Publicado 7 jul 2014 (editado) Buenas, llevo varios días entrando por el foro y me he animado a escribir una historia que tenía desde hace tiempo en mente. Espero que les guste: Hotel San Agustín Un tranquilo y pequeño pueblo al Sur de Andalucía no estaba muy acostrumbrado a finales de los años 40 a la presencia de extranjeros entre sus calles, cuál será su sorpresa al encontrarse con un joven y apuesto rubio y su inseparable amigo de color, fornido y esbelto y con un par de maletas. Muy pronto la tranquilidad de la Villa de la Frontera desaparecerá y se verá envuelta en una serie de acontecimientos que cambiará el devenir de este pequeño pueblo de casas blancas y tejas rojas. Capítulo 1 San Agustín Capítulo 2 El Convento Capítulo 3 Accidente Capítulo 4 Tres semanas después Capítulo 5 La Inauguración Capítulo 6 Lucy Especial Resumen de Temporada Capítulo 7 Más sombras Capítulo 8 La ex bibliotecaria Capítulo 9 Bodas de Sangre (1ª Parte) Capítulo 10 Bodas de Sangre (2ª parte) Capítulo 11 Tonto y Enamorado Especial Despedida (FINAL) Editado 5 sep 2015 por Rober Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jul 2014 Se ve muy interesante. Asi que ya estoy expectante de que subas el primer capitulo. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jul 2014 Pinta muy bueno.. Queremos el primer capitulo.. :) Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jul 2014 Intrigante. A ver que se traen esos dos chicos en las maletas como para que la tranquilidad del pueblo pueda desaparecer. Por cierto Roberw, una de las normas del foro dice que al iniciar una historia ya debe de publicarse el primer capítulo, es decir que no se admite dejar solo la introducción. Pero bueno, no pasa nada, por ahí leí que tenías algunos problemas para poner imágenes, si no has solucionado tu problema danos más detalles para intentar ayudarte. Espero que pongas ese primer capítulo pronto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jul 2014 Pues sí que promete esta introdución. Tengo ganas de leer ya el primer capítulo. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jul 2014 (editado) Ahía va el primer Capítulo, siento no haberlo puesto desde el principio pero he tenido problema con las imágenes, gracias por la paciencia . Capítulo I: San Agustín El tren acababa de parar en la estación del pequeño pueblo de la Villa de la Frontera, al sur de Andalucía. Dos jóvenes fueron los únicos que abandonaron el ferrocarril en aquella estación. De lejos ya se distinguía que no eran de aquellas tierras, el primero: rubio, ojos claros, alto y musculoso, vestía muy elegante y en su caminar denotaba seguridad y confianza. Tras él, un hombre negro, ojos oscuros, y porte igualmente elegante. Al entrar en la plaza principal del pueblo, ya estaban acostumbrado a las atentas y curiosas miradas de los vecinos de la Villa. Al final de la Plaza de San Agustín distinguieron al fondo su ansiado objetivo, el abandonado Convento que existía en el pueblo y que desde hacía años había deseado contemplar desde la vez que lo viera en aquella vieja postal en la casa de su tía. Hacía poco había recibido respuestas a una carta mandada hacía un par de meses sobre el estado del Monasterio: El Ayuntamiento de aquel pequeño pueblo había decidido ponerlo a la venta debido a la escasez económica que pasaba. Atravesando la plaza, aquellos dos extranjeros entraron en el coqueto bar que aglutinaba cada día a los ciudadanos de aquel pequeño pueblo. El mostrador lo ocupaba una muchacha morena, al parecer de etnia gitana y que cautivaba a todo aquel que llegaba al pequeño local con una encantadora sonrisa que coronaba con sus profundos ojos oscuros. _ ¿Qué deseas guapo? _ Buenas tardes Señorita..._ dijo intentando que no se notara su acento inglés. _ Carmen, me llamo Carmen._ le contestó ella marcando su acento andaluz. _ Señorita Carmen._ sonrió él._ Mi nombre es Thomas Edwing y él es mi amigo Robert, Robert Edwing, estábamos buscando al Alcalde de la Villa. _¿Y por qué vienes aquí Tomás?._ preguntó Carmen mientras se le escapaba una sonrisa. _ Pensaba que aquí podrían indicarnos dónde está. _ Imagino que en el ayuntamiento, se pasa el día allí metido con su nueva secretaria, ya me entiende._ le dijo mientras guiñaba uno de sus hipnóticos ojos. _ Bien, sírvanos dos colas por favor. _ Ahora mismito, siéntense que se las llevo a la mesa. Ambos hombres se sentaron en la mesa más cercana a la puerta, bajo la mirada de los demás clientes de la pequeña taberna. Cuando se estaban sentando entró en el local un hombre alto, con una prominente calva y el poco pelo que tenía peinado con canas, su mirada también se clavó en los extraños ocupantes de la primera mesa, pero su mirada no era como las de los demás curiosos, la suya era una mirada extraña, llena de algo que nuestros amigos ingleses no fueron capaces de distinguir. Tras tomarse el refrigerio ambos jóvenes dejaron a Carmen su equipaje, abonaron su consumisión y abandonaron el local rumbo al ayuntamiento, situado justo enfrente, en el otro extremos de la plaza. Desde le balcón los vigilaba ya el anciano Alcalde de la Villa de la Frontera. Un hombre bajo, gordo y con gafas pero que transmitía serenidad y confianza. Carmen entró en la Cocina con las maletas de los dos turistas, allí, su Madre, una señora mayor, morena al igual que su hija, pelo recogido en un roete y amplia sonrisa, preparaba el delicioso guiso que ese día se serviría en el bar. _¿ De quién es eso hija?_ preguntó la Señora. _ De los extranjeros, me han pedido el favor. _ ¿Son guapos verdad? _ Sí que lo son. _ A mi no me importaríatener un nieto medio inglés. _ Anda ya Madre, no diga tonterías. Ambas mujeres rieron de las ocurrencias de la anciana. Entraron en el Gran edificio y quedaron impresionados al ver el gran recibidor que ostentaba aquel ayuntamiento de pueblo. _ No entiendo que quieran vender un edificio tan impresionante teniendo aquí estas lámparas y estas estatuas que deben valer millones._ Robert abría la boca por primera vez desde que habían llegado al pueblo. _ ¿Qué más da? a nosotros nos interesa asi._ contestó Thomas avanzando por el vestíbulo. _ Ya, eso sí, oye ¿a dónde vas? _ A buscar al Alcalde, ¿a dónde quieres que valla? _ ¿Pero sabes dónde está? _ Si supiera dónde está no iría a buscarlo, iría a su encuentro. _ Thanks for this words' play and remember that my spanish is very poor. _ Robert, te dije que intentaras no hablar en inglés, tenemos que practicar entre nosotros._ Se paró en mitad de la escalera mirando serio a su acompañante. _ Ok. _ Robert. _ Vale amigo. _ ¿Te has fijado en los dos extranjeros?_ Preguntaba un chico joven de pelo castaño claro a su vecina. _ Dejame Mateo._ le espetó la morena chica, de rasgos gitanos, que cruzada de brazos lo miraba desde el banco de la Plaza. _ De verdad que no hay quien te entienda Remedios. _ ¿Que no hay quien me entienda?