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Hola! Empiezo mi primera historia con muchas ganas, a ver si sigo igual! Espero que os guste :) Gracias a Smiily por la portada. Love you. CAPÍTULO 1 Dieciocho El local estaba atestado de gente joven, sudorosa y apelotonada, que bailaba y cantaba al ritmo de la incesante música a todo volumen, reía, e incluso besaba. Entre el bullicio se podía advertir el sonido de una cuenta atrás. -¡3…2…1…! ¡Felicidades Phoebe! – Vociferó el grupo de amigos al unísono, celebrando los ya tan ansiados 18 años de su amiga. Ésta se sonrojó e intentó agradecer a sus amigos por encima del volumen de la música, sin mucho éxito. Brindaron felizmente por la cumpleañera, riendo alguna broma y bebiendo para celebrar. -Venga Phoebe, no seas sosa, ¡enséñanos algo de esa carne adulta! – Gritó Jessica, su mejor amiga. -Si enseño más aparecerá un chulo y me contratará. Sinceramente Jess, no quiero que te quedes en paro por mi culpa… - dijo guiñándole un ojo. Jessica intentó mantener un rostro ofendido, pero tras dos segundos no pudo evitarlo y comenzó a reír. -Mereces lo peor, y si este fuera un día diferente ahora mismo iría a decirle al primer feo que encontrase que llevas toda la noche mirándole y que estás loca por él. Pero hoy es tu día, ¡así que disfrútalo! Una mano amiga tomó a Phoebe del codo y la arrastró hasta la pista de baile. Era Alex. Oh, Dios, ese chico la volvía loca. Sin embargo, con él todo era una de cal y otra de arena; era tierno y se preocupaba por ella, pero al final siempre acababa con alguna chica rubia teñida en el asiento trasero de su coche. Al principio se lo tomaba muy mal, pero fue acostumbrándose a la idea de que él era simplemente así, un buen amigo al que le encantaban las mujeres y las relaciones de una noche. Aunque eso no quería decir que no se le cayeran las bragas cada vez que le miraba. De un momento a otro se encontraba otra vez rodeada de sus amigos, que bailaban excitados ante el gran paso que significaba la mayoría de edad. La noche transcurrió veloz, y el alcohol, enemigo del tiempo, disimulaba el paso de éste ocultando la llegada del amanecer. El pobre Kevin era el encargado de conducir, y por lo tanto no pudo beber en toda la noche. Fue dejando a sus amigos en sus respectivas casas, encargándose de que todos llegaban bien. -Graaacias Kev eres un cieeeelo. – pronunció Phoebe extrañamente mientras bajaba del coche. -Que duermas bien Phoeb. Nos vemos mañan… - Se interrumpió, miró el reloj y recordó que eran las 7 de la mañana.- En unas horas, si te encuentras dispuesta. Phoebe introdujo la llave de mil maneras antes de conseguir abrir el portal y zigzaguear en dirección al ascensor, el cual la llevó hasta su planta. Vivía sola desde hacía dos meses en un pequeño apartamento, ya que sus padres le habían dado un voto de confianza anticipado antes de la universidad. Caminó como pudo entre la penumbra del rellano levemente alumbrado por una pequeña ventana hasta que chocó con algo. No, alguien. -Hey, oye. No son horas de hacer visitas, seas quien seas. – El tono con el que lo dijo hizo notorio su estado de embriaguez. -Genial, estás borracha. ¿Por qué ya nadie celebra los cumpleaños en la soledad del hogar? Odio esto. A penas comprendía lo que estaba diciendo aquel extraño joven de pelo oscuro, pero entonces recobró levemente la compostura y sintió que aquello no estaba bien. Había un desconocido en la puerta de su casa esperando por ella a oscuras. Metió las llaves en la cerradura, esta vez con más éxito que en el portal quizá debido a la adrenalina, e intentó entrar corriendo y cerrar la puerta tras ella. Pero cuando estaba cerrando, el chico se coló en el apartamento. -Gritaré. Si me haces algo gritaré y te juro que el vecino de en frente es un yonki muy bien entrenado que me tiene mucha estima. –mintió nerviosa. -¡Cállate!- respondió brusco- No voy a hacerte daño, no seas imbécil y no me lo hagas más difícil. Déjame que te cuente. -Puedes enviarme un correo, un fax, una carta… Lo que quieras. Vete. -Ojalá pudiera ser así- dijo frustrado- Mira, me llamo Matt. Estoy aquí por razones demasiado complejas como para poder explicártelas aquí y ahora. Tienes que venir conmigo, sé quiénes pueden explicártelo bien. -No me voy a ningún sitio. Márchate por favor. –Se acercó, abrió la puerta e hizo un amago de empujar al chico para incitarle a irse. Pero su mano traspasó su cuerpo como si no fuera más que aire. El joven se tensó. Vale, estoy flipada. -pensó Phoebe- Igual tenía que haberme moderado con la absenta, porque estoy teniendo unas alucinaciones que ni Amy Winehouse en sus tiempos. Sin más rodeos, se dio media vuelta y se encaminó a la cama para darle fin a aquello. -¿Qué haces? ¿Dónde vas? ¿Me estás escuchando? – Preguntó mientras perseguía a la chica- ¡Dios, es imposible tratar con borrachos! – murmuró frustrado. Phoebe atisbó que sacaba algo del bolsillo trasero del pantalón, pero no consiguió enfocar su mirada antes de que los párpados comenzasen a pesarle, sintiendo así que perdía la consciencia y que su cuerpo empezaba a debilitarse. Mierda. –pensó antes de perder el conocimiento. TO BE CONTINUED...