Loreen, Lucy y la chica pelirroja consiguieron separarnos, y casi sin despedirnos de Lucy nos fuimos de allí por un lado y Jerard y Jerry por otro. Loreen y su amiga acompañaron a Lucy al interior del colegio, curiosamente compartirían habitación las tres: _ No me lo puedo creer Lucy, creí que esta cama se quedaría vacía y al final es para ti. _ Qué alegría Loreen, por cierto, yo soy Lucy._ saludó a la otra chica. _ Emma. Los días fueron pasando y todos y cada uno de ellos los tres nos acercábamos al pueblo a buscar a Lucy y sus amigas, poco a poco se fueron fraguando amistades entre nosotros, amistades que fueron cambiando hasta convertirse en algo más que una amistad. Finalmente un día me decidí, y sin decirle nada a nadie me acerqué hasta el pueblo e hice que Lucy saliera de su habitación por la ventana, escapando de la autoridad de las monjas, tenía el corazón a mil por hora y corrimos para escondernos entre los árboles de las afueras del pueblo: _ ¿Qué te pasa Thomas? _ Tenía ganas de verte. _ Pero si me has visto esta tarde... _ Bueno ya, pero es que... _ Es que pensé que nunca te lanzarías._ y me besó, y el tiempo se detuvo y miles de sensaciones recorrieron mi cuerpo, no quería que acabara el momento, pero... acabó. _ Te quiero. _ Y yo a ti._ me sonrió. Y lo mejor de todo fue que no fuimos los únicos que nos escapamos, a lo mejor no la misma noche, pero si con el mismo destino, el amor. Y así, pasaron los años... Año 1938 Con los 18 años cumplidos ya teníamos otra visión de la vida, en breve tendríamos que comenzar a asumir responsabilidades, ayudar a mi padre con sus negocios, cuidar de nuestra finca, etc. pero mientras, seguía disfrutando de cada uno de los besos de Lucy, con la que, a pesar del paso de los años, el tiempo parecía que no había pasado. Finalmente una noche me armé de valor y decidí dar el paso, invité a Lucy a cenar, fuí a recogerla a la casa que compartía con Loreen y Emma muy cerca del Colegio, y al volver, entre risas y miradas decidí dar el paso: _ Tu sabes que te amo más que nada en este mundo. _ Lo sé tonto._ y me besó. Aquel día estaba especialmente guapa, irresistiblemente encantadora._ ¿Y tú sabes que yo a ti también? _ Aún siendo ciego, sordo y mudo sería capaz de sentir tu corazón latiendo a la par del mio. Pero todo no podía ser del color de rosa, en mi casa algo muy grave acababa de suceder, Andrew y Emma se encontraban en el patio junto a Black cuando Helen salió corriendo de la casa, con la cara descompuesta y gritando el nombre de mi hermano como una loca: _ ¡Señorito Andrew! ¡Señorito! ¡ Corra por favor! ¡Su padre! Cuando mi hermano llegó al lugar donde estaba mi padre lo encontró incosciente, tumbado en el suelo, entre los brazos de mi madre que lloraba desconsolada. _ No respira Andrew, no tiene latido, está muerto._ sollozaba mi madre. _ ¿Padre? El grito de Emma al entrar en el salón pudo haberse escuchado perfectamente en el pueblo, y las lágrimas de Helen caían por su rostro. _ Padre..._ mi hermano calló de rodillas junto al cuerpo._ ¿Has llamado al Doctor, Helen? _ Si, Señorito, viene para acá ahora mismo. _ Resista Padre. _ Señorito por favor... Helen le pidió en ese momento a mi hermano que fuera a buscarme, ella sabía que me encontraría en el pueblo puesto que yo se lo había comentado cuando me ayudó a colocarme la pajarita, al fin y al cabo Helen es casi otra madre para mí. Mientras tanto, desconociendo lo que había ocurrido en mi casa , yo había puesto la rodilla en tierra ante la sorpresa de Lucy. _ ¿Te has vuelto loco? _ Tú me volviste loco desde el momento en el que te vi entrar por el jardín de mi casa, no quiero pasar ni un segundo en mi vida sin que tu estés a mi lado Lucy, y por eso me atrevo a pedirte esto, ¿quieres casarte conmigo? _ Pero, ¿Dudas de que quiera? ¡Claro que si! Y con muchos nervios conseguí que el anillo que le había comprado entrara en su