_ se levantó alterada la joven._ Leñes Mateo, llevas 3 días sin ni siquiera preguntarme que tal estoy y llegas hoy tan campante hablándome sobre los turistas. Ahora haz el favor y déjame tranquila. _ Pero Reme, eso no es así, sabes que yo he estado muy ocupado en ... _ Déjame, ¿Quieres?_ le cortó ella y se fue dejándolo con la palabra en la boca. Al terminar de subir las escaleras y girar a su izquierda se encontraron de frente con una muchacha rubia de pelo recogido sentada tras una mesa ordenando papeles, sin lugar a dudas se trataba de la "nueva secretaria" del Alcalde a la que se había referido Carmen. _ Buenas tardes, ¿Puedo ayudarles en algo?_ preguntó ella desde detrás de su escritorio. _ Buenas tardes, somos Thomas Edwing and Robert Bestigui, habíamos hablado con el alcalde a través del correo sobre el antiguo convento de San Agustín. _ De acuerdo, esperen sentandos que voy a ver si el Señor Alcalde les puede recibir en estos momentos. Los dos ingleses tomaron asiento y la muchacha desapareció por el pasillo. _ ¿Te has dado cuenta de que has dicho and? _ Si, si, la mala costumbre. _ Está tremenda._ sentenció Robert. _ Mira qué rápido has aprendido algunas palabritas. Ambos amigos empezaron a reirse cuando regresó la Joven. _ El Señor Alcalde os espera, síganme por favor. Los dos se levantaron y siguieron a la joven por el pasillo del Ayuntamiento hacia el despacho del Alcalde, el hombre los esperaba tras el escritorio. Estaba sentado pero se levantó al verlo entrar y les estrechó la mano a ambos. _ Ignacio Rodríguez, para servirles._ contestó a la presentación de los dos extranjeros._ Cuéntenme que les trae por aquí. _ Queremos adquirir el antiguo convento de San Agustín._ dijo Thomas sin rodeos. _ Valla, me lo olía, pero no lo esperaba tan pronto. Bueno, el Convento de San Agustín como sabrán se encuentra a la vente desde hace relativamente poco tiempo, el mismo llevará cerrado unos quince o veinte años y la última vez que lo visité, hará cosa de un año o año y medio se encontraba en perfecto estado de conservación si bien no estaría disponible para entrar a vivir dentro del tirón ya que necesitaría una limpieza en profundidad y algún que orto arreglo que deberá correr por su cuenta. _ Ningún problema en ese aspecto. _ Si no es mucho preguntar, ¿Qué tiene pensado hacer con el complejo? _ Mi intención es abrir un hotel en él. _ ¿Un Hotel? ¿Está usted seguro? _ ¿Algún problema? _ No, no, en absoluto, pero esta localidad no es especialmente conocida por su gran cantidad de turistas, de hecho creo que son ustedes los únicos en venir aquí desde hace meses. _ Pienso que eso es porque no hay una difusión correcta del pueblo, pero confío en la mejoría de este aspecto ya que creo que este lugar puede ser un lugar perfecto para todo aquel que necesite desconectar del ajetreo de la ciudad y disfrutar del clima del sur de su país. _ Confío en que sea así, desde el Ayuntamiento pondremos todo lo que esté de nuestra parte. _Antes de cerrar el trato me gustaría como es lógico poder visitar el complejo antes de firmar nada. _ Está usted en todo su derecho, aunque ya ha caído la noche y creo que será más conveniente que realicemos la visita mañana. _¿ A las Diez lo ve bien? _ Me parece perfecto. Ambos se levantaron y se despidieron del alcalde estrechando sus manos, bajaron la escalera de mármol del ayuntamiento y salieron a la plaza del pueblo. Volvían al bar a recoger su equipaje y preguntarle a Carmen por algún sitio donde pasar la noche. La plaza estaba completamente vacía ya a esa hora, la única persona que pasaba por allí a esa hora era una joven de pelo castaño, gafas y andando aligerada, parecía que se dirigía hacia el ayuntamiento. En el interior del Ayuntamiento el Alcalde había tenido que ir al Servicio tras la reunión mantenida, y al volver al despacho se encontró con una agradable sorpresa. _ Por fin solos._ le dijo entre susurros su Secretaria. _ Si, valla día._ se acercó él. _ Ya tenía ganas de estar de nuevo contigo a solas, se me hacen eternas las horas en el pasillo atendiendo a personas, cogiendo recados y atendiendo llamadas. _ Bueno, pero al menos nos tenemos cerca. _ Eso si, aunque a mi me gustaría que lo estuvíeramos más. _ ¿Cuánto más? _ Así._ y le besó justo en el momento en el que la joven que había entrado hace unos momentos llegaba hasta la puerta acristalada del Despacho del Alcalde para encontrarlo besándo a la Secretaria. _ ¡Padre!_ fué lo único que consiguió decir antes de salir corriendo. La muchacha bajó a toda velocidad las escaleras y cruzó rápidamente el vestíbulo del Ayuntamiento, deseaba llegar a su casa lo antes posible, no era difícil ya que comunicaba pared con pared con el Edificio Municipal. Al entrar prendió fuego a la chimenea y se acercó al fuego para calentarse. Le relajaba el reflejo de las llamas. _ María... su padre estaba detrás de ella con cara de preocupación. Ella no respondió, se quedó mirando las llamas de la chimenea. _ ... ven sientate por favor._ la joven le hizo caso a su padre, no porque quisiera, sino porque se sentía en la obligación de obedecer._ han pasado ya muchos años desde que tu Madre murió, y yo me sentía muy solo, me siento muy solo, e Inma, Inmaculada, aparte de ser una excelente secretaria es muy buena amiga, sabe escuchar muy bien y de la amistad al amor ... _¿Cree que es por Madre? ¿Cree que mi enfado es por Madre?_ la joven se levantó del sillón, estaba irreconocible, jamás le había llevado la contraria a su padre, pero esta vez era diferente._¿Amor? ¡Esa señorita no busca amor Padre! Bueno, señorita... lo que sea eso. ¡Solo le quiere por lo que es usted! ¡Por ser el Alcalde, por ser poderoso! _ ¡No te consiento que me hables asi Señorita!_ se levantó también enfadado el Alcalde. _ ¡Me da igual lo que me consienta! ¡ No pienso quedarme de brazos cruzados mientras usted se deja engañar por una fulana del tres al cuarto! _ ¡¡María!! ¡Cómo puedes llegar a ser tan insolente! _¿insolente?_ María miró con gran desprecio a su Padre, Había cruzado el límite que separaba la pena que sentía por él, a la vergüenza de saber que su Padre no podía ver más allá de sus lentes. Dio por zanjada la conversación y se fue a su cuarto. _¿A dónde crees que vas? _ A mi habitación, no quiero hablar más. _ Maldita cria..._ murmuró su Padre. Ella rompió a llorar. Carmen se encontraba en la puerta de su negocio, junto a ella, un hombre mayor, de pelo canoso y regordete, parecía también de etnia gitana. _ Os estaba esperando, voy a cerrar ya. _ Gracias. _Este es mi padre, José Vargas._ les presentó Carmen. _ Encantado Señor, soy Thomas y este es mi amigo Robert. _ Un placer, nunca había conocido a un inglés, que gracia._ rió el anciano. _ Padre... _ Quería decir, bienvenidos a España. _ Gracias Señor Vargas, oiga, ¿saben algún lugar donde podamos hospedarnos esta noche? ¿Algún Motel o Hostal por aquí?_ preguntó Thomas. _ Aquí lo más parecido a uno de esos es la casa del Cura, el Padre Juan es el que acoge a los peregrinos y gente que vienen por aquí._ contestó José. _ La Casa es la que está justo al lado de la Iglesia._ les señaló la muchacha. _ Muchas gracias, hasta mañana pues._ se despidió Thomas. En el otro extremo de la Plaza también había una conversación, una conversación que se había quedado a medias esa tarde: _ Menos mal que has venido._ le dijo ella. _ ¿Qué quiere?_ contestó él secamente. _ Creo que no medí mis palabras esta tarde, no debí decir tantas cosas y de esas formas. _ Bueno, al menos lo has reconocido. _ Es que... todo lo que me pasa es... porque te quiero. _ ¿De verdad? _ Que vergüenza Mateo._ la joven se dió la vuelta y hechó a andar. _ Espera, ¿A dónde vas?_ él la adelantó y frenó su marcha. _ Me da mucha vergüenza esto Mateo. _ ¿Por qué? Si yo también siento lo mismo por tí._ sonrió el joven. _ ¿Y por qué no me besas?_ sonrió ella, antes de que ambos se acercaran y fundieran sus labios en uno solo. _ ... Ahora no sé que decir._ rompió el hielo Mateo. _ Yo tampoco. _ Bueno... _ En fin... _ ¿Nos vemos mañana no? _ Te espero a las 5 en la puerta del Ayuntamiento. _ Vale. Tras despedirse de Carmen y de su padre, los dos jóvenes se marcharon en dirección de la Parroquia, la cual presidía la Plaza del Pueblo, pero a mitad de camino, Thomas se paró mirando fijamente el que desde mañana sería su nuevo hogar, el futuro Hotel San Agustín. _ It´s incredible right?_ preguntó el chico rubio. _ Incredible is el hambre que tengo._ respondió su amigo y ambos se echaron a reir mientras siguieron caminando hacia la casa del Cura. ****************************************************************************************************** Espero que les guste la historia y me gustaría leer vuestros comentarios, sé que hay varios fallitos en las imágenes que estoy intentando corregir de cara a los próximos capítulos, el segundo lo tengo ya bien avanzado. Un saludo. Editado 13 jul 2014 por Roberw A Koredanu and Camiii les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jul 2014 Me alegra que te hayas animado a subir tu historia! La verdad es que es un buen comienzo, me gustan los personajes y estoy deseando ver en convento transformado en hotel y en funcionamiento . La trama es interesante y me has dejado con ganas de saber más! Sigue pronto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jul 2014 Yo no he visto fallos en las imágenes pero bueno, soy algo despistada. Los personajes me han gustado y tengo ganas de ver el monasterio y cómo se desarrolla la historia. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jul 2014 Muchas gracias por vuestros comentarios, en el próximo capítulo apareceran ya las primeras imágenes del interior del Convento, ya está muy avanzado el capítulo 2 :) Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jul 2014 Me ha gustado mucho el comienzo, y me has dejado intrigada por saber que intención tienen los protagonistas para hacer un hotel en ese pueblo, aparte de lo económico claro. Estaré esperando el segundo :) Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jul 2014 Buen comienzo, me has dejado con ganas de leer más :) Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jul 2014 Me parece una historia muy interesante, me gusta mucho como escribes y también como describes a los personajes y les haces hablar. Espero ver pronto el siguiente capitulo. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 10 jul 2014 Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, de verdad. El segundo capitulo está a falta de un par de imágenes y de terminar de redactarlo, imagino que entre hoy y mañana podría estar Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 14 jul 2014 (editado) Aquí os traigo ya el Segundo Capítulo, perdón por la tardanza pero ando liadillo, espero que os guste, lo he metido entre spoiler para que no tarde tanto la página al cargar. Capítulo II El Convento _ ¿Quién llama?_ una voz grave sonó tras la puerta de la casa que colindaba con la Iglesia de San Agustín. _ Perdone Padre, somos Thomas Edwing y Robert Bestigui señor, somos dos extranjeros que hemos llegado hoy al pueblo y no tenemos donde pasar la noche, venimos a pedir asilo._ contestó Thomas. La puerta de la vivienda se abrió y tras ella apareció el hombre de aspecto serio y mirada acusadora que había visto aquel día en el bar de Carmen. _ Ah, bien, les vi esta tarde en la taberna, por mi no hay ningún problema por que pasen la noche o las noches que deseen en mi casa, adelante._ y tras decir esto se dio la vuelta para guiar a sus nuevos inquilinos hacia el interior del hogar._ ah, y no olviden dejar alguna limosna en el cepillo de la Parroquia. _ Claro Padre, muchas gracias._ le siguió el joven rubio. Entraron en la pequeña casa, y atravesaron rápidamente un sencillo recibidor y entraron en un pequeño salón comedor en el que figuraba una escalera de madera rústica que subieron con rapidez, llegando a un pequeño rellano en el que había dos puertas y una ventana, aunque para Thomas pasó desapercibido, Robert vio que la ventana directamente al cementerio de la Iglesia, un escalofrió le recorrió todo el cuerpo. _ Esta será vuestra habitación, es muy coqueta y sencilla pero no suelo tener invitados, la verdad._ sonrió brevemente el cura antes de continuar hablando._ lo que si os pido es que no hagáis ruido y que habléis lo mínimo posible, mi habitación es esta de aquí al lado y tengo el sueño muy ligero. _ Tranquilo Padre, no le daremos ningún problema._ le dijo Thomas. El Sacerdote abrió la puerta del dormitorio y les dejó paso a los dos forasteros _ Que tengan buena noche. _ Igualmente Padre._ dijeron casi al unísono ambos ingleses. La habitación era bastante pequeña, estrecha y larga. Justo al entrar se encontraba una pequeña cómoda donde los jóvenes apoyaron sus maletas. Al final del angosto dormitorio se encontraba una litera de sábanas blancas y tras la misma una ventana. Ambos amigos se empezaron a desvestir para ponerse cómodos y acostarse. Cuando Thomas hubo terminado de ponerse el pijama se volvió hacia Robert y se lo encontró vestido solamente con sus calzones y sus calcetines. _¿Qué haces? ¿Y tu pijama? _ Este es mi pijama, duermo siempre así. _¿En serio no te has traído pijama? _¿Para qué? _ Pues para dormir en casa de un sacerdote por ejemplo. _ Nunca me dijiste que dormiríamos en casa de un párroco. _ La verdad es que no estaba entre mis planes... Los dos muchachos se miraron fijamente a los ojos en aquel momento, muy serios, e inmediatamente rompieron a reírse a carcajadas. Las ocurrencias de Robert y las pequeñas lecciones de Thomas eran algo imprescindible en su amistad. Llevaban poco riéndose cuando les alarmó unos golpes en la pared. _ Joe, valla tela con el curita... _ Será mejor que nos acostemos ya Robert, estamos molestando. _ Ok _ Robert... _ Good night friend _ Shut up and sleep. _ I only said good night _ Good night Robert. A la mañana siguiente unos golpes los despertaron muy temprano. _ Voy a desayunar, si quieren tomar algo bajen ya. Los dos jóvenes se vistieron rápidamente y bajaron a desayunar en la mesa había unas tostadas quemadas y mantequilla. Ambos se sentaron y juntaron bastante mantequilla antes de comer nada. Cuando se encontraban haciendo eso, el Sacerdote se sentó junto a ellos y santiguándose comenzó a comerse la tostada quemada sin nada más. _ Oiga Padre, aún no conocemos su nombre._ rompió Thomas el silencio. _ Cierto, cuan despistado soy. Soy el Padre Juan. _ Mi madre tenía un primo que se llamaba Joan._ dijó Robert con la boca llena y entre bocado y bocado. _ Ahm..._ fue lo único que atinó a decir el clérigo ante la última frase del inglés._ Y dígame Thomas, ¿qué les trae por estos lares? _ El Convento de San Agustín, voy a adquirirlo. _ ¿Cómo?_ el Padre Juan casi se atraganta en ese momento, su rostro había cambiado de la falsa simpatía a la rabia contenida. _ ¿Hay algún problema?_ dijo Robert al que el gesto del sacerdote no le había gustado nada y se sentía algo molesto. _ Claro que lo hay, ese convento como toda cosa sagrada pertenece a la Iglesia, y no es de recibo que una persona venga a aprovecharse de las desgracias ajenas. _ Yo no me aprovecho de las desgracias de nadie Padre, el inmueble está en venta y yo deseo adquirirlo, no hay más._ el rubio empezaba ya a sentirse incómodo y a enojarse, no le gustaba el cariz que estaba tomando la situación. Robert , que había parado de comer hace un rato miraba para ambos lados como quien contempla un partido de teinis. _ ¿Aunque lo adquieras a un ladrón?_ el Padre Juan dibujaba una sonrisa de superioridad en su rostro. _ No sé de qué me está hablando. _ Ese convento es de la Iglesia y el Ayuntamiento se lo robó, es hora de que vuelta a su legítimo dueño. _ No pienso perder el convento._ Thomas estaba ya enojado, no entendía la actitud del sacerdote. _ Pues entonces será mejor que abandonen cuanto antes este hogar._ dijo el Padre Juan mientras se levantaba violentamente del asiento y se marchaba hacia la cocina. _ Vámonos Robert._ dijo Thomas y los dos subieron arriba un momento para recoger su equipaje antes de marcharse de aquel lugar. Fueron a la taberna de Carmen para pedirle que volviera a quedarse con el equipaje. Ella les sonrió desde detrás de la barra. _Hombre, mis ingleses, ¿qué tal la noche en la Casa Parroquial? _ Bien, todo bien, hasta hace un momento..._ contestó Robert _¿Qué ha pasado?_ la expresión de Carmen cambió de momento, denotaba preocupación en su rostro. _Vuestro párroco es un desagradable y un mezquino._ le dijo Thomas antes de explicarle a la joven camarera los pormenores de su conversación anterior. _ En fin... no me sorprende, muchas personas están descontentas con su forma de ser, si hubieseis conocido al Padre Javier, era un santo en carne y hueso vamos._ en ese momento sonaron las campanas de la Iglesia._ Misa de Diez. _ ¿Las diez? vamos Robert, que llegamos tarde, y los dos se incorporaron rápidamente. _ ¿A dónde?_ quiso saber Carmen. _ A comprar el convento._ le sonrió el rubio, aunque dijo esto último un poco fuerte ya que todos los que había en la taberna se giraron hacia él._ Buenos días._ dijo antes de salir apresuradamente del establecimiento y dirigirse hacia la puerta del convento, a solo unos pasos, allí lo esperaban ya el Alcalde y su secretaria. _ ¡Aquí están! Con puntualidad inglesa._ bromeó D. Ignacio._ Vamos a ir abriendo esto que no sé dónde he metido la llave. _ Creo que la metió usted en el bolsillo de su chaqueta Señor Alcalde._ dijo la joven rubia. _ Cierto Inma, Inmaculada. _ Creo que antes habría que quitar las tablas que bloquean la puerta ¿no?_ dijo Thomas, ante el intento del Alcalde de abrir el edificio sin encontrar aún la cerradura. Robert y él quitaron en un momento las tablas suficientes como para poder entrar por una de las hojas de la puerta. Posteriormente el Alcalde introdujo la llave en la cerradura y Thomas sintió de nuevo la sensación de sentirse observado, miró hacia atrás y no se sorprendió al encontrar a casi todo el pueblo mirando como los recién llegados entraban en el viejo monasterio del pueblo. La puerta cedió y el Alcalde los invitó a entrar en el oscuro vestíbulo de piedra del edificio. Robert fue el primero en entrar, tras el Don Ignacio y Thomas, Inma se quedó más rezagada. _ Es tal y como lo soñaba._ fueron las primeras palabras del rubio inglés al ver el interior del edificio por primera vez. _ Si tu sueño era un cuarto con paredes de piedra con 2 puertas, lleno de cajas y suciedad valla tela._ pensó Robert en voz alta, Thomas no le replicó pero a Robert le bastó solo con la mirada de este para saber que había dicho más de lo que debiera. _ Vallamos mejor hacia los claustros, sé que esto les encantará._ dijo el Alcalde. Pasaron de nuevo por un gran portón y entraron en los claustros del antiguo convento, su estado era también descuidado, lleno de hierbajos y suciedad. _ Sé que está sucio, pero aquí podría tener usted un gran patio interior para el tiempo libre de sus huéspedes. _ Es perfecto._ atinó a decir el joven. _ Vamos, vallamos a ver el reflectorio. _ ¿Perdón?_ preguntó Robert. _ El salón donde comían los antiguos monjes. Los cuatro se dirigieron a través del patio de arcos hacia una de las habitaciones, en el interior de la misma resaltaba un curioso altar, abandonado y vacío, en el que en su día tuvo que estar algún Santo. La habitación, de nuevo llena de polvo y cajas pareció volver a impresionar a Thomas. _ Lo compro, no tengo nada más que ver._ dijo mientras observaba el viejo altar, luego, se dió la vuelta para hablar con el Señor Alcalde. _ Eso es perfecto._ se alegró Don Ignacio._ firmemos el contrato; Inma, quiero decir Inmaculada lo trae consigo. ¡Inmaculada querida ven aquí! Los dos rubricaron el contrato oportuno y Thomas le firmó y entregó el cheque con la cuantía acordada por ambos, un total de 20.000 pesetas. _ Entonces, no hay nada más que hablar, Inmaculada y yo nos vamos, disfruten de su nuevo Hotel. _ Gracias Señor Alcalde._ dijo Thomas estrechándole la manos antes de que ambos se fueran por donde había venido. Los dos amigos se fundieron en un abrazo._ por fin Robert. Ambos miraron un poco más el que se convertiría en el Comedor del cada vez más cercano Hotel y se dirigían hacia el vestíbulo del Hotel cuando la puerta se abrió y apareció el Padre Juan visiblemente enojado. _ ¡Al final lo ha hecho!._ gritó _ Vine para eso. _ ¿Qué pretende? ¿Para qué ha venido aquí? Aquí no encontrará oro ni riquezas, ya se encargó de saquearlo el Alcalde. _ Mis intenciones no son asunto suyo, y ahora le pediría amablemente que abandonara mis dependencias. _ ¡Esto no va a quedar así!_ dijo el sacerdote antes de irse por el mismo camino por donde había venido. Thomas y Robert se miraron y con un pequeño gesto de cabeza del chico negro ambos se entendieron, les había tocado un hueso duro de roer, pero no desistirían en su sueño por un simple cura de pueblo. Poco tiempo después abandonaron en Convento y lo cerraron, fueron al bar de Carmen y almorzaron paella, les encantó, luego salieron y caminaron un poco por la Plaza, Thomas se giró para hablar con su amigo: _ Creo que voy a visitar la biblioteca. _ ¿La biblioteca? ¿Pero sabes dónde está? Además, ¿Qué quieres sacar de allí? Seguro que están todos los libros en español. _ La vi ayer cuando llegamos, es ese edificio que está junto al Bar, y bueno me gustaría saber más sobre el pueblo y el convento, y sobre todo, descubrir la verdad sobre lo que dice el Padre Juan. _ Pues yo no voy, yo prefiero darme una vuelta por el pueblo, así es como se conocen las cosas, no con un libro... _ Haz lo que quieras, luego te busco, hasta ahora._ y Thomas se marchó rumbo a la biblioteca, un edificio de dos plantas, con fachada blanca al igual que casi todo el pueblo y con dos hermosas columnas en su entrada que soportaban un elegante balcón. Empujó la puerta y entró de nuevo en un edificio completamente de mármol, con baldosas blancas y azules, una preciosa escalera de este material y paredes azules, al menos los trozos de la misma que se podían ver ya que estas estaban repletas de estanterías. A la derecha de la entrada se encontraba una mesa de madera, rodeada también de libros y papeles y tras la cual estaba sentada la joven que viera anoche entrar en el ayuntamiento cuando él y su amigo salieron. Era una muchacha de pelo largo y castaño recogido en una coleta, nariz perfilada y boca pequeña . Su ojos celestes se ocultaban detrás de unas gafas redondas. Ella lo miraba entre extrañada y curiosa por la visita del joven inglés. _ Buenas tardes ¿Le puedo ayudar en algo? _ Buenas Señorita, venía buscando algo de historia sobre el pueblo y en especial del Convento de San Agustín. _ Ah, sí claro, al final de este pasillo, la estantería que hay en frente es sobre historia, tanto de España como Andalucía y hay algún libro del pueblo y la comarca, no sé exactamente cuales ni cuantos. _ Muchas gracias. El joven siguió las indicaciones y llegó al lugar indicado por la bibliotecaria, y allí estaban los libros de Historia, tal y como le había indicado, buscó entre los libros y encontró algunos de ellos que le llamó la atención "Historia del Arte en Andalucía", "La Comarca de la Frontera" y "Órdenes religiosas a lo largo de la Historia". Los tomó entre sus manos y subió a la segunda planta, donde según las indicaciones de la muchacha, había mesas y sillas para sentarse a leer o estudiar. Al final de la tarde tenía la mesa repleta de libros y la cabeza atestada de ideas, cada libro le había contado algo sobre el pueblo, sus costumbres y su historia, pero en ninguno se mencionaba el hecho que el cura le había indicado. Mientras tanto, Robert dedicó la tarde a pasear por las calles del pueblo, calles con casas blancas, con macetas en sus puertas, con ventanas y puertas abiertas, con gente charlando en sus aceras, con los niños jugando. La alegría que le transmitía ese sitio, esas calles, esas plazas, nunca la había encontrado en ningún otro sitio, y había visitado más de quince países debido a la profesión de su padre. Por último llegó de nuevo a la Plaza de San Agustín, la Plaza mayor del pueblo, esperaría allí a Thomas, se sentó en uno de los bancos y empezó a observar con detalle la estatua que presidía la plaza, la de un hombre bajo, calvo y serio, parecía el alcalde pero Robert juraría que no era él, o que el escultor que la había realizado era francamente malo. Luego, reparó en la muchacha que estaba frente a él sentada, parecía que llevaba rato esperando a alguien por quién se había arreglado especialmente, se le veía impaciente y enfadada o quizás, decepcionada. Robert decidió acercarse a ver qué pasaba, necesitaba integrarse con la gente del pueblo, interactuar con ellos, sentirse participe de esa forma de actuar. _ ¿Te pasa algo? _ ¿Perdón? _Llevo un rato viéndote desde el banco de allí y te veo mal._ dijo mientras se sentaba en el banco. _ Bueno, estoy esperando a alguien, pero parece que se retrasa. _ ¿Se retrasa mucho? _ Creo que ya llega una hora tarde..._ se entristeció la chica. _ ¿Y no se habrá olvidado? _ Espero por su bien que no... _¿Por su bien? _ Bueno, es una forma de hablar que tenemos aqui... Oye, para ser inglés hablas muy bien el español. _ Bueno, gracias, lo he estado estudiando durante varios años, escribirlo me cuesta más. _ ¿Sabes escribir? _ Claro, ¿tú no? _ Que va, aquí solo pueden aprender a leer y escribir los hijos de los que tienen dinero, pero... _ ¿Te está molestando este negro Remedios?_ un hombre se había acercado hasta ellos, era moreno, con arrugas en su rostro, ojos también oscuros y labios carnosos. Tenía barba de varios días y su pelo despeinado, su ropa y su pose le hizo ver a Robert que era una especie de policía del pueblo _ ¿Qué? ¿Qué estás hablando Felipe?_ dijo la chica. _ Te pregunto si te esta molestando este negro, si es así me lo llevo ahora mismo a los calabozos. _ Disculpe Señor, yo no estoy molestando a nadie. _ No estoy hablando contigo. _¡ Felipe! Me parece increíble que estés tratando así a este visitante, y todo por su color de piel, ¿Acaso no soy yo gitana? ¿También dudarías de mi por mi raza? _ Pero a ti y a tu familia os conozco desde siempre. _ Ah pero si no me conocieras ¿también me acusarías de cosas así? _ ¿Qué estás hablando Remedios? ¡Me estas liando! _¡ Felipe! Que este hombre no me está molestando por ser negro ni si fuera blanco, que te puedes ir tranquilo. _ Pues adios Señorita. _ Adios._ Y el hombre, volviéndose se marchó hacia el otro extremo de la plaza. _ Perdona eh... _ Robert _ Lo siento Roberto, no todos somos así aquí, pero siempre los hay... ya me entiendes.. _ No te preocupes... he pasado por cosas peores. _ Ya me imagino, para mí tampoco es fácil muchas veces, mujer y gitana, pues puedes imaginarte muchas veces.... _ Aun así muchas gracias por echarme una mano, te debo una, si puedo hacer algo por ti... _ Enséñame a leer _¿Cómo? _ No quiero ser una paleta de pueblo, enséñame a leer y escribir por favor. _Bueno, te he dicho que te debía una, así que qué remedio... _ ¡Gracias!, ¡eres un cielo! Mañana te busco por aquí para que empecemos, me voy ya, tengo que echarle una mano a Madre en la cocina, hasta mañana._ dijo mientras se levantó y se dirigía hacia el otro lado de la plaza. _¿ No esperas a tu cita? _ ¡A ese que le den!_ gritó ella desde el otro lado de la plaza ya. Thomas salía ya de la biblioteca y ambos se encontraron en el banco que había situado frente a la puerta del bar de Carmen. _ ¿Qué has encontrado entre los libros?_ le dijo Robert a su aplicado amigo. _ No mucho... _ Espero que por lo menos hallas encontrado el sitio donde vamos a dormir hoy... _ Pues ni lo había pensado... _ Genial, al menos tenemos la llave del Convento para dormir sobre cajas sucias... _ Bueno, hablemos con Carmen a ver si ella nos puede ayudar o conoce a alguien que nos ayude... Los dos se dirigieron al bar y buscaron a Carmen, la cual se encontraba sirviendo mesas en ese momento. _ Padre, ¡2 cervezas más por favor!_ gritó la chica. _ Carmen._ la llamó Thomas. _ Dime guapo. _ Tenemos problemas. _ ¿Qué os pasa? _ No tenemos donde dormir esta noche... _ Bueno... como no os quedéis a dormir aquí en el bar, tengo un par de sacos de dormir en casa... _ Bueno... mejor eso que entre el polvo del convento, ¿no Robert? _ Sends balls..._masculló el joven. _ Dice que encantado._ mintió Thomas. Esperaron tomando algo en una de las mesas a que todos los que ocupaban el bar se hubiesen ido, Carmen barrió el bar, les entregó los sacos de dormir y se despidió de ellos. Los dos se buscaron un hueco entre las mesas y allí estiraron sus sacos. _ Buenas noches amigo._ dijo Thomas. _ Fuck you._ le contestó su enfadado amigo. Editado 14 jul 2014 por Roberw A Koredanu le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 14 jul 2014 Al final lo han comprado aunque el padre Juan promete dar liós. Yo le doy la razón a el si Ignacio se ha robado el convento, pero habría que ver si eso es cierto... Sigue pronto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 14 jul 2014 Que bien que compraron el convento. Me caen bien estos chicos y también me gusta como se relacionan con las personas del pueblo (menos el cura, pero eso es problema suyo). Espero que adecenten pronto alguna habitación y no tengan que andar durmiendo siempre de prestado los pobres. El carácter de Remedios me encanta, por cierto. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 14 jul 2014 Muchas gracias a las dos, me alegra que os guste. El cura va a dar que hablar y Remedios es una de mis debilidades, la verdad jejeje. A Koredanu and Camiii les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 15 jul 2014 Oh, vaya con el cura. Aunque si es verdad que el alcalde le quitó el convento a la Iglesia, lo comprendo. Me gusta mucho el comportamiento de ellos dos, se ven muy educados y agradables. Creo que Remedios va a ser un personaje importante en la historia y ya veremos el padre Juan, espero que no les de demasiado la lata. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 23 jul 2014 (editado) Bueno, perdón por la tardanza pero he andado algo liado, espero que os guste, ya la historia comienza a complicarse, espero vuestros comentarios Capítulo III: Accidente Thomas no conseguía conciliar el sueño, se vistió y salió a la Plaza dejando a Robert roncando en el interior del bar. Llevaba al menos una hora dando vueltas dentro del saco, aunque no sabía si era por lo incómodo de dormir en el suelo, por la emoción aún contenida de la adquisición del que muy pronto sería el Hotel San Agustín, por el incidente con el Padre Juan o tal vez por ella, por aquella que otra veces ya le había quitado el sueño, tantas lágrimas había ocasionado y tan lejos se encontraba ya. miró su anillo un momento... _ ¿Usted tampoco puede dormir?_ frente a él se encontraba la hermosa bibliotecaria, mirándole tras sus gafas con aquella mirada limpia y celeste. _ Llámeme Thomas._ se acercó el muchacho. _ María. _ No pensé tener compañía a estas horas. _ Cuando no consigo dormir salgo aquí, me siento y miro las estrellas. Thomas no había mirado al cielo, pero al alzar la vista se quedó impresionado de la cantidad de astros que brillaban en el firmamento sobre aquel pueblo de la sierra andaluza. _ En Londres no se ven tantas estrellas. _ Siéntate aquí conmigo si quieres, me encanta sentarme en el suelo calentito después de todo el día y esperar a que pase una estrella fugaz para pedir un deseo._ dijo la bibliotecaria mientras se sentaba en el suelo. _ ¿Y qué pides?_ preguntó el chico rubio. _ Eso nunca se dice o no se cumple. _ Ah, no lo sabía. _ Digamos que pido para que lo que me quita el sueño, deje de hacerlo. _ Bueno, entonces creo que yo podría pedir lo mismo._ y ambos sonrieron _ ¡Thomas allí!_ gritó la chica señalando hacia un pequeño destello en el cielo que desapareció enseguida. María cerró los ojos y el joven notó como ella se acercaba más a él al hacer eso._ ¿la viste?_ preguntó al abrir los ojos. _No me dio tiempo. _ Oh, vaya. Bueno, estaremos pendientes por si pasa otra._ dijo ella, pero no se separó de Thomas. Ante el silencio del joven, María tomó por la opción de explicarle lo poco que había leído sobre astronomía, le señaló la osa mayor y la osa menor, Casiopea, ... Ante la ausencia de una nueva estrella fugaz y la aparición del sueño, María decidió retirarse a su casa._ Bueno, será mejor que me marche ya, ha sido un ratito muy agradable. _ La verdad es que si María._ dijo Thomas poniéndose en pie a la vez que la joven._ Me ha gustado mucho compartir este ratito contigo. _ Bueno, hasta mañana._ se despidió la bibliotecaria y dándose media vuelta se marchó en dirección a su casa. Thomas se quedó de pie, mirando cómo se marchaba la muchacha cuando oyó pasos detrás de él. _ Veo que ya conoces a la hija del Alcalde._ Carmen estaba detrás suya, lo miraba con una especie de tristeza en sus ojos. _ ¿María es la hija del Alcalde? _ Pues sí, es muy buena niña, aunque algo solitaria... aunque no contigo, por lo que se ve._ pronunció estas palabras con cierto enfado en su tono de voz. _ Por lo visto... ¿Tú tampoco consigues dormirte? _ No, había salido a buscar a Agus, mi gato, pero no sé donde se ha metido. _ Está ahí, al lado de la puerta de tu casa. _ Ah, míralo, me habré jartao de buscarlo..._ sonrió la chica. _ Para que veas..._ sonrió Thomas justo antes de ver cómo Carmen se acercaba rápidamente hasta su cara y cómo sentía sus finos labios sobre los suyos, aquello lo pilló totalmente por sorpresa. La chica se separó pronto de él._ Carmen yo...creo que te has confundido... _ Perdona Tomás..._ y dándose la vuelta salió corriendo en dirección a su casa. El inglés se quedó de pie en la plaza, mirando hacia la casa de Carmen, con cara de lelo y con una mezcla extraña de cosas en su cabeza. A la mañana siguiente los padres de Carmen entraron en el bar con cuidado pero ellos ya estaban despiertos y vestidos, se sentaron en la barra y José Vargas se dedicó a servirles el desayuno. La madre de Carmen, Mercedes salió de la barra, abrió la puerta y se sentó también en un taburete para desayunar. Antes de que Mercedes se hubiese sentado ya había entrado Julián, el cliente más fiel de aquella taberna, que rápidamente se sentó en su taburete favorito y pidió un café, "antes de empezar", como él mismo dijo. _ ¿Y ahora que haréis con el Convento?_ preguntó el recién llegado. _ Pues tenemos que empezar a adecentarlo para poder abrir el hotel. _ ¿Ya habéis contratado a la cuadrilla?_ preguntó José _ ¿A qué? _ A los albañiles. _Ah, hoy tenemos que salir a buscarlos. _ Irás tu, yo empiezo hoy a trabajar ya._ dijo Robert. _ Bueno, como quieras. _ No busques más niño, Julián y yo sabemos hacer de todo y conozco a dos que seguro que nos echan una mano, total no tienen otra cosa que hacer los pobres._ le propusó el camarero. _ Pero, ¿y el bar?_ preguntó Thomas algo apurado. _ Carmen se encarga. ¡Carmencita! En ese momento llegó Carmen, mirando hacia otro lado. _ Buenos días._ susurró la Joven. _ Buenos días._ contestaron todos. _ Buenos días Carmen._ dijo Thomas, y ella se quedó mirándole fijamente. _ Bueno, vamos al lio, me cambio y nos vamos, ¿Vale jefe?_ dijo José entrando por la puerta que daba a la cocina de su casa. _ Vale padre, yo me encargo de atender el bar. _ Bueno, yo también me marcho a la cocina que hay que empezar a preparar el menú de hoy._ dijo Mercedes. _ Si, y yo voy a ir a buscar a tu sobrino Antonio y a Ismael._ dijo Julián. _ Me parece bien._ dijo la Señora mientras entraba en su cocina y el asiduo cliente abandonaba la taberna. _ Carmen, yo... _ Ya estoy aquí._ dijo José. Thomas miró con frustración a Carmen, quien desvió la mirada, y siguiendo a José y a su amigo se marchó del bar. En la plaza les esperaba Julián con otros dos hombres que a Thomas le sonaba de haberles visto ya por el pueblo. Uno era moreno, de pelo revuelto y barba de una semana, según se presentó se trataba de Antonio, sobrino de José; el otro era alto, calvo y llevaba una chiva bajo su labio inferior, se llamaba Ismael. Todos se dirigieron hacia el futuro Hotel, y el joven rubio abrió el portón de entrada. _ Dios mío de mi vida, cuanto tiempo que no entraba en este lugar._ comentó José. _ Yo es la primera vez que entro, creo._ dijo Antonio. _ Valla, quede recuerdos de cuando era monaguillo._ apuntó Ismael. _ Bueno, vallamos al patio, que creo que es lo que está peor._ señaló Robert, y todos le siguieron con similares comentarios de asombro y de nostalgia mientras observaban cada esquina del patio, los arcos, el suelo, el techo, ... todo les parecia impresionante._ A ver, ¿Por dónde empezamos José? _ Yo creo que podíamos empezar limpiando esto y dejando el patio sin un solo rastrojo. _ Pues al lio._ sentenció Antonio, y todos empezaron a arrancar hierbajos y recoger basuras. _ Bueno Robert, te dejo a ti al cargo junto a José, yo voy a hacer un par de gestiones y ahora vuelvo._ dijo Thomas y se marchó de aquel lugar, camino de la plaza, en realidad no tenía que hacer ninguna gestión, pero no se sentía cómodo rodeado de tanta suciedad, no estaba acostumbrado, allí en Inglaterra nunca había realizado ningún trabajo físico y no era su intención el hacerlo ahora, comenzó a caminar por la plaza cuando una señora mayor, morena de pelo blanco y una sonrisa en su cara le paró. _ Muchacho, muchacho._ le dijo la señora. _ Dígame. _ Verá. me llamo Dolores Vargas, soy hermana de José y Madre de Antonio, el muchacho que está ahí trabajando en su convento. _ Si, lo he conocido hoy, ¿en qué puedo ayudarle?_ le dijo Thomas intrigado. _ Verá, yo sé que usted piensa abrir un Hotel y la verdad es que aunque sea mayor, aun tengo fuerzas y ganas para trabajar, se me da muy bien la cocina y en mi casa nos vendría muy bien el dinerito que podría yo traer al hogar. También mis hijos estarían a su entera disposición para trabajar, tanto mi Antonio que sirve el muchacho para todo como mi Reme que no se le caen tampoco los anillos por hacer ná Señor. Thomas se sentía un poco apabullado, la verdad que no tenía pensado contratar a nadie por el momento, pero si era verdad que tenía que llegar el día que debía buscar a empleados para que trabajaran en su nueva empresa. Dolores parecía toda una ama de casa y estaba seguro que cocinaría de lujo. En ese momento las puertas del Convento se abrieron y aparecieron todos los trabajadores, por lo visto habrían decidido quitarle las tablas a los ventanales para poder ver mejor en el interior de las habitaciones. _ Verá Señora, aun queda un poco de tiempo para que podamos abrir al público nuestro negocio, pero con certeza le digo que cuando abramos la tendré en cuenta para que se convierta en la cocinera del San Agustín. _ ¡Ay! Muchas gracias, rey, y no se olvide de mi Antonio y de mi Reme. Bueno, no le importuno más Señor, Hasta pronto._ dijo la Señora mientras se marchaba por donde había venido, se dio la vuelta para seguir caminando pero de nuevo una voz de mujer le llamó la atención: _ Disculpe Señor, soy Jacinta Sánchez, señora de Ismael Gómez, uno de los obreros que está arreglando el Convento. _ Buenos días, ¿En qué podría ayudarle? _ Verá Señor, me resulta embarazoso hablar con usted de estos temas, pero mi Marido, a pesar de que ahora está trabajando para usted no tiene otra fuente de ingreso, ni yo tampoco tengo un trabajo estable, y ahora que usted va a abrir aquí un hotel me preguntaba si tendría usted trabajo para nosotros, solamente pido que nos tenga en cuenta a la hora de escoger personal que trabaje. A nosotros nos da igual que trabajo realizar, servimos para cualquier materia: limpiar, arreglar, cocinar, atender, lo que sea de menester. _ Gracias Doña Jacinta por su interés, sepa usted que la tendré presente a usted y a su marido a la hora de buscar empleados que puedan trabajar en el nuevo Hotel. _Muchas gracias Señor, sin más, me marcho para no molestarle más, gracias por su atención._ y también se fue por el lugar por el que debía de haber venido, pero Thomas vio como Antonio, el hijo de Dolores, se acercaba hacia él, tras él también venía Ismael. _ Perdone si mi madre le ha molestado. _ Lo mismo digo de mi mujer. _ Oh no, Antonio, Ismael, no pasa nada, su madre y su mujer han sido muy educadas y respetuosas. _ Gracias Señor._ dijeron ambos. _ No me digáis Señor, por favor, soy Thomas. _ Ya, ya, pero a nuestro jefe no le podemos hablar de cualquier manera, entiéndanos._ comentó Antonio. _ Bueno, como os sea más cómodo. _ De acuerdo, Señor Tomás, volvemos al trabajo._ dijo Ismael y los dos muchachos regresaron al Hotel a trabajar, donde lo esperaba José con cara de cabreo y les empezó a echarles la bronca. Thomas sonrió un poco y siguió caminando tenía esperanzas de conocer un poco más el lugar sin que nadie le volviera a molestar. Las horas pasaron y la tarde comenzaba a caer sobre le pequeño pueblo de la Villa de la Frontera. Thomas, Robert y José se encontraban en una de las habitaciones del Convento. _ José gracias por limpiarla así, aquí podremos quedarnos esta noche a dormir sin problemas._ le dijo Thomas. _ Sabéis que tenéis mi bar a vuestra entera disposición de todas formas. _ Gracias José pero no queremos molestar más._ le dijo Robert. _ Pamplinas, no molestais, pero haced lo que os plazca, me voy a terminar de limpiar la barandilla del segundo piso._ señaló José y se marchó. _Chicos, ¿estáis ahí? ¿Podéis salir un momento?_ La voz de Carmen entró por la ventana de la habitación. _¡Vamos!_ gritó Robert. _ Oye, Robert._ le agarró Thomas cuando este comenzó a andar. _ ¿Qué te pasa? _ Carmen me besó ayer. _ Did she kiss you? _ Y no sé cómo tratarla ahora, ya sabes que no estoy preparado para nada de amor ahora... _ Actúa normal, como si no hubiese pasado nada, no le des más importancia de la que tiene, is only a kiss _ Tal vez tengas razón. _ Siempre la tengo._ y los dos salieron hacia la calle, José se encontraba asomado a la barandilla del segundo piso que daban al patio y Antonio e Ismael movían las cajas del vestíbulo. Lo que no vieron Thomas y Robert fue al Padre Juan quien se acercó a José por detrás y comenzó a increparle: _ Me parece bochornosa tu actitud José, vienen estos extranjeros, nos roban el convento y tu les ayudas. _ Estos muchachos solo buscan riquezas para el pueblo Don Juan. _ ¡Blasfemias! Sabes tan bien como yo que solo quieren riquezas para sus bolsillos ingleses. _ Creo que no tiene ninguna coherencia eso que dice Padre. _ ¡Encima soy un incoherente! Ya nos robó el Señor Alcalde este sitio y ahora lo harán los ingleses, sacarán todo lo que puedan sacar de aquí y se marcharan dejándonos más pobreza. _ ¿Se está usted escuchando? No tiene razones ninguna, sabe perfectamente que el convento lo dejaron los agustinos al pueblo, y lo que representa al pueblo es el ayuntamiento, y ahora lo han comprado estos muchachos a los que tenemos que ayudar para que nuestro pueblo se convierta en un referente de entre los pueblos de la comarca. _ Veo que ya le han comido el cerebro con sus engaños y embustes, ya vendrán a la Iglesia a buscarme, y no sé si seré capaz de poner la otra mejilla, adiós._ y dando media vuelta se marchó dejando a José algo perplejo por la situación vivida. Fuera estaba Carmen con quien acababan de reunirse Thomas y Robert. _ Mi madre pide que os pregunte qué queréis cenar hoy._ le dijo la chica. _ Oh no te molestes Carmen, comeremos cualquier cosa._ le contestó el rubio. En ese momento un grito proveniente del interior del convento retumbó en toda la plaza, era el grito de un hombre, y tras él un fuerte golpe. Ismael y Antonio que estaban dentro del Hotel se miraron extrañados y salieron corriendo hacia el patio y vieron en el suelo a José, inconsciente sobre el duro suelo de piedra y corrieron rápidamente hacia él. Carmen, Thomas y Robert que estaban fuera también corrieron hacia dentro y se encontraron a Ismael haciéndole le reanimación cardiovascular al anciano camarero. La última en llegar fué Carmen y cuando vio a su padre herido e inconsciente en el suelo pronunció un pequeño grito que retumbó en el interior del antiguo Claustro del Convento. _¡Padre!_ la joven corrió hacia él y empujó a Ismael._ ¿Tiene pulso? _ Creo que sí._ le contestó este mientras se ponía de pie. _ ¡Tenemos que llevarlo con el doctor!_ chilló la muchacha mientras agarraba a su padre por la cabeza y empezaban a escapársele las lágrimas. _ Vamos Robert, coge por ahí._ le dijo Antonio al extranjero y auparon a su tió y siguiendo a Ismael fueron aprisa hacia la casa del Doctor, no muy lejos del convento. Un par de horas más tarde, Carmen y Mercedes se encontraban sentadas en el filo de la cama de casa del Doctor, el pequeño ambulatorio que existía en el pueblo. Ambas reflejaban la tristeza en sus ojos y esperaban impaciente el resultado de las pruebas del Doctor. Poco tiempo después entró el hombre en la habitación, no traía una expresión muy feliz en la cara. _ Doña Mercedes, Señorita Carmen, me temo que no traigo buenas nuevas, su padre ha sufrido un traumatismo craneoencefálico severo que le ha derivado en un coma del que no sabemos cuándo podrá despertar. _ ¿Qué me está diciendo Doctor? Hábleme claro por favor._ le pidió Mercedes. _ Verá, su marido ha sufrido un fuerte golpe en la cabeza que ha provocado un estado de pérdida de la conciencia de la que no sabemos cuándo podrá recobrarla. _ Eso quiere decir que..._ dijo Carmen. _ Que puede ser que despierte en las próximas horas o que no despierte nunca... Las dos mujeres comenzaron a llorar y el médico se excuso para abandonar la sala. _ ¿Qué vamos a hacer Carmencita?_ lloraba Mercedes. _ No lo se Madre, tenemos que ser fuerte, por Padre. _ No sé si puedo._ rompió a llorar más fuerte la anciana mujer. Mientras tanto en la sala de espera, aguardaban Robert, Thomas, Antonio e Ismael, el doctor salió y les explicó a ellos la situación. _ ¿No puede hacer nada Don Guillermo?_ preguntó Ismael. _ Me temo que todo lo que había en mi mano lo he hecho, ahora solo les queda rezar. _ Joder, joder._ maldecía Antonio, visiblemente afectado. _ Don Guillermo, yo asumiré todos los gastos que ocasione la atención de José._ le dijo Thomas. _ De acuerdo, sin problemas, si es tan amable de pasar conmigo a mi despacho podría abonarme la asistencia prestada hasta el momento. _ Vamos entonces. _ Menos mal que me lo ha dicho, me daba mucha pena tener que pedirle a la Señorita Carmen y a su Madre el dinero, pero entiéndame, vivo de esto. _ Es comprensible Don Guillermo. Poco tiempo después, Thomas pidió permiso y entro a ver a José en la habitación donde se encontraba. _ Thomas._ le abrazó Carmen. _ Yo... lo siento mucho, pero verán como pronto sale de esta. _ Eso esperamos hijo mío._ dijo Mercedes, sentada en una pequeña silla junto a la cama. _ Bueno Carmen, nosotros nos vamos ya para el Hotel, si necesitáis algo, lo que sea, ya sabes dónde buscarme. _ Muchas gracias Tomás, eres un ángel._ le dijo Mercedes. _ Gracias Tomás._ le sonrió brevemente Carmen, y el chico dándose media vuelta abandonó la habitación blanca. Editado 23 jul 2014 por Roberw A Camiii, eli23, Koredanu and 1 más les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 23 jul 2014 ¡Que mala suerte lo de José!, con lo que me gustaba también Carmen, no me gusta que tenga que sufrir. Ojalá sepamos que le paso a Thomas, a mí me gustaría que acabaran juntos y a lo mejor esto los acerca. Y también espero que el hotel tenga mucho éxito, porque veo que al final trabajará todo el pueblo allí... A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 24 jul 2014 Que pena con Don Jose, el y los habitantes del pueblo me están cayendo bien, todos excepto el padre Juan... y a ver quien más se apunta a la lista negra, porque creo que habrán varios que se interpongan con el éxito del hotel. A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 24 jul 2014 (editado) Muchas gracias Koredanu y Camii por ser fieles a la historia y comentarla, estoy preparando ya el capítulo 4 que creo que os va a gustar mucho. Editado 24 jul 2014 por Roberw A Koredanu le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 24 jul 2014 me esta gustando la historia, me recuerda un poco al secreto de puente viejo. y por supuesto a esos pueblos de la Andalucía romántica del siglo XIX. y por supuesto el accidente de don jose, no ha sido tal, estoy seguro de que no sera la única desgracia que sucederá en el monasterio A Rober le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios