Publicado 20 sep 2017 Y de pronto, me ha entrado prisa por avanzar. Spoiler —Gareth pasó horas esperando para ver conectarse al hombre que conocían de la red, con ímprobos resultados. Y se puso a releer conversaciones antiguas y privados tensos, recordando buenos tiempos. Pasó un mes, hasta que una tarde, como si de una aparición se tratase, apareció Zenobia por la puerta de la entrada. Vino como si nada. Se interesó por cómo estaba su hija, la pusieron al día de las circunstancias, y se volvió loca de alegría al saber que tenía nietos, y que Ludmila estaba bien. Les vino de perlas algo de ayuda con los niños. —Zoy el dagón, vengo a matad a tu aldea Linx. Grrrr… por malo. No habéis taido comida al dagón, grrrrrrrrr… —Los días pasaban, los niños no parecían afectados por lo de los zombis, aunque alguna vez los nombraban en broma. Friedrich, de vez en cuando hacía alguna trastada, pero nada preocupante. Era lo normal a esa edad. Luego cogía un libro y se distraía como un angelito. Los días seguían pasando, y la abuela recuperaba el tiempo perdido jugando con sus nietos. O limpiando los restos. Por lo visto uno de los niños les ha salido artista. Con la abuela de vuelta en casa, Ludmila y Gareth podían permitirse algún rato a solas de vez en cuando. En los que poder relajarse, y dar rienda suelta a la pasión para desestresar y aliviar tensiones. Todos conocemos ya a Gareth y a sus métodos de relajación tan particulares. Y Zenobia aún tenía edad para estar en forma. Y tanto que lo estaba… Pero por desgracia, el tiempo pasó también para ella. Su aniversario llegó, y con él, la nueva etapa… la vejez. Y como dice el dicho popular, unos llegan y otros se van. Porque, como era de esperar, tanto relax con Gareth ha dado sus frutos, y Ludmila estaba otra vez embarazada. Oh, dios. Los otros hijos todavía eran muy peños para entender la noticia, y siguieron a su bola. —¿Quén es ese ninio tan guapo?. ¿Zoy yo?. —Otro acontecimiento reciente fue que Ludmila consiguió contactar otra vez con el conocido de la red al que buscaban la última vez que salieron de aventura. Y ella le contó toda la historia, y el hombre no podía creérselo, pero quedó aun con más ganas de conocerlos. Acordaron en idear un plan mejor cuando los niños pudieran cuidarse solos y no tener que ir con esa carga, porque unos niños tan pequeños, por partida doble, suponían un gran suplicio en unas condiciones como esas. Por otro lado, Cabal se estaba empezando a obsesionar con la Tablet con juegos que le regalaron. Pasaba con ella en la mano todo el día, y hasta tenía que esconderse para que no se la quitaran. La abuela, mientras tanto, había empezado a construir una especie de cohete, o algo así. A saber qué hizo y dónde estuvo durante todos esos años, ya que se negó a dar explicaciones a su hija, pero al menos admitió haber estado bien. Cuando le preguntaron para qué construía ese trasto, contestó que para salvar a su familia cuando estuviera terminado, si fuera necesario. El embarazo de Ludmila avanzaba con buen pie. No tanto así los modales de Cabal, que empezaba a ser tan revoltoso como su hermano. Esperemos que se tomen bien el nacimiento del futuro bebé. Continuará… A Shalala le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 23 sep 2017 Oooh, más miembros de la familia! Hacen falta, que el apocalipsis ha dejado el mundo demasiado vacío. A Druga le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 25 sep 2017 On 23/9/2017 at 13:16, Shalala said: Oooh, más miembros de la familia! Hacen falta, que el apocalipsis ha dejado el mundo demasiado vacío. ¡Siiii, caos, locura, rebeldía, desfase, arranquémosle la cabeza a las muñecas!. ¡Colores bonitos!. Jajaja. Spoiler —La piscina que empezó la fundadora del legado, empieza a parecer una piscina. Cabal aprendió una cosa nueva, que podía romper cosas. —¿Quién ha roto la casita de muñecas de tu madre, Cabal?. —Yo no papi. Un fantasma. —Se lo ha creído, Esqueloso. ¿Haz visto cómo se hace?, ¿te queda claro cómo se miente?. —Y por fin, llegó el cambio de etapa de los pequeños. A la fiesta no pudo acudir nadie, pero igualmente hubo alegría. Friedrich fue el primero en soplar las velas. —Quiero dibujar. —Luego llegó el turno de Cabal. —¡Fego!. —Sóplale, hijo. —Le dijo Ludmila. —Jeje, he apagado el fuego. —Al suelo, Cabal, que ya eres muy grande. —Hola, feos. Ya he pegado el estirón. —Lo primero que hizo Friedrich, como no tenía material de pintura todavía, fue agarrar un libro y ponerse a leer. Cabal, en cambio, cogió otro libro, y lo llenó de pintarrajos y garabatos con un lápiz. Ahora Ludmila tiene más tiempo para buscar a otras personas, sin estar tan pendiente de los niños. Ha empezado a montar una red social para los supervivientes, a la que ha llamado “Infraweb”, con la finalidad de que sea más fácil reunir a la gente que vaya apareciendo, y hacerse visibles en la red, al ser el único sitio activo. Mientras tanto, la abuela tiene el cohete ya terminado. Y de pura casualidad, esa misma noche… Vino al mundo Isabella, la nueva hija. Gareth también se hacía cargo de la nueva red social, y de la búsqueda de personas. Friedrich es el nuevo dueño de la casita de muñecas de Ludmila. — -Hola señora Floppy… -Hola, querida, ¿vienes a tomar el té?... —Los meses pasaron sin novedad, hasta el cambio de edad de la pequeña Isabella. A la que su madre está intentando enseñar a jugar a las casitas. Pero ella prefiere hacer otra cosa con las muñecas. Como morderles la cabeza, besarlas, y zarandearlas en el aire. —Yummy… num num. Aaaaahhh aaaaaaaaaaaahhhhh... —¡Toto!. Caca. —Más tarde demostró que lo suyo era otra cosa… liarla parda. Y su hermano Cabal que pasaba por allí… —¡Mamá!, mira lo que ha hecho la caperucita —Jajaja, capucita, capucitaaaaaaAAaaAaAAAaaaaaaa, jajajaaaa —Pero su madre estaba muy ocupada, y la mimaba demasiado. Y la pequeña Isabella, siempre se salía con la suya. —Jejeje —Por supuesto, a su madre no le importaba, su niña estaba por encima de todo, y tenía que crecer feliz. Continuará… A Shalala le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 26 sep 2017 La mentira de Cabal es muy convincente, seguro que su padre se la creyó. Ese niño apunta alto. Aunque no tan alto como su hermana, sembrando el caos en el suelo familiar a tan temprana edad. Los zombies y monstruos no van a tener oportunidad alguna cuando crezca! A Druga le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 1 oct 2017 (editado) On 26/9/2017 at 11:52, Shalala said: La mentira de Cabal es muy convincente, seguro que su padre se la creyó. Ese niño apunta alto. Aunque no tan alto como su hermana, sembrando el caos en el suelo familiar a tan temprana edad. Los zombies y monstruos no van a tener oportunidad alguna cuando crezca! Sí, esa niña está muuu loca, ya descubriremos de lo qué es capaz, más adelante. Spoiler —Los hermanos solían salir a jugar juntos al jardín, aunque a veces volvían peleados, se seguían queriendo, no tenían más remedio que soportarse. —¡Hola, ya estoy en casa!—¡Hola, ya estoy en casa! —Algo a tener más en cuenta, es que a veces pasaban cosas raras en la casa, como si hubiera duendes. Curiosamente, Isabella siempre estaba cerca o tenía algo que ver con ello. —Ahí, quietecita, a comerte los guis… —Le decía su abuela mientras la sentaba en la trona. —Gaetitas. —Exclamó la pequeña. —¿Galletitas?, pero si no quedaban, te había puesto guisantes, cariño. Debe de ser la memoria, que me empieza a fallar —Las peleas con su hermano se redujeron parcialmente, en cuanto Friedrich tuvo por fin su mesa de dibujo con pinturas. Cabal mientras leía cuentos, por simular que él también tenía con qué entretenerse. Y así aprenderlos, y luego representarlos en el viejo teatrillo de marionetas, delante de su hermano. Lo hacía porque así se entretenía él, y porque quería sentirse también útil. Una noche cualquiera, se fueron todos a dormir a sus respectivas camas. Pero mientras, Ludmila hablaba con el mismo hombre de la red con el que hablaban la otra vez, y acordaron un plan para llegar sin problemas a su casa cuanto antes. Mantendrían la comunicación con él durante el viaje a través del teléfono, y les iría informando de si iban por buen camino o no. Era el momento, no lo hicieron antes porque no querían ir con 2 niños, y esperaban a que tuvieran edad para quedarse solos. Además podía encargarse de ellos su abuela. Tenían que ir a buscarlo esa misma noche. Tras más de una hora caminando, llegaron a una calle con aspecto de albergar vida, signos vitales en el ambiente les advertían, una puerta de jardín con aspecto de nueva y de haberse usado recientemente, coches robados o forzados por alguien que vive en esa calle, una casa saqueada con trastos en el jardín, restos de envoltorios por la carretera, marcas de rueda de motocicleta recientes, cubos de basura llenos en la casa que tenía al lado. Alguien tenía que haber hecho todo aquello, alguien que vivía en la zona. —Parece que es aquí, no ha vuelto a decirnos nada. ¿Será esa casa de ahí atrás?, tiene bastante luz. Y parece más cuidada que las anteriores. —Advirtió Gareth. —¿Quién va a llamar a la puerta?. Hazlo tú, eres el hombre. —Le exigió Ludmila. —Ni hablar, vosotras sois las emancipadas, tú eres la heroína icónica. Tienes la obligación de hacerlo, aquel zombi opinaría lo mismo. —Le discutió él. —¡Capecita!, ¡caca!, es capecita. Toto. —Exclamó Isabella cabreada, que los había acompañado, porque su madre no quería separarse de ella, y eran demasiados niños para una única abuela. —¿No estás cansada, Isabella?, has venido todo el camino andandito, peque. Parece que nos ha salido atleta la niña, Gareth. —Bromeó Ludmila. —¡Peque no!. Tota. —Callad, chicas, sale alguien. —Susurró Gareth al ver salir a un hombre de la casa, con una bolsa de basura en la mano. —Oh, hola… —Les saludó el hombre mientras se acercaba tirando la basura al cubo de la entrada, que estaba a rebosar. —¿Sois vosotros, los de la red?. Tú eres Gareth. —Si, somos nosotros, yo soy Ludmila. Encantada. —Ah, sí… Hija de la luna. Un placer ver a otros humanos. Desde que mi mujer murió estoy completamente solo. —Hale, pues vamos pa dentro, tenemos que descansar. Voy a darme un baño. Aquí fuera no me siento seguro… —Mascullaba Gareth dirigiéndose a la casa. —Jaja, perdona sus modales, nosotros también llevamos tiempo sin relacionarnos con otra gente, y hemos tenido unas cuantas sorpresas. Nos hemos vuelto muy duros. —Le explicó ella al desconocido. —No te preocupes, Ludmila, es comprensible, habéis andado mucho. Sí, me contaste aquella aventura con los zombis. —¡Eh Capucita! —Bueno, vamos todos a dentro. Ya es tarde. —Uf, feo, cada culo. —Su casa es preciosa, parece el cielo comparado con los sitios en los que hemos tenido que refugiarnos. —Observó Ludmila entrando a la casa. —Intento mantenerla lo más limpia posible, pero es una casa grande y estoy solo. Hago lo que puedo. —Le explicó el hombre. —Prepararé algo de cena por si tenéis hambre, la serviré cuando tu marido baje de darse un baño. —Oh, no… ¡no es mi marido!. Nosotros, solo somos pareja, o algo así, pero no estamos casados ni tampoco vamos muy enserio… —Trataba de explicarle Ludmila al hombre. Mientras tanto gareth… —¡Siiiinging in the raaaain!... —I’m singing in the rain… —Está bien, perdona entonces, Ludmila. —No pasa nada. —Entonces, iré a preparar la cena, mientras se baña tu amigo. —¿Puedo dar una vuelta por la casa mientras?. —Le preguntó ella. —Claro, por supuesto. Echa un vistazo, no hay ningún zombi escondido. Jaja. —Bromeó el hombre. —La casa debió tener tiempos mejores, pero aun así es preciosa… —Jeje, liadla parda. Jajaja, a pintad a pintah Continuará… He tenido que cambiar de sitio de alojamiento de las fotos a mitad de capítulo, porque el de siempre ya daba problemas antes a la hora de cargarlas en el foro, pero hoy es que no me cargaba ni a mí la propia página y no podía seguir, y he tenido que recurrir a lo típico, aunque más incomodo a la hora de subirlas, pero al menos funcionará. Editado 1 oct 2017 por Druga A Shalala le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 2 oct 2017 Menos mal que no se han perdido de nuevo y han podido encontrar la casa, porque viendo la nube que rodea a Gareth habría acabado con la familia cual bomba biológica si no le hubieran ofrecido un baño. A Druga le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 7 oct 2017 (editado) Spoiler —Ludmila recorría la casa de arriba a abajo. —No está mal el salón… —Mientras tanto, el dueño de la casa estaba a punto de empezar a cenar, a solas. —¡¿Por qué tardan tanto, yo he empezado ya a cenar sin vosotros?! —¡Jajaja!, jaja, festaaaa… ago lo qe qiedo, fiesta en la casa del tonto feo… jajajaaaa —De pronto, Ludmila hizo un hallazgo sumamente extraño, encontró un teléfono fijo encima de la mesita del salón, en la planta alta, junto a una radio vieja y una guía telefónica. Fue a agarrar el radiocasete, e involuntariamente presionó los botones, activando una grabación que le resultaba familiar. ¡Era el mensaje que escucharon en su móvil cuando sonó al volver la señal!. Decía claramente su nombre. “¡Ludmila!”. Sonaba a una petición de auxilio, y era la voz de una mujer. Sorprendida ante tal hallazgo, le hizo una foto al descubrimiento, y se la envió a Gareth en un mensaje, con una explicación de lo que había sucedido. Y acto seguido, entró en una espiral de pensamientos acelerados. —¿Por qué tarda tanto en salir de la ducha?, mejor voy a buscarlo, aquí ha pasado algo chungo. Y me ha parecido oír gritar al hombre en el piso de abajo, habrá terminado ya de hacer la cena. Quizás no imaginó que agarraría la casete y escucharía la cinta. ¿No pensó en que me llamaría la atención una combinación de objetos tan juntos sin mucho sentido?. —¡¡Eh, chicos!!. ¡Qué estáis haciendo por allí arriba!... —El hombre no aguantó más tiempo esperando y decidió ir a buscarlos. —¡Más allááááá del arcoiriiiiiiiisss!... Uhm, creo que ya no soy tóxico. —Eh, ¿no te han dicho que hay que llamar a la puerta antes de entrar al aseo?. Un hombre tiene que tener su intimidad. —Gareth, ¿no has visto el mensaje? —Le preguntó Ludmila, que acababa de entrar al baño de sopetón. —¿Qué mensaje?. —Aquí ha pasado algo, he visto el aparato con el que me enviaron aquel mensaje de voz tan raro. Alguien lo envió pidiendo ayuda. —Le explicó ella. —¿Crees que mató él a su mujer?. —No lo sé, puede ser. Pero estoy muy asustada. —Lo interrogaremos antes de llevarlo a casa, tranquila, no te preocupes. Si es un asesino lo abandonaremos. —Trató de tranquilizarla. —Estaba gritando como un loco hace un momento, nos ha preparado una cena, pero no pienso probar su comida. Tenemos que interrogarlo ahora. —Le explicó Ludmila. —Si. Que nos explique cómo murió su mujer. —Y se fundieron en un abrazo. —No sé dónde está Isabella, se quedó jugando en el porche. —Dijo ella preocupada. —Iremos primero a buscarla. Tranquila, no va a pasarnos nada, nos hemos enfrentado a zombis. —¿Nos hemos?... —¿Estáis por aquí?. —Pero el hombre al fin dio con ellos. —¿Qué pasa, muchachos?, ¿no tenéis hambre?. —La verdad es que no. —Lo que tenemos es sueño. —¿De verdad?... ¿Hay algo que queráis decirme?. Hace un rato que me dijisteis que hiciera la cena. —La verdad es que sí… —Nos preguntábamos cómo murió su mujer. —Le respondieron. —He visto un radiocasete con una cinta en la que una mujer decía mi nombre. Sonaba moribunda. —Le explicó Ludmila sobresaltada. —¡Sí!, esa cinta la grabó mi mujer. Efectivamente, ella me habló muchas veces de ti antes de morir. Decía que tenía que encontrar a una tal Ludmila, nunca me explicó por qué, antes de que le picase ese insecto que la hizo enfermar hasta la muerte. —¿Puede explicarlo mejor?. Suena todo muy confuso. ¿Me conocía de algo su mujer?. —No lo sé, ella… me hablaba de ti, decía que tenía que conocerte. Luego desapareció todo, volvíamos de unas vacaciones en África, y vimos que había pasado algo, estaba todo desierto. Dos días después, estaba mi mujer en el jardín plantando las semillas que trajimos del viaje, y de pronto entró en casa muy asustada, un insecto enorme y como mutado le había atacado y arreado un buen picotazo. A raíz de eso empezó a enfermar, cada vez se encontraba peor, no sabíamos cómo arreglarlo, no había médicos ni farmacéuticos, se auto medicaba pero aun así, la enfermedad no remitía. Sus últimos días se obsesionó con encontrar a Ludmila, y pasaba las 24 horas en el sofá, agonizando y llamando desde el fijo a un teléfono que tenía señalado en la guía. Me dijo que cuando no pudiese hacerlo, tendría que ser yo quien te enviase el mensaje que ella misma había grabado. Y así lo hice los días posteriores a su muerte. Hasta que de casualidad, nos encontramos en la red, y dejé de enviar los mensajes de voz. —Que extraño. —Respondió con incredibilidad Ludmila. —Sí, desde luego, nunca me dijo por qué quería encontrarte. Asique, ahora que estás aquí, no tengo nada que decirte. Todo es muy confuso. De cualquier forma, me alegro de haber dado contigo, al menos se cumplió el sueño de mi esposa, aunque ella no esté aquí para disfrutarlo. —Se hizo el silencio unos segundos, ella se dirigió a su compañero. —¿Tú qué opinas, Gareth?. —… —Que necesito descansar, lo consultaré con la almohada. —Acabó respondiendo él, tras una pausa dramática. —¡Claro, os llevaré al cuarto de invitados!. Esta casa es muy grande. —Les exclamó el hombre con cierta alegría, tratando de romper la tensión. —Yo no, nena grande. Jugar, mimir no. Jeje, jugar. Jugaaaar —Habla bajo, podría escucharnos, no sabemos si duerme en la habitación de al lado, o dónde estará. —Decía la pareja en su dormitorio de invitados. —¿Te crees su historia?. Yo no. Porque hay huecos vacíos. —Uhm. Yo tampoco. No me ha dado mucha confianza y no termino de entender algunas cosas. —¿Crees que corremos peligro, Gareth? —No lo sé, pero de ser así, será mejor que él esté preparado. Porque sabemos defendernos. —Vamos a dormir. Estoy harto de mierdas raras. —Yo también estoy cansada de que nos pasen cosas cada vez que salimos de casa. —Vamos a… —¿Gareth?, no. Me pondré algo cómodo y me iré a dormir. —Vale, vale. Media hora después —¿Qué tiene de malo?, se puede dormir perfectamente en el suelo… muak, duérmete. Muak… —Gareth, para, no voy a dormirme en el suelo, ¿no eres capaz de contenerte ni en casa de un extraño?. Creo que ya hemos repoblado bastante, durmamos, en la cama. Continuará… Editado 7 oct 2017 por Druga A Shalala le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 15 oct 2017 Spoiler —De madrugada, el estómago de Ludmila rugía como una manada de leopardos, no comía desde el almuerzo de media mañana. Bajó a la cocina y en vista de que la cena no le sentó mal al dueño de la casa, decidió servirse una ración. Aprovechó para terminar de investigar bien los detalles que no pudo examinar la noche anterior. —No me había fijado en la gente de los cuadros. —Dijo, parándose frente a uno de los cuadros del salón, el mismo en el que había encontrado las evidencias de la mujer de aquel hombre. —¿Esa cara?. —Exclamó, mirando lo que parecía el retrato de la dueña de la casa. En él se apreciaba a una mujer pelirroja, de cara redondeada, ojos claros y verdosos, posando con un aspecto casual, en lo que parecía un jardín o algún tipo de exterior. Pero había visto antes esa cara, aunque la ropa diferente y el peinado le despistaban un poco, sus rasgos y el color del pelo eran familiares. —Ella… —Murmuró para dentro, reprimiendo un grito, al darse cuenta de quién era esa mujer, estaba segura de que la había reconocido. Sin duda era ella. La mujer que mató a su padre, cuyo rostro vio entre llamas, justo en el instante que murió él. Y al reconocerla, otras imágenes llegaron a su mente, confirmando que se trataba de la misma sim que posaba para la instantánea del cuadro. Las piernas le temblaron, sintió un ligero mareo y una sensación de miedo aturdió por unos segundos su mente. —No… —Murmuró sin apenas aire, al escuchar un crujir del suelo acercándose y una puerta lejana golpeando sin demasiado estruendo. —La mujer de ese hombre, fue quien mató a mi padre, ¿su invitación era una trampa?, ¿pero dónde está ella?. —Pensaba cada vez más nerviosa, escuchando el grujir cada vez más cerca. Hasta que lo tuvo al lado. ¿Cómo debía comportarse?, ¿era de verdad una trampa, o realmente el hombre no sabía nada de ella ni de su difunto padre?. Le convenía hablarle del tema o disimular hasta descubrir qué era lo que estaba pasando. ¿Y si no llegaba a descubrirlo?, ¿llevarían a ese hombre al hogar familiar? —¿Levantada antes de tiempo?. —Le preguntó con mucha tranquilidad, ajeno al descubrimiento que acababa de hacer su invitada. —Tenía hambre. —Respondió fríamente Ludmila. —Os dije que comierais algo. —Le reprochó él, ofendido por no haber entendido tal desprecio. —Sí, lo siento. Estaba mirando ese cuadro… ¿Es su mujer?. —Lo era. La que intentó comunicarse contigo. —Le respondió, pero esta vez, sonaba algo nervioso. —¿Por qué le interesaba tanto? para tomarse tanta molestia, y que incluso enferma insistiera en dejarme mensajes, sin conocerme de nada. Es muy extraño, qué motivos tendría. —¡Tú qué crees, brujita curiosa! —Gritó esta vez el hombre, muy alterado. —Había averiguado quién eras, y buscó tu teléfono en una guía de móviles. Quería invitarte a casa, para poder destruirte antes de morir. —Le explicaba a Ludmila, mientras alguna sim curiosa de los alrededores se acercaba alertada por los gritos. —¡Y eso es justo lo que voy a hacer yo, bruja! ¡pedazo de bruja inmunda!, ¡maldita!. —¡Inténtalo!. —Exclamó ella, desafiante y cargada de fuerza. El hombre se abalanzó sobre ella, empujándola al suelo y la agarró del cuello inmovilizándola con el peso de su cuerpo —Los de tu clase deben estar en el infierno, no entre los sims de bien. ¡Te mataré, maldita bruja, vuelve al infierno y deja de tentarme! ¡hija de satanás!. —Gritaba intentando ahogarla delante de su hija. —Edes malo —¡Aaah! —¿Mami?... —¡Caecus! —Exclamó la pequeña Isabella. —Praeceptor perimus. ¡Suffocatus est!. —¿Uhm?... ¡mis ojos!, ¡no veo nada! —Gritó el hombre. —¡¡Aaahh!!, me ahogo, queq queeeeeg, qué has hecho, bru-brujah, meeeh, me has… —Balbuceó el hombre con dificultad, tratando de escapar a tientas, justo antes de desplomarse como un saco de patatas en el suelo. —Ahoado. —Dijo la pequeña con gracia y naturalidad, como si nada hubiera pasado, mientras el hombre expiraba su último aliento. —¿Has sido tú?. —Preguntó Ludmila dirigiéndose a la niña, tras mirar al cadáver de aquel hombre. Isabella asintió con la cabeza sonriendo. —Bien hecho. —Respondió su madre. —Capucita. —Vámonos de aquí. —Dijo Ludmila, abrazando y agarrando a la niña. —¡Te quedo mami! Continuará... A Shalala le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 20 oct 2017 Era el lobo el que tenía que temer a caperucita en esta instancia! Se le ve un futuro prometedor a la niña. A Druga le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 29 oct 2017 On 20/10/2017 at 11:37, Shalala said: Era el lobo el que tenía que temer a caperucita en esta instancia! Se le ve un futuro prometedor a la niña. Si, esa niña promete. Spoiler —Gareth se despertó y apareció ajeno a todo. —He dormido como un tronco. ¿Hay desayuno?... —¡Pero si está muerto, qué le ha pasado!... —Dijo al percatarse del cadáver. —Le gustaba jugar con magia. —Le respondió Ludmila. —¿Lo has matado? —Exclamó él. —Te aseguro que no he sido yo. —¿Y qué hacemos ahora?… —¿A quién le importa, Garteh?, ¡vámonos!, no hay nada que hacer aquí. —Querido diario: A veces me preocupa pensar en cómo se están desarrollando mis hijos.Veo a mis 2 muchachitos y me pregunto si sus actitudes son las propias de su edad. A veces creo que éste ambiente y tanta soledad les afecta, sé que recuerdan los zombis y las cosas que vieron de pequeños, pero no sé si eso influirá tanto en su personalidad. Friedrich adora a su hermano, lo noto, siento como se acongoja y se apena por él al más mínimo contratiempo, como se aflige si lo ve sufrir por algo. Además es él quien busca a Cabal, quien se interesa por mantener viva la amistad con su hermano, y el que se esfuerza por hacer las paces con él tras una riña. Cabal por su parte, es más independiente, más frío y distante, si su hermano no fuera lo opuesto a él, ni se hablarían, serían como extraños. Uno hace de contrapunto del otro, creo que de alguna forma se necesitan para no sentirse aislados, ni caer en el ostracismo. A mi vuelta de la terrible experiencia con aquel extraño, sentí que tenía la necesidad de hablar con Cabal. En parte me sentí frustrada porque no sé hasta qué punto fue sincero, o hasta qué punto le llegaron mis palabras, ni si le servirán de algo. Pero al menos conseguí que me diera un abrazo, por primera vez, desde que nació. Con su hermano suelo hablar más, y no sentí la misma necesidad que con Cabal. Además veo que se expresa bien mediante el dibujo, y lo practica a diario, he descubierto que le sirve de desahogo, para plasmar todo lo que en su corta edad no asimila. En otro orden de cosas, la abuela ha vuelto a dejarnos. Pero esta vez, se ha ido al espacio. En un cohete en el que llevaba semanas trabajando. Dijo que solo iba a probarlo, no sé cuándo volverá. ¿Volverá?. Otro asunto quizás menos importante, es el monstruo que no se quiere ir de la cama de Cabal. Pero el verdadero motivo por el que actualizo este diario y el más importante, es un acontecimiento mucho menos grato que todos los anteriores. Ayer fue el aniversario de Gareth, y conseguimos hacer venir a su hermana Teri. Al fin pude conocerla.Todos estaban felices, y hasta invitamos a algunos conocidos de la página que estamos administrando para localizar a otros sims que también están solos a causa del extraño incidente. Mi madre dejó preparado antes de irse un pastel de zombi. Ironías de la abuela. Recuerdo el momento cumbre de felicidad máxima, en el que Gareth sopló las velas, cargado de deseos y sueños. Fue a partir de ese momento, cuando pasó lo que tenía que pasar. Cuando bajamos la guardia y nos vinimos arriba. Lo felicité de una forma muy efusiva. Con el tiempo olvidamos que estábamos condenados. Nos acaramelamos más de la cuenta. Y en el momento en que nos pusimos a charlar de nuestras nuevas vidas con las invitadas… Gareth se levantó discretamente de su silla. Al parecer no se encontraba bien. Y lo inevitable, aconteció. Segundos después, Gareth yacía muerto el suelo de la cocina, y se confirmó lo que ya sabía. Sabía que en el fondo era un buen chico, y se terminó enamorando, con el paso del tiempo, no pudo evitarlo. No era tan duro ni tan insensible como pretendía aparentar. Sé que podré seguir adelante, he pasado ya por esto, incluso perdí lo que más me importaba cuando murió mi padre. Pero poder seguir, no significa hacerlo entera, me siento más dura y más vacía con cada pérdida, sigo en el camino, pero algo de mí se ha ido quedando atrás, acabré como un cadaver andante, seré solo huesos, un esqueleto que camina porque no tiene otra opción, autómata del camino. —Los días siguientes, Ludmila pasó las tardes jugando a juegos de ordenador, y manteniendo y administrando su propia red social, Infraweb. Cuando buscando unos datos de programación en el viejo buscador, por un casual se topó entre las actualizaciones más recientes con una página que databa su última actividad de hacía solo 3 días. Al entrar en la página descubrió que se trataba de una especie de albergue de acogida para los niños que habían perdido a sus padres, o los que simplemente estorbaban todo el día en casa. Allí les daban lecciones escolares y a su vez aprendían a hacer labores cotidianas con las que poder ayudar a sus familiares en una situación tan desastrosa, como lo era la de algunas familias. Le llamó la atención aquella página, y decidió indagar en ella para informarse más, y llegó a contactar con los administradores mediante una cuenta de correo que la propia página proporcionaba. Desde que Gareth murió todo era más difícil, ocuparse ella sola de 3 niños y pretender educarlos bien, se le antojaba una tarea altamente difícil y abrumadora. A veces ya cuesta educar solo a uno. En especial le preocupaban los mayores. Pero sobre todo Friedrich.Últimamente, su día a día se resumía en jugar a las casitas y dibujar. Y empezaba a demostrar demasiado apego y preocupación por su hermano. Le vendría bien relacionarse también con otros niños. Aquel refugio de acogida para menores le sonó interesante. Continuará… A Shalala le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 4 nov 2017 Oh no... acaso la gente que se enamora de ella acaba irremediablemente muerta? ): Pobrecilla. A Druga le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 20 nov 2017 (editado) On 4/11/2017 at 11:28, Shalala said: Oh no... acaso la gente que se enamora de ella acaba irremediablemente muerta? ): Pobrecilla. Sí. Gracias por preguntar, porque así puedo explicarlo por si alguien empieza a leer el legacy ahora y no sabe la mitad de las cosas. Cuando era adolescente se enteró por su madre, de que al ser bruja como su padre, estaba maldita, y todos los que se enamorasen de ella morirían, por eso la madre tenía miedo de que se echase su primer novio, pero no pudo frenar el curso natural de las cosas, y murió su primer novio del instituto, ella se sintió culpable un tiempo, antes de todo el rollo este del apocalipsis raro que me he marcado, que ya se me está haciendo eterna esta generación, a ver si crecen deprisa los nenes, porque se me está yendo de las manos el tema, y hace siglos que ocurrió todo eso que cuento. Es lo que tiene querer hacer una mini historia en cada generación, que se me puede ir de las manos y acabar siendo una historia interminable o tener varias partes, porque una tiene que ir preparando el terreno para la siguiente, entrando en situación. El legado está en pausa, porque estoy haciendo un trabajo de montar y editar un álbum de fotos para una comunión, y cosas muy aburridas, pero que cuanto antes termine mejor, también estoy hablando con otra persona extranjera que quiere que le haga una edición/montaje de fantasía o algo así artístico y estamos hablándolo y en trámites, y además, en los ratos libres, como mi vida es muy intensa, aprovecho para hacer trabajo de campo de algo relacionado con el futuro del legado, metiéndome en el papel del heredero... perdón, de uno de los herederos, porque en la próxima generación van a ser varios. Volveré. Cuando el tiempo dé de sí y tenga espacios cómodos y acogedores. Editado 20 nov 2017 por Druga Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 1 dic 2017 (editado) Malas noticias. Ya he vuelto. Spoiler —Si su hermano se pasaba el día pintando, Cabal, se lo pasaba en compañía de sus vacimonstruos, ese juego electrónico que su padre cogió prestado de una juguetería el día antes de morir en su fiesta de cumpleaños. Aunque a decir verdad, su obsesión no se limitaba solo a los vacimonstruos, de vez en cuando también jugaba a juegos en el móvil, cualquier entretenimiento electrónico le servía. Ludmila, tenía miedo de que sus hijos crecieran tan aislados y solitarios, como buena madre que pretendía ser. Ya les había comunicado a los niños que esa misma tarde se irían a la escuela, dormirían allí todos los días, menos los fines de semana, que los niños podían ir a casa con sus familias, en el caso de tenerlas. La dirección les pidió que hicieran un trabajo cada uno para evaluarlos antes de empezar a trabajar con ellos. Aquel sitio, era más serio de lo que pudiera parecer en un principio. Los niños lo dieron todo, y se esforzaron al máximo para hacer unos trabajos impecables, que consiguieron animar durante un rato el corazón de su madre, todavía triste por la ausencia del que fue su fiel compañero en los últimos años, y padre de sus hijos. Los niños llegaron a la escuela acompañados por su madre, un grupo de niños que jugaban en la entrada se acercaron a saludarlos y darles la bienvenida, junto a un adolescente que también estudiaba allí. El sitio no hacía justicia a la seriedad que se le presuponía, pero luego la informaron de que aquello solo era algo provisional, mientras terminaban de equipar, ordenar, limpiar, y en definitiva preparar, el centro oficial, que era muchísimo más grande y estaría más limpio, en cuestión de un año o así como mucho. Ludmila quedó satisfecha con las explicaciones, todo le pareció que era correcto, y que sus hijos estarían bien allí, y podrían hacer amigos, que era lo que más le preocupaba a ella, que no desarrollasen las habilidades sociales. Dejó a los niños con el grupito de la entrada, y se fue a su casa corriendo, porque había dejado a la pequeña dormida y temía que se pudiera haber despertado estando ella fuera, esa ya era una siesta un poco larga. —¿De verdad, sois gemelos?. —Dijo un niño sucio. —Somos mellizos, no nos parecemos tanto. —Le respondió Friedrich. —Jajaja, ¿y por qué tu hermano está tan gordito? —Exclamó de pronto una niña rubia con coletas, con tono burlón. —Sí, es verdad, está gordo. —Añadió el mismo niño de cara sucia. —No estoy gordo, es que tengo muchos polígonos. —Se justificó Cabal. —Y curvas. Jajaja. —Insistió el chico sucio. —Estoy en HD, no como vosotros, que parecéis muertos de hambre. —Respondió otra vez Cabal, pero esta vez más serio. —Fofo. —Le espetó el mismo niño roñoso con cara de pillo. —Jo, él también está gordo. Se ha tenido que fijar solo en mí y no en mi hermano... no es justo… —Murmuraba Cabal avergonzado para sus adentros, alejándose de los niños, en dirección al edificio. —Hola colega, ¿eres de los nuevos?. Y qué te pasa, no te gusta este sitio, lo entiendo. SI yo pudiera, ya me habría ido, pero mis padres desaparecieron, y aquí no me dejan irme hasta ser mayor de edad. Ey, ¿quieres ser mi coleguita especial?. —Le interrogaba un compañero mayor que él, con tono animado. —No. —Respondió seco y cabizbajo Cabal. —¿Entonces qué te pasa?. Vamos a cenar en breve, es lo único bueno, siempre se ponen creativos con la cena. —Trató de animarlo el joven. —¿Por qué me dices eso, es porque estoy gordo?. Pues que sepas que yo no como, solo bebo agua, estoy así porque soy así, no porque haya comido nada en mi vida. Soy abstemio de la comida. —Dijo el niño sonando ofendido. —¿Qué?... de qué estás hablando, crío. Bah, ¿no quieres cenar?, pues tú te lo pierdes. —Los niños se portaban bien en la escuela, y hacían todo lo que los adultos les decían. Realmente se mataban a trabajar, pero así se mantenían activos y distraídos, a la vez que vivían en comunidad con otros niños. Friedrich, empezó a hacer amistad con uno de los 4 niños huérfanos que había. —¿Así está bien?. —No, más, más sucio. —¿Fried, qué haces?. —Exclamó Cabal al toparse con su hermano, que parecía estar haciendo lo opuesto a lo que los adultos les solían pedir. —Hacer cosas divertidas. —Respondió Friedrich. —Le he pedido que ensucie, y él lo está haciendo. —Añadió el niño de la cara sucia. —¿Por qué?. —Preguntó Cabal con tono inocente. —¡Pringao a la vista, pringao a la vista!... —Empezó a gritar el niño sucio, mientras agitaba los brazos en el aire. —¿Es un pringao muy limpio, capitán?. —Dijo su hermano Friedrich. —Es el pringao más limpio de todos, luego tendrá que limpiar él este estropicio. —Respondió el niño extraño. —¿Os parece de gente cool ensuciar la entrada para que otro la limpie?, suena a un juego de niños que no saben cómo divertirse. ¿Desde cuándo alguien cool pierde el tiempo con bobadas como esa? —Trató de razonar Cabal. —Cabal, no seas pringao. —Exclamó su hermano. —¡Sí, no seas pringao, Cabal gordito!. El gordito de Cabal se cree más listo que nadie… mimimi mi mi mi… —Se burlaba el niño de la cara roñosa. —No está tan gordo, ¿verdad?. —Concluyó Friedrich, antes de que Cabal decidiera ignorarlos y seguir su camino. —El primer fin de semana llegó y su madre fue a recogerlos para llevarlos a casa con su hermana. —Vamos Cabal, se me ha hecho tarde, lo siento, pero ya podemos irnos. —Pero a mí me gusta estar aquí, mamá. —Volverás el lunes. ¿Dónde está tu hermano?. —¿Tienes que irte, cómo los pringaos? —Pero yo no soy uno de ellos, soy tu amigo, soy un tío guay. He hecho todo lo que me has pedido durante toda la semana. ¡Volveré pronto, Danni!. —Eres el más pringao de todos. —Espero que no vuelvas nunca, pringao, jajaja. —Claro que volveré el lunes, te lo prometo. —Lo superaré. —¿Puedo abrazarte?, Danni. —Supongo que lo harás de todas formas... —Pero que no te vas para siempre, tampoco te pases, que pareces un pringui, con tanto abrazo. Tráete contigo al gordo de tu hermano el lunes. —Claro que sí, es mi hermano, donde yo vaya tiene que venir también él. —Tal vez le enseñe a él también a no ser tan pringado. —Danni, ¿no tienes móvil?. —No, lo perdí, y como no tengo padres no he podido conseguir uno nuevo. —Le diré a mi madre que consiga uno y te lo daré, para que podamos hablarnos durante los fines de semana. —¿Puedo unirme a vosotros, chicos? —Preguntó un menor que llevaba un rato contemplando la escena. —No, lo siento, es un club exclusivo, solo para chicos maduros y que entienden las cosas. —Sí, nosotros entendemos de las cosas. —¿De qué cosas?. —Cosas de chicos. Tú eres muy pequeño. Nosotros ya sabemos lo que hacemos. Mientras tanto, en el salón de la escuela… —Toma, bebe, cervatillo. —Jejje, que guapa es Mindy... —Cabal se embelesaba pensando en una de las niñas, casualmente, la misma que empezó a llamarlo gordito el primer día. —Me encanta este sitio, mamá. —Ya me lo has dicho antes. Habrá que ir a buscar a tu hermano, Cabal. ¿Seguirá estando fuera?. —De pronto, Friedrich apareció acompañado de su nuevo amigo, y fue cuando a Mindy se le ocurrió soltar la bomba. —¿Por qué estás siempre con ese niño, y haces todo lo que él te dice, Friedrich?. —Le preguntó algo tenso su hermano Cabal. —¡Porque se gustan!. Jeje. —Exclamó Mindy en voz alta entre risotadas, y aquella frase rebotó y reverberó por las paredes del salón, haciendo resonar un eco que duró largos segundos que parecían minutos, las palabras y las risas de Mindy se clavaban en la masa cerebral de todos los presentes, y permanecían ahí, germinando dudas. “Se gustan… se gustan… se gustan…”. Era algo tan obvio, pero en lo qué Cabal no había pensado. ¿Su hermano era gay?. —Bah, que estúpida. Jajaja. —Se burlaba el amigo de Friedrich, quitándole importancia, a aquello que llamó la atención de todos. —¡¿Qué?!. —Exclamó Ludmila para sus adentros, dándose cuenta de que quizás no le interesaba saber toda la intimidad de sus hijos, siendo tan pequeños, puesto que podían cambiar de opinión de un día para otro, y a esas edades era normal tener dudas, plantearse cosas, y quiso permanecer al margen, dejar que aprendieran a resolver sus dudas por ellos mismos. —No, solo somos buenos amigos... —Se justificaba Friedrich, con una sonrisita pícara en la cara, y cierta timidez. —Sí, muy buenos amigos, Friedrich. Siempre he pensado que eres gay. —Le reprochó Cabal con tono simpático, animándolo a asumirlo. —¿Y qué importa eso?. —Les dijo el niño de la cara sucia. —Si me gustase un chico... ¿qué pasa?. Prefiero eso a ser un pringao como tú. —Prosiguió, refiriéndose a Cabal. Y minutos después, volvieron a casa por el fin de semana. A la mañana siguiente, Fried terminó admitiendo a su hermano que sentía algo por su amigo Danni, le gustaba estar con él, disfrutaba haciendo todo lo que él le pedía, era divertido y excitante para él. Y añadió que Danni le parecía un chico muy cool y el más guapo que ha conocido nunca. Lo veía como a un líder popular y exitoso, no veía al mugriento, estúpido y extraño, que era Danni a ojos de Cabal. Este último, asumió bien, aunque con cierta resignación, que su hermano le hubiera confesado su homosexualidad, era su hermano, lo único que tuvo hasta que fueron a la escuela, y siempre se preocupó mucho por él, han vivido muchas cosas juntos, no podía odiarlo realmente por nada, no le quedaba otra opción que asumirlo y tener la mente abierta, seguía siendo su hermano, el que le abrazaba y le cuidaba cuando había un peligro cerca, aunque a él no le gustaba porque se sentía infravalorado e incómodo, en el fondo sabe que Fried lo hacía con buena intención, porque le importaba, sentía cariño hacia él. No quería estar solo en el mundo, ya que nunca ha sentido esa sensación de verdadero afecto y dedicación con ninguna otra persona, y la verdad es que le parecía agradable, pero le molestaba que quien la sentía fuera su hermano, y no una chica o una mujer. Pero quizás, descubrir que su hermano era homosexual, le había hecho entenderlo mejor, y por lo tanto sentir más aprecio hacia él. Continuará... Editado 1 dic 2017 por Druga Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 2 dic 2017 Pobre Cabal, qué mal ha empezado en el cole ese distópico. Me pregunto si entre las materias del mismo estará anatomía zombie y cómo acabar rápidamente con su miserable existencia. Mucho más útil y entretenido que álgebra. A Druga le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 6 ene 2018 On 2/12/2017 at 19:04, Shalala said: Pobre Cabal, qué mal ha empezado en el cole ese distópico. Me pregunto si entre las materias del mismo estará anatomía zombie y cómo acabar rápidamente con su miserable existencia. Mucho más útil y entretenido que álgebra. Gracias por el seguimiento, estoy algo liada con otros planes de futuro (muy cercano), pero voy a seguir con esto en cuanto pase las carpetas de los sims al pc nuevo, porque he cambiado de máquina y me quedan cosas por recuperar del pc viejo. Ya no creo que acabe el legado ni de coña, pero si necesito hacer alguna generación más que ya tenía planificada desde hace un año y que me apsionan. Serán un par de generaciones más como mínimo, aqunque tenga otros planes con los sims por otros medios, quizás pueda compaginarlos, incluir de vez en cuando cositas del legado en los otros planes y así tener tiempo de sobra para todo. Ya volveré a actualizar cuando tenga todo lo que necesito pasarme al pc de los sims. Es que necesito con toda mi alma hacer 2 generaciones más, porque es una pasión mía que tengo, representar ciertos aspectos de la especie a la que pertenecemos y de la sociedad en la que vivimos. A veces para evidenciar las malas conductas y sacar a la luz los problemas para que no se sigan tapando y normalizando, y otras veces para resaltar lo bueno y disfrutar con ello. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 12 ene 2018 Spoiler —Cabal lleva triste una semana. Nadie sabe por qué. Se niega a hablar del tema, quizás sea por la muerte de su padre, o tal vez otros motivos relacionados con la escuela. Pero la noticia del día es que la abuela ha vuelto a la tierra para el aniversario de la pequeña de la casa. La cual ha dado el salto a la infancia. Y desgraciadamente, minutos después, la abuela iba a vaciar el retrete infantil de caquitas, cuando algo trágico ha vuelto a sucederle a la familia. Efectivamente, la abuela ha pasado a mejor vida. Y el cementerio familiar ha crecido. Cada cual lleva a su manera la terrible noticia, mientras los niños se vuelcan en sus hobbies favoritos durante los fines de semana, como método de aislamiento y distracción para no pensar en toda la negatividad que los rodea, ya que entre semana están en la escuela y no tienen tiempo para pensar… Isabella, que se había convertido en una niña preciosa de cabello rojo y amante de los animales, prefería desahogarse con su oso de peluche favorito, al que había bautizado como Tibbers. —¿Estás seguro, de verdad crees que lo superaré?. —Le preguntaba al oso. Los días pasaban, Isabella se aburría mucho tan sola sin poder jugar con sus hermanos, que solían estar siempre en la escuela. Pero su madre se negaba rotundamente a que su niñita pequeña viviera sin su protección, sola y rodeada de tantos peligros, sumados a su peculiaridad como bruja, lo cual podía ocasionarle más problemas con la gente. Una tarde, Ludmila pensó en contarle que nunca podría enamorarse de nadie, puesto que esa persona moriría, pero no fue capaz de hablar de algo tan serio con una niña que todavía no piensa en esas cosas, y no le dijo nada. Pero dejó la foto de un cerezo en flor con una frase de afecto para su niña en el tablón de la cocina, junto con un juego de pistas para que ambas jugasen, y consiguió que Isabella sonriera por primera vez desde su paso a la infancia. Ludmila se enteró por los profesores, de que Cabal jugaba mucho a videojuegos antiguos, y había contagiado la afición a sus compañeros, Ludmila decidió proponerles formar una plataforma en su propia red social “Infraweb sims”, para que pudieran compartir y mostrar sus partidas y organizar retos y concursos, como en el viejo Simstube. A los maestros les pareció una genial idea, que mantendría a los niños distraídos y concentrados, y además les divertiría en sus ratos de descanso. Ludmila empezó a ver las partidas que su hijo publicaba en la red y le sorprendió ver que destacaba en fama y destreza, por encima de los demás niños. Y se planteó estudiar a fondo para mejorar aún más la plataforma, en colaboración con la escuela, de manera que se formase una comunidad sólida en torno a aquello en lo que tanto destacaba su pequeño. Isabella adoraba a los mellizos, y ansiaba que llegase el fin de semana, para poder abrazar a sus hermanos, a los que admiraba, y que le enseñasen nuevos juegos, nuevas palabras, nuevas experiencias, anécdotas de la escuela, historias del encuentro con alguna criatura. Y ella les enseñaba los juegos que le preparaba su madre, y los últimos caprichos con los que ella le sorprendía entre semana, ya que Ludmila se desvivía por mantener siempre contenta a su pequeña, con tal de no dejarla ir a la escuela con sus hermanos y quedarse ella sola. —…Y ese día gané la partida de Zalda el caballero del bosque, delante de Mindy. —Ah, Mindy. ¿Sigue siendo tan perfecta, hermano?. —Ya lo creo, cada día es más guapa y más lista que el anterior. —Ojalá pueda conocerla algún día. —La conocerás, va a ser mi futura esposa, no quiero estar con otra chica en la vida, tiene que ser ella o no me gusta ninguna. Si la vieras, hermana, es tan dulce… —Si es tan perfecta, espero que ella esté de acuerdo, hermano. —Por otro lado, entre tanto crecimiento, cambios y tanta tragedia, el fantasma de Gareth se pasea de vez en cuando por la casa. —¿Qué es este trasto? Uhm. ¿Una máquina del futuro, ya tienen viajes en el tiempo? —Friedrich, por otro lado, no presenta cambios en su desarrollo, sigue gustándole la pintura, jugar con muñecas, y sigue siendo amigo de aquel niño de la escuela. Más preocupante era el caso de Cabal, que ha empezado a imaginarse su vida en el futuro, y a veces, cuando está en casa, juega a que ha tenido un hijo con la niña rubia de la escuela, y él lo cuida mientras la madre trabaja o sale con sus amigas. A nadie le parece preocupante, puesto que nadie se ha dado cuenta de dicho comportamiento, y de hacerlo, pensarían que solo son cosas de niños. Los meses pasan sin novedad, llega el salto a la adolescencia de los dos niños. Continuará... A Shalala le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 24 ene 2018 Spoiler —Mi nombre es Cabal. Pero mi alias para todo es Acolyte, y todos me conocen por Acolyte. Este es mi avatar, una representación de mi imagen personal, por la cual me conocen. Esta es la imagen que todos tenían de mí, pero nunca es definitiva, todo avatar está sujeto a posibles cambios y evolución, puede moldearse y adaptarse a las exigencias de su portador. Y hablando de cambios, acabo de cumplir años y mi sueño en la vida es ser jugador profesional, porque en mi mundo tienen mucho prestigio, y siempre he tenido tendencia a ese tipo de entretenimientos. Ocurrió algo antes de que yo naciera, dicen que algo así como un apocalipsis, o el fin del mundo, y ahora los pocos sims que quedan son diferentes, y el mundo ha cambiado, o eso dice mi madre. Yo creo que son tonterías, no veo que haya nada raro en el mundo, creo que antes ya daba el mismo asco. Y, si hubiera sido un apocalipsis, no quedaría nadie para contarlo. Son locuras de viejos. Ser un buen profesional en la industria del ocio no es nada fácil a pesar de su prestigio, en absoluto, se ha convertido en la mayor industria y la más importante, en muy poco tiempo, al no haber mucha competencia con otras industrias, ya que son escasas. El mundo gira en torno al ocio, se han perdido gran cantidad de profesiones por falta de gente. Lo único que importa en mi entorno, es el ocio. Y eso genera una mayor competencia, y cuana más competencia… más difícil es destacar. Apenas hay gente con trabajos, al menos legalmente, y los sims llenan su tiempo con ocio. Mi hermano es una excepción. Es mi mellizo, nos parecemos mucho, pero no somos iguales. Yo me conformo con el ocio, me evade de la realidad y me hace olvidar, y es todo lo que necesito. A él en cambio, le gusta hacer cosas, le gusta pensar y expresarse, y vive más en la tierra, se flipa con el arte, quiere conseguir un caballete de pintura, pero mi madre le ha dicho que no le va a hacer falta, porque estaremos en la escuela rehabilitada para acoger a los menores como nosotros. Solo dormiremos en casa los fines de semana. El arte para mí es lo más aburrido del planeta. Yo odiaba tener que irme a un sitio extraño, después de estar toda mi infancia en otra escuela pequeña donde éramos como una familia. No sé explicar lo difícil que se me hacía tener que irme con gente que no conozco, aunque algunos si eran conocidos de antes. Estaba acostumbrado a pasar horas en mi dormitorio, preparándome para ser el mejor, consentido por los profesores que nos mimaban por ser los pequeños del centro. Odio que me molesten o me interrumpan, no sé cómo será la convivencia en el nuevo internado reformado, seguramente un jodido infierno. Pero también odio este lugar, mi casa y a mi familia, salvo a mi hermano, él es un tío guay, es de buen rollo y tiene la mente abierta, él me entiende mejor que nadie, y es el único que me conoce, al menos, en ese momento lo hacía. Pero odio mi vida solitaria, y odio este sitio, y odio a todo el mundo, por eso me siento muy solo. No sé qué me pasa, pero me siento mejor estando solo que rodeado de gente. Quiero que te pongas en mi lugar, inténtalo, y sientas lo que sentía yo, que sepas toda la historia sobre mí. Mi desarrollo no fue fácil. Mi infancia no estuvo exenta de emociones ni de visiones extrañas. Crecí en un entorno hostil, rodeado de podredumbre y peligro. Necesito perdonarme a mí mismo para redimirme. Y para redimirme primero tengo que entenderme, ponerme en mi lugar desde una perspectiva neutral. Así me aseguro de que soy objetivo, y cualquiera podría entenderme. Todo empezó por una razón muy simple: A pesar de las dificultades, crecí feliz, destinado a comerme el mundo, a ser un hombre noble y digno, merecedor de respeto, o a no destacar para mal ni para bien, lo que se conoce como un buen chico. Pero el destino me puso una trampa, y estaba emponzoñada, su veneno se extendió por mi cuerpo para toda la vida, con su olor profundo a podrido. Llegamos al reformatorio para menores, porque con el terrible evento del pasado, algunos niños quedaron huérfanos, otros viven en unas condiciones pésimas, y entre todos los que habitábamos el país, de los que al menos se tuviera constancia, acordaron que lo mejor para todos era acogernos a todos juntos y que algunos adultos se encargasen de que estuviéramos bien y de enseñarnos lo que quisiéramos y lo que pudieran, lo lógico habría sido que nos enseñasen a defendernos de los numerosos peligros que nos rodean, pero la lógica nunca ha sido una de las cualidades más comunes entre los sims, y solo nos enseñaban cosas inútiles, o a triunfar en los nuevos campos del ocio, como era mi caso. Los que quisieran o pudieran, podían visitar a sus familias los fines de semana. Después de haber criado prácticamente sola a 3 hijos, mi madre soñaba con un descanso, y estaba deseando que nos fuéramos, puesto que ya éramos mayorcitos, nos mandó allí de cabeza. Llegamos una fría tarde, nos recibió uno de los adultos encargados de nosotros, los llamaré profesores para abreviar, pero ninguno se había preparado para serlo. Nos obligaban a llevar uniforme, como si fuera una escuela normal de las que había antes, decían que era para aparentar normalidad. Nada más subir las escaleras, me perdí buscando mi dormitorio compartido. Había uno para los chicos y otro para las pavas, yo no hablo mucho con las chicas. Y luego otro pabellón para los menores de 12 años, con los que apenas teníamos contacto. Mi madre no quiso dejar venir a mi hermana Isabella, porque le asustaba envejecer sola, y decía que todavía era muy pequeña y le daba miedo dejarla en manos de desconocidos, pero sé que solo pensaba en ella misma y no quería verse del todo sola. Pero aquel sitio era enorme, podías perderte, no tenía sentido un sitio tan grande para los pocos que éramos. Ya que en aquel internado habíamos unos 10 u 11 adolescentes y 5 niños, en total. Éramos muy pocos, juntos no llenábamos una clase. Pero podías perderte en aquel lugar. Con los años irían llegando cada vez más alumnos. Aquella tarde, me fui pronto a la cama, después de dar tantas vueltas, y de subir y bajar escaleras. Estaba agotado y mareado. Mi compañero de dormitorio tenía el pelo plateado, luego descubrí que era un viejo colega de la escuela, que se había teñido el pelo para parecerse al protagonista de un juego reciente. Mi hermano tardó más, porque se quedó haciendo amistad con el hombre que nos recibió. A él no le cuesta hacer amigos, es simpático con cualquiera, no sé cómo lo hace para estar siempre alegre. Pasaron un par de días hasta que pude ser consciente de dónde estaba y empecé a relacionarme con algunos de los chicos, con los antisociales, que parecían más afines a mí. Pero había una compañera que era especial. Se llamaba Mindy. La vi en mi primer desayuno allí, y quedé hipnotizado. Mindy, era la tarta más dulce del instituto. Tenía un cuerpo de infarto capaz de matar al más delicado con solo mirarla, combinado con una personalidad dulce y bien educada, a diferencia del resto de chicas, ella no era bruta ni descarada, ni tenía cara de amargura, contaba con algo que ninguna mujer tenía, era delicada y agradable, siempre tenía una sonrisa en la boca, se relacionaba con todo el mundo sin prejuicios. Era perfecta, y no tan popular como otras, quizás porque la educación no está tan bien vista a nuestra edad, o quizás porque no le gustaba ser el centro de atención, aunque con tanta belleza no podía evitarlo. Mindy desprendía un aroma a tarta de fresa que hacía que me derritiera, me pasaba la mañana mirándola, temía que por su culpa no pudiera rendir en mis calentamientos del e-sport. Uno de los primeros días, mis amigos lo notaron, y trataron de advertirme. — Olvídate de ella, en realidad es… una guarra. —¡Qué!. ¿Qué has dicho, Hugo?. —¿Te has apuntado ya a su club de lectura? ¿Por qué crees que solo hay hombres?... —Porque las chicas la envidian y no quieren estar con ella. Pero es buena chica, no es de esa clase de chicas, es educada, no va como otras. Es perfecta, cándida, el hada de mis sueños. Es un puto ángel. —Jajaja. Abre los ojos, Cab. Los ángeles no existen. —Lo cierto es que ella hablaba mucho con chicos, pero la verdad es que lo hacía con todo el mundo, no tenía problemas en hablar con la gente, ni malas respuestas para nadie. Y eso hizo que me animase a saludarla, pero todavía no hemos llegado a esa parte de la historia. Trataba de esquivar su mirada las 24 horas. No quería que ella se fijase en mí, no todavía. Todavía era nuevo allí, necesitaba sentir qué sensación desprendía cuando la tenía cerca, si su energía era receptiva conmigo o no. La evitaba en el desayuno, evitaba cruzarme con ella, me sentaba en última fila en clase, cualquier cosa para que ella no se fijase en mí. Necesitaba sentir cierta confianza con ella para poder acercarme, porque lo cierto es que tenía algo de miedo al principio. Una mañana, después del desayuno, mientras sacábamos nuestros apuntes y builds de nuestras taquillas. Mi mejor amigo de la escuela, Raziël, que también estudiaba lo mismo que yo, me estaba hablando sobre algo que nos pasó el día anterior en un entrenamiento contra unos chicos de otro país, a los que les había llegado también la moda del ocio. — ¡Mira otra vez las estadísticas, Raziël!... ¿lo ves?, ¿quién hizo más daño?, el healer no sabía que se le gastaba el maná y se lo bebió como si fuera agua. —¡Que no, te digo que fue culpa tuya, siempre te quedas corto, tío. Mira, mañana llevo yo al ninja… —¡Es mi main!, jajaja, que cabrón eres —No me llores, hijo de puta —Te dije que teníamos que haber iniciado antes… —De pronto, en plena conversación, me llegó un olor a tarta de fresa. Mindy pasó por nuestro lado, casi ronzándome. Me quedé en silencio. Me empezó a latir muy fuerte el corazón, me sudaban las manos, no podía tragar saliva. Dejé la mente en blanco. Pasó por detrás de mí, y grité sin venir a cuento: —¡Soy el mejor!. Me temblaban las piernas. Mi amigo se quedó de piedra al oírme soltar esa gilipollez. No sé por qué dije eso, temí desmallarme y caer al suelo. —¿Qué dices, flipado?. No te lo crees ni… —Exclamó Raziël confundido. —Ah, es por Mindy. —Susurró al darse cuenta de la situación. Y luego se empezó a reír en voz alta. Yo traté de disimular hablando otra vez de los entrenamientos. —Hoy voy a coger a la arquera que han puesto nueva, y os voy a partir el culo a todos, 1v4. ¿Te apuestas algo?... Y justo después de entrenar ese mismo día, charlaba con Hugo, a esas alturas, ya todos sabían que me gustaba Mindy. Se lo habían contado a todo el mundo. — Tienes que hacer algo Acolyte, como no lo hagas pronto, se enterará por otras personas, y será peor. — ¿Cómo lo hago, Hugo?. ¿La saludo, le digo quién soy?... ¿sabe quién soy?... —Agarra al toro por los cuernos, acércate a ella y dile, “Eh, pivonazo, agáchate que se te ha caído el papel que te envolvía, bombón”. No, eso es muy viejo… mejor dile, “Ey, tarta de fresa, ¿te vienes a por nata a mi cama esta noche?, he oído que desde allí puedes ver las estrellas, tráete ese culito que llevas puesto”. —No le va a gustar eso. Ella no va con chicos, no en ese plan. Me la imagino dándome un tortazo si le digo eso. Ella es muy inocente, le va más otro rollo, más tierno. — Pues dile que le vas a contar el cuento de Caperucita, y que al final se acuesta con el lobo y salen juntos. Más tierno que eso, ya no sé… —¿Crees que eso funcionará, Hugo?. —Que sí, tío. Primero invítala a cenar vosotros solos, a las tías como ella les gusta que las agasajen y que sean románticos con ellas, los regalos, las cenas, los hoteles, que las inviten a cosas, y esas mierdas caras, porque se creen especiales, creen que son reinas y que tú eres un arrastrado. — ¿Poniendo a parir a una chica, muchachos?. — ¡Déjanos en paz, Dolores!. Vuelve a la cocina, vieja. — Habla con ella, Acolyte. O si quieres se lo digo yo por ti. No seas idiota, tío. En mi team no hay nenazas. — No le digas nada, creo que podré hacerlo. Ella es simpática con todo el mundo, no creo que me vaya a decir nada hiriente. Solo intentaré conocerla, y me sonreirá. En mi mente, es fácil. — Pero llévatela a la cama, tío. Si lo haces como tú dices no conseguirás nada, solo ser su pagafantas. Dale duro a la tarta de fresa, no seas un prigao, plancha bragas. —Solo la idea de llevármela a la cama, me revolvía el estómago, yo la quería como era, real, virgen y honesta, dulce como la tarta de fresa, fiel y cariñosa. Necesitaba llenar mi enorme vacío con amor, con su sonrisa cada día, con su alegre voz cantarina, con la luz de sus brillantes ojos, el faro de su mirada inundaría mi vacío interior. No necesitaba más que eso, nada más, para ser feliz. Tirándomela solo saciaría mis pulsiones sexuales, pero se perdería esa magia y perfección que tanto me atraía de ella, y dejaría de gustarme, y no me importaría que se la quedase otro. Tarde o temprano tendría que hablar con ella, era capaz de hacerlo, porque al ser tan pocos, me la cruzaría todos los días por cualquier sitio, y no podía irme a mi casa a olvidarme de ella. Y fácilmente podía enterarse de que me gustaba, por boca de otros, y eso sería todavía peor. No soy un maldito cobarde, sé que no va a ocurrir nada si me acerco y le hablo, nada malo podía ocurrir. La he estado observando desde que éramos niños, ella se sintió culpable cuando el primer día insinuó que estoy gordo y me quedé con ese mote, la vi tratando de ser buena persona, sentí como me miraba cada día con cara de arrepentimiento en la antigua y pequeña escuela, lo hizo sin ser consciente de que me estaba colgando un sambenito, no hizo ese comentario con maldad, luego se sintió mal y se arrepintió de llamarme gordito. Y yo no iba a ofenderla de ninguna forma, era mi musa, mi ángel del apocalipsis, jamás le diría nada fuera de tono a ella, solo empezaré por conocerla, pero será en el próximo capítulo. Continuará... Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 30 ene 2018 Spoiler —Antes de lanzarme de cabeza a hablar con Mindy como un loco, necesitaba ponerme en forma. No quería que me viera como al niño gordo de la anterior escuela provisional, quería que ella también se sintiera atraida por mí, por algo más que mi carente simpatía. Mucho sacrificio y esfuerzo que pronto empezarían a dar sus frutos. Empecé a soñar con ella. La imaginaba durmiendo, en su cama. Y parecía un tierno corderito. ¿Ella soñaría tal vez con prados y flores, con canciones de amor?, ¿y quizás conmigo?. No, todavía no me conoce. Otras veces soñaba que la veía como un ángel bajando las escaleras en camisón, y de pronto empezaba a flotar en el aire, y se sorprendía, y reía. Mi Mindy no es de este mundo. Durante el día, mi hermano se dedicaba a hacer amigos, ya conocía a toda la escuela, solo le quedaba por conocer a mis amigos, y el 5º día, empezó a hablar con ellos. Les contó que quería ser artista y se rieron de él. Pero a Friedrich no le importa, tiene sentido del humor y es un tío guay, tampoco pretendía ser amigo de gente como ellos, solo les habla por cortesía, así es mi hermano Friedrich. —¿Cabal?... ¿eres tú? —Sí, estaba durmiendo en un banco en mitad del pasillo. ¿Qué pasa, algún problema?. —Bueno, nada. Te estaba buscando, hermano. Vengo de conocer a tus compañeros. Son muy tú. —Felicidades, Friedrich. —¿Puedo sentarme a hablar un poco, Cabal?. —Claro, no he alquilado el banco, es un espacio público, haz lo que quieras. —No suelo ser muy cálido con mi hermano, nos gusta mantener la distancia, pero en el fondo sabe que lo quiero más que a nadie, y que suelo ser borde con casi todo el mundo. Mindy es la única persona que no me produce ese tipo de actitud, con ella sería tierno. —¿Por qué estás tan machacado, hermano?, me preocupas. —¡Y yo qué sé, F!. Joder, la vida, que es dura. Se nos exige mucho. —Cabal. ¿Es por esa chica?, ¿verdad?. Es la más guapa, por eso lo he deducido, tú siempre te fijas en las más guapas. —¡Dejame en paz F!. —Vaya, lo he adivinado. ¿Haces eso por ella?. Yo la conozco, estoy en su club de lectura. —No metas el morro en esto, hermano. —Quería ser yo quien la conociera, no necesitaba ninguna alcabueta malmetiendo y haciéndome quedar como un imbécil y un inmaduro, soy capaz de hablarle a una chica. —No iba a hacerlo. ¡Pero yo sé mucho más que tú sobre ella, somos amigos!. Podría darte información jugosa, Cabal. —Mira tú, eso me interesa... —Aquel día, empecé a amar todavía más a mi hermano, podía serme útil con la chica de mis sueños. —Si quieres, te empiezo a dar alguna información. Si hay algo que quieras saber sobre ella... —Era tanto lo que quería descubrir sobre ella... que no sabía por dónde empezar, cualquier cosa me sería útil, cualquier detalle sería toda una noticia y un acontecimiento para mí. Me empezó a contar detalles sobre ella. Por lo visto le apasionaba la lectura y los libros, y estudiaba varias materias. Era un ángel de biblioteca. Terminamos la conversación porque justo ella pasó por allí buscando a un profesor, y tuvimos que disimular y despedirnos, yo me fui a darme una ducha y a la cama sin cenar. Una de las asignaturas que mi ángel estaba aprendiendo, era informática, y me dormí soñando con ella convertida en una informática friki encantadora, sonriéndole a la pantalla del ordenador, imaginándome que al otro lado estoy yo ganando partidas de juegos online con mis compañeros. Hemos compartido el mismo espacio de una forma muy personal sin ser conscientes. Creo que muchos dirían que me estoy obsesionando un poco con ella, pero no me importa, es lo único bueno que hay en mi vida, el dulce aroma de Tarta de Fresa. Al día siguiente me armé de valor, y no hacía más que repetirme que ese era el día, o se lo iba a contar uno de mis amigos, de hecho era raro que no lo supiera ya por boca de uno de ellos. Ya sabía algún detalle sobre ella, y también que no podía hacerme daño, ella era incapaz de actuar como una maleducada, mi Mindy es demasiado buena persona. Y seguramente pensarás que entonces Mindy fue grosera o borde conmigo, y al romperme el corazón me convertí en un cabrón sin alma, pero esta historia no fue exactamente así. —Hola, Mindy. —¡Hola!... —Me-me llamo Cabal. Soy gamer. Quiero decir, que me estoy preparando para ser jugador profesional. No quería decir que sea gaymer. Jaja. —¿Por qué hice ese chiste de mierda?, no lo sé, estaba nervioso. —¿Cabal?... ah, tú eres el hermano de Fried. —¿Fried?, ah, sí. Mi... hermano. —Tu hermano es muy simpático, está en mi club de lectura. Os parecéis mucho. En la escuela eras más gortdito ¿verdad?. —Gracias, Mindy. ¿Pue-puedo unirme yo también a tu club de lectura?, por-por eso me he acercado a ti. —¡Claro que sí, tonto!, eso ni se pregunta, solo preséntate allí. Tengo que irme, llego tarde a clase. —Y se fue, y no volví a saber nada de ella. Pero días después, pregunté a mi hermano si ella le había dicho algo de mí. Y me dijo que acababa de hacerlo, por lo visto le había preguntado a él que por qué no le acompañaba a la próxima reunión para unirme al club. Esa noche no dormí. Suerte que era fin de semana y nos íbamos a ir a casa a la mañana siguiente, y allí dormiría todo el día. Y el gran día llegó. Yo estaba muy nervioso, asistí a mi primera reunión en el club de lectura, traté de pasar desapercibido, puesto que tenía que conocerla primero y tantear el terreno. Pude comprobar que efectivamente solo había hombres en el club de lectura. Ella se comportaba igual que lo hacía normalmente, no parecía que coquetease con ellos ni nada raro. En la segunda reunión a la que fui, 3 días después, me divertí aun más, me sentía más seguro y me atreví a hablar un poco y hacer un par de preguntas. Hasta que en un determinado momento, cerca de la hora a la que terminaba la reunión, me percaté de que a Mindy le picaba la pierna, como estábamos fuera del horario escolar, no llevaba puesto el uniforme. Hizo el gesto de rascarse con el bolígrafo, pero yo noté como se bajaba las calcetas a propósito con el bolígrafo, muy disimuladamente, para que pareciera que había sido sin pretenderlo. Esa noche no dormí pensando en por qué Mindy hacía algo así. Mi Mindy, mi ángel. ¿Por qué querría bajarse las calcetas en una reunión?. Si ella ya era perfecta. Una hija modelo, una chica diez, la mejor estudiante, algo popular, y buena chica. Por qué necesitaría hacer ese gesto, no necesita llamar la atención de nadie de esa forma tan vulgar. ¿Realmente lo hizo sin querer porque le picaba la pierna, o qué había realmente detrás de aquel gesto?. Continuará... Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 19 feb 2018 (editado) Spoiler —Necesito explicarme, quiero reconstruir los hechos porque necesito entenderme, saber por qué me convertí en lo que soy, por qué arrastro una leyenda negra desde que cierta mujer entró en mi vida, y por qué estoy ahora encerrado, tengo que ponerle cara al monstruo, porque últimamente siento que va disfrazado de mí, pero no soy yo. Con los días se me olvidó aquel detalle de las calcetas de Mindy. Pero al cabo de una semana, en el instituto, noté que iba con una calza más baja que la otra. ¿Aquello era algo que había hecho siempre pero yo no me había dado cuenta hasta que la pillé haciéndolo, o era su nueva y extraña manía? Inmediatamente, me acerqué para advertirla por si de verdad no se había dado cuenta. Ella puso cara de sorpresa. Y luego añadió que a veces se le bajaban las calcetas sin darse cuenta. Era el tipo de respuesta que esperaba, pero nunca sabría si era sincera. Antes no me había parado a pensarlo, pero, siempre pensé que Mindy usaba calcetas altas en lugar de calcetines, porque no quería enseñar las piernas, porque le gustaba ir con las piernas más tapadas. Pero a partir de ese momento, me di cuenta de que más bien era el revés, lo hacía para parecer más sexy, porque conseguía el efecto contrario, nos fijábamos más en sus piernas que en las demás. Empecé a obsesionarme más con Mindy, cada vez más, y más, y a ver detalles que no me gustaban de ella, porque se contradecían con la imagen que yo tenía de ella en mi cabeza. Pero me seguía gustando a pesar de todo, aunque ya no de la misma forma. Me di cuenta de que quizás era la típica hija modélica que en el fondo está harta de fingir ser perfecta y desea hacer locuras, ella también sueña con vivir aventuras con un chico macarra, sueña con saltarse las normas de papá y partirle el corazón por haberla sobreprotegido, quiere dejar de ser tan perfecta, ser libre. Busca a un hombre de verdad, y ese hombre tenía que ser yo, iba a ser yo, estaba decidido, lo tenía muy claro, aunque su padre me metiera en la cárcel, merecería la pena arriesgarse, ella me visitaría luego. Yo era el antisocial rebelde que ella necesitaba. Empezaba a verlo claro en mis sueños. Una tarde había reunión del club de lectura. Yo estaba más nervioso que nunca, después de aquel gesto, y noté que ella se había pintado los labios de rojo para aquella reunión, algo que nunca había hecho antes. También empecé a darme cuenta de otra cosa, y es que la mayoría de los que estaban en las reuniones tenían pinta de ser homosexuales, y los que no... daban demasiada pena como para preocuparme por ellos. Yo era el único heterosexual que no daba verdadera lástima en aquellas reuniones, al menos yo no me hacía pis en la cama a los 13 años, ni era de los que llaman "tío" a las chicas cuando hablan con ellas. Con tantos nervios, pensando que quizás se pintaba los labios para mí, me tuve que tomar 3 latas de cerveza antes de ir a la reunión, para estar más relajado y desinhibido, esto también es penoso pero a otra escala. A causa de eso en mitad de reunión, tuve que ir al baño de las chicas. Una vez allí, vi utensilios de belleza de Mindy encima del lavabo, había olor a ella. Y en la papelera vi lo que parecía un tampón usado y me puse más nervioso, me acerqué a ver si realmente era lo que parecía, y me manché el dedo, no sé con qué, pero se me humedeció. Fui a lavarme las manos en el lavabo y sin querer tiré algo al suelo, y me empezaron a temblar mucho las manos. Lo recogí de prisa y salí corriendo del baño por temor a represalias. Con las prisas no me di cuenta de un pequeño detalle, de que llevaba la bragueta abierta y de que asomaba un trozo de ropa por el agujero a modo de bulto protuberante. Mindy se giró para mirarme, y se empezó a reír a carcajadas. Eso provocó que todos se rieran. Para colmo, luego me di cuenta de que también se me había pegado el papel del wáter en la suela del zapato, y llevaba una especie de venda de papel que salía de mi pie izquierdo a modo de cola. Después de haberlo pasado tan mal, cuando terminó la reunión, Mindy nos pidió que la acompañásemos al parque porque había quedado con su primo político, ya que su padre estaba divorciado y casado por segunda vez con otra mujer, por lo visto el primo tenía que recogerla en coche. Fuimos un par de chicos y yo con ella. No dejaba de mirarla, al estar en ese jardín junto a ella, se me olvidó el altercado de hacía un momento. Mindy hacía que los problemas desaparecieran. Pensé en darle la mano, en abrazarla, en acariciarle el pelo, en tumbarnos bajo las estrellas, en arroparla para que no tuviera frío. Cuando el primo político apareció, descubrimos que no era un chico de nuestra edad, si no que era mayor que nosotros, y que miraba a Mindy de una forma muy poco familiar y nada respetuosa. Él le sonreía con cara de chulo, y ella se ponía roja y miraba hacia el suelo.Yo nunca había visto a Mindy como una persona tímida, nunca la vi mirar hacia el suelo, ni jugar con su pelo de aquella forma tan nerviosa. Al aparecer el primo político, tuvimos que irnos. Pero yo quería volver. Quería cuidar de ella, no me fiaba de ese tío, no tenía pinta ni de cuidarse a sí mismo. Mientras caminábamos, me vi tentado a darme la vuelta y espiarlos. Pero en ese instante pasaron con el coche a una velocidad muy alta, por mitad del jardín. Mindy, se había quitado la chaqueta que traía sobre los hombros, y tenía una actitud diferente. Fueron segundos, pero pude verla bien, estaba muy diferente Al día siguiente me obligué a hablar con ella, no tenía más remedio. Le dije que quería quedar con ella a solas, que tenía cosas que decirle. Y ella volviendo a ser la de siempre, me respondió que no podía, pero con mucha educación y una sonrisa en la boca. Su boca. Me fijé que tenía una calentura en el labio, no la tenía la noche de la reunión en la que se fue con su primo. De hecho, era cuando tenía los labios pintados de rojo, asiqué me fijé bien en eso. Le pregunté cómo se la había hecho, y pareció molestarle la pregunta. Me dio una mala respuesta y se fue cabreada. Eso no era propio de mi Mindy. Desde ese día, empecé a verla como era realmente. Empecé a darme cuenta de algunos detalles, no tan insignificantes como el de que se le cayeran las calzas. Pero, salía con chicos mayores, con varios a la vez, lo descubrí mirando sus conversaciones de WhatsApp. Tomaba drogas a escondidas de sus padres y de todo el mundo, y compraba las buenas notificaciones de los profesores con favores y gestos de cariño, eso lo vi con mis propios ojos. Mindy era en realidad… una sanguijuela y una falsa. Pensé muchas veces en vengarme de ella, en hacer que todos supieran quién era realmente. Pero 2 motivos me impedían hacerlo. 1. Hasta ese momento no me había destrozado la vida. Me había roto el corazón, como a todos los hombres de su vida, pero no me había hecho algo muy gordo que destrozase mi reputación, solo yo sabía el daño que me había hecho, nadie más sabía nada. Vivo en un mundo post apocalíptico, a diario pasan cosas peores que esa. Aun podía recomponer los trozos y salir airoso. Mucha gente cambiaría su suerte por la mía, ya que ellos ni siquiera pueden contarlo. 2. Tenía motivos para vengarme, pero todavía quedaba una mínima esperanza, de que pudiera al menos destrozar a esa cerda en la cama, ya que no iba a salir con ella en plan serio. Pero seguía siendo mi Mindy, seguía habiendo algo en ella de la Mindy que yo amaba, seguía siendo hipnótica, con su dulzura conseguía que le perdonasen cualquier cosa. Y así es como le ha funcionado hasta ahora su táctica de manipulación con todos los hombres que de alguna forma han estado en su entorno, nadie puede resistirse a su perjudicial azúcar, y ella sabe perfectamente cómo suministrar la dosis exacta. Un día me acerqué a ella en el instituto, iba seguro, decidido, no tenía nada que perder, quería saber una vez más si estaría dispuesta a quedar conmigo, fuera del centro, lejos de las reuiniones y las aulas, verla libre de máscara, conocer a la verdadera fiera de Tarta de fresa. Sin saludarla, le dije claramente que quería quedar con ella a solas. Y rápidamente me respondió que sí, que iba a ir a una fiesta ese fin de semana, que podía acompañarla, y si quería podíamos quedarnos solos. Obviamente acepté. —¡Sí, claro!. Tengo que ir a una fiesta este sábado. Si quieres vente conmigo y buscamos un rincón en el que quedarnos solos para charlar. Verás que bien te lo pasas, Cobal. —Es cabal. Mi nombre es Cabal. —Le corregí sonriendo, y ella hizo un gesto de sentirse muy avergonzada por haber cometido un error. Definitivamente, Mindy no era el ángel de perfección que había imaginado, aunque su modestia al sentirse avergonzada se empeñase en hacerme creer lo contrario. Pero podía sentir como los pedazos se estaban recomponiendo, mi corazón volvía a latir. Era el hombre más feliz del mundo. Nunca en mi vida me había sentido tan seguro. Me quería comer el mundo. Soñaba con ella desnuda cada puñetera noche, no me concentraba en mis entrenamientos, solo pensaba en sus piernas abiertas con las calzas caídas. Mi obsesión alcanzó unos límites enfermizos. Pero, la quería, quería que la historia continuase después, ¡que hubiera una historia!. Yo tenía que ser el rebelde antisocial que ella ansiaba para fastidiar a su papi. Estaba bien ir en cabeza, pero todavía no había alcanzado la meta, tenía que lanzarme en esa fiesta, me atrevería a besarla entre susurros y charlas sobre lo antisocial que soy y lo peligroso que podía ser para ella, porque empiezo a tener intenciones muy locas con ella, mi amor ya no se basa únicamente en idealizaciones, ahora también me producía deseo, un deseo que va más allá de pasear agarrados de la mano. La deseaba de todas las formas y maneras posibles, si eso la hacía feliz, y estaba dispuesto a decírselo, y a besarla toda la noche. Ese solo era el primer acto de la obra de mi vida. El destino me tenía preparadas otras tramas más enrrevesadas, al girar la esquina. Un día antes de la fiesta, era viernes, yo estaba radiante de felicidad. Ansioso por volver a casa a la mañana siguiente, aproveché para hacer la última carrera de la semana, ya que no tendría tiempo para eso durante el finde, y tampoco podía dormir aquella noche, decidí que me iría tarde y cansado a la cama. El fresco de la madrugada lo hacía más fácil para no sudar. Pero empecé a notar un olor extraño y punzante, muy intenso. No sabía qué podía ser, cuando de pronto, aparece una chica de negro de la nada, canija y rara, y me empieza a hablar en voz baja y muy despacio. —Qué… sientes. —Me dijo, arrastrando las palabras como una serpiente. —¿Perdona?, ¿me hablas a mí?. —Le pregunté asustado. —Sabes que sí, cerdo. —¿Por-porqué dices eso?. —Porque es lo que eres, apestoso. —No, no soy eso. —Le respondí alterado. —Si lo eres, pervertido. Asúmelo. ¿Por eso estás solo?. —¿Pero qué estás diciendo?. Menuda loca. —¿Te gusta la tarta de fresa? —Me preguntó con cierto tono burlesco. —¡No!, ¿por qué dices eso?, a cuento de qué. —¿De dónde coño salía esta tía, por qué me hablaba de aquella forma? —¿Entonces por qué sueñas con ella, pedazo de pervertido? —¿Y tú qué sabes, acaso me espías por la web cam de mí dormitorio?, ¿o cómo sabes con qué cosas sueño o dejo de soñar?. —Le exclamé. —Ah, entonces es cierto. No te espío cochinito, ¿estás paranoico?. Que emocionante. Eres tan previsible... —Decidí ignorarla, y empecé a pasar de ella. —¿Ya no dices nada, idiota?, ¿tienes miedo de una chica? —¿Qué quieres que diga? —¿No quieres saber cómo sé que sueñas con tarta de fresa? —No, déjame en paz, no sé qué mosca te ha picado conmigo, ni de dónde sales. —De eso nada, tocinito Cabal. Voy a ser tu mayor pesadilla. —¡Oye, A mí no me llam…!... un momento. ¿Sabes mi nombre?. ¿Quién eres?, no te había visto nunca. ¿Eres de la escuela?, ¿qué haces tú aquí?. —Le pregunté desconcertado. —¿A caso no ves que soy un alien?. Me llamo… Shikhee, y soy tu perdición. ¿A que es divertido, lerdo?. —Respondió más efusiva. —No creo… Ehm, oye, será mejor que me vaya. Quizás a ti te parezca normal asaltar a personas desconocidas por la calle en plan chiflada, pero, a mí no me lo parece. —Ni hablar. No, puedes irte todavía. —Si, tengo que hacerlo. —Le contesté mientras me disponía a marcharme y correr lo más lejos posible. —Ahora no, harás lo que yo te diga. No te he dado permiso para irte, imbécil. —No me van esos juegos. Lo siento, búscate a otro tonto. Yo soy más de mimos y de caricias. —Porque eres un cobarde, mongocabal. Co-bar-de. —Déjame en paz, en serio. —Le dije, alejándome de ella. Y a lo lejos la escuché gritar: —¡Lo sé porque le pusiste ese nombre a la NPC con la que casaste a tu warlord la semana pasada!. ¡¡Idiota!!. ¡Cerdo mentiroso!, eres incapaz de reconocerlo cobarde de mierda... —Pensé que nunca más volvería a verla, porque no la había visto antes, y hay poca gente en la escuela. Tenía pinta de estar mal de la cabeza, seguramente se cuela por algún sitio en la escuela para molestar porque está loca, sin más. Uno de mis compañeros del equipo estaba por allí distraído, y se me acercó dándome un empujón en el hombro.—¿Te gusta esa pava?, la rarita esa —¡Qué!, ¡NO!. —Le respondí con furia. Salí otra vez corriendo, mientras él me gritaba a lo lejos a pleno pulmón. —¡Por qué iba a gustarte la antisocial de Shikhee, o cómo se llame, tú no eres tan raro como para tirártela, Acolyte!... —Sentí como todo el centro le escuchaba gritar, en el silencio de la madrugada. Mi hermano me confirmó que así había sido, él se despertó con los gritos de mi amigo, y luego me dijo que Mindy esa mañana en el desayuno puso cara extraña, como si estuviera sorprendida por algo. Seguramente Mindy sabía que me gustaba, y le sorprendió escuchar eso en la madrugada, el cuarto de las chicas estaba justo encima de nosotros cuando mi amigo aireó aquello. Seguramente, Mindy estaba preocupada. Continuará... PD.: Foto de bonus extra, que me sobró, por no borrarla sin más. Editado 19 feb 2018 por Druga Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 24 ago 2018 Con todo el dolor de mi corazón, tengo que dejar el legado definitivamente, porque ya ni se ven las fotos, y porque he tenido que borrar todo de mi juego. Es el legado con el que más he disfrutado y más me he divertido, con diferencia mi favorito de los pocos que he empezado, ya tenía pensado el futuro a corto y largo plazo de la familia y todo bien hilado y atado, pero no va a poder ser, y me jode porque estaba enamorada de mi legado, iba a ponerse muy rara la situación de los chicos, porque me estaba inspirando en un anime que a su vez se inspira en las flores del mal de Baudelaire, y todo iba a dar unos giros muy raros y turbios, y tenía ya idea de cosas muy chulas para la siguiente generación después de esta. Una pena, pero me consolaré pensando en que voy a empezar una historia nueva en un futuro, aunque no sea lo mismo. Share this post Link to post Compartir en otros sitios