dedo. Cuando conseguí ponerme en pie ella se abalanzó sobre mis brazos: _ Te amo Thomas. _ Y yo a ti mi vida. Fue entonces cuando un ruido nos sacó de la nube en la que estábamos: _ Ha pasado algo._ logró decir Lucy. Andrew venía blanco como la cal, con la cara descompuesta y lágrimas en sus mejillas montando sobre Black que cabalgaba a toda velocidad. Cuando llegó hasta donde estábamos nosotros, le faltaba el aliento, y con la voz rota consiguió decirnos: _ Thomas, es Padre, está muy mal, le falta el pulso, corre._ y dándose la vuelta salió de nuevo en dirección a nuestra casa. _ Corre Lucy._ y salí corriendo tras mi hermano mientras la pobre de mi recientemente prometida corría como podía con sus tacones, no podía ser verdad, ¿había muerto mi padre? Cuando llegé a mi casa el Doctor acababa de irse, y acababa de certificar la muerte de mi padre, mi mundo se derrumbó en pocos segundos, jamás imaginé que un ataque al corazón pudiese llegar siendo tan joven, a mi padre le quedaba mucha vida por delante. Organizamos su funeral en su biblioteca, allí acudieron numerosas personalidades, gentes de dinero: condes, duques, lords, ... Pero al final quedamos allí las personas que más le queríamos: Mi madre, mis hermanos, mis amigos, Helen y los padres de Lucy, que eran grandes amigos de los mios, y Lucy y yo... prácticamente nos olvidamos del compromiso que acabábamos de hacernos. A la mañana siguiente celebramos su entierro en una ceremonia íntima en la que aparecimos las mismas personas y dos invitados que no me agradó demasiado ver: Jerry y Jerard, pero que al menos tuvieron la decencia de venir a darnos el pésame en ese día tan doloroso. Año 1939 Aún así, como las desgracias nunca vienen solas, en menos de un año después, y sin poder haber celebrado nuestro enlace, estalló la Segunda Guerra Mundial, mi madre no podía creerse que en menos de un año perdiera de su lado a los tres hombres de su vida. _ ¿Por qué Thomas? ¿No hay otros que puedan luchar por vosotros? Yo ya perdí a vuestro padre, no os quiero perder a vosotros. _ No se preocupe Madre, que no nos va a perder, además, para mí es un honor el luchar para defender a mi País._ la abracé a la pobre. _ Prometedme que escribiréis. _ Que sí Madre._ le dije mientras ella se daba media vuelta y se marchaba. _ No quiero verlos partir._ la escuché murmurar. Mientras, mi hermano y Emma se despedían también, prometiéndole este que le escribiría a diario, sabiendo ambos que mi hermano era demasiado dejado para esas cosas pero quedándose ella con la esperanza de que cumpliera su palabra. Y Lucy.. la última vez que vi a Lucy estaba igual de guapa que siempre, a pesar de la preocupación que reflejaba su rostro: _ El día que vuelvas me verás vestida de novia y preparada para casarme contigo. _ Espero que no tarde mucho en llegar ese día. _ Aunque pasen cien años aquí estaré esperándote... Y la besé. Allí las dejamos, juntas, mirando como los hombres a los que amaban se separaban de ellas sin saber si volverían a encontrarse y todo por una guerra en la que ninguno había pedido formar parte. También Robert tuvo que separarse de George y de Loreen: _ Nos vemos pronto hijo, en unos días me mandaran para curar el espíritu de los soldados. _ Allí le veré Padre, y tu Loreen. _ Dime. _ Refúgiate en casa de Thomas, allí estarás bien protegida, ya he hablado con él y Lucy sabe que irás para allá. _ Sii. _ Prométemelo. _ Te lo prometo. Los días pasaban y en el frente de batalla no había día que no me acordara de Lucy, al igual que no había día en el que ella, encerrada en el bunker que había bajo mi casa no pensara en mi. Y aunque la guerra servía para distanciar a la gente, en nuestra base militar no éramos los únicos de mi pueblo que estábamos, Jerard y Jerry se encontraban también allí, un día cualquiera de aquellos, al entrar en nuestra cabaña, Jerard me llamo: _ Thomas. _ ¿Perdón? _ Disculpe, Sargento Edwing. _ Dígame soldado. _ Yo quería hablar contigo, digo, con usted quiero decir, quería pedirle disculpas por nuestros encontronazos pasados y ya que ambos estamos en el mismo bando, luchemos codo con codo por nuestra patria. _ Puede estar tranquilo soldado, por mi parte está todo en el pasado, ahora como bien dice tenemos que luchar juntos contra el enemigo. Y aunque la mayor tortura para mí era estar en el frente lejos de mi amada Lucy, a ella se le complicaba la situación ya que necesitaba respirar, encerrada allí no sabía qué hacer, se le hacían eternas las horas, me contaba en cada carta que me mandaba las mil cosas que ese día no había podido hacer y era capaz de sentir la angustia que estaba padeciendo. Yo le respondía a diario, aunque a lo mejor no recibiera sus cartas nada más que una vez a la semana, y ella tanto de lo mismo, me quitaba las horas de sueño para poder decirle lo mucho que la quería y lo mucho que la extrañaba. Aún así, las cosas de la guerra son como son, y en una de las ofensivas militares perdimos a uno de nuestros vecinos, al hermano de Loreen, Jerry. El llanto de Jerard era desolador, la pena también nos invadía a nosotros, a pesar de nuestras disputas infantiles y juveniles, Jerry había formado parte de nuestra vida y en los últimos meses se había convertido en un amigo más que nos había acompañado en las noches de desvelo, en las guardias y en las partidas de póker. Jerard estaba derrumbado en el suelo, no podía creerse que su mejor amigo hubiera corrido esa suerte. _ Jerard._ le dije._ sabes que nos tienes a nosotros ¿verdad? _ Lo sé, Thomas, gracias a Dios._ y levantándose me abrazó fuertemente mientras lloraba en mi hombro. Desgraciadamente la muerte de Jerry no fue la única que sufrimos allí, muchos fueron los soldados que perecieron en pos de un futuro mejor para los suyos, meses después de la muerte de nuestro vecino, otra persona muy allegada a mi falleció, el General Nicolas Henry, padre de mi prometida Lucy. Como podrás imaginarte, Lucy y Lourdes, su madre, padecieron una gran angustia al conocer la noticia. Aún así, las malas noticias nunca venían solas y semanas más tarde me toco informar a mi mejor amigo de la desaparición de su padre, no se había encontrado su cuerpo pero todos lo daban por muerto, fueron muchas las noches que pasé oyendo llorar a Robert. Cuando ya la guerra iba avisando de que se acababa Lucy no aguantaba más en el interior de aquel extraño bunker, y confiada en que lo más grave había pasado ya, decidió salir a pasear mientras las demás dormían para que no se lo impidieran. Lo que un día había sido un jardín brillante y hermoso parecía ahora el decorado de una novela de terror, aún así, siguió paseando, su destino, imagino que el pueblo , visitar las calles en las que tantos momentos habíamos pasado juntos. Pero, minutos más tarde, un fuerte estruendo despertó a las mujeres que quedaban en el bunker. _ ¿Qué ha sido eso?_ preguntó Helen. _ Tiene toda la pinta de que ha sido una bomba._ masculló Emma. _Dios mío, ¿Dónde está Lucy?_ preguntó asustada mi madre. Como pudieron se vistieron todas a la carrera, y dejando a mi hermana en el búnker fueron corriendo a buscar a mi prometida, llegando a un destrozado pueblo presidido por una inexistente Capilla. Buscaron durante horas, ayudaron a más de una persona que había sufrido el ataque, pero por ningún lado apareció ella. _ No se preocupe. En cualquier momento volverá. Como imaginarás eso terminó de hundirme en cuanto recibí la noticia en forma de carta escrita por Emma, nadie consiguió animarme, no deje de llorar en los meses que quedaron de guerra. Pero finalmente un día acabo todo, mi madre me contó como Helen llegó como alma que lleva el demonio corriendo hacia el lugar donde se encontraban toda chillando: _ ¡Se terminó! ¡Por fin! Y como a la pobre se le cambió la cara cuando, una vez en el patio de fuera mi madre le dijo: _ Pues aplícate que quiero el patio como estaba para mañana._ antes de echar una risotada que hacía unos días nadie hubiera imaginado escuchar. En esas estaban cuando: _ ¿Se puede? No te puedes imaginar el salto de alegría que dieron todas las allí presentes, y todas corrieron a nuestro encuentro. _ Pensé que esto no acabaría nunca._ le gritaba Emma a mi hermano. _ Estás muy delgado._ fue lo primero que me dijo mi Madre antes de pegarme un fuerte abrazo mientras me susurraba un: "no sabes cuánto lo siento" _ Por fin te tengo entre mis brazos._ le decía Robert a Loreen. _ Joder Susane, casi ni te reconozco._ fue lo que oí que mi hermano le dijo a mi hermana. Aunque el peor momento lo pasé al acercarme a Lourdes, la madre de Lucy, que rompió a llorar entre mis brazos mientras conseguía oirle decir lo sola que se había quedado. También pude ver como Loreen y Jerard conversaban sobre el fallecido hermano de esta, mientras el pobre Jerard detallaba como había ocurrido todo. Por último, con quién mas emocionado vi a mi hermano fue con Black quien no podía contener la alegría de volver a ver a su mejor amigo. Perdí de vista a Robert y Loreen, ambos se había acercado a la Iglesia del pueblo, o a lo que quedaba de ella, allí entre los escombros de lo que en su día había sido un lugar sagrado, Loreen le confesó a mi amigo el sentimiento que tenía dentro, sentía mucho hacerle daño, pero tras la dura experiencia vivida en la guerra y el dolor por la pérdida de Jerry había decidido ingresar en un convento para consagrar su vida a Dios. Como imaginas eso supuso un masazo para Robert, se había quedado solo, solo al pie de esa gran cruz que antaño había sido parte de los muros de la Capilla. En ese momento, unos pasos lo sacaron de sus pensamientos, justo a su lado acababa de aparecer George. El Padre George Bestigui había permanecido secuestrado por el ejército alemán durante lo que había restado de guerra desde su desaparición y había sido liberado unos días antes." España, año 1946 _ ¿Me estás diciendo que todo eso te ha pasado a ti?_ le cortó Carmen. _ Pues... si... _ Jolin Thomas, no me imaginaba tanto sufrimiento ni por asomo. _ Bueno, cada vez duele menos el recordarlo. _ Siento haberte hecho abrirte la herida. _ No tienes porque sentir nada. _ ¿Puedo abrazarte? _ Debes de hacerlo._ y poniéndose ambos en pie se fundieron en un largo abrazo. En la habitación de la Condesa, el Doctor Guillermo y ella conversaban: _ Quédate a dormir por favor. _ No, Gloria, tengo que atender a varios pacientes mañana temprano. _ Bueno, pues te vas al alba pero por favor, quiero dormir abrazada a ti. _ No, me voy._ y cogiendo sus cosas se vistió y salió de la habitación, justo en el momento que Andrew salí en auxilio buscando un doctor. _ ¿Usted es Doctor verdad? _ ¿Pasa algo? _ Mi mujer, corra por favor. El Doctor atendió rápidamente a la aquejada paciente, y posteriormente permitió que Andrew entrara en la habitación: _ Recuerde Emma, deberá pasarse mañana por mi consultorio para asegurarnos pero creo que tanto usted como yo somos conscientes de que estamos en lo cierto. _ Si Doctor. _ Y... sea sincera con él._ le susurró el doctor. Y diciendo esto se dirigió hacia la puerta de la habitación, donde se encontraba el prometido de la paciente. _ ¿Qué le pasa Doctor? _ Aún es pronto para saberlo, tengo que hacerle un par de pruebas más, le he pedido que se acerque mañana al consultorio, aún así si no se encuentra en condiciones, llámeme. _ De acuerdo Doctor. Pero el Hotel no era el único sitio en el que seguían surgiendo los problemas, muy cerca de allí, en la casa de Sara y Felipe había vuelto a estallar una guerra tras un comentario del policía. _ Sólo he dicho que ha sido una jornada agradable. _ Claro, de coqueteo todo el día con la guarra de Eugenia. _ ¿Qué estás hablando Sara? Es nuestra vecina y solamente intentaba ser amable con ella. _ Si claro, que casualidad, amable solamente con ella, no puedes serlo con Ana o con Julián, no, el señorito tiene que ser amable con la soltera guarra del pueblo. _ Pero ¿por qué tienes que faltar al respeto? _ Porque es una guarra, todo el pueblo lo sabe, tuvo a su hijo, el Mateito y nadie sabe quién es su padre. _ ¿Y a ti que más te da? _ A mí me da igual, pero ... ¡Tú siempre estás en mi contra! ¡Primero coqueteas con la vecina y ahora la mala soy yo! ¡Estoy harta de ti! _ No, el que está harto de ti soy yo, así que ya puedes hacer tus maletas porque nuestra relación se ha acabado, quiero el divorcio. Editado 15 sep 2014 por Roberw A Koredanu, Megalucy185, DokuroSim and 2 más les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 15 sep 2014 Que interesante es la historia de Thomas, y de ese amor que se tuvo con Lucy interrumpido por la guerra, trágico pero me ha gustado el capítulo y ver que con Robert la amistad es vieja y pasaron juntos tantas cosas como sobrevivir a la guerra. A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 15 sep 2014 Me ha encantado este capítulo. Ha sido trágico pero muy interesante. Han muerto muchos y han sido enterrados menos el cuerpo de Lucy que no se volvió a saber nada más de ella. Vamos, creo haber leído bien y visto las escenas y no he visto el entierro de Lucy ni leído que se encontrara su cuerpo. A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 15 sep 2014 Que interesante es la historia de Thomas, y de ese amor que se tuvo con Lucy interrumpido por la guerra, trágico pero me ha gustado el capítulo y ver que con Robert la amistad es vieja y pasaron juntos tantas cosas como sobrevivir a la guerra. Me ha encantado este capítulo. Ha sido trágico pero muy interesante. Han muerto muchos y han sido enterrados menos el cuerpo de Lucy que no se volvió a saber nada más de ella. Vamos, creo haber leído bien y visto las escenas y no he visto el entierro de Lucy ni leído que se encontrara su cuerpo. Muchas gracias por leer y comentar, ha sido el capítulo que más me ha gustado en líneas generales y con el que más he sufrido puesto que me encantaba el personaje de Lucy, y si, Merchedj, de Lucy no seencontró su cuerpo ni se supo nada más de ella A Koredanu and Merchedj les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 15 sep 2014 Coincido contigo. A mí también es el capítulo que más me ha gustado de todos. A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 15 sep 2014 Es interesante que no se sepa nada de Lucy, asi nos dejas con la duda y pensando en teorías sobre su paradero jajaja. Estoy de acuerdo que este capítulo ha sido muy bueno, se nota muy elaborado. A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 25 feb 2015 Hola a todos, después de tantos meses de parón me gustaría continuar mi historia pero actualizándola un poco, nos pasamos a los Sims 4, así que pronto tendréis la continuación de Hotel San Agustín A Koredanu and DokuroSim les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 26 feb 2015 Ya creía que la habías dejado. Me apena que la vayas a seguir con los sims 4 porque me gustan más los sims 3 pero me alegra que la continúes porque se había puesto muy interesante. A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 3 mar 2015 Ya creía que la habías dejado. Me apena que la vayas a seguir con los sims 4 porque me gustan más los sims 3 pero me alegra que la continúes porque se había puesto muy interesante.He tenido que cambiar a los sims 4 porque en los sims 3 tenía muchos problemas e iba muy lento, pero tengo ganas de continuar, ya el siguiente capítulo está a medio hacer A Koredanu and Merchedj les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 30 mar 2015 Me gusta la historia pero sería mejor que usaras el guión largo (—) o sea así: —¿Y quién es Lucy? — Verás... Lucy... A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios