Publicado 8 jun 2014 Bueno aquí dejo mi historia, espero que os guste! contiene escenas violentas y algunas escenas de sexo (sobre todo me preocupa lo primero) así que leeis bajo vuestra responsabilidad xD. Spoiler (iré añadiendo a medida que avance la historia) Eliott Schwertfeger Crowly Spoiler ¿Cómo sería Eliott si existiera? Así -> Spoiler Nacionalidad: Alemán (de padre alemán y madre inglesa)Edad física: depende del momento de la historia, de los 17 a los 24 (nace en 1804)Edad real: 200 Idiomas: Alemán, inglés, francés e Italiano. Eliott es un vampiro de sangre pura, situado en el eslabón más alto de su especie, hijo de una importante e influente familia Alemana, situada en la bulliciosa Berlín de1804.Desde el momento en el cual nació fue considerado uno de los vampiros más poderos y fue temido y respetado por el resto de vampiros nobles, que lo seguían a pesar de su retorcida personalidad. Lo definían ya desde niño cómo alguien sombrío y lleno de maldad. Desprecia la vida de aquellos que le rodean y disfruta con el sufrimiento ajeno, no tiene una relación cercana con sus padres, ya que siempre se han mantenido distantes.Entre sus "virtudes" encontramos que Eliot es un vampiro frio y calculador, en muchas ocasiones despiadado, sanguinario, cruel , sádico y vengativo. Es muy orgulloso, arrogante y vanidoso. Sarcástico e irónico (mucho), es directo, manipulador y cínico. Como verdadera virtud, diré en su favor que es guapo, rico y muy carismático.Disfruta de la tortura, del placer de arrebatarle la vida a los mortales y a todo aquel que se le oponga (vampiros incluidos), aunque a veces no necesita un motivo, asesina por puro placer. Le gusta ser el centro de atención y para ello se vale de actos atroces, disfruta psicoanalizando la mente humana (y la no humana) sobre todo las emociones más viscerales como el terror, para él es como un juego de manipulación. Uno de sus pasatiempos favoritos es organizar cenar macabras, que el mismo llama, " banquetes en su honor" en las cuales nadie queda con vida, excepto él, ya que se sirve de sus invitados que sin saberlo acaban siendo su cena. Para él, los humanos no son más que simple ganado.Quizás el único ser por el que siente algún apego es por su hermana pequeña Axelle. Aunque las cosas pueden cambiar mucho. Axelle Schwertfeger Crowly Spoiler ¿Cómo sería Axelle si existiera? Así-> Spoiler Axelle es una vampira de unos 14 años físicos, es la hermana menor de Eliott con el que tiene una estrecha relación a pesar de la mala personalidad de este. Nunca tuvo una relación demasiado estrecha con sus padres pero sobretodo siempre ha tenido problemas para relacionarse con su madre, con la cual, siempre ha intentado un acercamiento pero no ha recibido más que frialdad de su parte. Introvertida, delicada, caprichosa e inteligente. Axelle, a pesar de ser un sangre pura como su hermano, no ha heredado una gran fuerza, por ello es menospreciada por sus padres y tratada como una molestia a menudo. Ella al sentirse infravalorada siempre ha buscado la aprobación de su madre, cosa que jamás ha conseguido. Adora a su hermano mayor, por el cual siente algo muy especial pese a que son polos opuestos, mientras Eliott es vil y sanguinario ella es buena, tierna y compasiva. Le encanta la música y la danza, también adora pintar las estrellas y escribir en su diario. Es la única que no teme a Eliott y lo trata como un igual, sin medir sus palabras cuando se dirige hacia él, esto la ha hecho muy preciada también para el vampiro, ya que es el único ser por el cual Eliott siente algún apego, y a la única a la cual protege. Tiende a regañar a su hermano a menudo, sobre todo cuando este se alimenta del servicio, algo que a él le parece divertido. Es muy madura para su edad, podría decirse que incluso demasiado. Habitualmente es descrita como una joven hermosa a pesar de su corta edad, la suelen comparar con una muñeca por su piel de porcelana y sus rasgos finos. Tiene muchos pretendientes, aunque ella los rechaza a todos por igual puesto que ya tiene a alguien a quien ama, a pesar de ser un amor unilateral e imposible. Su sueño es abandonar sus apellidos y su hogar y empezar de cero junto con su hermano ya que se siente muy presionada debido a su posición como hija de los Schwertfeger. Prefácio Spoiler Marzo de 1992 Lo efímero y lo eterno coexistían en aquel rincón perdido en el tiempo, pues la vieja mansión de paredes desconchadas, de suelos podridos, de polvo y telarañas no eran más que una muestra del pasar de las décadas y los siglos; mientras que él y su eternidad, tan inalterable cómo irreal, desentonaban en aquél oscuro y decadente lugar. Y en aquella profunda oscuridad, dónde los rayos del sol tenían vetada su entrada, el vampiro de ojos verdes deambulaba con nerviosismo por la pequeña y polvorienta sala, provocando el crujir del podrido entablado con cada nuevo paso que daba. Se llevó sus manos a las sienes, y de nuevo, le ordenó que se marchara, pero el recién llegado negó con la cabeza e insistió de nuevo con las mismas preguntas que tanto le atormentaban.—Creímos que había muerto —habló el intruso.—No voy a volver, olvida lo que has visto— gruñó con furia el pelinegro.—¿Por qué?— preguntó el otro vampiro con incipiente curiosidad —¿Acaso no hubiese sido suyo el mundo si así lo hubiese deseado? —preguntó el forastero mientras la ambición iluminaba sus oscuros ojos.—Así es cómo he elegido vivir—sentenció el vampiro.—¿Por qué?— preguntó de nuevo, y esas palabras resonaron en lo más profundo de su ser, como un eco que se diluía en el espacio y el tiempo.¿Por qué? Y una serie de imágenes borrosas pasaron por su mente, haciéndole recordar todo aquello que había vivido, y el pasado, se tornó nítido una vez más ante sus ojos . . . Capítulo 1 - Obscuridad Spoiler Capítulo 1parte primera ELVAMPIRO Podría decirse que quizás escribo para eximir mis pecados, quizás es simplemente un modo de no olvidar el pasado o quizás esto sólo sea una despedida... Esta historia que ahora voy a narrarles no habla solo a cerca de mi vida, sino también de una guerra entre razas derivada entre otras cosas por el fanatismo religioso y demás. Cómo vampiro que soy, he vivido lo suficiente como para narrarles una historia de hace dos siglos y ante todo no pienso ser mal educado así que debo presentarme.Mi nombre es Eliott Schwertfeger Crowly, pertenezco o pertenecí,como queráis decirlo ya que puede decirse que estoy muerto, a una importante familia noble de Alemania, mi familia poseía el suficiente poder político como para gobernar el país desde las sombras, mi madre pertenecía a una noble familia inglesa. Quizás se pregunten que para qué demonios explico todo esto! Pues la historia que voy a narrarles no tiene nada que ver con mis orígenes, pero creí que presentarme como es debido era necesario.La historia empieza con mi nacimiento, nací vampiro, mis padres eran vampiros de sangre pura, es decir, los vampiros más poderosos y situados en el eslabón más alto de nuestra raza. No obstante, no éramos los únicos sangre pura ni mucho menos, pero lo éramos y así éramos idolatrados por el resto de vampiros nobles. Creo que fue así como los Schwertfeger nos convertimos en una familia prestigiosa y adinerada aunque esto se remonta mucho tiempo atrás antes de mi nacimiento...Como iba diciendo, nací vampiro, desde muy pequeño estuve rodeado por gente que me idolatraba y me llenaba de elogios con el simple propósito de caerles bien a mi familia, nunca tuve una relación demasiado estrecha con mis padres , de hecho no recuerdo ni sus rostros... acabé matándolos pero eso no sucedió hasta mucho mas tarde claro.De mi niñez recuerdo sobre todo la indiferencia que mostraban mis padres hacia mi persona, quizás eso se debía a mi retorcida mentalidad o a aquella oscuridad que me rodeaba y que amenazaba con tragarse a todo aquel que se me acercaba.Fui tachado de "monstruo" ya en mi infancia, pues jamás hubo en mi ningún vestigio de inocencia. Solía matar a mis compañeros de juegos, cuando eran animales o humanos la cosa no resultaba muy problemática, incluso resultaba un divertido entretenimiento para algunos; el problema venía cuando aquellos a los cuales les arrebataba la vida eran pequeños vampiros como yo, nada que no pudiesen acallar mis padres con dinero, pero imagino que resultaba una situación incómoda de cara a el resto de nobles que mantenían relaciones con mi familia. Desde aquel momento cada vez menos vampiros de mi edad me frecuentaban, y poco a poco acabé quedándome sin compañeros de juegos de mi especie, al menos, humanos nunca me faltaron..Creo que si echamos cuentas podría llenar un cementerio entero sólo contando los humanos que he llegado a matar hasta día de hoy, aunque he de decir que actualmente, y desde hace algún tiempo me he moderado bastante, o eso creo. Me centraré en relataros con más detalle mi historia en algunos momentos, otros tendré que omitirlos para no herir vuestra sensibilidad y otros carecen de importancia, pero lo que quiero relataros, es el fragmento más importante de mi vida, y para ello empezaré por el principio, a mis 17 años que es en sí cuando empezó todo19-diciembre-1821Los rayos de luna se colaban a través el tupido cortinaje de terciopelo que se movía al compás del viento proyectando siniestras sombras en la pared contigua gracias a la llama de una vela desgastada que amenazaba con apagarse con cada nuevo soplo de aire. Me encontraba en mis aposentos, descansando como de costumbre.. últimamente tenía un apetito insaciable por lo que ya era la tercera criada en una semana, a mis padres no parecía importarles demasiado que me fuese alimentando del servicio pero a mi hermana menor Axelle si le importaba por lo que solía enfurecerse conmigo a menudo, algo que si más no, me resultaba divertido. —Eliott! Padre no me ha dicho nada sobre lo del servicio, pero no soy estúpida y me he dado cuenta de que últimamente las criadas están desapareciendo!! —gruñó molesta mientras irrumpía en mis aposentos abriendo las puertas con brusquedad. Pude entrever un deje todavía infantil en aquel ceño fruncido.—Querida Axelle... recuerda que son simples mortales, pero intentaré contentarte, te prometo que esta vez duraran más de una semana..., quizás dos.—ironicé dedicándole una sonrisa maliciosa mientras me incorporaba en la cama. Axelle resopló ignorándo mi ácido sentido del humor.—¿Por casualidad no sabrás dónde se encuentra Sofie hermano? — preguntó enfurecida mientras enarcaba una ceja incriminatoria. Axelle jamás me llamaba "hermano", muy pocas veces lo hacía, solía dirigirse a mí por mi nombre, pero cuando enfatizaba de aquella manera nuestro parentesco era la señal que me daba a entender que estaba molesta debido a mi causa.—¿Quién diablos es Sofie ?— le gruñí molesto, como si aquellos asuntos triviales no fueran conmigo.—Oh vamos Eliott, sabes de sobras quién es Sofie— me recriminó aun más molesta— Es mi nueva doncella, lleva con nosotros un par de meses desde que la anterior "desapareció" misteriosamente —añadió dirigiéndome una mirada incriminatoria.—¡Oh vaya! —exclamé fingiendo preocupación— Perdona mi rudeza al no recordar el nombre de nuestras vulgares y mortales criadas— bufé divertido mientras comprobaba que Axelle no había notado la parte baja del vestido de su doncella que sobresalía de debajo de mi cama. La noche anterior me había alimentado de su doncella, ahora yacía inerte bajo mi cama y pronto tendría que deshacerme de ella si no quería que la habitación empezara a oler a muerte.—¿Que servicios requerías de esa humana Axelle?— pregunté con curiosidad mientras clavaba mis ojos sobre los de ella.—Necesitaba que preparase mi baño —me respondió todavía molesta sin desviar la mirada, como si intentara retarme con aquellos orbes verdes que ejercían tanto poder sobre mí alma.—Creo que todavía hueles de maravilla— bromeé divertido mientras olfateaba el aire de forma descarada, exagerando el gesto, buscando su reacción. Axelle mordió su labio inferior desviando por primera vez la mirada. —Puedo hacerlo en su lugar si lo deseas— sugerí burlonamente —Luego enjabonaré tu piél de porcelana, como cuándo éramos niños ¿Recuerdas? — bromeé de nuevo y extendí mi mano hasta rozar con la punta de mis dedos los bucles dorados de su larga cabellera.—¡¡Eliot!! —exclamó mientras sus mejillas adoptaban un tono rosado —Ya soy una mujer, por mucho que te empeñes en verme todavía como una niña —musitó abandonando mis aposentos, no sin antes dar un fuerte portazo. Yo por mi parte no pudé evitar estallar en una sonora y torcida carcajada. . . . Transcurrió la noche con inusual tranquilidad y debido a mi insufrible insomnio abandoné mis aposentos en busca de diversión, en mi opinión era muy estúpido por parte de mis padres contratar a simples humanas como criadas, no las veía como nada más que ganado y contra el espíritu joven de un vampiro hambriento no se puede luchar, así que después de deshacerme del cadáver de Sofí, tuve que deshacerme de unos cuantos cadáveres más que si bien no conseguí llenarme del todo por lo menos me sirvieron de distracción. A todo esto, la melodía melancólica del piano del salón capto mi atención y decidí acercarme a observar.Las fugaces notas de aquella sonata envolvían la majestuosa sala de estar, una melodía melancólica muy própia de Axelle, pues solía interpretar esta pieza de Beethoven con asiduidad. Sus interpretaciónes eran inconfundibles, pués solo ella poseía la delicadeza y sensibilidad de la cual los vampiros como yo carecemos, su humanidad no se había apagado en su condición, siempre se asemejó más a un ángel caído que a un ser de las tiniéblas y aquello era a su vez su debilidad, fragilidad que yo iba a proteger hasta el fin de mis días si era necesario. Spoiler —Mondscheinsonate, nº 14 Op. 27 nº2 — pronuncié divertido irrumpiendo en la opulenta sala de estar. Axelle detuvo sus manos y la melodía dejó de sonar—¿Tocas para ti sola esta vez? — pregunté mientras me apoyaba sobre el marco de la puerta.—¿Acaso esperabas a alguien más? —me contestó de nuevo molesta volteando su rostro hacia mi persona.—Vamos, no te enfades conmigo de nuevo— le gruñí— Sólo pensé que padre o madre habrían traído visita, suelen pedirte que toques en esa clase de reuniones.—Sólo porque tu te niegas ha hacerlo, tu virtuosismo es mayor que el mío Eliott—suspiró— Si estás buscando a padre deberías tener ya noticia de que marchó al anochecer y si por el contrário buscas a madre, estará en sus aposentos, como es habitual —me señaló mientras cruzaba los brazos sobre su torso.—Esa dichosa mujer, estoy deseando que muera, y sé que tu también Axelle— me sinceré mientras le dedicaba mi sonrisa más retorcida.—¡Esa mujer es nuestra madre Elliott!—me reprochó con indignación.—Una madre a la cual no le importan sus hijos en lo más mínimo— le indiqué —Su única obsesión es su aspecto físico, por ello se pasa horas delante de ese dichoso espejo contemplando su propio reflejo— estas palabras produjeron una mirada triste y vacía en sus verdosos ojos pues muy a su pesar sabía que aquella era la verdad. Nuestra madre era un ser repugnante, una mujer codiciosa y caprichosa que amaba envolverse en vestidos de seda y costosas joyas parisinas, sólo le importaban su estatus y su apariéncia, una mujer fría como el hielo y atormentada por la indiferéncia de un marido infiel por naturaleza, siempre rodeado de bellas mujeres, una situación que la envenenaba y la hundía en los celos y la locura. Siempre tuvo una mirada fría y recelosa, con cautela hacia mi persona pero con despreció hacia Axelle, ya que a diferencia de mi, y a pesar de ser un sangre pura como yo, Axelle era débil por naturaleza, y por ello mi madre la repudiaba con todo su ser, al considerarla una inútil que no aportaba nada valioso a un apellido cómo el nuestro. Mi hermana por su parte siempre busco la aceptación de mi madre, el "cariño" que su delicada personalidad necesitaba, pero jamás logro ni un mísero gesto de aprobación por su parte y esto le atormentaba.—Toca para mí— le susurré sacándola de sus pensamientos mientras hundía mis dedos entre los bucles de su cabello, y de nuevo, la sonata de Mondschein envolvió la sala.Pude ser consciente entonces por primera vez de lo hermosa que se había vuelto Axelle, con su larga cabellera dorada que ondeaba hasta la altura de su cadera, de sus ojos felinos, de su tez blanca y sus rasgos de muñeca, más hermosa que ninguna mujer que hubiese contemplado con anterioridad, pero a diferencia de mi, ella estaba envuelta en un halo de pureza inmaculada, demasiado lejos y a la vez tan cerca. . . . Pasaron varios días hasta que Axelle por fin comprendió que no volvería a ver a su doncella, supo que la culpa probablemente había sido mía, y por ello estuvo varios días sin dirigirme la palabra, era su forma de reprocharme mi crueldad. Desfloraba los ramos de rosas rojas que dejaba en su puerta, quemaba los elógios que le escribía y despreciaba todos mis regalos de aquella forma altiva que la caracterizaba. En realidad esta actitud no era más que un juego para ambos, pues yo sabía que ella jamás podría odiarme, a su vez, ella sabía que todas mis disculpas eran fingidas pues jamás sentiría lástima pos aquellas humanas a las que asesinaba.—Axelle ... —irrumpí en sus aposentos determinado a comprar su perdón. Una vez más yo era el que rompía el siléncio que se había generado entre ambos durante la última semana. Aquella niña caprichosa siempre lograba hacerme ceder pese a ser considerado un monstruo desalmado. —Eliott, ¿Que es lo que quieres?— me pregunto secamente intentando simular todavía su enfado, el cual estaba claro que ya no tenía, puesto que siempre le costaba mantenerse enfadada cuando se trataba de mi.—Te he traído un obsequio— le respondí con una leve sonrisa maliciosa en mis labios, ella sabía perfectamente que estaba comprando de nuevo su perdón.—No lo quiero— mintió tratando de disimular su entusiasmo por la próxima reconciliación.—Bien, pues iré a regalárselo a la primera mujer hermosa que se me cruce por delante—mentí descaradamente buscando su atención.—¡Está bien!— exclamó sin evitar que una leve sonrisa se asomara por sus comisuras— Lo aceptaré porque eres tú, pero la próxima vez no te perdonaré con tanta fácilidad— añadió al fin.Mi presente no era más que un adorno para el cabello, una diadema de flores que había mandado hacer a una de nuestras criadas con las flores de nuestro jardín. Acompañe a Axelle hacia el espejo de su habitación, y coloqué la diadema sobre su dorada cabellera. Axelle sonrió y se iluminó la sala.—Hay algo más— le comenté dedicándole una sonrisa retorcida—¿Más regalos para mí?— me pregunto contrariada —No me gusta cómo has hecho que suene eso Eliott—añadió estudiando mi expresión.Vamos, es sólo una pequeña fiesta de máscaras Axelle, se que te niegas a asistir a la mayoría de ellas, pero esta noche yo estaré contigo —intenté convencerla —Y si alguien te molesta no dudes en decírmelo y le arrancaré la cabeza— Añadí mostrándole mis puntegudos colmillos.—Sabes que no es eso Eliott, simplemente no me gustan esas fiestas llenas de apariencias e intereses, me siento agobiada— pronunció zafándose de mis brazos— Además tu siempre desapareces con alguna mujer y yo me quedo sola —añadió dándome la espalda.—Esta vez prometo no dejarte sola, serás mi única acompañante—le dediqué una forzada reveréncia— Eso es un gran privilegio para una pequeña dama —añadí con arrogáncia mientras le dedicaba una sonrisa burlona.—Tomo tu palabra —exclamó ilusionada— Pobre de ti que no cumplas, te torturaré hasta la muerte —me amenazó coquetamente para luego echarme de la habitación con la escusa que debía de arreglarse. —¿Debo de tomar alguna consideración?— pregunté ya en el umbral de la puerta. —Tonos fríos— me ordenó mientras señalaba mis ropajes de seda. — Que así sea. . . . Por fin llegó la noche, la fiesta de máscaras se celebraba en nuestra casa, y mi madre, como de costumbre se encargo de cuidar las apariencias, de conversar con los invitados importantes y de todo aquello que un noble hace para salvaguardar su posición.Yo por mi parte me encontraba esperando a Axelle en el gran recibidor, bajo las escaleras, estaba tardando más de lo esperado y el tiempo, pese a que cuando posees la inmortalidad es ilimitado, era algo importante a mi parecer. Estaba a punto de abandonar la espera cuando apareció en lo alto de las escaleras, por un segundo la sala enmudeció y todas las miradas repararon en ella. —Estas hermosa— musité cuando llego al último peldaño de la escalera.—¿Más que ninguna?— me preguntó tímidamente a lo que asentí.La primera parte de la velada trascurrió con normalidad, estuve con Axelle la mayor parte del tiempo ycalmando su nerviosismo cada vez que algún pretendiente se acercaba a cortejarla. En cuanto a la segunda parte de la velada no puedo decir lo mismo, una vampiresa de cabello negro se acerco hacia mi persona con segundas intenciones.—Eliot Schwertfeguer, ¿me equivoco?— me susurró coquetamente posando su mano sobre mi pecho.—¿Y tu eres? —le gruñí mostrando menos interés del que realmente tenía.—Puede llamarme Marie —me contesto con una maliciosa sonrisa en sus labios que dejó entrever sus pequeños pero puntiagudos colmillos.—Yo me llamo Axelle— nos interrumpió mi hermana con un claro gesto de enfado.—Vaya, he oído hablar mucho sobre usted también pequeña Axelle— bufó divertida ¿Verdad que me presta a su hermano un ratito?, tenemos que discutir sobre asuntos de mayores— añadió con burla.—Hermano —me dijo esta vez dirigiéndose únicamente a mi —Recuerda lo has prometido— me recordó con un gesto de desaprobación que cruzaba su rostro.—Lo sé, pero será un momento hermana, tengo que atender asuntos de mayores— le contesté— Además he estado toda la velada a tu lado, deja que ahora sea yo quien se divierta —añadí con frialdad.Tras esto Axelle enmudeció y yo me retiré a mis aposentos con la vampiresa, contaba con que Axelle volvería a perdonarme más tarde. . . . No relataré con detalles lo que sucedió en mis aposentos, puesto que es evidente, solo añadiré que tras unas horas de lujuria decidí preguntarle a la vampiresa por sus apellidos, era algo que me interesaba, de su respuesta dependía mi decisión de avanzar hacia el siguiente punto o dejarlo por hoy, por suerte su respuesta me agrado, ya que su familia no pertenecía a la nobleza sino a una familia de mercaderes que habían conquistado las Américas, y con ello habían llenado sus bolsillos, nada que mi familia no pudiera tapar fácilmente con unos cuantos sobornos y unos cuantos billetes, así que sin miedo a las represalias decidí alimentarme de la vampiresa, la cual en un principio gimió de placer, pero mientras el tiempo pasaba pudo notar como mi succión era cada vez más violenta y agresiva, sin compasión y sin ninguna intención de parar, esto la asusto enormemente pero había perdido ya mucha sangre y a pesar de sus intentos en vano de zafarse de mis brazos finalmente pereció sobre un enorme charco de sangre. . . . Tras cambiar mis ropajes teñidos de sangre decidí volver a el salón, ahora por fin estaba saciado, y mi humor había mejorado considerablemente, y es que en cierto punto entendía a Axelle, ese tipo de fiestas dónde reina la hipocresía sacaban la peor parte de mi, y era entonces cuando necesitaba cometer atrocidades para volver a ser yo. Al llegar al gran recibidor busqué a Axelle, debía de disculparme , otee la sala pero no pude encontrarla, pensé que quizás se había ido enfadada a sus aposentos, pero para ello tendría que haber pasado antes por delante de los míos, y no había oído un solo atisbo de vida por los pasillos, así que decidí preguntar por ella a algunos de los invitados con los cuales habíamos conversado anteriormente, para mi sorpresa la habían visto salir hacia los jardines y tras ella algunos vampiros más. Esto último me perturbó, y me apresuré hacia el jardín, algo me tenía intranquilo. Capítulo 2 - Monstruo Spoiler Una vez en el jardín exterior, busque con desesperación algún rastro de Axelle, pero todo intento fue en vano, me sentía intranquilo y algo en mi interior me decía que las cosas no iban bien. Ella no accedería a marcharse de la fiesta del brazo de algún hombre, a mis ojos todavía era una niña inocente y tierna, o quizás es así como yo quería verla. Recorrí el jardín con paso acelerado hasta que por fin atisbé las voces de varios individuos que provenían del interior de nuestro establo, junto a sus voces percibí un pequeño susurro, solo necesité eso para percatarme de que era la voz de mi querida Axelle, me puse en lo peor y mis ojos de tornaron rojos, apreté fuertemente mis puños y me dispuse a entrar en la estancia. Abrí las puertas de par en par y pude ver claramente a mi hermana postrada en el suelo, con el vestidorasgado mientras cuatro vampiros intentaban forzarla, en ese mismo instante la furia tomo posesión de mi, y esos estúpidos y mediocres vampiros acababan de firmar su sentencia de muerte. — Eliott — logró articular Axelle con lágrimas de alivio en sus ojos. —¿ Quién demonios eres? — me pregunto con furia el vampiro que se encontraba más próximo a mí. — Soy lo último que verás antes de morir — sentencié antes de abalanzarme violentamente sobre él, agarrándolo por la cabeza y separándola fácilmente de su tronco, lo que provocó una lluvia roja que tiño la estancia. — Le había prometido a mi hermana que si alguien la molestaba le arrancaría la cabeza, y así lo he hecho — gruñí furioso enseñando mis prominentes colmillos a modo de advertencia. Los otros tres vampiros se pusieron en guardia separándose al fin de Axelle, la cual estaba demasiadoaturdida para reaccionar, le ordené simplemente que cerrara sus ojos, no quería que viera lo que su querido hermano estaba a punto de hacer, así que se limito a obedecerme mientras yo aliviaba mi ira. Ellos por su parte fueron lo suficientemente inteligentes como para atacarme los tres a la vez, pero sindificultad esquivé cada golpe como si de un juego de niños se tratase, eso los desconcertó. — Ahora es mi turno — susurré con una sonrisa retorcida mientras ellos retrocedían asustados. Me abalancé hacia uno de ellos, atravesando con mi mano desnuda su estómago y arrancando sus vísceras, las cuales se esparcieron por el suelo mientras sus gritos de dolor y de súplica no aliviaban mi ira. Le di el golpe de gracia degollando su garganta lo que provocó que un chorro de sangre salpicara mi cara, a lo que aproveche para relamerme los labios sádicamente mientras les dedicaba a los dos vampiros restantes mi mirada más fiera. — Eres un monstruo! — gritó uno de ellos mientras intentaba escapar del establo preso por el miedo, a lo que decidí agarrarlo por su brazo derecho, arrancándoselo de cuajo mientras mordía su yugular provocando de nuevo una lluvia de sangre dónde no quedó un solo centímetro de mi cuerpo libre de elnéctar carmesí. — Huir no es una opción — le susurre al oído mientras le dedicaba mi sonrisa más perturbadora y le arrancaba el otro brazo mientras sus gritos de agonía se entremezclaban con el negro de la noche y el rojo de la sangre. El vampiro, ahora mutilado, calló de rodillas al suelo en un intento de suplica que no logró más queproducirme excitación pues mi mentalidad atroz se jactaba de la inmensa diferencia de poder que existía entre ambos. —Ten clemencia — me suplico con dificultad.— Lo siento, no conozco el significado de esas palabras — sentencie con frialdad antes de darle el golpe de gracia. El último vampiro se encontraba inmóvil, preso por el pánico, así que no me lo puso demasiado difícil para arrebatarle la vida, en un principio intentó resistirse, esquivando mis golpes, pero finalmente puse mi mano derecha sobre su cuello y lo eleve en el aire como si de un muñeco de trapo se tratase, estrangulándolo lentamente hasta que pude sentir cómo su cuello se partía, tras esto, lo arrojé con violencia al suelo.Paredes y suelos se encontraban teñidos de rojo, yo mismo estaba completamente ensangrentado, incluso a Axelle le había salpicado la sangre sobre su ahora desgarrado vestido, aún seguía con sus ojos cerrados, esperando mi aviso. — Ya puedes abrir tus ojos Axelle — le susurré estrechándola entre mis brazos mientras su temblor no desaparecía.— Eliott, eres un idiota — articulo con dificultad mientras trataba de taparse desesperadamente las zonas de su piel que estaban al descubierto. — Esta vez es mi culpa — reconocí— Han llegado a hacerte daño? — le pregunté nervioso.— No, solo han herido mi orgullo — me contestó — Pero veo que han recibido su merecido— Añadió. — Prometo que siempre estaré a tu lado para protegerte — musite mientras la abrazaba fuertemente.— Dios Eliott, no puedo distinguir sus partes, solo veo trozos desmembrados por todos lados y aún encima as arruinado mi vestido — bromeó quitándole hierro al asunto. Pese a eso podía notar aún como sus piernas temblaban así que la cogí en brazos y la saque de aquél lugar. Llevé a Axelle a mis aposentos a petición suya, y dejé que durmiera a mi lado como me había pedido,quizás no era lo más adecuado, pero el miedo que había sentido era de alguna manera culpa mía y puesto que yo padecía insomnio y me pasaba las noches más fuera de mi habitación que dentro no me supuso un gran problema. .. . Mientras Axelle dormía me dirigí de nuevo al establo, alguien tendría que encargarse de semejante desastre y por supuesto no iba a ser yo quien lo limpiara. Abrí lentamente la puerta del establo con intención de sopesar la situación, para mi sorpresa todo estaba impoluto y Richard estaba ahí para mí como de costumbre. — Mi señor — me saludo con una pequeña reverencia—Veo que ya te has encargado — reí entre dientes — Para mí es un honor servirle — dijo con una sonrisa retorcida en sus labios. — Has podido averiguar quiénes eran? — le pregunte con sequedad. — Si, pese a que me ha supuesto un ardua tarea, digamos que estaban poco "reconocibles" — me contestó para luego soltar una siniestra carcajada que inundó la sala. — He tirado sus cuerpos al foso y les he prendido fuego — se adelantó a mi siguiente pregunta. — Bien hecho, ahora sabes lo que tienes que hacer — concluí con una mirada amenazante antes de salir de la estancia. Richard era mi sombra, un ser tan despreciable y siniestro como yo, él se encargaba de mis asuntos turbios, de limpiar mi nombre y de "tapar" mis atrocidades, por lo que en cierta manera me resultaba muy útil a pesar de su repugnante personalidad, casi tan retorcida cómo la mía. Intuí su oscuridad desde la primera vez que cruzamos miradas, momento en el cual no tardó en acercarse a mi persona para comprobar si eran ciertos todos aquellos rumores que había oído sobre mí, algo que no tardó en verificar ya que esa misma noche tuvo la "suerte" de presenciar algunos actos poco nobles por mi parte y que le indujeron a verme como el monstruo que realmente era. Nuestra relación simbiótica empezó en ese mismo momento, el quería de mi persona todo lo que puede aportar el apellido Schwertfeguer, entre otras cosas el poder y la inmunidad. Por otro lado, su proposición para servirme también tenía un carácter personal ya que se sentía fuertemente atraído hacia mi persona, me idolatraba como a un ente superior debido a mi tremendo potencial y mi abusivo poder. .. . La mañana siguiente Axelle se despertó mucho más calmada, y los días transcurrieron con normalidad, pasados unos días Axelle volvió a ser la misma de siempre y yo seguí con mis atrocidades varios meses más hasta que sucedió algo que cambió mis planes. Una de las criadas me informó de que mi padre requería de mi presencia con urgencia, así que me limite a obedecer y me dirigí hacia el salón dónde mi padre se encontraba tonteando con una mujer vampiresa , lo solía hacer así que no le di la mayor importancia. — Perdone el retraso padre, me han dicho que quería hablarme sobre algo importante— le dije fríamente ignorando por completo a aquella mujer. —Valla, tu hijo se ha vuelto muy atractivo, posee tu hermoso cabello negro y los ojos verdosos de su madre — dijo aquella mujer que empezaba a molestarme de veras. — Tienes razón — rio entre dientes — Ahora debo hablar con mi hijo a solas, disfrutaré con gusto de tu compañía en otro momento Elizabeth — dijo a modo de despedida mientras le acariciaba el rostro, tras esto ella desapareció y así fue como mi padre me hablo de aquello tan importante que cambio mi vida. Resumiré bastante lo que me dijo aquella tarde de frió invierno, ya que comenzó hablándome de lo importante que era conservar el buen nombre de la familia, lo que implicaba ser un sangre pura y demás, seguido de esto me hablo de mi tremendo potencial y de que nunca ningún vampiro había poseído cualidades comparables a las mías. Desde un principio supe que tanto elogio era por algo, no es que mi padre exagerara con mi potencial y mi poder, por que sin duda hasta ese momento lo dicho era cierto, bueno … no del todo, ahora entenderéis lo que quiero deciros con esto. Como iba diciendo, supe enseguida que mi padre quería pedirme algo, mi padre era arrogante y frío, no era de los que elogiaban sin querer algo importante a cambio. Y esto es a lo que me refería con lo de que no era del todo cierto que no existiera ningún vampiro con mi potencial, de hecho, lo que mi padre quería encomendarme estaba relacionado con un vampiro que poseía un poder comparable al mío o incluso superior. Hasta dicho momento no supe que había alguien más poderoso que yo, desde niño siempre creí que yo era único y por ello viví toda mi infancia aborreciendo la vida y no valorando la existencia de los demás. Siempre pensé que todo el mundo había nacido por algún motivo y ese motivo era complacerme. Siempre sentí que la vida era algo frágil y que yo podía controlar la vida de quienes me rodeaban " ser más fuerte nadie", ser "poderoso" como todos decían no siempre era bueno, no podía establecer ninguna relación de "igual a igual" con ningún otro vampiro, por ello en un principio deseaba con toda mi alma que llegase alguien más poderoso que yo, de este modo podría librarme de toda la presión a la cual me sometía mi familia y la sociedad vampírica de la época. Pero con los años, aprendí a sacarle partido a mi posición y acabé acostumbrándome a este trato distante, a la falsedad de el resto de vampiros nobles y a la presión a la cual estaba sometido constantemente. Por ello, mi única "liberación" era asesinar, únicamente me sentía libre de este modo, perpetuando mi odio y matando a todo aquello que me apetecía. ¿Y ahora se preguntaran que por demonios les explico todo esto? Pues simplemente trato de que entiendan como me sentí en ese momento, en el momento en el cual descubrí que alguien era igual o más poderoso que yo, aunque os he de confesar que no sentí ninguna liberación como creí que sentiría, me había acostumbrado demasiado a mi modo de vida y no se me ocurría otro modo para alguien como yo. Por ello no quería que mi posición fuera arrebatada por alguien más, entonces comprendí que mi deseo había cambiado, y ahora deseaba simplemente matar a aquel ser, hacerlo desaparecer para siempre de este mundo. Bien, ahora seguiré con la petición de mi padre, simplemente me pidió lo que yo tanto anhelaba, acabar con ese ser antes de que ese monstruo creciera y viniera a arrebatarme mi puesto y mi vida. Por lo visto según mi padre, ese “ser” era el nuevo “juguetito” del vaticano, quienes pretendían arrebatar el poder de nuestra familia y eliminar a los Schwertfeger de la historia, aunque vaya ironía, fui yo el que acabó eliminando el nombre de mi familia de la faz de la tierra, pero eso sucedió mucho tiempo después. Como iba diciendo, así fue como empezó todo, tenía planeado partir a la semana siguiente, mi hermana se entristeció enormemente al saber de mi partida, ya que sería un viaje largo y probablemente estaríamos meses o incluso años sin vernos, únicamente manteniendo el contacto a través de cartas. .. . Me preocupaba dejar a Axelle en aquel oscuro lugar, su alma no soportaría la soledad pero mi deber era matar a aquél dichoso ser, y cuando lo hiciera volvería junto a Axelle y todo volvería a ser como antes. Antes de partir me reuní con Richard en los aposentos de Axelle aprovechando que esta se encontraba en el piso inferior. Entré en sus aposentos y para mi sorpresa Richard había llegado primero y se encontraba acariciando las sábanas en las cuales solía dormir mi hermana. — Siento interrumpir — le espeté mientras le dirigía una mirada fiera. — Mi señor, no era mi intención disgustarlo — me señaló con una leve reverencia.— Se de tus sentimientos hacia Axelle, pensé que ya habíamos hablado sobre eso en el pasado — le recordé furioso — No volverá a ocurrir — se disculpo calmadamente.— Eso espero, sino muy a mi pesar me veré obligado a rebanarte la cabeza — le señalé con una sonrisa retorcida a modo de advertencia. Tras esta advertencia él enmudeció y esperó pacientemente a que le confesara porque lo había citado en ese lugar. — Como sabrás mi partida se aproxima, y estaré lejos de este lugar por un largo tiempo— empecé — Como bien sabes has sido fielmente mi sombra durante todos estos años, y a pesar de quesigo sin fiarme de tu persona te encomendaré algo muy importante para mí. Sé que serás capaz de cumplirlo, si no es así yo mismo te mataré con mis propias manos — sentencie con una mirada amenazante . — Mi señor, es una halago para mí que me encomiende algo tan importante, sin duda no lo decepcionaré — me contesto con una leve sonrisa maliciosa. Simplemente le pedí que resguardara con su propia vida aquello que más me preocupaba, la seguridad de mi amada Axelle, le ordené que fuera su sombra, que la protegiera desde la distancia sin que ella se percatara de su existencia. Sabía que él de algún modo la amaba, y esto lo utilizaba a mi favor, pues sabía que haría lo necesario para mantenerla alejada del peligro. .. . Mi partida se aproximaba vertiginosamente y Axelle tras la noticia parecía sumida en una profunda tristeza, llevaba varios días sin alimentarse encerrada en sus aposentos y sin mediar palabra con nadie a lo que decidí sorprenderla. Me acomodé en la banqueta aterciopelada y puse mis manos sobre las teclas del piano, hacía muchos años que no tocaba pero era en cierto modo mi regalo de despedida para Axelle, ella adoraba escucharme tocar y llevaba tantos años sin ejecutar una sola pieza que por un momento me preocupó haber perdido el talento para hacerlo. Elegí para ello una pieza de tonos graves y agudos que se entrencaban en una melodía siniestra que siempre creí que reflejaba mi retorcida personalidad pues los tonos alegres eran macabros detonando cierta inestabilidad mientras que los grabes eran oscuros y perturbadores. Una pieza compleja que requería una gran habilidad pues las manos danzaban con rapidez por las diferentes piezas de marfil. Spoiler Esta es la canción que toca Eliott "Danse Macabre" Tras las primeras notas pude escuchar los pasos acelerados de Axelle bajando por las escaleras y situándose con precaución bajo el marco de la puerta, ella me había suplicado en muchas ocasiones que tocara para ella, pero me había negado puesto que la música no estaba hecha para alguien como yo y pocas canciones eran las que verdaderamente me cautivaban. Le sonreí burlonamente y seguí tocando para ella, la cual sonrió complacida para luego cerrar sus ojos y perderse entre las notas de la melodía. Lágrimas rojas inundaron sus ojos resbalando por sus mejillas y entremezclándose con mi música. Esperó pacientemente a que acabara de tocar la última tecla que cerraba la canción, y tras un breve silencio me dedicó una leve sonrisa que no palio la tristeza de sus ojos. — Eliott…— musito angustiada — No quiero que te marches — me suplicó. — Es mi deber — le contesté — Partiré en unas horas — añadí mientras la abrazaba dulcemente y le dedicaba un beso inocente en su frente a modo de despedida. — Te esperaré por siempre — susurró en mi oído correspondiendo mi abrazo antes de abandonar la sala para volver a sus aposentos. Ella era el único ser al que realmente amaba, si el tiempo retrocediese volvería a ese momento en el que me abrazó dulcemente y no la soltaría jamás. .. . Yo por mi parte ultimé algunos asuntos pendientes y preparé mi equipaje, el viaje iba a ser largo y me tenía que preparar para una guerra, pues el individuo al que tenía que asesinar se encontraba en el mismísimo vaticano, y si bien me resultaba tentadora la dificultad de dicho objetivo, no por ello era menos peligroso. A unas horas de mi partida decidí hacer honor a mi gran egocentrismo organizando un banquete en mi honor, puesto que no sabía cuánto tiempo iba a estar sin la "calidez" de mi hogar ni sin la gran cantidad de sangre que estaba acostumbrado a ingerir diariamente. Cómo ni mis razones ni mis intenciones eran demasiado nobles solo permití que me acompañara Richard, él, respecto a mí, ya estaba curado de espanto y además disfrutaba enormemente el tomar partida en mis atrocidades. Los invitados se situaron a lo largo de la gran mesa, yo por mi parte la presidía y Richard se encontraba a mi derecha, sonriendo forzosamente, simulando simpatía por todos aquellos invitados que se encontraban en su "última cena". Richard por su parte se había encargado de las invitaciones, sólo humanos habían sido invitados, los cuales, muy estúpidos por cierto, no habían reparado en lo desconcertante que resultaba que ellos, pertenecientes a la nobleza más baja, fueran invitados por los Schwertfeguer. Sin duda, no había mentes brillantes entre mis invitados-cena, pero poco me importaba puesto que lo único que podía interesarme de ellos era su sangre. Tras una velada sumamente aburrida decidí que ya había tenido suficiente y que era hora de pasar a la acción. Richard y yo nos abalanzamos sobre los invitados, los cuales no dejaban de gritar, asombrados por lo que sus ojos estaban presenciando. Las puertas habían sido selladas por fuera, y ningún invitado pudo escapar de mis afilados colmillos. Tras aplacar mi sed le ordené a Richard que se encargara de hacer su trabajo por última vez, el cual consistía como ya sabréis en limpiar aquél desastre, deshacerse de los cuerpos y encubrir todo lo que había sucedido aquella noche. El carruaje me esperaba y mi buen humor estaba "in crescendo" la noche era larga y el viaje hasta Londres todavía más. Capítulo 3 - Afinidad Spoiler Mi primer destino era Bremen, desde allí tomaría un barco rumbo Inglaterra. El carruaje tardó varios días en llegar a Bremenhaven, ciudad portuaria que en aquél entonces se encontraba en su máximo esplendor. Siempre viajábamos de noche, y durante el día me hospedaba en diversos hostales muy por debajo de mi categoría puesto que mi viaje debía de pasar desapercibido y sobre todo, el rastro de sangre y muerte que iba dejando a mi paso. Nunca me había encontrado en esa situación, reconozco que se me hizo un tanto extraño pretender ser un humano, siempre había expresado libremente mi condición, pues que un humano descubriera mi naturaleza sólo podía significar que estaba a punto de convertirse en mi presa y tampoco estaba acostumbrado a rodearme por mortales, puesto que a mi morada solo llegaban o bien criadas humanas o invitados cena, con lo cual no tenía porqué disimular ante alguien que estaba a punto de morir. Durante esos días los cuales por cierto se me hicieron eternos, puesto que cómo ya he dicho en varias ocasiones padezco insomnio y no tenía más opción que esperar el paso de las horas durante el día en aquellos aposentos mugrientos y más propios de la plebe. Pude observar al menos el comportamiento de aquellos patéticos humanos que tan indiferentes me resultaban, recuerdo que no tuve que poner demasiado esfuerzo para llevarme a más de una mortal a mis aposentos para luego disfrutar de su sangre, aclaro que jamás me había acostado con una mortal, era físicamente imposible puesto que su cuerpo no posee la suficiente resistencia cómo para sobrevivir a ello, digamos que no me contengo y un par de costillas rotas es lo más suave que podría llegarles a suceder, además no sentía ningún deseo carnal por algo que para mí era simple ganado. Tras un largo viaje primero en carruaje y luego en barco, por fin llegué a mi destino, Londres. Una parte de mí se encontraba ansiosa, deseaba matar a aquél ser y por muy fuerte que yo fuera, aunque tuviera un inmenso potencial, no podía presentarme solo frente al vaticano, de hecho muchos aquelarres formados por vampiros conspiraban contra él. El mayor número de estos vampiros se concentraba en la antigua Londres por lo que ese fue el único motivo por el cual me acerque a esa dichosa ciudad. La verdad, no es que tuviese nada en contra, pero allí los vampiros eran simplemente escoria sin orgullo, algunos se relacionaban con estúpidos humanos y otros simplemente se creían el centro del universo cuando su poder no era más que una milésima parte del mío. No quiero parecer arrogante ni mucho menos aunque a mis diecisiete años sí que lo era…, bueno, a quien pretendo engañar, y sigo siéndolo. Desde que me entere de la existencia de aquel dichoso “ser” algo en mi había cambiado, me había vuelto aún más frío, solo anhelaba la muerte de aquel que fuese más poderoso que yo por lo que me estaba concentrando en cuerpo y alma para dicho objetivo. En Londres fue dónde conocí a Catherine, desconozco sus apellidos y sus orígenes, también creo que el nombre era falso pero no es sino ahora, cuando soy consciente de que realmente nunca supe demasiado sobre ella. Catherine era una de los pocos vampiros a los que llegué a respetar, ella era atractiva e impulsiva, cargada de una vitalidad desbordante más propia de una mortal que de un ser de la noche. La conocí… bueno lo relataré más detalladamente. Me encontraba en una de las plazas más importantes de Londres, no hacía tan si quiera 10 días desde mi llegada a esa detestable ciudad, estaba hambriento pero intentaba contenerme puesto que cazar allí no me resultaba tan sencillo pese a mi fluido inglés, debido entre otras cosas, a que al salir de Alemania renunciaba a bastantes privilegios como sucesor de los Schwertfeger, aquí era un vampiro más aunque obviamente mucho más guapo, rico y poderoso, aunque menos conocido entre la plebe y la nobleza vulgar o lo que es lo mismo, la nobleza humana. Me había instalado en una pequeña villa que pertenecía a mi familia por parte de madre, la cual cómo ya os comenté era de ascendencia inglesa y por tanto esta era mi segunda nacionalidad. El inglés no me suponía ninguna dificultad, aunque la verdad, las lenguas en general no se me presentaban cómo un obstáculo pues de niño tuve una educación severa y el italiano, el latín y el griego eran otras lenguas que había llegado a dominar, y es que ya lo dicen, la letra con sangre entra. Permanecía en la plaza bajo la espesura de una gruesa capa de niebla y bajo una inmensa luna llena que iluminaba cada rincón del casco antiguo de la cuidad haciendo que el alumbrado público fuera innecesario. Me encontraba observando todo lo que a mí alrededor ocurría en busca de algún vampiro interesante hasta que ella se me acercó. — Perdona… —me interrumpió — ¿Demasiado cobarde para cazar en una noche tan luminosa? — me susurro al oído mientras clavaba sobre mí una mirada coqueta. —No, tengo cosas más importantes en las que pensar— le contesté— ¿Que hace una vampiresa como tú por aquí? — le inquirí con sequedad. Me di cuenta que no era humana desde la primera mirada que nos cruzamos, quizás para un mortal eso sea difícil de comprender pero la mirada helada y el hedor a sangre característico de un vampiro no pasan desapercibidos para mí…, y por lo visto, para ella tampoco. — Quizás lo mismo que tu — me dijo mientras me dedicaba una leve sonrisa que no correspondí. — Cuál es tu nombre? — le pregunté desganado puesto que no estaba para nada interesado en mujeres por el momento…, y sinceramente el nombre de la vampiresa me traía sin cuidado. — Es algo descortés preguntarle el nombre a una dama sin antes haberse presentado…, ¿no crees? — me dijo ella sensualmente y sonriendo maliciosamente con la esperanza de provocarme. —Tampoco es muy cortés que una dama sea la quien intente cortejar a un caballero… ¿no crees? — esto se lo dije algo molesto…, nunca nadie me había hablado así, creo que es por eso que acabamos llevándonos bien. —Disculpe señorito arrogante…, mi nombre es Catherine, encantada de conocerle ¿Y su nombre es??— pregunto curiosa. — Eliott Schwertfeger Crowly— le contesté— Podríamos seguir la conversación en otro lugar si no es molestia — le sugerí desganado observando que empezábamos a ser el centro de atención. —¿¿Schwertfeger?? ¿Y qué hace un señorito de buena familia en un dichoso lugar como este? —dijo asombrada ignorando por completo mi sugerencia. Su asombro se debía quizás a que pertenecía a dicha familia o a que simplemente no esperaba encontrar a un miembro de la nobleza en aquél lugar. — Algo que no te incumbe— le espeté con sequedad. — ¿Es cierto eso que dicen sobre los sangre pura? — me pregunto ignorando por completo mis ganas de zanjar la conversación—He oído que podéis engendrar—señaló con un destello vivaz en sus ojos que reflejaba su incipiente curiosidad. Contesté a su pregunta con sinceridad y le expliqué que a diferencia de los vampiros corrientes que padecen una transformación y que por ello, se someten a un creador, los sangre pura tenemos la capacidad de engendrar vampiros, pero solo durante nuestra etapa de crecimiento, etapa que finaliza en nuestro vigésimo quinto cumpleaños. Por tanto, cómo sabréis, tanto Axelle como yo nacimos del vientre de nuestra madre cómo vampiros. Cuando un sangre pura alcanza los veinticinco años físicos, su cuerpo alcanza la madurez y su crecimiento se detiene, por ello si un sangre pura está interesado en engendrar a su prole deberá de hacerlo antes de llegar a dicha edad, algo que sin duda, a mi no me preocupaba ya que siempre aborrecí a los infantes desde lo más profundo de mi ser y cómo podréis imaginaros, no hubiese sido jamás un buen padre ni tampoco hubiese pretendido serlo. Otra cosa es…, lo que se esperara de mi cómo primogénito de los Schwertfeguer. Seguí hablando con la vampiresa y no sé si porque su opinión sobre Londres era la misma que la mía o porque ella me hablaba francamente sin tener en cuenta mis orígenes que comenzamos a llevarnos bien, aunque claro, dentro de lo posible pues yo jamás me había llevado bien con nadie. Pude apreciar que era una mujer inteligente, sabía moverse por la concurrida Londres y además me dio a entender que tenía contactos importantes que podían beneficiarme en mi causa, así que decidí tantear el terreno hablándole de mi misión con precaución, sin desvelar más de lo estrictamente necesario. — Vaya Crowly veo que posees una gran ambición — me dijo con una media sonrisa — Por lo poco que me has contado te diré que tu objetivo es demasiado ambicioso, no por ello diré que sea algo imposible de realizar y de hecho puedo ponerte en contacto con alguien que puede ayudarte, el resto depende solo de ti— me señalo mientras acariciaba con las yemas de sus dedos la línea de mi mandíbula de una forma insinuante. — ¿Qué es lo que quieres de mi? — le pregunté con sequedad. No estaba dispuesto a seguir sus jueguecitos, pero necesitaba esos contactos. — Tan solo has despertado mi interés— me susurró— Por el momento quiero conocerte mejor, no puedo arriesgarme a ponerte en contacto con él, no todavía…— añadió. — No me gusta perder mi tiempo — le espeté — Se que podemos llegar a un acuerdo, todo el mundo tiene un precio. — Yo no soy cómo la gente a la que estás acostumbrado a tratar Eliott — me dijo para luego soltar una melódica carcajada que envolvió la plaza y cortó la tensión que se había generado recientemente entre ambos dejándome a mí sin palabras. — ¿Tan ardua tarea te supone que nos conozcamos un poco mejor? — Me preguntó. — Supongo que no, estoy acostumbrado a tratar con mujeres más de lo que me gustaría— le contesté con arrogancia. — Tratar a mujeres de alcoba hacia dentro no es ni conocerlas ni tratarlas —puntualizo— Y tampoco es eso lo que busco de ti Eliott, no te ofendas — añadió con una leve sonrisa a modo de burla que no me disgustó. La vampiresa en cierto modo me resultaba interesante pues no media sus palabras al dirigirse hacia mi persona y eso de alguna manera me agradó aunque jamás lo hubiese imaginado, estaba más acostumbrado a la condescendencia y a la falsedad de las mujeres que se me acercaban, las cuales no veían más allá de mi posición como sucesor de los Schwertfeger y como futuro Landgrave de Alemania. La semana transcurrió con normalidad, si obviamos claro, que estuve haciendo turismo debido a la insistencia de cierta vampiresa que muy a mi pesar no podía tener descontenta, puesto que necesitaba su aprobación para poder presentarme frente a aquellos contactos de los cuales presumía y para de este modo, seguir con mi conspiración. En cierto modo deseaba degollar a aquella insolente mujer que no dejaba de importunarme, pero por otro lado, y esto lo reconozco ahora y no en aquel momento, la compañía de aquella mujer me agradaba, no sé si por su lengua mordaz o por el aire de soberbia que la envolvía. Después de una larga caminata por las concurridas y estrechas callejuelas del centro de la ciudad, por fin el amanecer se aproximaba y eso sólo podía significar la vuelta a casa y el cese de la superflua y monótona conversación que Catherine y yo manteníamos, aunque más que conversación parecía un monólogo dónde yo era el oyente, aunque siendo sincero, escuchar, escuche poco pues la vitalidad que desbordaba la vampiresa me extenuaba. — Oh vamos Eliott! Cualquiera diría que te tengo aquí obligado, tan solo intento que nos conozcamos un poco mejor— me dijo agarrándome por el brazo mientras me dedicaba una mueca fingida de exasperación — Si te soy sincera se me está haciendo un poco difícil esto, así que pon un poco de tu parte — me reprochó para luego dedicarme un guiñó coqueto que me provocó. — Obligado sí que me tienes — puntualicé — Aunque se me ocurren cosas más divertidas que podríamos hacer tú y yo juntos. — le insinué con una sonrisa retorcida. — Por lo visto no sabes que con una mujer se pueden hacer muchas más cosas interesantes aparte de eso Eliott — me indicó pícaramente mientras jugueteaba con sus dedos sobre mi clavícula. —Verás, creo que me has malinterpretado — le indiqué con sequedad — Me refería más bien a algo que implique sangre y muerte, además de a dos vampiros saciados. —Me alegra oír eso entonces, yo también estoy hambrienta y si decides acompañarme te recompensaré con un gran banquete — Me tentó la vampiresa a lo que decidí aceptar. La seguí hasta lo que supuse que era su hogar, aunque cómo me explicó más tarde, ella no tenía una residencia fija, sino que se iba trasladando cada cierto tiempo para no levantar sospechas, quizás cueste de comprender, pero viviendo en plena capital y rodeada de humanos, un vampiro sobresale con facilidad, entre otras cosas porque ni sale a pleno día, ni se alimenta en público. Además, cabe mencionar el rastro de muerte que un vampiro deja a su paso y su inexplicable apariencia inalterable al paso del tiempo. . . . Una vez dentro de su morada me condujo hasta un gran comedor de techos altos, con muebles de aspecto viejo y descuidado y con grandes ventanales completamente tapiados y cubiertos con gruesos cortinajes raídos. Pude ver que en algún tiempo no muy lejano aquella sala fue síntoma de una gran opulencia aunque ahora no era más que un insulso reflejo de aquello que una vez fue. Entonces me percaté por primera vez de la fuerza que ejerce el paso del tiempo sobre nuestro entorno y sobre todo aquello que no es inmortal y eterno. Me acomodé en una de las butacas y Catherine llamó a lo que entendí que sería mi cena, tres hermosas jóvenes se aproximaron hacia mi persona extendiendo su brazo derecho y mostrándome el dorso de su muñeca algo que me contentó, nunca se me habría ocurrido la posibilidad de amaestrar humanos, por su comportamiento deduje que estaban acostumbradas a ofrecer su sangre a Catherine, pero yo no era Catherine y pronto iban a comprobarlo. — Elige a una — me ordenó la vampiresa. — ¿Elegir dices? — Reí entre dientes — Las quiero a todas — sentencie para luego dedicarles a las cuatro jóvenes mi sonrisa más retorcida provocando en estas una mirada de puro terror. — Mi señora… — musito una de las jóvenes a modo de súplica. — Oh vaya…— interrumpí — ¿No me digas que les tienes algún tipo de apego?—le pregunté a la vampiresa con una sonrisa retorcida. — A lo que tú llamas apego yo le llamo supervivencia Crowly — me contestó con una mirada fiera— Aquí es mucho más difícil encontrar alimento, y por tanto me conviene mantenerlas con vida el máximo tiempo posible— añadió. — Pero yo soy un invitado de honor, y por eso hoy harás una excepción — le dije de forma desafiante mientras agarraba con violencia a una de las humanas por su muñeca y la arrastraba hasta mi posición, dónde sosteniéndola por su cabellera le mordí el cuello con violencia mientras toda aquella sed contenida era liberada. Tras alimentarme dejé caer con indiferencia el cuerpo ahora inerte de aquella mortal, y me aproximé con paso calmado hacia las dos humanas restantes, ellas por su parte se encontraban inmóviles, no sé si debido al miedo que las paralizaba, o más bien debido a que eran conscientes de mi naturaleza y por tanto sabían que intentar escapar de un inmortal no era una opción. Reconozco que para mí, siempre es más satisfactorio observar que mi presa todavía guarda la esperanza de escapar o de sobrevivir a mis garras, pero lo que más me asombra, es que en todos los casos, siempre esperan un arranque de humanidad y sentimentalismo por mi parte, algo que cómo ya sabréis nunca sucederá pues cómo vampiro que soy me enorgullezco de mi crueldad y de ser catalogado como un ser despiadado e inhumano. Cómo iba diciendo, no me contentó que aquellas mortales supiesen exactamente qué era lo que iba a suceder, aun así, me vi obligado a ofrecerles un espectáculo un poco más sobreactuado, debían de ver con sus propios ojos lo que realmente suponía alimentar a un vampiro, puesto que estaban acostumbradas a una mordedura delicada y compasiva y eso no se correspondía con la realidad. Agarré a una de las mortales por el cuello y la estampé contra una desgastada alacena que contenía una vieja vajilla polvorienta, ella por su parte me dedicó una mirada de súplica que se vio reemplazada por una de agonía cuando clavé mis afilados colmillos en su cuello desgarrando con violencia sus tejidos. Tras alimentarme de las dos humanas restantes recordé que no estaba solo, Catherine había estado presente todo este tiempo, inmóvil y observándome con prudencia. — ¿Ya estas satisfecho? — Me pregunto con una mirada de desaprobación. — No realmente — le contesté mientras limpiaba los restos de sangre que resbalaban por mis comisuras — Mi apetito es insaciable, y mucho me temo que no vas a querer volver a invitarme a cenar ahora que ya sabes que para mí nunca hay suficiente — reí entre dientes. — Sin duda no volveré a cometer ese error, aunque no debiste matarlas, fue por mero capricho que lo hiciste — me reprochó. — No eres quién para juzgarme — le señalé — ¿No eres tú la que las somete a una vida de esclavitud y tinieblas? — le pregunté con desdén. — Yo les doy la posibilidad de vivir una vida acomodada —me contestó — Es su ambición la que las trae hasta mí — añadió. — Es una buena forma de verlo, al final resultará ser que obras con altruismo — reí ente dientes — Cómo sea…, poco me importa lo que hagas con el ganado, te traeré más mortales si así lo deseas, de ese modo estaremos en paz —le sugerí. —Le tomo la palabra Eliott, aun así debo de decirle que su comportamiento ha sido como poco inapropiado, ha abusado de mi hospitalidad y sólo tengo intención de dejarlo pasar por esta vez— me amenazó con firmeza, algo que me agrado. — Se me ocurren muchas cosas inapropiadas que podríamos hacer juntos — le insinué con picardía y pretendiendo molestarla. — Siento ser yo la primera mujer que le rechace — me contestó con rebeldía para luego soltar una melódica carcajada que me sedujo — No eres más que un vampiro joven e inexperto, yo le triplico la edad cómo mínimo — volvió a reír. — ¿No dicen eso de que en el amor la edad no importa? — le contesté con una sonrisa retorcida — Además nadie lo diría— añadí. — ¿Y tú hablas de amor? — me preguntó curiosa — No creo que sepas lo que eso significa — me señalo con una leve sonrisa a modo de burla. — Si hablas de ‘amor’ en un término general, si, lo he experimentado, ni te imaginas lo que me amo a mi mismo — bromeé — Si por el contrario me hablas de un amor ‘romántico’ te diré que eso no existe, no es más que un engaño para justificar la monogamia que predica la iglesia y para disfrazar el deseo carnal y el placer según la moral cristiana, que por suerte para nosotros los vampiros, definidos como un ser inmoral, se nos queda muy lejana — reí entre dientes. — Vaya, tu forma de ver el mundo es bastante lastimosa, que no hayas experimentado algo no significa que no exista, aun así no pretendo entrar en un debate — me dijo pensativa y con un incipiente brillo en sus ojos que no supe interpretar. Con el paso de los días mi interés por aquella vampiresa incrementaba, los ratos que pasé a su lado se me hacían amenos y cazar en pareja resultó ser más divertido, aun así me inquietaba el hecho de que era la primera mujer que me rechazaba, jamás había llegado a ver a una mujer cómo algo interesante o cómo objeto de estudio, hasta la fecha, y sin contar a mi amada Axelle, las mujeres sólo habían sido objetos molestos de los cuales me había aprovechado y con los cuales había apaliado mis instintos carnales. Catherine era diferente a todas aquellas inservibles mujeres, aun así he de aclarar que como ser despreciable y mezquino que soy jamás sentí ningún apego especial por la vampiresa más allá del respeto y de la curiosidad, y siendo sincero, tenía cada vez un mayor deseo por tomar posesión de su cuerpo, más de lo que había experimentado anteriormente con ninguna otra mujer, aun así me veo en la obligación de decir que jamás fue un interés romántico pues en aquel momento todavía pensaba que ni el amor existía, ni yo sería jamás capaz de amar. Capítulo 4 - Fantasmas del pasado Spoiler Me encontraba en la vieja mansión Crowly, ya había pasado un mes desde mi llegada a la dichosa Londres y empezaba a impacientarme pues Catherine todavía no me había llevado ante sus contactos. Permanecía recostado sobre mi lecho mientras la suave brisa entraba por la ventana y la débil luz de las velas alumbraba la perfumada carta que sostenía ente mis manos. Leía con atención cada palabra, cada letra, buscando algún indicio de peligro que me obligara a volver junto a ella, pues no podía disimular el remordimiento que sentía por haberla dejado allí, sola, desprovista de mi habitual protección. Volví a leer por enésima vez. Potsdam, Octubre de 1822 Tus palabras han llegado a mí, mas no tu presencia todavía, y eso me apena pues sólo tu memoria ocupa mi alma, pues solo tú eres digno de ocupar mi atención particular. Cada momento estoy pensando en ti y en el destino que te ha tocado. Muy a mi pesar veo que nada en el mundo puede unirnos bajo los auspicios de la inocencia. Si, te idolatro hoy más que nunca jamás. Al arrancarme de tu amor y de tu posesión se me ha multiplicado el sentimiento de todos los encantos de tu alma. En lo futuro tú lo tendrás todo, yo estaré sola en medio de la nada. No sé qué hacer para conciliar mi dicha y la tuya, con tu deber y el mío; no sé cortar ese nudo; pues no se trata de espada ni de fuerza, sino de amor puro y culpable; de deber y de falta; de mi amor, al fin. Siempre tuya, Axelle Plegué el papel con delicadeza y lo dejé sobre la cama pues un ruido en el piso inferior me alertaba de que tenía visita.Necesité tan solo unos segundos para reconocer el sonido de aquellos tacones, pero no eran estos los que la delataban, sino aquella forma de caminar, segura, altiva, desafiante y sonreí para mí mientras me apresuraba al piso inferior antes de que ella llegara hasta mí. — No te esperaba —le susurré en su oído derecho apareciendo sigilosamente tras su espalda— Y tampoco recuerdo haberte invitado jamás a este lugar —añadí con una sonrisa burlona. —Vaya, ¿Era su intención asustarme? —me pregunto sin dejar de observar todo su entorno, poniendo un gran interés en todos los muebles y el decorado de aspecto siniestro que nos rodeaba.— ¿Es que nadie vive aquí? —preguntó de nuevo al observar que la gran mayoría de muebles se encontraban cubiertos por sábanas blancas que al juzgar por la gran cantidad de polvo que contenían, estaba claro que llevaban mucho tiempo ahí. — No, no pretendía asustarte, si no recuerdo mal has sido tú la que ha irrumpido en mi morada sin previo aviso —le inquirí con sequedad— Y no es de tu incumbencia si alguien más vive o no en este lugar— puntualicé. — ¿Es siempre tan arisco? —preguntó con una mueca fingida de disgusto y puso sus ojos en blanco imaginándose, supongo, la respuesta— Bien, no importa, nos vamos de caza Eliott, sé que a eso no me dirá que no — sonrió con soberbia. Y en eso no se equivocaba, así que me limité a seguir a Catherine hasta las estrechas callejuelas del centro de la ciudad. Nos adentramos en el barrio gótico precisamente porque allí nos resultaba más sencillo cazar almas solitarias puesto que el alumbrado público era escaso o inexistente por la zona, y por tanto, nadie sería testigo de las atrocidades que Catherine y yo pudiésemos cometer bajo el manto negro de la noche. Como era habitual, cazábamos por separado y fijábamos un punto de encuentro dónde nos reuniríamos muy entrada la noche. Nada iba a ser diferente ese día, o al menos no esperaba que lo fuese así que me impacienté cuando después de una larga espera Catherine no aparecía en el punto de encuentro que habíamos acordado, y a pesar de que no fijábamos una hora concreta, si sabía que la vampiresa era rápida cazando a sus presas, y además, solía saciarse mucho antes que yo por lo que solía ser ella la que siempre esperaba por mí. Cuando decidí que la espera se me había hecho demasiado larga, y que por tanto, podía marcharme sin remordimientos, oí a lo lejos la voz de Catherine, y junto a su melódica voz que ahora sonaba alterada, las voces de algunos individuos más, a lo que decidí acercarme por mera curiosidad pues después de todo todavía no sabía nada sobre ella y estaba dispuesto a averiguar más. Me asomé con discreción en aquel oscuro callejón de dónde provenían las voces y observé sin ser visto cómo un vampiro corpulento se encontraba tras Catherine, sosteniéndola por los brazos mientras un segundo vampiro, situado frente a ella, la miraba con odio mientras empuñaba una daga con su mano derecha. — Por fin nos encontramos Alessia —le susurró al oído el vampiro que se encontraba frente a ella mientras una mueca torcida ocupaba su rostro— Tienen razón cuándo dicen que la venganza se sirve en un plato frío, y es que han pasado muchos años desde tu traición, pero un vampiro ni olvida ni perdona —añadió con gesto triunfante ante su presa. Catherine no contestó, tan solo mantenía la mirada perdida, sumida en lo que probablemente serían recuerdos dolorosos mientras mordía su labio inferior y mostraba un claro gesto de culpabilidad impropio de un ser sin alma. — No te esfuerces, no va a reconocer lo que hizo, ni tampoco va a responder a ese nombre puesto que hace mucho que ya no se llama así —sonrió con malicia el otro vampiro mientras aumentaba la presión que ejercía con su cuerpo sobre los brazos de Catherine. Catherine se limitó a cerrar sus ojos, cómo si esperase la muerte, no, cómo si la desease para liberar aquella culpa, pues ni siquiera intentó zafarse de los brazos que la sostenían. — No necesito que nos dé su confesión —dijo molesto el primer vampiro— Se lo que vi esa noche —hizo una pausa— Y jamás podré olvidarlo —sentenció aprentando la empuñadura del arma dispuesto a clavársela a la vampiresa. En aquél momento sentí la necesidad de protegerla, ni siquiera fui consciente de esto, más bien actué por impulso y me interpuse entre ella y la daga que aquél hombre había osado usar contra la vampiresa de manera que fue mi estómago el que resultó atravesado y no el de ella. —Eliott— gritó ella con un claro gesto de preocupación zafándose al fin de los brazos del vampiro mientras los dos sujetos clavaban sus ojos sobre mí y sobre la sangre que no dejaba de brotar de mi herida. — No sé quién eres pero no debiste meterte en este asunto —gruñó el vampiro corpulento. — Tu mismo te has sentenciado, ahora acabaremos contigo y luego la mataremos a ella— se apresuró a añadir con nerviosismo el otro vampiro que de nuevo sostenía aquella mueca torcida en su rostro. — Creo que no entendéis la gravedad de la situación —me dirigí a ellos mientras les dedicaba una sonrisa burlona. Los dos vampiros me miraron divertidos, para ellos un vampiro herido no suponía ninguna amenaza y no los culpo, pues estaban acostumbrados a su mediocridad y no eran conscientes de la diferencia abismal que existía entre ambos así que decidí mostrárselo. — Tengo que felicitaros, es la primera vez que un vampiro logra herirme —les indiqué mientras arrancaba con ferocidad la daga que todavía seguía encastada en mi estómago salpicando el vestido de Catherine, la cual, ahora se encontraba a mi derecha. Los dos vampiros se encontraban ahora frente a mí y me miraban con precaución aunque todavía seguían sin ser conscientes de la amenaza que yo suponía para ellos así que impaciente me abalancé sobre el vampiro corpulento, el cuál fue consciente entonces de mi rapidez pues no pudo esquivar cómo mi mano desnuda atravesaba su pecho y arrancaba su órgano central, el cual no palpitaba pues los vampiros carecemos de pulso. Elevé en el aire el cuerpo ahora inerte del vampiro y lo arrojé con violencia contra el segundo vampiro que al sufrir la colisión cayó con violencia al suelo, provocando un ruido sordo de lo que serían sus huesos quebrándose, pero ni siquiera le di la oportunidad de ponerse en pie, pues mucho antes de que lo hiciera la suela de mi zapato ya había aplastado su cráneo contra en empedrado. — Eliott—musitó ella acercándose con rapidez hasta mi posición y desgarrando con descaro mi camisa mientras buscaba con desesperación sopesar la gravedad de mis heridas —No es posible— hizo una pausa larga mientras volvía a estudiar mi torso desnudo— Juraría que... — la interrumpí posando mi dedo índice sobre sus labios. —No debes preocuparte, la herida hace rato que ha sanado —reí entre dientes— Siento fastidiar tu excusa para desnudarme tan descaradamente en medio de la calzada —añadí divertido mientras ella fingía una mueca de disgusto para luego dirigir una última mirada a los cuerpos sin vida de aquellos vampiros mientras la tristeza se apoderaba de sus ojos y yo la invitaba a salir de aquel callejón ahora mancillado. El camino de vuelta transcurrió en silencio, yo por mi parte esperaba que fuera ella quién iniciara la conversación y me aclarara que era lo que realmente había sucedido en aquél callejón, pues poco sabía acerca de los motivos que podrían tener aquellos vampiros para querer matarla. Ella por su parte se encontraba sumida en una gran tristeza y no se percató del silencio que se había generado entre ambos hasta un buen rato después, cuando nos encontrábamos a las puertas de su morada. —Oh vaya Eliott, siento mi grosería— se disculpó— Todavía no le he agradecido lo que hoy ha hecho por mí y supongo que le debo una explicación— se apresuró a decir — Puede pasar si así lo desea, le explicaré todo aquello que quiera saber. Acepte su oferta y me apresuré a entrar pues la curiosidad que sentía por aquella mujer se incrementaba y necesitaba que me contara que había sucedido en el pasado pues necesitaba despejar mis dudas sobre ella. Me adentré en el viejo comedor que ya conocía y me senté en una de las butacas junto a ella, un silencio incómodo presidió la sala durante unos minutos y entonces Catherine empezó a hablar. —Todo lo que ha oído en aquel callejón es cierto —empezó— Traicioné a alguien una vez — añadió con una voz temblorosa que contenía una mezcla de ira y dolor. — ¿Y ya está? —le pregunté desilusionado— Has de saber que yo he cometido auténticas atrocidades y cómo vampiro que soy no me arrepiento de ello ni me arrepentiré jamás, es más, disfruto cometiéndolas y no entiendo cómo eso puede quitarle el sueño a un vampiro pues que tú y yo sigamos viviendo implica que otros deben morir. —No me está entendiendo Eliott, no todas las vidas valen lo mismo, al menos, no para mí —me señaló mientras me sonreía con dulzura— ¿Tiene a alguien especial en su vida? ¿Alguien a quien sólo quiera proteger, al que sería incapaz de hacerle daño aunque tuviese que sacrificar su propia vida para ello? —me preguntó con una incipiente curiosidad que no apaliaba la tristeza de sus ojos. —No— hice una pausa — Bueno..., Axelle es alguien muy importante para mí —admití por primera vez. —Vaya, es afortunada entonces —sonrió— ¿Cómo le sentaría si alguien la asesinara? —me preguntó con precaución mientras yo me sumía en un profundo silenció que rompí minutos después. —No creo saberlo —le contesté al fin— Creo que acabaría con todo y con todos, ni siquiera la venganza calmaría mi rabia —añadí. —¿Y si resulta… —hizo un pausa— que el que acaba con su vida es usted mismo? —me preguntó con amargura. Entonces la sala volvió a sumergirse en un profundo silencio y esta vez no pude contestar pues por fin había entendido el sentimiento de culpa, la tristeza y la amargura que se apoderaban de ella. Aunque albergaba muchas preguntas y sentía la necesidad de saber con exactitud lo que había sucedido en su pasado y que tanto la atormentaba, supe que no debía de preguntar más, pues ella tampoco parecía dispuesta a contarme demasiado así que me limité a hacer mi última pregunta. — ¿Porque esos vampiros te reconocían por el nombre de Alessia? ¿Acaso ese es tu verdadero nombre? —pregunté curioso. — Así es —me contestó— Aunque he cambiado tantas veces de nombre que ya no estoy tan segura —bromeó con amargura— Alessia es mi nombre mortal, decidí prescindir de él cuando acepté en lo que me había convertido —añadió— Estoy agradecida por lo que hoy ha hecho por mí y no quiero atormentarle más así que mañana voy a llevarte ante ellos, pero sea cuidadoso —me imploró. Al llegar de nuevo el anochecer, Catherine me condujo en carruaje hasta un pequeño palacete, tardamos varias horas en llegar pero cuándo lo hicimos supe enseguida que aquél lugar me desagradaba pues resultaba ser demasiado ostentoso a mi parecer, no sólo por la opulencia de los jardines, de las fuentes y de los uniformes de los criados sino por ese aire tan recargado y enfermizo, lleno de una ansiedad por las apariencias y tan envenenado por la falsedad de la nobleza, aunque si he de ser sincero, todo esto no sólo lo veía aquí, mi familia sin duda jugaba este mismo papel en la Alemania de le época, aunque la pequeña diferencia, y quizás esto era lo que más me molestaba, es que mientras nosotros, los sangre pura, asumíamos nuestro papel y vivíamos de acuerdo a nuestra naturaleza, allí no había ni un atisbo de oscuridad, todo estaba disfrazado por una humanidad exasperante que tan profundamente aborrecía, pues no detestaba nada tanto cómo un vampiro pretendiendo ser un mortal y viviendo como tal, ocultando su naturaleza tras una máscara de falsedad, disfrutando de la compañía de la sociedad humana, o al menos, pretendiendo hacerlo. Catherine me hizo esperar en un gran recibidor de techos altos y grandes ventanales mientras informaba de mi presencia a los Bathory. Pude entonces observar cómo varias humanas revoloteaban a mí alrededor, observándome con descaro mientras yo no podía más que ignorarlas pues el hambre se apoderaba de mi por momentos, más ante tal banquete pues me encontraba rodeado de humanos. Según me había explicado Catherine durante el viaje, los Bathory eran una antigua familia compuesta por dos hermanos, Desmond y Bryon, dos vampiros con más de doscientos años a sus espaldas y pertenecientes a la nobleza más alta de Londres y si a esto le añadimos que su vida entera se basaba en las “relaciones beneficiosas” y que su pasatiempo favorito además de organizar opulentas fiestas era el de “estar en todos lados al mismo tiempo”, o mejor dicho, tener contactos e información de todos lados, esto lo convertía sin duda, en una pieza importante de mi cometido. Catherine me había advertido también, que procurara no importunarlos pues ellos sentían un profundo desprecio por los sangre pura, aunque sin duda, tratarían de ocultarlo según ella. — SígameEliott —me ordenó la vampiresa— Entraré con usted, pero probablemente me ordenen que los deje a solas —me susurró mientras atravesábamos un largo y oscuro pasillo. — ¿Acaso estás de nuevo preocupada? —reí entre dientes— Deberías de saber a estas alturas que soy capaz de cuidarme solo— inquirí con sequedad. — Tan solo sea prudente —me imploró mientras abría con firmeza las dos puertas que me separaban de la sala contigua. — Mi señor, aquí le presento a Eliott Schwertfeger Crowly —me presentó la vampiresa para luego situarse a la derecha de uno de los vampiros. El vampiro situado a mi derecha era moreno, de rostro cuadriculado y profundos ojos oscuros, mientras que el vampiro situado a mi izquierda, el cual se encontraba al lado de Catherine, era rubio, de rostro anguloso y de una complexión más bien delgada. — Bienvenido a nuestra humilde morada —el rubio fue el primero en hablar— Mi nombre es Desmond —hizo una pausa— Desmond Bathory, y este de aquí es mi hermano Bryon —sonrió con una mueca que mostraba sus pequeños pero puntiagudos colmillos. — Catherine nos ha hablado mucho de ti Eliott Schwertfeger —habló ahora el moreno de semblante mucho más serio haciendo gala de su terrible alemán al pronunciar mi apellido — Espero que al menos seas la mitad de interesante de lo que Catherine nos ha contado— rió entre dientes en un intento de provocarme que no consiguió. — Agradezco su hospitalidad y espero cumplir con tan altas expectativas —sonreí burlonamente dirigiendo mi mirada a Desmond, pues de los dos era el que me observaba con más recelo. — ¿Te ha contado Catherine algo sobre nosotros? ¿O ha sido tan mal educada cómo para no hacer honor a nuestras virtudes? —me preguntó con desdén el rubio mientras me clavaba una mirada llena de arrogancia. — Nada que no sea cierto — le respondí con una media sonrisa que tampoco le agradó. — Entonces…—hizo una pausa— ¿Te habrá contado también cómo la recogí de las calles cuando no era más que una vulgar prostituta y de cómo le concedí la inmortalidad no? —me preguntó con una sonrisa triunfante tras comprobar en el rostro de Catherine la vergüenza y la humillación . Pude entrever el odio que Catherine le procesaba a su creador, a pesar de que ni siquiera el propio Desmond parecía consciente de eso, al parecer yo había llegado a conocer y entender a la vampiresa mejor de lo que jamás imaginé y aquella mirada cargada de rabia, dolor y odio no pasaba desapercibida para mí. — Me temo que no hemos intimado tanto —le contesté— Pero me alegra saber por fin quién fue su creador, yo jamás podré experimentar algo cómo eso —reí entre dientes sin apartar la mirada de los ojos claros de este. — Bueno creo que nos estamos desviando del tema —dijo por fin el moreno en un intento de cortar la tensión que se había generado en el ambiente— Sabemos cuál es tu cometido y tenemos intención de ayudarte, estamos dispuestos a prestarte a nuestros hombres —añadió el vampiro. —Cómo supondrás, no eres el único vampiro que detesta la iglesia —me señaló el rubio— Y puesto que nosotros vivimos en el anonimato e incluso tenemos contactos y relaciones con el mismísimo vaticano, no podemos actuar de frente ni mucho menos —puntualizó dejando entrever una media sonrisa— Por ello podemos ayudarte siempre y cuando no reveles nuestra identidad claro —sonrió forzosamente para luego pedirle a Catherine que abandonara la sala, la cual se limitó a obedecer. — ¿Qué queréis a cambio? —pregunté directamente. — Simplemente nos gusta que nos deban favores —sonrió maliciosamente el vampiro de rasgos angulosos— Ahora mismo no tienes nada que ofrecernos y que nos pueda beneficiar —dijo para luego soltar una sonora carcajada— Pero somos conscientes de quién eres y de lo que serás algún día, así que sin duda llegará el momento en que puedas devolvernos este favor —sonrió forzosamente de nuevo mientras yo contenía mi ira tras una máscara de indiferencia. — Antes de marcharte —hizo una pausa—Nos gustaría a Desmond y a mi ofrecerte un pequeño pero valioso obsequio —me dijo sin alterar su semblante inexpresivo— Un obsequio en forma de información —añadió para luego alargar su brazo y tenderme un trozo de papel. Abandoné aquel dichoso lugar con alivio, pues no podía contener ni un minuto más mis ganas de degollar a aquellos petulantes vampiros, pero a veces, y solo a veces, me dejaba llevar por mi lado racional. Catherine se había quedado en aquél lugar, no sé si por decisión propia o por órdenes de su creador, por tanto yo me encontraba solo en el carruaje y dispuesto a leer por fin aquél trozo de papel. Lo desplegué con impaciencia y leí en voz alta sin ser consciente de que lo estaba haciendo. *Norah di Venetto, el pura sangre Y al escuchar por primera vez aquél nombre me estremecí y a día de hoy, doscientos años después, todavía no sé por qué. Quizás fue el caprichoso destino. Capítulo 5 - Catherine Spoiler NARRA CATHERINE “sobre un lecho de magnolias” - 1783 Y La luna llena brillaba con fuerza sobre su fría y pálida piel, culminando aquél manto estrellado que nos abrazaba. Él me miraba de reojo y yo reía en un intento de disipar mi nerviosismo pues su lacio y largo cabello negro me aturdía, sus fuertes brazos me envolvían y sus ojos verdes penetraban en lo más profundo de mi alma ahora inmortal. Y sólo Diós sabe cuánto había llegado a odiar mi nueva condición durante todos aquellos oscuros meses de frío invierno, condenada a la oscuridad eterna, condenada a la soledad y al olvido. Desmond había sido mi verdugo y yo su ajusticiada, me había arrebatado todo aquello que una vez fui, mi vida, mi hogar, mi nombre…, pero ahora ya nada importaba porque lo tenía a él, quizás solo por esa razón podía perdonarlo, pues no fue sino gracias a él que lo conocí, y desde la primera mirada que nos cruzamos fui suya. Jamás olvidaré el día que nos conocimos, en su jardín de magnolias, dónde más tarde nos besamos por primera vez. Jamás esperé amor eterno pues hasta el momento todos aquellos hombres sólo se habían acercado a mí por mi cuerpo, incluso Desmond, quién en un primer momento planeó matarme por el tan ansiado néctar carmesí, aunque ahora, y sólo ahora agradecía que no lo hubiese hecho, pues prefiero una vida condenada en las tinieblas, que una vida sin haberle conocido. Lucian Devonshire era diferente de todos aquellos hombres, él era más hermoso que cualquier otro vampiro, pero su corazón siempre fue humano. Él me enseñó la importancia de no desperdiciar una vida, a aceptar en lo que me había convertido y a ganarme el respeto de mis semejantes, así como él lo hacía con sus hombres. Solíamos bromear cómo si no existiera un mañana, cómo si quién fuésemos no importara pues en los momentos que compartíamos solo importaba un nosotros. Nos amábamos y éramos felices a pesar de las dificultades y a pesar de sus compromisos que lo alejaban de mí largas temporadas, aunque siempre había un rencuentro sobre un lecho de magnolias blancas. Sus besos curaban mis heridas pues aquellos eran los primeros de amor verdadero que había recibido a pesar de haber estado con cientos de hombres entre mis sábanas y a pesar de que Desmond le había hablado de mi pasado, de mi vida cómo mortal, el jamás me había despreciado así como sí lo hacían los demás. Los días pasaban y yo era feliz, feliz observando su particular modo de revolver mi cabello, su costumbre de dormir sobre mi pecho, su tozudez inmadura y su dificultad para hablar de sentimientos a pesar de que poco a poco había llegado a abrir su cerrado corazón y romper su gélida coraza así como él había liberado mi atormentada alma. Pero aun así, sentía la pesadez del temor sobre mi pecho, temor por perder aquello que habíamos construido, temor por perderlo a él, temor por irme yo, pues aunque nuestro cuerpo no le temía al paso del tiempo, yo si le temía a la muerte, pues está siempre nos espera y aguarda y sin previo aviso todo nos lo arrebata. Mi efímera felicidad se vio truncada pocos meses después, pues al fin, ingenua de mí, comprendí porqué Desmond no me había asesinado aquella noche de frío invierno cuando mi corazón dejó de latir. Yo había recibido el beso de la eternidad por un motivo concreto, y mi creador ahora me lo revelaba mientras lágrimas rojas de súplica inundaban mi rostro, pero Desmond reía mientras yo maldecía. “debes matarle, sólo ante ti baja su guardia y este es el motivo por el cuál tú sigues con vida” Lloré, maldije, grité…, pero a nadie pareció importarle, Diós me había abandonado de nuevo y sólo pude compadecer mi desdicha, pues jamás podrás desobedecer a tu creador aunque aquello que te pida desgarre tu alma. Aun así me negué, pues el miedo de perderlo a él superaba el miedo de perder mi propia vida, pues quién quiere una vida vacía y atormentada en la soledad de recuerdos lejanos que jamás volverán. Prefería perder mi vida si con eso salvaba la suya, pero de nuevo, ingenua de mí, el creador somete al creado, y su voluntad se convierte en la tuya, mientras tu mente grita y tu corazón sangra, tu cuerpo cuál marioneta obedece a aquél que concedió tu inmortalidad y tú, tan solo eres un mero observador de tu propio cuerpo. Observaba cómo mi cuerpo se movía, cómo recorría aquél camino por el que tantas veces había desfilado hasta aprendérmelo de memoria incluso con los ojos cerrados. Pero ahora era diferente, por primera vez atravesaba el sendero que me llevaba hasta la mansión Devonshire con impotencia, con pavor. Atravesé el jardín con calma, podía sentir el dolor de los rosales arañando ambos lados de mi rostro, cortes que desaparecían casi al instante para ser suplantados por nuevos. Llegué a las magnolias, más no pude verlas, solo olerlas pues Desmond, dueño de mi cuerpo no fijó la vista en ellas, cuanto hubiese deseado verlas en aquél mismo instante para apaciguar mi alma. Entre en el gran recibidor, Desmond se encargó de pintar una agradable sonrisa en mi cara y los hombres de Lucian asintieron y me dejaron pasar como tantas otras veces habían hecho, cuánto desee en ese mismo instante que se percataran de la daga envenenada que llevaba bajo la falda, amarrada a mi muslo. Cuánto deseé que la daga se desenfundara y arañara mi piel provocándome una muerte rápida, pero por más que deseé, nada logró detener lo inevitable. Mi cuerpo entro en los aposentos de Lucian y lo abrazó por última vez, mientras mi mente gritaba e intentaba advertirle de la traición que le esperaba, pero aquellos gritos silenciosos fueron en vano, pues mis labios sellados se limitaban a sonreír con fingida inocencia. Aquella sonrisa inocente, dio paso a una sonrisa macabra más propia de Desmond que de mi verdadero yo, mas Lucian no lo vio hasta que fue demasiado tarde, pues la daga se clavó en su pecho, atravesando su corazón, y a su vez, rompiendo el mío, pues nuestros ojos se encontraron y agradecí volver a ser yo aunque fuera demasiado tarde, pues quería verle con mis propios ojos por última vez, esperando su rechazo síntoma de mi traición, mas no sucedió, tan solo me dedicó una última sonrisa mientras yo observaba cómo sus profundos y expresivos ojos se tornaban vacios antes de cerrarse por ultima vez . Arranqué la daga de su pecho y tapé su herida con mi pañuelo, él ya me había abandonado, pero no podía ver aquella daga mancillando su cuerpo, reprimí mi dolor y mis gritos más no mis lágrimas de sangre que inundaban su rostro. Miré una vez más la daga y pensé en morir, en dejar de sufrir, pero fui consciente entonces de que si había recuperado la posesión de mi cuerpo, había sido precisamente porque Desmond esperaba que yo misma acabara el trabajo, y aunque mis ganas de vivir se habían esfumado con el último aliento de Lucian, no mi sed de venganza. Sequé mis lágrimas y besé sus labios por última vez, su mentón, sus pestañas, su frente y salté por la ventana cayendo sobre mis ahora resistentes piernas. Corrí lo más rápido que pude atravesando el jardín de magnolias y finalmente llegué a la puerta exterior del jardín, eché la vista atrás por última vez, y allí, en lo alto, en la ventana de la que hacía tan solo unos segundos había saltado, uno de los hombres de Lucian me miraba con furia mientras maldecía mi nombre, aquél pelirrojo que minutos antes había correspondido mi sonrisa en la entrada y que ahora observaba con ojos acusadores mi vestido ensangrentado. “te mataré con mis propias manos Alessia, gritaba el pelirrojo mientras yo huía sin echar la vista atrás” Los hombres de Lucian, fieles a su señor, no dudarían en cobrarse su venganza y yo no dudaría en cobrarme la mía, sólo debía volver al lado de Desmond y esperar pacientemente la oportunidad indicada. NARRA ELIOTT Me encontraba de nuevo en los que ahora eran mis aposentos en aquella vieja mansión que tiempo atrás había sido el orgullo de la familia Crowly y que ahora tan solo era un lugar de paso para mi familia pues la última purasangre de la dinastía de los Crowly era mi madre y cómo es lógico, tanto Axelle como yo habíamos adoptado el apellido de mi padre propiciando así la desaparición de los Crowly y el abandono y dejadez de aquel lugar. El amanecer se aproximaba, así que me dispuse a correr las tupidas y polvorientas cortinas impidiendo así, el paso de cualquier rayo de sol travieso que intentara penetrar por aquellas ventanas toscamente tapiadas con filas horizontales de maderas podridas. No negaré que siempre tuve curiosidad por ver un amanecer, por sentir los rayos del astro rey sobre mi piel, pero a diferencia de un vampiro corriente jamás pude hacerlo, ya que jamás fui humano y por tanto no puedo añorar algo que ni siquiera he contemplado una sola vez. Así cómo no añoraba el amor, el cariño o la compañía. Había nacido en la más absoluta oscuridad y así moriría, rodeado de tinieblas. Me recosté en mi lecho y de nuevo la intranquilidad se apoderó de mí, me dispuse a leer de nuevo el ahora arrugado papel que Bryon me había dado horas antes. “Norah di Venetto, ilpurosangue”—leí esta vez para mí haciendo un intento por descifrar los más oscuros secretos que guardaban aquellas escasas palabras. Los Bathory sabían de mi interés por aquella criatura, aquél ser poderoso que tanto deseaba matar; por ello, al leer aquél nombre, deduje enseguida a quién le pertenecía. Ahora sabía a lo que me enfrentaba, a un purasangre cómo yo, aunque aquello ya lo imaginaba me satisfacía haber descubierto el nombre de tan repugnante ser que osaba ayudar al vaticano, al enemigo de todo inmortal. Aún ahora, me parece terriblemente ruin que un humano utilice a un vampiro para precisamente exterminarnos. Pero aquél ser se postraría ante mi algún día y yo disfrutaría derramando su sangre cómo jamás lo había hecho antes. He de confesar la curiosidad que sentía en aquél momento, pues ese apellido para mí era desconocido y hasta la fecha era conocedor de todas las casas nobles de vampiros, más si se trataban de sangrepuras, pues éramos pocas puesto que la mayoría habían desaparecido con el paso de los siglos. En frio, pude entonces deducir, que aquel apellido era falso, un apellido al azar de alguien sin nombre, y aquello me desconcertó pues no sabía a lo que me enfrentaba. Las semanas pasaban y mientras me reunía ocasionalmente con los Bathory y discutíamos sobre los detalles de su “colaboración”, por mi parte, procuraba recaudar información de aquél dichoso ser, pues el secretismo que lo envolvía me desquiciaba y la rabia y el deseo de enfrentarlo crecían así cómo mis ganas de matar a todo aquello que me rodeaba, incluidos los Bathory, pues cada vez los toleraba menos., aunque claro, cómo bien sabréis no me caracterizo por ser un ser tolerante y tiendo a perder la paciencia mucho antes de lo que cabría esperar. Pasaron varios días más y sucedió algo que, si más no, no esperaba. Entonces comprendí, que cómo todo lo que me rodeaba, las cosas se torcían de nuevo sobre sí mismas, mientras yo desesperaba, en un intento en vano de salir de aquél torbellino de muerte y destrucción que me envolvía. Cruel destino el que siempre me esperaba, pasado, presente y futuro. —No te esperaba—le susurré en el umbral de la puerta— Veo que un par de semanas sin verme es difícil incluso para ti— reí entre dientes. —Veo que para usted también ha sido difícil— hizo una pausa— No esperaba que usted mismo excelencia se dignara a bajar a abrirme tan apresuradamente cuándo ni siquiera he llegado a llamar a la puerta— rió nerviosa mirando de soslayo el interior de la casa cómo si le urgiese entrar. — Yo adoro la soledad—hice una pausa— Y si he bajado apresuradamente ha sido para invitarla a marcharse antes de que se colara cómo la última vez—mentí descaradamente y ella pareció notarlo pues soltó una melódica carcajada que de nuevo, me sedujo. — Verá, siento importunarle de este modo—hizo una pausa— Debemos hablar con rapidez pues algo que escapa de mi control a sucedido y ruego para que me escuche— suplicó nerviosa y de nuevo volvió a dirigir su mirada hacia el interior, esperando, supongo, que la invitara a pasar. La invité a pasar al interior y me apoye en la vieja chimenea dónde todavía se podía contemplar el escudo familiar de los Crowly, cincelado sobre la piedra ahora desgastada. Catherine miró a su alrededor, buscando supongo, un lugar en el cuál acomodarse, más no pareció encontrar ninguno de su agrado entre tanto polvo y suciedad. — No deseo envolverme en un manto de polvo y telarañas Eliott— me señaló con acritud. —El único lugar limpio de polvo y telarañas son mis aposentos, espero que estos si sean de su agrado —reí entre dientes mientras le dedicaba una finjida reveréncia— Puedes seguirme hasta allí, si te atreves claro—añadí con burla. Catherine puso sus ojos en blanco y fingió una mueca de disgusto para luego seguirme por las escaleras que conducían hasta el piso superior dónde se encontraban mis aposentos. — ¡Mucho mejor! —exclamó nada mas atravesar el marco de la puerta—Un poco pobre en decorado, pero sin duda mucho más limpio y agradable que el piso inferior —añadió con entusiasmo para luego contemplar todo su alrededor con incipiente curiosidad— Tu colchón es excelente —puntualizó mientras se sentaba con descaro sobre mi cama. —¿Que era aquello tan importante sobre lo que querías hablarme y que por lo visto, ya no es tan urgente? —pregunté con una sonrisa burlona en mis labios mientras permanecía de pié frente a ella. —Verás…—hizo una pausa— Creo que debería cortar todos sus lazos con los Bathory —me imploró recuperando su anterior nerviosismo. —¿Y el motivo por el cual debo escucharte es? — pregunté desconfiado. — No me obligue a hablar —musitó— Sólo le pido que me escuche y confié en mi palabra— añadió con tristeza. —¡Oh vamos Catherine! — exclamé molesto— Deberías saber a estas alturas que no confío ni en mi propia sombra —añadí con amargura— Si planeas que te escuche, cómo mínimo tendrás que contarme lo que sabes—le ordené con ferocidad. —Temo por su vida —hizo una pausa— Cómo temo también que sean precisamente las verdades que me guardo las que lo impulsen a una inevitable muerte —musitó angustiada. —No debería de preocuparte mi existencia —contesté con sequedad— Pues bien deberías saber que ni merezco tal preocupación ni soy una presa fácil —reí entre dientes. —Por lo visto le tengo en más estima de lo que se tiene usted mismo— me contestó con ferocidad. — No voy a entrar en debate Catherine, dime lo que sabes y seré yo quien decida la gravedad de la situación— le ordené de nuevo esta vez más calmado. —Está bien —se resignó— Pero sepa que haré todo lo que esté en mi mano para impedir que cometa alguna locura— añadió mientras me dedicaba una mirada desafiante y cargada de una seguridad desbordante. NARRA CATHERINE La habitación se había sumido en un silencio sepulcral mientras yo mordía mi labio inferior en un intento de llevarme conmigo las palabras, pues sabía que estas no serían más que el detonante de la discordia. Eliott me miraba atentamente, esperando a que fuera yo quien rompiera el silencio, pues tenía que contarle lo que había escuchado tras aquellas paredes y que ahora eran el motivo de mi preocupación. —Cómo te dije anteriormente— hice una pausa— los Bathory siempre han despreciado a los sangre pura, pues aunque su ambición les ha llevado muy lejos, la sangre es algo que no pueden comprar—empecé— Pero lo que debe preocuparle, es sin duda hasta dónde son capaces de llegar, pues son seres despreciables, sin honor, dispuestos a cometer traición por un bien mayor — pausé mi discurso esperando con temor su reacción. — Entonces…— hizo una pausa— ¿Porqué me llevaste hasta ellos en primer lugar? —preguntó con aquel rostro perfecto que no mostraba indicios de ninguna emoción y que tan difícil me suponía de leer. —Tenía un motivo egoísta para acercarme a usted en primer lugar —me sinceré procurando disimular el dolor que ahora sentía— Pues mi odio hacia los Bathory y concretamente hacia Desmond me ha llevado a convertirme en lo que ahora ve. En primer lugar pensé que podría ser usted quién se enfrentara a ellos, para de este modo cobrarme mi venganza a través de sus manos Eliott, pues cómo sabrá, Desmond es mi creador, y por ello soy incapaz de oponerme directamente a él, pero las cosas han cambiado al escuchar hoy por primera vez, aquello que ambos planean para usted. — ¿Y que es lo que ha cambiado para que ahora eche a perder su oportunidad de venganza ? — me preguntó sin comprender. —Mis sentimientos— respondí al fin y pude sentirme liberada por primera vez en mucho tiempo. Los Bathory habían decidido traicionar la confianza del hombre que ahora tenía frente a mis ojos, y aunque desconocía el motivo de dicha traición, lo que sí sabía es que poco hacía falta para hacer cambiar la opinión de aquellos hombres de naturaleza traicionera, y que tanto despreciaban a Eliott por lo que era y por lo que ellos jamás llegarían a ser. Por suerte, estaba acostumbrada a escuchar sus conversaciones privadas sin que ellos se percataran, y más ahora, pues desde que Eliott y los Bathory se reunieron por primera vez sentí la necesidad de ser precavida y no me equivoqué. Le expliqué al pelinegro lo que había escuchado tras aquellas paredes y él, se mostró impasible, aunque sé muy bien que tras aquella máscara de frialdad aparente la furia lo envenenaba. — ¿Y que es lo que planean y que tanto te preocupa?— me preguntó con frialdad e ignorando la parte dónde yo hablaba de mis sentimientos. — Desmond planea utilizarme como ya hizo una vez — contesté con tristeza — Vez que acabó con la vida del ser que más amaba—añadí reprimiendo mi desolación. — ¿Y él espera que tú puedas matarme? —me preguntó con una sonrisa burlona en sus labios que dejaba clara la "amenaza" que yo suponía para él. — Más bien cree que ante mí usted bajará su guardia, y que de este modo yo podría asesinarle de algún modo cobarde y rastrero pues sólo es conocedor de esos métodos me temo — contesté afligida— Pero él no sabe que escuché su conversación, y que por ello he podido adelantarme esta vez, así que no cometeré el mismo error dos veces— me mordí el labio inferior pues los ojos verdosos del vampiro se clavaban sobre mí llegando hasta lo más profundo de mi alma. — Sigo sin entender tu preocupación— me contestó al fin tras unos segundos de silencio que se me hicieron eternos— Ni tus sentimientos…—me susurró con una sonrisa burlona mientras posaba sus manos sobre mi cintura. — Ni pretendo que lo haga— me apresuré a contestar mientras me zafaba de sus brazos y maldecía interiormente haberle hablado de sentimientos, que por supuesto sabía que él no compartía— No se crea demasiado, tan solo se parece usted físicamente a alguien que una vez amé, aunque en cuestión de caracteres no se parecen absolutamente en nada— reí entre dientes— Aunque ahora ya sabe los dos motivos por los cuales me acerqué a usted la primera vez que nos conocimos en aquella plaza—reí divertida mientras trataba de disimular el nerviosismo que se apoderaba de mi cada vez que sus ojos me atravesaban. —Seré sincero— hizo una pausa— Soy incapaz de amar, y por tanto jamás debes esperar nada por mi parte —se sinceró y sonreí con amargura para mi, pues ya sabía su respuesta sin necesidad de que saliera de sus labios— Aunque no negaré que eres la primera mujer que despierta interés en mi, pues hasta el momento todas han sido meros objetos que utilizaba a mi antojo—rió entre dientes dejándome sin palabras pues nunca esperé escuchar aquello de sus labios. — ¿Y su amada Axelle? — pregunté desconcertada. — Mi amada hermana Axelle— contestó haciendo énfasis en la palabra "hermana" mientras sonreía con picardía para luego tomar mi muñeca y tirar de mi hacia él. —¡Eliott! — gruñí intentando zafarme de sus brazos de nuevo —No es momento para bromas, ¡Los Bathory planean matarte! — exclamé con preocupación mientras mis mejillas se encendían y el vampiro me miraba divertido. —Lo sé, y de eso me encargaré inmediatamente después —sonrió de una forma arrebatadora que jamás había mostrado— Ahora vamos a divertirnos—sonrió de nuevo mientras sus ágiles manos se posaban en mi espalda, desabrochando con habilidad los numerosos botones de mi vestido mientras yo caía rendida a sus encantos. Desmontó con delicadeza mi peinado y poso sus manos sobre la parte trasera de mi corsé, deshaciendo el lazo que lo mantenía firme mientras yo desabrochaba con torpeza los numerosos botones de su camisa, dejando al descubierto su musculado torso mientras él se deshacía del corsé y del resto de la complicada lencería que me envolvía, dejándome, desnuda y desprotegida frente a él, y estrechando la casi inexistente distancia que nos separaba. —¿Puedo morderte Catherine? —me susurró al oído a modo de súplica mientras sus ojos verdes adquirían un matiz rojizo a causa del deseo que se apoderaba de su cuerpo, y a la vez, del mío—Te prometo que me contendré cómo nunca lo he hecho —susurró de nuevo pero ahora sobre mi cuello provocando que se me erizara la piel. —Sí…— musité a modo de súplica, y sus afilados colmillos se clavaron con violencia sobre mi piel. Sentí primero un dolor punzante sobre mi cuello, para después sentir cómo succionaba con brusquedad contenida, produciéndome un placer que jamás había experimentado con anterioridad, pues cuando fui mordida por Desmond el día de mi transformación, no sentí más que un terrible dolor. — Basta Eliott— musité entrecortadamente mientras sentía que las fuerzas abandonaban mi cuerpo debido a la pérdida de sangre. Él, se detuvo con rapidez y posó sus ojos sobre los míos, mientras me dedicaba una sonrisa burlona y me cogía en volandas como si mi peso no fuera superior al de una pluma. Me recostó sobre su cama y se tumbó sobre mí, mientras besaba mi ahora agujereado cuello y posaba sus manos sobre mis senos. — ¿Quieres probar mi sangre Catherine? —susurró de nuevo sobre mi oído dibujando una sonrisa burlona sobre sus labios—Serás la segunda mujer a la cual le concedo tal honor—sonrió divertido haciendo gala de su habitual arrogancia. —No la necesito —habló mi orgullo, mientras mi cuerpo se encontraba todavía exhausto por la reciente pérdida de sangre, algo, que provocó de nuevo la burla del vampiro. — Yo creo que sí —me contestó mientras posaba sus manos sobre mis muslos y tiraba de nuevo de mi hacia él, dejando su cuerpo completamente pegado al mío—Tómatelo cómo un presente Catherine, muchas matarían por beber un sorbo de mi sangre— rió con amargura el vampiro y mordió su propia muñeca con fuerza, derramando una gran cantidad de sangre sobre su boca y besándo mis labios con violencia, mientras se abría paso con su lengua y me obligaba a beber aquella sangre deliciosa en contra de mi voluntad. —Ahora eres libre Catherine —susurró con picardía— Ni Desmond ni nadie podrá someter tu voluntad —rió de nuevo de una forma arrebatadora mientras observaba cómo yo no salía de mi asombro, pues jamás habría imaginado que su sangre tuviese tal poder. Y por fin, tras aquellos largos y oscuros años encerrada en las más profundas tinieblas, era libre de nuevo. Su sangre me había concedido la libertad y había disipado todo el cansancio que albergaba mi cuerpo, pues ahora una vitalidad desbordante se apoderaba de mi, y con esta nueva fuerza a mi favor giré con rapidez sobre mi cuerpo, siendo el suyo el que ahora se encontraba con la espalda pegada a la cama, y yo sobre él. — Vas a estar cansado para cuando llegue el amanecer Eliott—susurré divertida mientras desabrochaba sus pantalones y este volvía a dibujar una sonrisa burlona en su rostro. Capítulo 6 - Sed de sangre (Parte 1) Spoiler Un nuevo anochecer se apoderaba de la inmensidad del firmamento, extendiendo las tinieblas y aplacando los últimos rayos de sol que todavía iluminaban con dificultad el horizonte, estos, iban muriendo poco a poco mientras mi piel reaccionaba a esta frágil luz, quebrándose, pudriéndose, emitiendo un olor a carne quemada nauseabundo, carne que se desprendía ligeramente del hueso mientras un punzante dolor recorría cada centímetro de mi cuerpo, y entonces, tras unos efímeros segundos se hizo la noche…, y con ella mi dolor cesó, y mi piel volvió a mostrarse tersa y pálida, cómo si aquel dolor desgarrador no hubiese sido más que una mera ilusión. Yo era oscuridad, y a pesar de eso la luz me atraía, como atrae lo prohibido, pero sabía que tan solo bastaban unos segundos para ser consumido, y entonces, de mi solo quedaría la nada. —¿Acaso desea morir? —farfulló Catherine tras correr el raido cortinaje con rapidez— Sabe usted que los rayos del sol nos han sido vetados, ¿Está probando su propio cuerpo o es que intenta desquiciarme de algún modo? —preguntó nerviosa y se llevo las manos a las sienes mientras fingía un mueca de exasperación. —Siento un ligero placer cuando infrinjo dolor, y puesto que no hay nadie en este preciso instante con el cual ensañarme me desquito conmigo mismo, es sumamente divertido probar mi propio cuerpo, una forma, quizás, de sentirme vivo a pesar de no estarlo —bufé divertido enseñándole mi perfecta dentadura enmarcada en una media sonrisa— Y si, intento desquiciarte, dentro de mis posibilidades claro— contesté con cinismo. —¿No le teme a la muerte? —hizo una pausa— Es peligroso que juegue así con ella —sentenció mientras cruzaba los brazos sobre su torso. — No, no le temo —le contesté con sequedad— Cuándo yo estoy ella no está, y cuando ella esté yo no estaré— añadí dedicándole una mueca torcida— ¿O acaso debo de estar lamentándome cómo si mi vida fuera tan efímera cómo la de un vulgar humano? Yo soy eterno, y seguiré siéndolo— sentencié. — Que usted no le tema a la muerte no significa que pueda permitirse el lujo de actuar temerariamente, debemos ser cautelosos para con los Bathory por ejemplo—me señaló. — Ese no es mi estilo querida Catherine, sin duda esta será la última noche para ellos— reí entre dientes dedicándole una sonrisa macabra que salió de lo más profundo de mis entrañas. Me aguardaba una noche macabra, dónde el rojo de la sangre y el negro del crepúsculo se fundirían en uno, y entonces, la venganza tomaría forma de monstruo haciendo que imperase la muerte… Catherine se encontraba a mi lado, temerosa por lo que nos aguardaba, pero yo ni perdono ni olvido, pues hoy me cobraría mi venganza. Solo la muerte aguarda tras la traición, así me lo habían enseñado y así iba a ser. Prepararé el carruaje y le di la opción a Catherine de quedarse si así lo deseaba, ella insistió en acompañarme sin pensárselo demasiado pese a que sus ojos reflejaban nerviosismo, miedo y preocupación. — Puedes quedarte aquí si así lo deseas— insistí— Puedo asegurarte que saldré con vida de esta, en cambio, no puedo asegurar que tu lo hagas, y temo que no seas más que un estorbo para mí— añadí con sequedad. — Le ruego que me lleve —hizo una pausa— No podré seguir viviendo a menos que me cobre mi venganza, y si el resultado es la muerte no me preocupa, pues aquello que me instigaba a vivir pereció hace mucho tiempo y ahora solo vivo por y para la venganza —sentenció con aquella actitud desafiante que tanto la caracterizaba. —Entonces…—hice una pausa— Si no es el miedo a la muerte lo te inquieta…, ¿A que se debe tu nerviosismo? —pregunté divertido. —Pues lo que me aterra es el fracaso, perecer sin haber matado a Desmond con mis propias manos, no vengar la muerte de…—su voz se quebró e hizo una breve pausa hasta recomponerse, entonces, clavó sus ojos sobre los míos— Y que usted salga mal parado, pues en primer lugar usted está aquí por mi propio egoísmo, yo le presenté ante los Bathory y todo se ha desencadenado de esta manera pese a que no fue mi intención que las cosas llegaran a este punto— añadió nerviosa y puso sus manos a ambos lados de mi rostro. — Catherine…—gruñí a modo de rechazo. —Lo sé —musitó con tristeza— Tengo muy presente lo que me dijo y sé que no debo esperar nada de usted, aunque sé que algún día será capaz de amar, tan solo abra su corazón, sólo entonces alguien logrará desvanecer la oscuridad que le rodea— sonrió con dulzura. —¡Oh vamos Catherine…!— Exclamé divertido para luego soltar una sonora carcajada que envolvió la sala— Se que usted me ve con buenos ojos, pero carezco de sentimientos, soy un monstruo y además me enorgullezco de ello, para mí los sentimientos no son más que debilidad, el odio me hace más fuerte y aunque usted vea el "amor" cómo una redención, para mí no sería más que un tormento— reí ente dientes— Así que ahora, por favor, deja de intentar evangelizarme y vayámonos a matar a aquellos petulantes vampiros, será mucho más divertido que seguir manteniendo estas conversaciones superfluas y cargadas de sentimentalismo que solo a ti te contentan—sentencié. Subimos al carruaje y mientras Catherine estaba siendo consumida por la preocupación, a mi me dominaba la impaciencia, pues deseaba teñir mis manos de sangre, despedazar cuerpos y hacer uso de mi abusivo poder, pues últimamente me había comportado, había retenido a mi bestia interior, y quizás cueste de comprender, pero desde niño siento en mí la necesidad de cometer actos atroces, de asesinar, torturar y perpetuar mi odio, sólo así logro sentirme en calma durante unos instantes, que a medida que pasan los años se hacen más breves. Por ello, ahora sentía en mi una pesadez, una ansiedad que sólo podía ser paliada con sangre y muerte. Al llegar a la morada de los hermanos, bajamos del carruaje con calma, como si hubiésemos sido citados en aquél lugar para una charla cordial, nadie se sorprendió con nuestra llegada, y aunque los numerosos guardias de los Bathory me miraban con recelo, era algo habitual así que no le di la mayor importancia. Catherine logró mantener oculto su nerviosismo y se situó a mi izquierda mientras atravesábamos los largos pasillos de aquel palacete. La vampiresa me condujo hasta la sala de estar dónde los dos vampiros me habían recibido por primera vez y nos dispusimos a entrar dejando la cordialidad y las buenas maneras a un lado. — ¡Vaya! — vociferó Desmond cuando irrumpimos por la puerta— Que agradable e inesperada visita — añadió sonriendo con malicia mientras sus labios adquirían una curvatura muy pronunciada. —Me sorprende vuestra falta de respeto —inquirió Bryon con semblante serio— De Catherine, una vulgar prostituta, puedo esperarlo…. —hizo una pausa— Pero a ti, Eliott, te creía más educado en las buenas maneras— sentenció, de nuevo, sin expresión. — Las buenas maneras son para los vivos— contesté con acritud— Y vosotros, pronto dejaréis de estarlo— añadí mientras les dedicaba una sonrisa retorcida que no les agradó. —Derrochas autoconfianza —hizo una pausa— Síntoma de tu estupidez— rió de manera exagerada y se puso en pié adoptando una postura desafiante — Te crees mejor que nosotros sólo por la ascendencia de tu sangre, la sangre no da poder a un vampiro, son los años y la experiencia— sentenció mientras me dedicaba una mirada cargada de absoluto desprecio. —¿Es eso lo que te has estado repitiendo cada noche antes de ir a dormir? —pregunté con sorna— La sangre es la sangre, algo que desgraciadamente no podéis comprar— reí entre dientes en un intento de provocarles. — Disfrutaré despedazándote, no eres nada y pronto te darás cuenta de que has cometido un error fatal viniendo tu solo hasta aquí— vociferó el rubio apretando fuertemente sus puños hasta hacerlos sangrar mientras la irá lo consumía. —¿Sólo? ¿A caso tu ceguera no te permite ver a Catherine? — reí entre dientes—Aún así, no era mi intención traerla, pues sólo me basto y me sobro para acabaros a los dos juntos y a todos vuestros hombres si es necesario— reí escandalosamente clavando una mirada desafiante sobre los ojos de los dos vampiros. —Catherine siempre estará de mi lado —gruñó el vampiro de rasgos angulosos—Pues no puede negarse a su creador— añadió triunfante y puso sus ojos sobre los de ella mientras una mueca torcida ocupo su rostro, la cual, fue desapareciendo progresivamente tras unos segundos, cuando su retorcida mente no pudo subyugar la de Catherine, entonces, su expresión triunfante se diluyó, y en su rostro solo quedo confusión. —Este es un buen ejemplo del poder que yace en mi sangre —contesté leyendo su expresión— Supéralo—sentencié divertido. — Voy a enviarte al mismísimo infierno Desmond —vociferó Catherine— Vengaré tu muerte Lucian, sólo así podré tener paz— susurró la vampiresa para sí misma. —Los acontecimientos se están desarrollando de un modo inusual y sumamente divertido— habló Bryon rompiendo su silencio mientras una mueca retorcida quebró su inexpresivo rostro— Cuando te mate drenaré tu sangre— sentenció con sequedad y se puso en pié adoptando una postura amenazante. — Suerte— sentencié mientras una mueca retorcida ocupaba mi rostro y mi "yo" era tragado por una absoluta oscuridad. Me abalancé sobre Bryon con rapidez y este me esquivó sin dificultad mientras Catherine enfrentaba a Desmond. Una mueca torcida ocupó mi rostro, pues hasta la fecha aquellos eran los vampiros más rápidos que había llegado a enfrentar, y esto, de algún modo me divertía pues contra mayor fuera la fuerza de mi rival mayor placer sentiría luego despedazándolo. — Verás— hizo una pausa el vampiro de facciones cuadriculadas mientras desenfundaba una daga que había estado oculta bajo su chaqueta y amarrada a su cinturón— He tenido muchos años para investigar y experimentar— rio entre dientes— Esta es una daga un tanto peculiar, pues fue creada para asesinar a un sangre pura, el veneno de esta hoja impedirá que hagas uso de tu regeneración y morirás desangrado cuál humano— sentenció con sequedad. — Yo no voy a valerme de armas ni de tretas, tan solo mis manos desnudas servirán para despedazaros, no necesito más—le señalé con sequedad. Ante mi amenaza Bryon curvó sus labios a modo de media sonrisa y se abalanzo sobre mí en un intento de atravesarme con su daga envenenada, pero no logró herirme pues esquivé con facilidad cada intento mientras una leve sonrisa de superioridad tomaba posesión de mis labios. Ante la imposibilidad de herirme Bryon se paró en seco durante unos breves segundos, después, sostuvo la daga por la hoja y se la lanzó a Desmond , el cual la agarró al vuelo e ignorando a Catherine se lanzo sobre mí. Entonces, los dos vampiros me atacaban a la par dificultando mi esquive, esto pareció darles más resultado pues fui siendo herido superficialmente en los costados de mis brazos y en el abdomen, heridas muy superficiales pero que, efectivamente, no sanaban. Ante tal situación Catherine se encontraba expectante, pues poco podía hacer al respecto, la invadía la impotencia, pues ella no era rival para los hermanos Bathory a pesar de haber bebido de mi sangre, la cual concedía un fuerza temporal minutos después de ingerirla, el efecto se diluía pasadas unas horas, pues aunque en parte, mi sangre sí dotaba de una leve mejoría en la fuerza permanente del vampiro que la ingería, esta fuerza seguía sin ser suficiente teniendo en cuenta la categoría inicial de ella como vampiro. Desmond me atacaba cada vez con mayor velocidad, poseído por su irá, mientras Bryon procuraba impedir mis movimientos, facilitándole la tarea del rubio. Catherine se interpuso entre Bryon y yo, procurando serme de alguna utilidad, pero Bryon le propinó una fuerte patada en el abdomen, que la impulso varios metros hacia atrás, haciendo que colisionara contra la pared y un ruido sordo de lo que eran sus huesos quebrándose inundó la sala. La vampiresa se puso en pié con dificultad, en un intento de enderezar su cuerpo lastimado. Desmond le dirigió una sonrisa torcida y se abalanzo sobre ella colocando la daga a escasos centímetros de su cuello. Los ojos de la vampiresa no perdieron ese matiz desafiante y altivo que tanto la caracterizaban y le escupió en el rostro a Desmond con rebeldía, algo que llenó de furia al vampiro e hizo ademán de degollar su cuello pero yo le interrumpí, sosteniendo su brazo derecho con fuerza, quebrándolo, despedazándolo con la fuerza de mis manos desnudas y arrancándoselo de cuajo, el rubio emitió un berrido de dolor que me contentó, y la daga cayó al suelo junto con su desmembrado brazo. Puse mis ojos sobre los de Catherine para comprobar su estado, pero sus ojos me alertaron del peligro, algo que pude comprobar cuándo una segunda daga a manos de Bryon y que hasta el momento había estado oculta, se clavó en mi espalda, entre los dos omoplatos, pude comprobar tras unos breves segundos que aquella daga también había sido envenenada, pues la herida no se regeneraba. Caí de rodillas al suelo y mi vista empezó a nublarse debido al veneno que se extendía con rapidez por mi cuerpo. Catherine gritó angustiada y se interpuso con dificultad entre los dos vampiros y yo, Byron sonreía triunfante mientras Desmond se encontraba a su izquierda, con la rabia enmarcada en sus ojos mientras sostenienia con su brazo izquierdo lo que le quedaba del derecho. — ¿Tus últimas palabras?— bufó Desmond divertido. — Si he de morir, antes os llevaré conmigo al infierno—sentencié mientras les dedicaba una media sonrisa a modo de burla y me erguía con dificultad sobre mis dos piernas. Capítulo 6 - Sed de Sangre (Parte 2) Spoiler — ¿Tus últimas palabras?— bufó Desmond divertido. — Si he de morir, antes os llevaré conmigo al infierno—sentencié mientras les dedicaba una media sonrisa a modo de burla y me erguía con dificultad sobre mis dos piernas. Desmond recogió con rapidez la daga que había dejado caer al suelo anteriormente, y se abalanzó con furia sobre mí, apartando a Catherine de una patada. Logré esquivar aquél ataque tan directo, y algunos más que vinieron después, pero no pude esquivar el último, pues Bryon había entrado en escena, sosteniéndome por la espalda, imposibilitando mis movimientos. La daga que portaba Desmond se clavó sobre mi pecho, atravesando mi corazón, y entonces, sentí un dolor punzante que se apoderó de mí, el cual, fue seguido por un ligero mareo que se debía a la gran pérdida de sangre. Bryon y Desmond rieron triunfantes, relajando sus cuerpos, pero cometieron el error de subestimarme, pues el primero, aflojo la fuerza que ejercía sobre mis brazos, y esto fue su perdición, pues tenía a Desmond lo suficientemente cerca como para alcanzarlo con mis brazos. Aproveché esa oportunidad para zafarme de los brazos de Bryon, y atravesé el estómago de Desmond con mi mano desnuda , arrancando sus vísceras las cuales se esparcieron por el suelo mientras él gritaba de dolor y yo sonreía para mis adentros. Bryon fue precavido y retrocedió unos pasos hacia atrás, Desmond se encontraba de rodillas, frente a mí, agonizando, así que aproveché para darle el golpe de gracia, arrancando la daga de mi espalda y rajándole con ella la garganta. Esto provocó que un enorme chorro de sangre saliera de mi herida, pues hasta el momento, la daga la había estado obstruyendo . Desmond había caído muerto en el suelo, pero en mi condición ya no podía enfrentar a Byron, pues apenas podía levantarme, y este, consciente de ello, rió entre dientes, ignorando por completo la reciente muerte de su hermano. El vampiro de rostro cuadriculado decidió que ya había llegado el momento de darme el golpe de gracia, y sin pensárselo se abalanzó sobre mí; yo tan solo pude sostenerle la mirada, una mirada desafiante y cargada de odio, pues en mi estado ya no podía moverme. Para mi sorpresa, Catherine se interpuso entre ambos, y fue ella la que recibió un profundo corte en su garganta, entonces, una gran cantidad de sangre brotó de la herida, salpicando sobre mis labios.... Sus piernas se tambalearon y su cuerpo cayó sobre mis brazos, los cuales procuraron sostenerla con firmeza a pesar de que cada vez era menos dueño de mi cuerpo. —Eliott…—hizo una pausa—Me temo que no he sido más que un estorbo—susurró con dificultad— Gracias por haberme vengado— declaró entrecortadamente mientras borbotones de sangre se escapaban de su boca, resbalando por sus comisuras. ¿Porqué había dado su vida por la mía? En ese momento no pude comprenderlo, pues hasta la fecha siempre creí que el instinto de supervivencia de uno mismo siempre es más fuerte. Es cierto que yo la había salvado en dos ocasiones, pero siempre fui consciente de que mi vida no corría peligro. Yo jamás hubiese dado mi vida por la de ella. —Si sigues hablando morirás— gruñí— No mueras —le ordené. —Es demasiado tarde para mí— pronunció entrecortadamente— No tengo ni las ganas ni la fuerza para seguir viviendo, puedo irme en paz ahora que Desmond ha muerto—sonrió con dulzura—Tan sólo prométeme algo— me imploró mientras lágrimas de sangre resbalaban por sus mejillas. —Lo que sea— le contesté, pues de algún modo me sentía en deuda con ella. —Cuando mi alma haya abandonado este cuerpo—hizo una pausa, pues se notaba que cada vez tenía que poner más esfuerzo para que las palabras salieran de sus labios —Prométeme que enterrarás mi cuerpo sobre un lecho de magnolias blancas—me suplicó de nuevo y llevó sus manos a ambos lados de mi rostro. —Lo prometo—contesté, y sus manos se deslizaron, mientras sus brazos perdían la fuerza que los mantenía erguidos, y sus ojos se volvían vacíos e inexpresivos, pues la muerte se la había llevado. Su muerte me hizo comprender que pese a ser un ser vacío y sin alma, aún era capaz de sentir en lo más profundo de mi ser, pues su compañía me agradaba más de lo que nunca llegué a reconocer. Aunque he de aclarar, que aquello que sentí no fue más que un sentimiento puramente egoísta, pues no sentía su muerte, sino el hecho de no poder disfrutar más de su compañía. No sentía su pérdida, sino la mía. Un sentimiento débil, sin fuerza, pues si no se valora la vida, y no se le teme a la muerte, ¿Cómo puede uno sentir la pérdida? La muerte es la ausencia del "todo", la nada. Infelices aquellos que creen que la vida no es más que un paso transitorio en nuestra existencia, ilusos aquellos que creen ciegamente en la inmortalidad del alma… —Vaya, ahora estamos tu y yo solos sangre pura—vociferó Bryon— aunque por poco tiempo, pues pronto te unirás a ella—añadió divertido. —Veo que la pérdida de tu hermano no ha hecho meya en tu reciente buen humor— escupí con sorna mientras clavaba con fiereza mis ojos sobre los suyos. —¿Hermano? — rió escandalosamente— Has de saber que Desmond y yo no guardábamos lazos de sangre, éramos hermanos de conveniencia más bien — reflexionó— Aunque para mí no fue más que una herramienta, una extensión de mi mismo que manipulaba a mi antojo, pues su naturaleza impulsiva siempre me resultó de utilidad— me aclaró todavía divertido. — Desde el principio supe que Desmond no era más que tu títere — reí con dificultad mientras borbotones de sangre resbalaban por mis comisuras— Tú siempre fuiste la mente maestra y él fue el ejecutor de todas tus intrigas— escupí divertido mientras luchaba por no perder el conocimiento. —En el fondo tú y yo no somos tan diferentes Eliott, en otras circunstancias nos hubiésemos llevado bien, pues somos poseedores de una despiadada inteligencia, es ahí dónde radica nuestra verdadera fuerza—hizo una pausa— Es una lástima tener que deshacerme de ti de este modo, pero ya sabes lo que dicen, si no puedes someter a tu enemigo, acaba con él. — ¿Quién te ordenó que me traicionaras? — Pregunté y una leve sonrisa se dibujó en sus comisuras. —Vaya, veo que eres más perspicaz de lo que creía, pero no voy a gastar más saliva con alguien que está a punto de morir—sentenció. La traición de los Bathory me resultó extraña desde el inicio, y si no hubiese conocido de antemano a Catherine probablemente no hubiese confiado en su palabra, pues mi muerte no les beneficiaba en nada a pesar de la aversión que me profesaban. Me intrigaba el hecho de que alguien de las altas esferas buscara darme muerte, pues sólo alguien poseedor de una elevada posición dentro de la aristocracia vampírica podría haberse beneficiado de mi desaparición, y está claro que si Byron se había sometido a sus deseos no podía tratarse de cualquiera. Aún así, poco me importaba, pues siempre he tendido a ver a todo el que me rodea como enemigo y esta revelación no iba a hacer la diferencia. Deposite el cuerpo de Catherine sobre el suelo con delicadeza, y me puse en pié de nuevo pese a que las fuerzas no me acompañaban, arrancando con violencia la daga que todavía se encontraba encastada en mi pecho, provocando, que la sangre salpicara paredes y suelos. Me lleve la mano al pecho en un intento de detener la hemorragia, entonces, me asombró el hecho de que, de algún modo, la hemorragia se había detenido parcialmente y la herida empezaba a cicatrizar aunque muy lentamente. Entendí que probablemente, mi cuerpo había depurado el veneno o que incluso se había inmunizado tras un breve periodo de tiempo en sangre, entonces sonreí para mí, pues ahora empezaría el verdadero juego. Byron pareció notar mi creciente mejoría y eso le incomodó, pues entendió por fin la diferencia abismal que existía entre ambos por el simple hecho de la ascendencia de mi sangre. — La sangre es la sangre—musité divertido. —No es posible— tartamudeó— Deberías de estar muerto a estas alturas— añadió mientras el pánico y la confusión se apoderaban de su rostro. —¿Debería? —pregunté divertido, y repentinamente me sentí vigorizado, como si una fuerza descomunal se apoderara de mi, entonces, mis oídos creyeron escuchar un leve susurro que no provenía de ninguna parte..., una voz de ultratumba, casi gutural, que se repetía una y otra vez pese a que Byron no parecía escucharla..., y por primera vez, creí haber caído en la locura... "Tú eres yo...y yo soy tú" —repetía aquella voz perturbadora, y en su tono, pude percibir un matiz burlesco, como si aquella voz hablara desde el conocimiento, jactándose de mi desconcierto...y entonces, de nuevo, se hizo el silencio... Tras unos breves segundos recuperé la compostura, dando por hecho que aquello que mis oídos habían escuchado no era más que el producto de mi imaginación, influenciada por la pérdida de sangre, y miré con desprecio a mi enemigo, abalanzándome sobre él. Byron me esquivó con dificultad, ahora que no tenía a Desmond para ayudarlo ni a Catherine para estorbarme, estaba en una clara desventaja. Ahora él sería el cazado y yo el cazador. Logré alcanzarlo con mi puño, y este cayó varios metros hacia atrás, golpeándose con un gran ventanal que se quebró en mil pedazos a sus espaldas, y antes de que pudiese levantarse, ahí estaba yo, sosteniéndolo por el cuello para luego separar su cabeza del tronco, provocando de nuevo, una lluvia de sangre que inundó la sala. Ya no quedaba ni un solo centímetro de mi cuerpo libre del néctar carmesí, aquello se había convertido en un cuadro macabro propio de las más oscuras pesadillas... Entonces, me senté en uno de los dos sillones de la sala, el cual había pertenecido anteriormente a Desmond, y rodeado de cadáveres y sangre, acompañado por la muerte y la soledad, reí a carcajadas durante largos minutos, hasta que aquella escena perversa fue interrumpida por los hombres de los Bathory, los cuales contemplaron con horror la estancia, en un intento de comprender lo que había sucedido mientras el temor se apoderaba de ellos y de su suerte... — ¿Estáis conmigo o contra mí? —pregunté divertido sin abandonar mi postura relajada sobre aquél sillón de terciopelo, más no obtuve respuesta, todos aquellos vampiros se postraron ante mí, arrodillándose como vasallos ante su señor. "Entrégate a mí...Eliott" —hizo de nuevo acto de presencia aquella siniestra voz, introduciéndose de nuevo en mi cabeza y repitiendo una y otra vez las mismas palabras. Cerré fuertemente mis párpados y tan solo la ignoré hasta que esta se diluyó en el espacio. . . . Narra uno de los hombres de los Bathory Ante nuestros ojos la oscuridad tomaba forma corpórea, como si esta pudiese materializarse dando lugar a la más terrorífica de las pesadillas... Aquella escena era de por sí perturbadora, pues la sangre cubría paredes y suelos, la pureza del blanco marmóreo había sido mancillada por un rojo carmesí, los cadáveres mutilados le rodeaban y la oscuridad de la estancia apenas me permitía vislumbrar la totalidad de su rostro ensangrentado..., pero aquello que más me perturbó, no fue el cuadro macabro que ante nuestros ojos se erguía, sino su presencia, pues aquello no era un hombre...era un monstruo engullido por la más profunda oscuridad, sus ojos rojos se clavaban sobre nosotros, una mirada fría y vacía que no mostraba más que crueldad e indiferencia; su sonrisa torcida era perturbadora y la maldad afloraba tras aquel pálido rostro cubierto de sangre, sobre su postura relajada y sobre aquellas siniestras carcajadas más propias de una mente enferma.... Aquello que vi era el mismísimo diablo, era la muerte con su guadaña... "era el mal" A partir de este punto hay menos imágenes y a pesar de que los capítulos estan escritos faltan imágenes por añadir que iré haciendo poco a poco cuándo tenga tiempo, podéis leerlos tal y como están (con pocas imágenes) o esperaros a que las añada todas (tardaré mucho así que os recomendo lo primero). Por otro lado, en esta parte de la historia se produce un salto temporal de dos ños, a excepción del capítulo 7, por lo tanto aprobechando que los personajes han "crecido" les he hecho cambios estéticos para mejorarlos y que se adapten a la calidad de mis sims actuales :), espero que os gusten. Capítulo 7 - Axelle Spoiler Este capítulo está narrado desde el punto de vista de Axelle y se centra en una escena que tuvo lugar antes de que Eliott emprendiera su viaje. 3 de diciembre de 1821 Peinaba mi cabello con lentitud, sentada en la pequeña butaca del tocador mientras miraba los pequeños copos de nieve que caían sobre los deshojados arboles del jardín. Solía maravillarme con los cambios de estación y con las hermosas rosas rojas que yacían bajo mi ventana y que tan exquisita fragancia desprendían durante la primavera. Habían sido un regalo de Eliott y por ello las amaba también, aunque su belleza efímera me conmovía como me conmueve la fragilidad de todo aquello que no es eterno. Me acerqué al gran ventanal y posé mis manos sobre el frío cristal, mis ojos buscaron con desesperación algún pequeño brote verde que proviniera de mi amado rosal, pero no hallé más que muerte y sequedad bajo aquella luna creciente , pues el invierno había acabado con todo vestigio de vida en el exterior. Cada vez que llegaba el invierno me sumía en una profunda tristeza, pues la soledad que sentía mi alma se agravaba; el entorno siempre tuvo gran poder sobre mí; la nieve o la lluvia siempre me traían soledad así como la niebla angustia y el cielo despejado la calma. ¿Serían los rayos del sol los que me traerían felicidad? No lo sabía, pues mi piel no podía ser expuesta, había sido condenada a una vida de tinieblas pero poco me importaba pues la única luz que necesitaba era la suya. Recientemente sentía en mí desesperación, una extraña ansiedad que me afligía, pues cada vez me contentaba menos con su sola compañía. Mientras mi cuerpo maduraba también lo hacían mis sentimientos y aquella inocencia se estaba diluyendo mucho más rápido de lo que creía pues mi cuerpo ansiaba sus caricias y mis labios sus besos, y aquellos sentimientos desgarradores me quemaban mientras yo luchaba por no perder la cordura. Pero aquello que más me aterraba era ver en su rostro la decepción pues para él no era más que su querida hermana y esté vinculo que tan felizmente nos unía era el mismo que me estaba destruyendo y él no lo sabía. Deje el cepillo sobre el lecho y me apresuré hacia la puerta, necesitaba tomar el aire, dejar de pensar en él por un instante y olvidar todo lo que me atormentaba. Me adentré en el pasillo y tropecé con mi propio camisón pues mis pies descalzos se habían enredado con los bajos de este y dando un traspié pude mantener el equilibrio. Solté un suspiro de alivio y puse mis ojos en la puerta del final del pasillo, intentando desviar la mirada de la puerta que se encontraba a mi derecha y que pertenecía a los aposentos de Eliott, tenía que reprimir mis ganas de verlo pues cada vez era menos dueña de mis actos cuando me encontraba a su lado. Pese a mi esfuerzo, mis ojos se deslizaron solos hasta el pomo de su puerta y no puede evitar sobresaltarme cuando vi que la puerta estaba entreabierta, y como si todo aquello que me había estado repitiendo mentalmente se esfumara, posé mi mano sobre el marco de la puerta y me asomé con delicadeza. La habitación se encontraba iluminada por la débil llama de una vela desgastada que no iba a tardar en apagarse mientras él dormía sobre su lecho, recostado sobre la colcha , con los brazos cruzados sobre su torso y con una expresión de cansancio que le cruzaba el rostro. Aquella desgarradora ansiedad se apoderó de mí y me acerqué sigilosamente hasta su cama, dónde me quedé durante breves segundos absorta, pues su perfección era aterradora, Eliott era hermoso, todo él lo era, quién no caería rendida ante tal hermosura…, aunque sólo yo lo veía tan hermoso por dentro como por fuera. Posé mi mano sobre su negra cabellera, acariciando primero su sedoso cabello y luego arrastré mi dedo índice con delicadeza por su perfilada nariz, bajando hasta sus labios dónde mi mano se detuvo inconscientemente. Sentí de nuevo la necesidad de besarlos, de hacerlos míos por primera vez pero no debía…es mi hermano, me repetía una y otra vez. Sentí de nuevo que mi pecho ardía y mis manos temblaban, mis ojos se tornaron vidriosos y estuve a punto de derramar lágrimas de impotencia, pero finalmente sucumbía a mis más oscuros deseos y posé mis labios sobre los suyos, disfrutando aquél inocente beso qué se tornó en uno húmedo y salvaje cuando Eliott abrió sus ojos y me agarró por la cintura. Creí morir cuando fui consciente de que él había estado despierto todo el rato pero intenté seguir aquel beso que me despojaba de mi inocencia pues no sabía de la existencia de estos ni de tantas otras cosas que podían ocurrir entre un hombre y una mujer. Percibí una media sonrisa en los labios de él y supe que estaba jugando conmigo pero no me importó pues por fin estaba entre sus brazos. Lamió mi cuello y me estremecí sintiendo que aquel calor abrasador que se alojaba en mi pecho no dejaba de crecer y él rió de nuevo mientras ponía distancia entre ambos. —No sabía que ya estabas en esta edad pequeña Axelle—me susurró en el oído mientras una media sonrisa asomaba por sus comisuras. —No juegues conmigo—jadeé nerviosa. —¿Quién juega con quién? —preguntó divertido mientras lamía sus labios de forma lasciva—Si sientes curiosidad yo puedo ayudarte pero hasta este punto hermanita— rió de nuevo mientras la furia me dominaba y mi mano se deslizo hasta su mejilla propinándole una sonora bofetada. No sé si aquello que más me molestó fue el hecho de que jugara conmigo o el hecho de que no fuera consciente de mis sentimientos y los atribuyese a una curiosidad propia de mi edad. Aunque sin duda.. fue la palabra "hermana" sacada de sus labios la que más me hirió, pues me devolvió a mi triste realidad. —Axelle—gruñó molesto— No vuelvas a hacerlo— escupió con furia cogiéndome con fuerza por las muñecas y su rostro pareció ensombrecerse. —Eres un idiota— vociferé nerviosa y este soltó con rapidez mis muñecas recuperando de nuevo la calma. Nunca antes me había mirado así y durante unos instantes y por primera vez sentí miedo ante su presencia. —Lo siento— se disculpó nervioso y me abrazó— ¿Te he asustado? —preguntó con preocupación mientras posaba sus ojos verdosos sobre los míos a lo que asentí. — No te alejes de mí por favor— soltó un susurro casi imperceptible pero que a pesar de todo pude oír. Era la primera vez que lo veía así y aquello me hirió, pues aunque no sabía por todo lo que él había pasado si sabía que todo su odio y su rencor tenían un culpable. Capítulo 8 - Los Genovesse Spoiler 28 de diciembre de 1824 Roma Un manto blanco cubría la bella ciudad de origen romano, sus emblemáticos templos, con tejados a dos vertientes y sostenidos por altas columnas corintias habían sido cubiertos por la espesura de la nieve, era curioso contemplar aquella majestuosidad, aquellos capiteles cincelados, adornados con hojas de acanto hacía más de un milenio..., aquellos edificios que habían sobrevivido al paso de los siglos, la gloria de antaño y la majestuosidad del mármol blanco, todo esto producía en mi una extraña sensación, pues a pesar de no sentir más que desprecio por la humanidad siempre había admirado la belleza de todo lo que habían creado.., desde la gran pirámide de Giza, en el Cairo, hasta la majestuosidad que desprendían las ruinas de la acrópolis de Atenas, el mundo antiguo me fascinaba, así como la arquitectura gótica de la Catedral de Estrasburgo, el románico medieval, la arquitectura Bizantina propia de la antigua Constantinopla..., y no sólo la arquitectura me maravillaba, también lo hacía la complejidad de la música clásica, el realismo de la obra de Velazquez, la tridimensionalidad del Apolo y Dafne de Gian Lorenzo Bernini..., aunque quizás era la inmortalidad de estos artistas y sus obras lo que realmente me fascinaba, pues quizás la verdadera muerte se produce cuando uno cae en el olvido... —Marcus Agrippa, Luciī fīlius, consul tertium, fēcit— leí para mí aquellas sílabas cinceladas en la parte superior de la fachada del templo e imaginé como habría sido aquel lugar siglos atrás, cuando aún se veneraban dioses paganos— Ni siquiera la fe es eterna —musité divertido. Habían transcurrido dos largos años desde la muerte de Catherine y desde que tomé posesión de todas las propiedades de los Bathory, sus hombres me habían servido con resignación y me había tomado la libertad de convertirlos, de abrirles la puerta hacia aquella profunda obscuridad, habían experimentado la sed por primera vez y me habían jurado su lealtad una vez más, y tras ellos, otros tantos vampiros nobles de la vieja Londres, demasiado acomodados como para gastar su tiempo y energías en enfrentarme..., por otro lado, me había estado escribiendo con mi padre y con mi amada Axelle, al primero le tenía informado de mis movimientos, aunque solía reservarme los detalles escabrosos , por el contrario, a mi preciada hermana le dedicaba escuetas palabras, normalmente le hablaba de los grandes salones, de los bailes palaciegos, de los enormes teatros.. aunque la mayoría de las veces las vivencias que le relataba no eran más que una invención, pues nunca pretendí socializar con humanos fuera de mis cacerías y las cuestiones burocráticas siempre fueron para los hombres, aunque intenté contentarla enviándole costosos vestidos de seda, joyas y diamantes, cajitas de rapé de oro cinceladas y un sinfín de regalos provenientes de todos los lugares que visitaba. Cuando creí haber obtenido todo el apoyo que Londres podía ofrecerme, partí hacia Roma por recomendación de mi progenitor y me instalé en una pequeña villa propiedad de Salvatore Genovesse, mano derecha de mi padre y sangre pura al igual que yo, hombre respetado que ejercía una gran influencia en la burguesía de la época y que además ostentaba el segundo puesto en relevancia detrás de mi padre dentro de la sociedad vampírica. Dicha sociedad se asemejaba más a una fuerza política que ejercía todo su poder tras la sombra de una Europa en decadencia que a un aquelarre de vampiros, pues los ancianos, liderados por mi padre, solían discutir sobre el destino de nuestra raza, procurar por la convivencia entre vampiros y mortales y establecían las normas inquebrantables que ningún inmortal osaba cuestionar..., mientras yo, que había nacido con el peso sobre mis hombros de heredar algún día la posición de mi padre, había crecido en el odio más profundo, aborreciendo la humanidad y no sintiendo más que despreció por todo lo que me rodeaba, incluida mi raza, ¿cómo debería yo afrontar lo que el destino me aguardaba? Quizás la misión que mi padre me había encomendado era la prueba que necesitaban para comprobar si era apto para aquel puesto, aunque poco me importaba. Ya había pasado un año desde mi llegada a Roma, año que había transcurrido con rapidez entre intrigas y conspiraciones mientras urdía y planificaba como dar caza al vaticano y a aquel dichoso ser, mi aspecto se había endurecido, mis facciones habían perdido los vestigios de niñez propios de la adolescencia y mi cabello había crecido lo suficiente como para sujetarlo en una cinta. Me encontraba en la Piazza della Rotonda, entre la Fontana di Trevi y la Piazza Navona, frente al imponente Panteón de Agripa, habían transcurrido escasas horas desde la puesta del sol y a pesar de la sed me había quedado ensimismado, quizás el cansancio era el culpable de este creciente interés por lo que me rodeaba. Dos mortales me sacaron de mi embelesamiento, sus risas nerviosas me habían devuelto a la realidad. Sabía que aquellas dos mujeres buscaban llamar mi atención de manera descarada, pues me miraban nerviosas por el rabillo del ojo mientras agitaban sus pestañas de un modo antinatural y adoptaban gestos coquetos propios de la mujeres de alta sociedad, aquel código semisecreto que los hombres debíamos de saber interpretar, pues las mujeres de bien jamás dirían con palabras lo que podían decir con gestos y miradas. Me volteé hacia ellas e incline levemente la cabeza a modo de reverencia para después dedicarles una escueta media sonrisa por mera cortesía. Ambas mujeres enrojecieron y me dedicaron sonrisas nerviosas mientras me miraban con curiosidad. Una de las mujeres captó mi atención, pues era muy joven, no llegaría a los dieciséis años y su figura no había alcanzado todavía la madurez a pesar de llevar un escote generoso y la cintura entallada en aquel vestido de tonos pastel. La otra, por el contrario, me pareció de lo más vulgar, carecía de la gracia de la otra muchacha, mucho más delicada y refinada. — ¿Puedo ayudarlas en algo señoritas? — Pregunté en un perfecto italiano sin dejar de clavar una mirada felina en los ojos de la más joven. La chica poseía unos intensos y enormes orbes verdes enmarcados por tupidas pestañas y un minúsculo rostro que se asemejaba al de las muñecas de porcelana. — Pues la verdad es que sí — pronunció la otra mujer sin perder aquella sonrisa estúpida que la caracterizaba— Isabella y yo estábamos dando nuestro último paseo cuando usted llamó nuestra atención, parecía realmente ensimismado con su alrededor y no hemos osado interrumpir hasta que usted ha notado nuestra presencia— hizo un breve pausa y posó sus ojos sobre los míos, como si buscase una complicidad por mi parte que nunca llegó, entonces prosiguió— Mi nombre es Donatta y es un placer conocerle señor...—alargó la última palabra, esperando por mi respuesta. —Eliott Schwertfeger— me presenté con una pequeña reverencia. —¿Schwertfeger? Dígame si lo he pronunciado bien— rió escandalosamente Donatta mientras acortaba la distancia que había entre ambos— ¿Qué le ha traído a usted a Roma? — preguntó con incipiente curiosidad mientras la jovencita que la acompañaba no apartaba sus ojos de mi persona, analizándome, mostrando la prudencia de la cuál carecía su compañera. — Negocios querida, nada interesante me temo— mentí con descaro y posé mis ojos de nuevo sobre la joven de orbes verdes. —Su mujer estará angustiada teniéndole tan lejos — afirmó con una falsa mueca de tristeza. En realidad la afirmación era una pregunta indirecta, una forma de cerciorarse de mi soltería sin sonar demasiado indiscreta. — Me temo que no estoy casado todavía— confesé divertido mientras le giñaba un ojo a la más joven provocando que esta se sonrojara mientras su compañera se indignaba por no ser ella quien captara mi atención. Avancé un paso hacia la muchacha de mejillas encendidas y dejé de lado a la otra mujer impertinente, Isabella en aquel momento me pareció de lo más apetecible y aquella iba a ser su sentencia de muerte. Hacía rato que había notado el palpitar de sus venas, como la sangré recorría aquel cuerpo lleno de vida, los cambios que sufrían las venas de su cuello al compás con su respiración entrecortada debido a aquél corsé que la oprimía y de pronto me imaginé desnudándola, acariciándola entre las sábanas mientras bebía de aquél néctar prohibido ..., y aquello me desconcertó pues jamás un humano había despertado en mí semejante deseo, no eran más que ganado y aquella visión del mundo tan particular no había cambiado ni lo haría jamás. —¿Quieres acompañarme en este recorrido nocturno por tan hermosas callejuelas? —pregunté con una leve sonrisa que asomaba por mis comisuras. —Es tarde y nosotras debemos volver— interrumpió Donnata en una pataleta que ignoré. —Debe de ser ella quién lo decida ¿no? — pronuncié en un intento de suavizar las palabras mientras me esforzaba por mostrar un gesto de amabilidad y cortesía muy impropios de mi. La joven me observo decidida en un intento de dominar su timidez, como si su curiosidad y fascinación por mi persona la obligaran a olvidar aquella prudencia que había mantenido desde el principio. —Creo que Donata tiene razón mi señor—pronunció con una voz dulce y cálida e hizo una breve pausa, sopesando si su rechazo me habían ofendido, entonces, prosiguió. —No obstante, podemos acompañarle en otra ocasión, mañana después de la salida del sol por ejemplo— me ofreció intentando disimular su nerviosismo, como si el hecho de invitar a un hombre fuera impropio de una dama. —Aceptaría encantado Isabella— pronuncié con fingida tristeza— pero me temo que estaré ocupado hasta la caída del sol, mañana y todos los días de mi vida—bromeé para mí, pues ellas no comprendieron la mordacidad de dicha afirmación. —¿Tan ajetreada es la vida de un noble? —preguntó Donnata con impertinencia. —Me temo que sí, al menos si este noble debe impresionar a su padre, Landgrave de Alemania— comenté con indiferencia pero con una clara intención de impresionar a mi futura cena, aquello siempre me facilitaba las cosas. No solía presumir de mis títulos, por lo general me repugnaba que se me acercaran con dichas pretensiones, pues muchas vampiresas lo habían intentado a pesar de la clara aversión que me profesaban debido a mi retorcida personalidad, solía deshacerme de ellas con facilidad, las persuadía interpretando el papel de sádico desquiciado, aunque en realidad a veces me preguntaba dónde estaba la fina línea que separaba la interpretación de mi yo real, la única diferencia era, quizás, que me recreaba aún más en mi perversidad y de un forma más consciente y lúcida. — Puede usted acompañarnos mañana al anochecer entonces, hoy ya se ha hecho demasiado tarde mi señor— pronunció Donnata con renovada sonrisa, como si mi título hubiese despejado su indignación— Nos encontraremos aquí mismo y le haremos de guías por la ciudad, estoy segura de poder mostrarle lugares secretos que sólo conocemos los que nos hemos criado aquí— insistió entusiasmada. —Que así sea entonces— pronuncié divertido mientras besaba la mano de Isabella sin apartar mis ojos de los de ella. La joven asintió nerviosa mientras un leve rubor ocupaba sus mejillas pero no apartó su mirada curiosa en ningún momento, como si ella y su humanidad me desafiaran. Me despedí de ambas humanas y proseguí mi camino, todavía no comprendía mi comportamiento pero me había encaprichado de la sangre de aquella humana, jamás me habría citado con ella en otras circunstancias, qué sentido tenía tomarse tantas molestias, quizás llevaba demasiadas semanas alimentándome de la plebe, de vagabundas y prostitutas. Pero Isabella me recordaba tanto a ella..., era innegable y aquello me atormentaba hasta tal punto que no podía contenerme. Debía de alimentarme y volver antes del amanecer a la residencia de los Genovesse, pues Salvatore era intransigente y no soportaba los imprevistos, se había encargado de advertirme cuando llegue a Roma y me había quedado claro que debía de someterme bajo sus reglas, al menos, mientras me hospedara en su residencia, aunque yo había determinado que todo lo que sucediera de puertas hacia fuera no le incumbía, y por tanto, haría lo que me viniera en gana, sólo debía de ser prudente y que dichos actos no llegaran a sus oídos, aunque aquello era difícil, pues Salvatore tenía agentes por todos los rincones de la ciudad y bajo aquella máscara de vampiro despiadado se encontraba un hombre preocupado por sus semejantes y por todos los ciudadanos de dicha ciudad, su visión del mundo era desconcertante, al menos para mí, pues era completamente opuesta a la mía. Salvatore defendía fervientemente la idea de una sociedad en harmonía, dónde los vampiros reinaran desde las sombras mientras los humanos vivían bajo su protección, sirviendo de alimento cuando fuera necesario a cambio de la defensa de dichos países y ciudades, era un concepto plenamente feudal y arcaico a mi parecer, dónde el vampiro oculto tras una máscara de falso patriotismo defendía a sus súbditos de las amenazas externas, cuando en realidad, la amenaza más grande era él mismo. Yo, en cambio, creía en la libertad de nuestra raza, egoísta en esencia, individualista y libre de fronteras, creencias y convencionalismos. Yo era Alemán, pero nada me ataba a mi patria, era un Schwertfeger, pero nada me ataba a mi apellido, a mi familia o a mi posición, era un ser errante que vagaba por la oscuridad de una época decadente y mustia, dispuesto a vivir y morir bajo mis propias reglas, arrastrando conmigo a todo lo que me rodeaba hacia un remolino de destrucción y sangre. Sólo el "Yo" me importaba y no deseaba trazar un línea que rigiera mi existencia. El único ser interesante de aquella residencia era quizás Laurence Genovesse, hermano menor de Salvatore y que tenía una visión del mundo menos idílica y más semejante a la mía, además, le procesaba una aversión muy particular a su hermano mayor, y así se lo hacía saber en las reuniones familiares, en los banquetes y fiestas, de un modo ácido y mordaz que le había ganado muchos enemigos, entre ellos, a su hermano y a todos sus fieles seguidores, de haber sido Salvatore una ser retorcido y desconfiado la cabeza de Laurence habría rodado. Laurence era mucho mayor que yo, cientos de años probablemente, aunque su aspecto, como sucede con todos los sangre pura, no superaba los veintitantos. Su expresión, en cambio, era la propia de un hombre viejo, de mirada mucho más paciente y calmada pero de lengua mordaz, sus ojos eran oscuros y sus cabellos cobrizos siempre lucían recogidos en una coleta, un estilo más propio del siglo pasado, no le importaban las apariencias y por ello huía de las modas de este siglo, algunas veces se presentaba en las cenas con atuendos impropios de este siglo, con pelucas y rostro empolvado, atuendos que solía ver en cuadros familiares del siglo diecisiete que colgaban de una pared del gran salón de mi hogar. Aquella actitud enervaba a su hermano y a mí me divertía así que empecé a entablar conversaciones con aquel pintoresco vampiro y cuándo pude conocerle mejor me cercioré de que aquél individuo era sumamente inteligente, poseía una mente brillante y aquella actitud calmada no era más que una fachada para tapar sus intenciones, ansiaba el cambio, la revolución, aventurarse a los desconocido y poco a poco fue plantando en mi una pequeña semilla que más tarde germinaría. . . . Aquella noche me alimenté de cuatro prostitutas de las barriadas bajas y abandoné sus cadáveres sobre el frío asfalto, a nadie le importaría lo que sucediera con ellas y no tenía que tomarme la molestia de deshacerme de los cadáveres. Una vez saciado, volví en carruaje a la residencia de los Genovesse y cambié mis ropajes pues estos olían todavía al hedor de aquellas humanas de baja categoría, sucias y mugrientas, y aunque yo tenía mis predilecciones cuando se trataba de comida, la sangre de una noble sabía igual de deliciosa que la de una prostituta. Cuando me hube adecentado bajé a la gran biblioteca y me dejé caer en una de las butacas aterciopeladas, la sala no tenía ventanas aunque unas largas y gruesas cortinas moradas se hallaban colgadas, como si alguna vez aquella sala hubiese visto los rayos del sol. Mi insomnio había empeorado y solía dedicar las largas noches en vela a la lectura o a contestar las numerosas cartas de Axelle, aquella semana no había recibido ninguna y aquello me impacientaba, tampoco me habían llegado las cartas de Richard ni las de mi padre así que elegí creer que se habían retrasado. —Has llegado más pronto de lo usual—sonó la voz gruesa de Laurence — Iba a prenderle fuego al ala oeste del edificio pero ahora deberé dejarlo para mañana, no quiero testigos—comentó divertido y tomo asiento en la butaca contigua. —Fingiré ignorancia—contesté con frialdad. Laurence carcajeó y luego empezó a arrancar las últimas páginas de un libro que yacía sobre su regazo, entonces me observo durante unos instantes intentando leer mi expresión— No me gustaba el final— confesó abatido y tiró el libro maltrecho contra la pared frontal. —Tampoco te gusta tu hermano y sigues a su lado—sonreí divertido en un intento de hacerlo enfadar que no conseguí. —Odias a tu padre y sigues sus órdenes— me devolvió la sonrisa y cruzo sus dedos sobre las rodillas. —Es sólo que todavía no he decidido ni cuándo ni cómo voy a matarlo— contesté con frialdad—Todavía su muerte no me conviene, no tengo ninguna intención de heredar su puesto. —¿Crees que si muere te lo cederán? — bufó divertido y clavo sus oscuros ojos sobre los míos, como si intentara leer mis palabras, mis gestos... — Me han preparado para ser su sucesor algún día, no es necesario que el muera para que yo ocupe su lugar, aún así no puedo negarme. — No entiendo cuál es tu motivo, pero si quisieras podrías haber huido de tu destino, escapar... —hizo una pausa—o incluso fingir tu propia muerte— esbozó una leve sonrisa en sus labios— ¿A quién proteges? —pregunto al fin y yo sonreí con amargura, pues esa era mi única debilidad. —Te confesaré algo— soltó después de un largo silencio que se había extendido por la sala de viejos muebles de roble—Creo que lo que te han ordenado no es más que una misión suicida— añadió con una seriedad impropia de él. —Lo sé— reí entre dientes— pero se ha convertido en algo personal—confesé—Todo está listo, mis hombres esperan la señal, llevo dos años trabajando en esto y nada me hará dar marcha atrás, solo estoy esperando el momento oportuno. —¿Es por la Sangre Pura? —preguntó con curiosidad— Te matará—sentenció sin expresión—Ha matado a cientos de los nuestros, y no se detendrá, es un ser sin alma Eliott, su ojos me helaron la sangre. —¿La has visto? — pregunté con curiosidad, con una necesidad imperante, durante estos dos años casi se había convertido en una obsesión, no podía dejar de pensar en ese ser, en destruirlo, en reafirmarme como vencedor, como el vampiro más poderoso de nuestra era. —La vi hará seis años, teñía las calles de sangre inmortal, limpiaba la ciudad de convertidos, supe que era ella por la descripción que Marie me proporcionó, y no tuve el valor para quedarme—hizo una breve pausa— Huí cómo un cobarde cuándo nuestras miradas se cruzaron, y a día de hoy todavía tengo pesadillas con aquellos ojos —me dedicó un torcida sonrisa y pude ver sus afilados colmillos asomarse.. —¿Quién es Marie? —pregunté con curiosidad, quizás ella supiese más detalles sobre Norah Di Venetto. — Te llevaré mañana a verla si así lo deseas— hizo una pausa— pero sé discreto, Salvatore y ella hace siglos que están enemistados, no es conveniente abrir viejas heridas— rió de forma escandalosa y se levanto del sillón con la elegancia de un felino para luego dirigirse hacia la estantería más próxima— Creo que lo había dejado por aquí— ojeaba las filas de estanterías con rapidez, sus ojos se movían de un extremo al otro con la velocidad inhumana propia de un vampiro—¡Aquí está!— soltó con fingida alegría y tiro el libro hacia mi persona, este voló por la sala tan rápido que un humano no hubiese sido capaz de verlo. —Faust— leí la portada en voz alta. —Me voy a hacer un pacto con el diablo, en mi ausencia puedes leer a Goethe. —¿Vas a hablar con Salvatore?—Laurence asintió. — Estoy cansado de ser una buena persona, desde hoy voy a ser el desquiciado, egoísta y engreído que todos dicen que soy— señaló antes de desaparecer a través del largo pasillo. Capítulo 9 - Marie Spoiler Narra Axelle Estimado diario, me invade la culpa, y quizás, pero sólo quizás, estas palabras aquí escritas alivien mi carga... Hoy, y por primera vez, he contemplado mi reflejo en el espejo, pero no el habitual, pues en él, he descubierto otro yo que hasta la fecha desconocía. Un yo perturbado, truculento, desprovisto de humanidad, dónde lo visceral suplantaba lo racional, y así, y por primera vez, he teñido mis manos con sangre inocente, pero aquello que más me turba, no es la atrocidad de mi acto, sino la frialdad de mi alma y la indiferencia ante este, y aunque muy a mi pesar estoy acostumbrada a matar para subsistir, esta vez han sido las pasiones de mi alma las que me han llevado a cometer pecado. Y no pretendo excusar mi falta, pero al menos ahora sé, que por tu amor soy capaz de todo, incluso de convertirme en un ser despiadado.... ¿Debo sentirme culpable amor? Aquello que he hecho ha sido por mí, por ti, por ambos..., ¿Pues quién es digna de encadenar tu alma? Si yo no lo soy, ella tampoco iba a serlo. Sé que me lo agradecerás, pues ni siquiera te agradaba, aunque ahora me temo, que madre me vetará tus futuras cartas, pues de nuevo, estoy aquí, presa en este palacio obscuro y frio, dónde mi alma yace encadenada bajo su gélida mirada ¿Merece tal castigo mi atormentada alma?. Ojalá se vayan mis temores, pues al ver mi reflejo en el espejo he sentido pavor, y no por el cadáver que yacía a mis pies, y que pertenecía a la que iba a ser tu prometida, ni siquiera por la sangre que resbalaba por la hoja del abrecartas, ni siquiera por mis ropajes de seda ahora teñidos de escarlata, sino por aquel espantoso reflejo, dónde mi rostro se reflejaba, ¿Pero aquella era yo? No lo sé, pues por unos instantes creí que aquél frio rostro, inexpresivo, de gélida mirada y de sonrisa torcida era el de nuestra madre. Y ahí, dónde había sido poseída momentos antes por la celosía, ahora me invadía una profunda oscuridad que amenazaba con tragarme en medio de la soledad y la nada. La sangre es la sangre, comprendí. Narra Eliott Los últimos rayos de sol fueron aplacados por la espesura de una noche cerrada, el día había trascurrido lento, pesado, eterno..., mientras leía a Goethe en aquella biblioteca sin ventanas que me asfixiaba, trayéndome recuerdos lejanos de una infancia amarga que hacía mucho tiempo que había pretendido olvidar. El insomnio no mejoraba y algunas noches tenía la sensación de haber estado soñando despierto, como si mi cerebro buscase una forma de escapar de aquella fatídica realidad. No había vuelto a escuchar aquella voz de ultratumba retumbar en mi cabeza y prácticamente la había olvidado tras dos años de silencio. Hacía horas que había terminado de leerme aquél libro, esperando con impaciencia que cayera la noche para reunirme con Laurence, debía de pedirle un favor que sabía que no me negaría. Atravesé los largos pasillos y subí las escaleras que me conducían hasta la planta superior del edificio, me situé frente sus aposentos y aporré la puerta sin ninguna delicadeza, tras unos minutos Laurence abrió disgustado mientras un muchacho joven, al fondo de la estancia, rehuía mi mirada avergonzado. Pude oler su mortalidad y reí de forma escandalosa, algo que pareció confundir todavía más a aquel muchacho que se intentaba cubrir con las sábanas de seda escarlata que caían en cascada de la cama de Laurence. —¿Qué es lo que te pasa?¿Es qué quieres unirte? —preguntó Laurence con gesto de enfado mientras cerraba tras de sí las puertas de su estancia. La cabellera rojiza de Laurence lucía despeinada y su camisa interior mal abotonada, en realidad poco me importaban las preferencias sexuales de Laurence y no vi necesidad de hacer ningún comentario respecto a ello aunque sí me intrigó la humanidad de su compañero. Quizás no estaba bien visto aquel tipo de relaciones dentro de la sociedad de la época pero yo era un ser amoral y por tanto no iba a cuestionarme internamente la moralidad de sus actos, pues poco me importaban. — Vas a matarlo ¿No? —pregunté divertido buscando su reacción. — Iba a hacerlo justo antes de que me importunaras—gruñó todavía molesto— puedes estar satisfecho, me has interrumpido en la mejor parte y además le has salvado la vida a un mortal, nunca me hubiese esperado eso de ti—me recriminó con fingida indignación. — No haberte distraído con otro tipo de actividades, ¿Nunca te enseñaron qué con la comida no se juega? —sentencié con sequedad. — Nunca entenderás lo divertido que resulta, siento una especie de mariposas en el estómago cada vez que lo hago ¿Será esto lo que llaman amor? —bromeó con gesto bufón. — Si sientes mariposas en el estómago bebe agua y ahógalas— contesté con sequedad— Ahora te necesito, ya terminarás después con tus juegos de cama— le ordené con frialdad. — ¿Alguna vez te han dicho que las personas como tu caen muy bien? —hizo una pausa—por las escaleras, por ejemplo— sentenció con frialdad. — No, mi comida no me habla — bufé con fingida indignación. — En fin—suspiró Laurence— Eres incorregible, ¿Podemos ir al grano?. — Necesito que te encargues de alguien, me espera una suculenta caza y en este caso dos son multitud— conteste impasible. —¡Explicate!— me ordenó exasperado. Le hablé sobre las dos humanas que había conocido la noche anterior, Laurence se mostró interesado y repartimos la caza, era mucho más fácil de aquella manera, no tenía ganas de complicarme, sólo quería quedarme con la mejor parte, estaba hambriento y por tanto mi mal humor iba en aumento para desgracia de Laurence, pareció notarlo y se mostro cooperativo. — ¿De cuánto tiempo disponemos hasta la hora señalada? —preguntó Laurence con resignación. —De unas cuatro o cinco horas a lo sumo ¿Es que quieres acabar lo que has dejado a medias en tus aposentos? — pregunté con la intención de hacerle enfurecer. —No—sentenció —Voy a llevarte ahora ante Marie, es importante que la conozcas—añadió recuperando la seriedad. . . . Ante mí se extendía una inmensa sala, coronada por una cúpula de azules y púrpuras dónde los ángeles de sonrisas pintadas flotaban en un mar de nubes blancas, y bajo la bóveda, las llamas siseantes de unos candelabros dorados que proyectaban sombras torcidas sobre los rostros de aquellos taciturnos querubines. Pero aquello que capto mi atención no fue la belleza trágica de aquel lugar olvidado, sino la figura estática y muerta de una muñeca de porcelana, y quedé embelesado por su oscura mirada, perdida, vacía, sin alma..., por sus labios sellados, por sus rizos dorados pulcramente ordenados, sinónimo de perfección inmaculada, por su vestimenta de un rojo carmín aterciopelado y por aquella composición exagerada, dónde la muñeca ocupaba el lugar central de la estancia, bajo la cúpula, sobre un sofá de terciopelo y junto a ella, un sinfín de muñecos sin gracia, aplacados y sometidos bajo la excelencia de aquella muñeca hechizada. La risa macabra de una niña inmortal quebró el silencio, marchitando mi embelesamiento, y entonces comprendí que aquello no era una muñeca a pesar de que sus labios siguieron sellados y sus pupilas perdidas en el infinito. —Te agradezco que hayas accedido a recibirnos Marie—Pronunció Laurence con solemnidad, tomando la diminuta mano de aquella inmortal para luego besarla con delicadeza. Marie no se inmutó—Este es Eliott Schwertfeger—insistió sin conseguir que la niña perdiera su rigidez. —Sé quien es—pronunció la criatura con sequedad, pero sus labios siguieron sellados, como si aquella voz flotara en el ambiente.— Acércate—me ordenó esta vez con cierta afabilidad, pero sus labios no se inmutaron a pesar de que su melódica voz resonaba en nuestros oídos. Me acerqué a aquella criatura inclinándome a escasos centímetro de su rosto y contemplé con intensidad aquellos orbes negros que ahora me observaban rompiendo con su anterior quietud. —Te pareces mucho a tu padre—rió sin mover sus labios y puso sus pequeñas manos a ambos lados de mi faz—También a Arabelle—añadió con sequedad antes de retirar sus manos con delicadeza. Entonces, puse distancia entre ambos, volviendo al lado de Laurence. Aquella criatura me pareció macabra, causándome cierta fascinación, pues jamás había visto a un convertido en una edad tan temprana. Aquella niña no tendría más de seis años cuándo le fue concedida la inmortalidad, y ahora lucía atrapada en un cuerpo débil e inmaduro pesé a que su alma era ya la de una mujer, atormentada por su condición, hundida en su desdicha. Resentimiento y amargura era lo que desprendían aquellos ojos negros, y en su aniñado timbre de voz podía distinguirse un matiz cruento, muy alejado de la inocencia propia de la infancia. —No llegué a conocer a Arabelle Schwertfeger me temo—pronuncié rompiendo mi silencio— Tengo entendido que murió antes de mi nacimiento. —Tu tía era débil en espíritu querido—hizo una breve pausa—Un ser atormentado—una sonrisa macabra apareció en su rostro mientras me escrutaba con la mirada..., en un intento leer mis gestos , algo que me irritó. —No he venido a hablar de Arabella—sentencié con frialdad. —¿Cómo se encuentra Salvatore? —preguntó ignorándome mientras volteaba su pequeño rostro hacia Laurence, sus labios adquirieron un matiz burlesco y Laurence rió de forma escandalosa. —Como cabría esperar—señaló el pelirrojo y ensancho aún más su sonrisa —Por el momento. Marie asintió complacida y se volteó hacia mí de nuevo, escrutándome con la mirada, como si sopesara la situación y se dispusiera a tomar una decisión. —Fue Salvatore—soltó al fin con frialdad—El fue el creador de semejante monstruosidad— confesó con voz amarga..., y entonces comprendí el odio arraigado en su alma por aquél que una vez fue su creador. —Eres una monstruosidad hermosa—torcí mis labios a modo de media sonrisa y clavé mis ojos sobre los de ella. La criatura rió de forma escandalosa, está vez haciendo uso de sus labios e inclinó hacia atrás levemente la cabeza, exagerando su postura mientras sus risas macabras resonaban entre las paredes de tan solemne sala. —Monstruosidad hermosamente imperfecta—puntualizó aún divertida y su rostro volvió a ensombrecerse recuperando la hieraticidad—Así lo creyó también Salvatore cuando corte su garganta—confesó con frialdad, sin alterar su semblante. —¿Traicionaste a tu creador? —pregunté asombrado, pues así como sucedió con Catherin, el creador somete al creado y este no puede más que subyugarse ante su iniciador. —Yo amo a mi creador—confesó divertida leyendo mi expresión—¿Qué es la traición sino un juego de amantes? —formulo sin esperar respuesta alguna y clavó sus ojos sobre los de Laurence—Creo que habéis venido por otra cuestión ¿ Me equivoco? Dejémonos de palabrería. —Norah Di Venetto — pronunció el pelirrojo con una seriedad impropia de él y los ojos de ella parecieron volverse más negros y más profundos. —Debo matarla—pronuncié divertido dedicándole la más torcida de mis expresiones—Y tú ahora deberás decirme todo lo que sepas sobre ella—ordené con frialdad. Marie expresó una mueca de disgusto y se puso en pié, levantándose de aquél sofá de terciopelo raído. Sus movimientos eran rígidos, inhumanos, carentes de naturalidad y muy exagerados. —Toda información tiene un precio—pronunció con sequedad mientras se acercaba hasta mi posición, entonces, me tomo de la mano con fingida inocencia, imitando la postura y actitud propias de una infante y prosiguió—Será lo más fácil y simple que jamás te hayan pedido Eliott—susurró de nuevo con una fingida inocencia que se vio truncada cuando sus labios se curvaron de forma siniestra. —Espero que sea algo torcido y macabro dónde la sangre cobre el protagonismo que se merece—comenté divertido mientras le devolvía aquella sonrisa macabra. —Soy más dada a infringir dolor mediante las palabras, pues este cuerpo inútil es débil por naturaleza—pronunció con amargura y resentimiento—Lo que debo pedirte es que lleves mis palabras a oídos de tu padre—pronunció con frialdad para luego soltar mi mano y darme la espalda. —Tú dirás—sentencié divertido y curioso al mismo tiempo. — Du bist der einzige Schuldige (traducción: tú eres el único culpable)—pronunció en un perfecto alemán—Este es el mensaje—añadió esta vez recuperando el italiano. Una sonrisa burlona cruzó su rostro de diminutas facciones y sus ojos curiosos buscaron mi reacción, como si aquel mensaje fuese el desencadenante de alguna tormenta pasada. — Veo que Dietrich Schwertfeguer no es santo de su devoción—ironicé— confesaré que yo tampoco le profeso ninguna estima. Mi padre es una persona peligrosa que no conviene contrariar como sabrá... — Sé perfectamente la clase de monstruo que es su padre — me interrumpió con sequedad— No en vano ocupa el mayor rango del consejo—sonrió con fingida inocencia mostrando sus puntiagudos colmillos. Mi padre era una ser frío y sin escrúpulos, siempre creyó que el fin justificaba los medios y por tanto, siempre se valió de la crueldad en un reinado de muerte y sangre. "El miedo es lo único que mueve a la gente" se jactaba mientras aplastaba sin piedad a todos los que se cruzaban en su camino, pues para él, no existían amigos o enemigos, sólo meras marionetas que movía a su antojo en aquella sociedad decadente. Y quizás para él yo no era más que una extensión de sí mismo, un reflejo imperfecto que pretendió manipular, un experimento fallido, tan roto y tan torcido que se había vuelto incontrolable hasta para alguien como él. —Entonces no malgastaré mi tiempo advirtiéndote— pronuncié con sequedad mientras me arrodillaba junto a Marie y tomaba su diminuta y frágil muñeca— Ahora dime lo que quiero saber, y a cambio le haré llegar tus palabras a mi padre. Marie asintió complacida y posó sus profundos ojos negros sobre los míos mientras acariciaba mi negra cabellara con su mano libre en un gesto infantil, como si yo no fuera más que un niño a sus ojos, había perdido por completo su rigidez anterior y en sus ojos pude percibir pesar, como si me compadeciera por algo que no supe interpretar en aquel momento y que entendería tiempo después, cuándo me fue revelada la funesta verdad. Marie cerró sus párpados y empezó a relatar, como si una fuerza mística la devolviera a aquella noche, como si el monstruo de sus pesadillas se materializara de nuevo ante sus ojos y pudiera recordar con total exactitud el olor del viento, las formas que dibujaban las nubes en noche cerrada, el sonido del zumbar de las polillas que merodeaban la iluminaria de su carroza... —Todo sucedió hace tres inviernos—hizo una breve pausa y abrió de nuevo sus párpados, posando sus ojos sobre los de Laurence que la escuchaba distraído, pues había vivido aquella historia en sus propias carnes junto con ella—. Recorríamos el casco antiguo en mi carroza—prosiguió— Era una noche fría, sin luna, el cielo estaba encapotado y todo parecía haber sido bañado en un silencio sepulcral. Las calles estaban desiertas y a nuestros oídos habían llegado numerosos rumores sobre la oleada de convertidos que había azotado la ciudad— posó sus ojos de nuevo sobre los míos, complacida por mi atención y dibujo una media sonrisa, satisfecha. Laurence empezó a deambular por la sala con lentitud, mientras jugaba con sus pies, repartiendo el peso de su cuerpo entre estos en un gesto infantil bastante propio de él. Peinaba su cabellera rojiza con la palma de su mano mientras me observaba con curiosidad, Marié le dirigió una mirada fulminante a lo que Laurence sonrió vencido y decidió resignarse a escuchar aquella historia de nuevo. En ocasiones, me impresionaba la impaciencia de Laurence, otras veces podía llegar a ser sumamente pasivo y tranquilo, a veces irradiaba inocéncia, otras por el contrario, podía llegar a lanzar palabras tan envenenadas que me hacían dudar de cuál era su verdadera naturaleza. Si de algo estoy convencido es de que Laurence era un ser impredecible y por esta misma razón creo Maríe buscaba también su compañía. —Como iba diciendo...—me sonrió— Una oleada de convertidos había azotado la ciudad por aquél entonces, la mayoría de vampiros del consejo buscaban el origen pues no se tenía constancia de ningún vampiro solitario que se dedicara a convertir a la población. El consejo no aprobaba dichos actos pues consideraban que nos exponía y tantos cadáveres y desapariciones habían alertado a las autoridades, la población se encontraba atemorizada y Salvatore había organizado una búsqueda exhaustiva para dar con el culpable. Dentro del consejo los más ancianos hablaban de una conspiración pero yo lo atribuía al descuido de un vampiro joven e inexperto. —¿Conspiración? —pregunté con curiosidad mientras una sonrisa burlona asomaba en mis labios —Muchas cabezas debieron rodar por aquél entonces con mi padre al mando del consejo—sentencié divertido a lo que Marié elevo su mano, indicándome que no la interrumpiera de nuevo. —Aquella noche buscaba una presa joven, hacía tres lunas que no me alimentaba y necesitaba coger fuerzas para mi próximo viaje a Florencia, le pedía a Laurence que me acompañara y el accedió puesto que solíamos reunirnos para hablar sobre Salvatore con frequéncia y esta era la manera que levantaba menos sospechas . Aquella noche no me sorprendió encontrar las calles tan desoladas y tras una búsqueda fallida decidimos volver a mi morada—hizo una breve pausa leyendo mi confusión— Mi condición especial me permite obviar el hambre durante más tiempo que a un vampiro corriente, quizás este sea el único punto a favor en mi pequeña estatura—me aclaró divertida. —Increíble— murmuré para mí mientras la observaba con intensidad. —Durante el camino de vuelta...—continuó— Mi cochero tomo un atajo que atraviesa el casco antiguo de la ciudad y me sorprendió que el carruaje se detuviera súbitamente a mitad de trayecto. —hizo una pausa—Bajamos del carruaje tras unos minutos sin recibir respuestas de mi sirviente, y aquello que contemplaron mis ojos me pareció el mismísimo infierno, pues sobre el empedrado se amontonaban cientos de cadáveres de vampiros, decapitados en su mayoría, algunos mutilados, pero todos yacían inertes sobre el asfalto. He de reconocer que aquella imagen quedó gravada con fuego en mi memoria y ha día de hoy no he logrado olvidarla... —Una purga—rió Laurence de forma escandalosa— Alguien había limpiado la ciudad de todos los convertidos en una sola noche—añadió divertido mientras Marié lo fulminaba con la mirada una vez más. —Laurence tiene razón—prosiguió—Y la ejecutora de semejante hazaña no fue otra que la sangre pura, lo supe por por el escudo de armas del vaticano que portaba sobre su capa, en el consejo solo teníamos constancia de un vampiro bajo el mando de los católicos y por tanto pude deducir quién era ella. Aquella noche blandía una enorme espada, sus ropajes se encontraban teñidos con la sangre de todos aquellos vampiros. — apretó fuertemente sus puños arrugando su pequeño vestido de terciopelo y luego se hizo un largo silencio que se prolongó hasta que Laurence intervino. —En realidad puedes pensar que nos hizo un favor matando a todos esos convertidos—suspiró— Pero en realidad aquello no fue más que una advertencia—sentenció con sequedad. — Aquella noche creí que sería la última para mí—pronunció Marie con sequedad— Aquel ser y yo cruzamos miradas un instante, puede contemplar aquél rostro impasible y aquellos ojos tan vacíos que me helaron la sangre, entonces lo supe, de algún modo se apiadó de mi alma, quizás por mi peculiar condición o quizás porque las ordenes que había recibido no especificaban mi muerte, sólo sé que me quedé paralizada por el miedo, mi cuerpo temblaba mientras Laurence me sostenía por los hombros, como si avecinara el peligro, ella se limitó a escrutarme con la mirada, sopesando su elección, entonces, miró hacia el cielo, inclinando levemente su cabeza hacia las estrellas y desapareció con la velocidad del rayo, ni siquiera pude seguir sus movimientos. —Debo matarla—sonreí con eufória de forma macabra, con una incipiente necesidad de someterla con mi fuerza. Cada vez estaba más convencido de que este mundo era demasiado pequeño para ambos, me excitaba pensar en la batalla, en su sangre desparramada por el suelo, en sus gritos de dolor, en sus suplicas, en arrebatar la esperanza de sus ojos cuándo pidiera clemencia. Así de torcido era, y Marie no pareció comprender mi expresión. —Eso es lo que tu padre quiere que hagas—escupió Marie con indignación—¿Vas a seguir las ordenes de tu padre Eliott? ¿No vas a preguntarte el porqué de esa petición? ¿No vas a cuestionar las ordenes de tu padre y preguntarte la finalidad de todo esto? —gritó Marié enfurecida mostrando un timbre de voz mucho más grave que el que le correspondía a su diminuto cuerpo. — Marie...—pronuncié divertido—No debes mostrar tus cartas tan fácilmente, yo no creo haberte mostrado las mías y creo que por ello estás cayendo en confusión—Marie enmudeció y Laurence rió divertido. — ¿Qué quieres decir? —preguntó con fingida inocencia recuperando aquel timbre de voz que recordaba a campanillas. — En primer lugar, yo no puedo ser manipulado, ni siquiera por un ser tan espléndido como tú—reí entre dientes— En segundo lugar, has accedido a reunirte conmigo por tu propio interés, odias a Salvatore, casi tanto como a mi padre y pretendes que sea yo quién tome partido de tus intrigas, sabes que sólo yo puedo hacerles frente y muy probablemente has querido manipularme para que me ponga de tu parte ¿Me equivoco?—Marie sonrió divertida. —Continua por favor—sonrió de forma altiva. —Por otro lado, pretendes convencerme de que olvide todo lo referente a Norah di Venneto y desobedezca las órdenes de mi padre, crees que la petición de Dietrich esconde otra verdad y estoy seguro de que no te equivocas, sin embargo, debes saber que yo no obedezco a mi padre por ninguna lealtad paternofilial—reí de forma escandalosa— Yo quiero matar a ese ser porque me repugna, porque quiero confirmar mi existencia aplastando a todo aquello que pueda suponer una amenaza, porque soy un ser torcido, sin alma, que sólo busca complacer sus propios deseos egoístas, debes saber que no actuó en nombre de mi padre más que por conveniencia propia—Marie parecía analizarme con aquellos profundos ojos negros mientras sopesaba las posibilidades. — Ya te había avisado Marie— rió Laurence cruzando los brazos sobre su torso. —No podrás engañarle, es digno hijo de su padre —sentenció todavía divertido. —Impresionante querido— me alabó Marie torciendo el gesto— aunque has dejado varios frentes abiertos— me indicó con soberbia. Te has percatado de mis intenciones pero no lo que hay detrás de estas, ¿de qué te sirve saber el qué si no sabes el porqué? —Nunca me importan las razones, al fin y al cabo estas siempre se rigen por emociones o sentimientos, puedo imaginarlas pero no me son relevantes. Sé que odias a Salvatore, probablemente porque es el culpable de tu condición pero poco me importa, sé que odias a mi padre, pero ni te imaginas lo poco que me importan tus razones ¿Acaso me incumben? —pregunté divertido. — Más de lo que crees— contestó pintando una sonrisa fingida en sus labios— No te voy a mentir Eliott, me gustas, también le gustas a Laurence aunque eso ya lo sabes—rió divertida. — Sé que lo que realmente ansías es el poder del consejo, quieres deshacerte de mi padre, y sobretodo de Salvatore. ¿Por qué debería involucrarme? —pregunté divertido. — ¿Y por qué no? —Preguntó esta vez Laurence con incipiente nerviosismo— Imagina todo lo que podrías cambiar, ¿Porqué nuestra raza ha de someterse a unos códigos arcaicos, procurando la convivencia con una raza tan inferior? —Entiendo perfectamente el punto de la cuestión Laurence, y si decidís matar a mi padre o a Salvatore no seré yo quien os lo impida, pero debes comprender que la supervivencia de nuestra especie no me interesa en lo más mínimo, sólo me importo yo mismo y contra mi naturaleza ni quiero ni puedo luchar— sentencié con rotundidad. — Todavía eres un niño entonces—sentenció Laurence— Pero sabes que algún día te verás obligado a tomar partido en esto, no puedes escapar eternamente de tu destino sin dejar a tu hermana atrás Eliott— pronunció resignado mientras se masajeaba las sienes con las yemas de los dedos. —Cuando llegue el momento tomaré la decisión que más me convenga, mientras tanto me ceñiré a mis propios planes—sonreí. —Sin duda eres una vampiro en esencia—pronunció esta vez Marie— ¿No es el egoísmo lo que nos caracteriza? —rió de forma escandalosa—Insisto, me gustas Eliott, y espero poder contar con tu apoyo en un futuro, por el momento me conformo en no adelantar acontecimientos. Espero que cumplas tu objetivo, pero sé precavido, lo que te he contado sobre ese ser no era ninguna mentira— hizo una pausa— Y lo que quiero que le transmitas a tu padre tampoco—Me limité a asentir. — Ha sido un placer que nos hayas recibido Marie—habló el pelirrojo mientras le dedicaba una pequeña reverencia— Pero hora debemos de irnos, tenemos mucho que hacer y la salida del astro rey nunca espera —sentenció de una forma casi teatral. — Me alegro de no haber cumplido la promesa que le hice a Arabella—rió divertida mientras correspondía la reverencia de Laurence sin apartar sus ojos negros de los míos. —¿Promesa? — pregunté al darme por aludido. — La de matarte — sentenció dedicándome una sonrisa ladina que descubría sus pequeños pero puntiagudos colmillos. Aquella afirmación me dejó perplejo, pues Arabella, la hermana de mi padre, había muerto antes de mi nacimiento. Con su muerte un sinfin de secretos obscuros y torcidos quedaron enterrados bajo su lápida, secretos que más tarde descubriría y que desgarrarían mi alma dejándome más vacío de lo que jamás creí llegar a estarlo. Tras estas últimas palabras por parte de Marie nos despedimos de ella dirigiéndonos a nuestro carruaje, el trayecto transcurrió en silencio mientras Laurence miraba distraído por la ventana. En aquél momento la política no me interesaba y creí que jamás lo haría, pero de nuevo, me equivocaría. A choopi, Tisquitar, Arahel and 21 más les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 Empieza bien ;D He de decir que me encanta la carita de Axelle^^ Aunque me parece un poco "protectora" de más con su hermano o que quiere que la proteja él a ella, bueno, que la quiere sólo para ella xD . Eliott es bastante majo, aunque me parece demasiado frío. A ver cómo digievoluciona :3 La primera y segunda foto me encantan. Bueno en general cómo las has hecho y el entorno. ¿Va a ser siempre en esa época? ¿O luego pasa a lo modelllno? xDDD Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 muerta en 3, 2, 1.... estúpido y sensual Elliot... épico comienzo, has empezado pisando fuerte. Axelle me cae genial la verdad xd es tremenda y a la vez preciosa. Las fotos son impresionantes una calidad increíble que visualmente te atrae mucho. Por otro lado los personajes están muy currados y no puedo esperar a un próximo capítulo D: que encima nos has dejado con toda la intriga! Sigue pronto y muy buen trabajo, realmente la espera ha merecido la pena A Nera le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 La cara de Elliot cuando ella se marcha ruborizada es muy buena xDDDDDDD Veremos qué pasa en los jardines.... D: Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 Me ha encantado el principio. Es una historia de vampiros como debe ser, con muertos, sangre, sexo y violencia. Axelle me ha parecido muy dulce y Elliot es muy sexy. Escribes de una manera que ha conseguido atraparme por completo, me has dejado intrigadisima y tengo muchas ganas por saber que le pasara a Axelle, espero que subas el siguiente capitulo pronto, porque me vas a tener esperándolo desde ya. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 Opa, opa, opa *-* Ya empieza bien esto *---* Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 (editado) Empieza bien ;D He de decir que me encanta la carita de Axelle^^ Aunque me parece un poco "protectora" de más con su hermano o que quiere que la proteja él a ella, bueno, que la quiere sólo para ella xD . Eliott es bastante majo, aunque me parece demasiado frío. A ver cómo digievoluciona :3 La primera y segunda foto me encantan. Bueno en general cómo las has hecho y el entorno. ¿Va a ser siempre en esa época? ¿O luego pasa a lo modelllno? xDDD Muchas gracias! El principio siempre es un poco más sosillo por eso, es uan presentación de los personajes y de la historia, luego se anima más y empieza el argumento en si xD. Eliott solo es majo con su hermana, con el resto del universo es bastante capullo xD, ya lo iréis viendo xD. Si que es frio si, pero tiene cosas peores xD En cuanto a la relación entre ellos es algo turbia xD, más bien por parte de Axelle, no puedo desvelar más xD. En cuanto a la época si, siempre será esa época aunque hay que tener en cuenta que se refiere a su pasado como 200 años atrás, además esta relatando su historia a alguien, con esto em refiero a que Eliott tiene muchos números de seguir vivo en la "modernidad" y algo puede aparecer xD muerta en 3, 2, 1.... estúpido y sensual Elliot... épico comienzo, has empezado pisando fuerte. Axelle me cae genial la verdad xd es tremenda y a la vez preciosa. Las fotos son impresionantes una calidad increíble que visualmente te atrae mucho. Por otro lado los personajes están muy currados y no puedo esperar a un próximo capítulo D: que encima nos has dejado con toda la intriga! Sigue pronto y muy buen trabajo, realmente la espera ha merecido la pena ahahaha no os podéis quejar que en el primer capi ya enseña cacha eh! Axelle es uno de mis personajes preferidos junto con Elliott y tiene un papel importante en la historia. En cuanto pueda me pongo con el segundo capítulo, pero ya os aviso de que tardaré un poquito La cara de Elliot cuando ella se marcha ruborizada es muy buena xDDDDDDD Veremos qué pasa en los jardines.... D: ahahah es cara de no entender la situación, es un poco simple para algunas cosas (como algunos hombres) xD En los jardines pasarán cosas perturvadoras Me ha encantado el principio. Es una historia de vampiros como debe ser, con muertos, sangre, sexo y violencia. Axelle me ha parecido muy dulce y Elliot es muy sexy. Escribes de una manera que ha conseguido atraparme por completo, me has dejado intrigadisima y tengo muchas ganas por saber que le pasara a Axelle, espero que subas el siguiente capitulo pronto, porque me vas a tener esperándolo desde ya. Me alegro de que te haya gustado el principio! Es un poco un capítulo introductorio a los personajes y la trama, luego habrá más acción!! Yo también soy de vamipiros de verdad, no cómo los de crepúsculo xD. Me alegro de que te gusten los personajes y mi manera de escribir! Soy muy novata en eso xD Traeré el próximo capi en cuanto pueda, tardaré un poquito que tengo que pulir la escritura y hacer las fotos xD Opa, opa, opa *-* Ya empieza bien esto *---* XD Me alegro de que te guste el principio, luego mejorará!! Editado 8 jun 2014 por Liyah A MilePotter and Naike les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 Bueno!!!! No voy a leer normalmente lo que opinan los demás, porque si no igual me influye y no me gusta eso. Para empezar, me quito el sombrero, menudas fotos, menudo ambiente, menudos detalles, menudo todo! En cuanto a la trama, me gusta, me encanta Eliott, y más Axelle. Es super delicada, y sensible para ser una pura sangre, parece más bien un angel. Lo único que podría decirte, para hacer una crítica constructiva es que la letra está demasiado pequeña en algunos renglones, que habían empezado con un tipo más grande, supongo que se debe a algún fallo al copiar/pegar. Suele pasar. A ver qué le pasa a Axelle, me huelo que su hermano, "el mayor", va a tener que salvarla y pegarse un banquete de paso xD Y digo "el mayor" porque se cree muy hombre cuando tiene a una mujercita ya por hermana, y que no se de cuenta hace enfurecer más a la de pelo dorado... Deseando el siguiente, saludos! Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 La historia engancha y empieza fuerte, y encima con esas fotos tan cuidadas que es casi como ver una película.... Axele me enamora pero también me da pena, con toda esa bondad en ese nido de víboras algo le pasará seguro. Eliott aprecia de verdad a su hermana y eso me gusta, eso y su torso, pero que pedazo asesino está hecho... A Arahel and Naike les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 Me ha gustado mucho, un comienzo increíble. Estoy deseando leer más y saber que ha pasado con Axelle. Me encanta la foto de Axelle cuando va a bajar las escaleras, es guapísima :) También me da pena que Elliot mate a todas ... Pobrecillas. Sigue pronto ^^ Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 Muy buen comienzo, seguiré esta historia, que promete. Me gusta mucho Axelle, es muy dulce. Y Elliot... me da mala espina. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 ¡Hola! He de decir que las fotos me han gustado, aunque hay una en la que creo que te hay un exceso de sangre... es decir, en la escena que mata a la vampiresa dices que muere por que básicamente "se la come" , vamos, que solo la muerde, con un mordisco no sale tanta sangre... ahí pienso que quedo irreal, además de que omites las escenas más emocionantes (las muertes y el sexo). La verdad es que la idea que has tenido me parece buena y la época que has elegido a mi me encanta, pero he de decir que repites muchísimo las mismas palabras, parece que te falta vocabulario, no se si será por que es lo primero que escribes pero creo que eso deberías cambiarlo. Por otra parte, eso de que él mate a los suyos y no reciba castigo ninguno... no sé, en teoría los vampiros no pueden matar a los de su especie, por lo que si lo hacen reciben el mismo destino o un castigo elevado como mínimo, que se vaya de rositas... podrías escribir una escena gore con la idea de un castigo. Una cosa que no me ha gustado nada, especialmente, es que digas que mata a sus padres más adelante, no sé si eso será algo importante en la trama , pero me ha parecido un spoiler brutal, haciendo eso le quitas misterio. por lo menos a mi eso hace que tenga menos ganas de leerlo la verdad. Que la hermana sea tan débil me pone de lo nervios, ya que es débil físicamente hazla maquiavelica o algo, por que, a mi parecer, la has hecho un poco tontita a la pobre y además parece que se quiera tirar al hermano.... ¿vas a meter incesto en la historia? la verdad es que si haces eso sería un puntazo. Básicamente es que no aguanto que pongan a la mujer como el sexo débil. Espero que no te tomes a mal este comentario, te digo esto por que creo que son las cosas en las que fallas y como la historia no parece mala creo que podrías mejorarlo mucho más, tómatelo como una crítica constructiva. Sigue con la idea, que de verdad pienso que es buena y sé que lo puedes mejorar. ¡Ánimo! Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 Antes que todo las fotos están muy bien hechas, el ambiente, los personajes,en fin cada detalle es perfecto. Elliot me ha caido bien, su personalidad me encanta, parece ser el "chico malo" de la historia y eso me divierte.En cuanto Axelle te ha quedado hermosa, me gustaba desde que la vi en creaciones, pero ahora, vale me caso xD Que lastima que ha la madre de ellos sea tan distante y prefiera su apariencia física antes que a sus hijos, pero bueno hay padres que son así. Con respecto al comentario de SekaiNoSora personalmente no estoy de acuerdo el escritor puede hacer lo que quiera con su historia, Es decir, las vampíros ya en sí, son personajes ficticios, por ende no podemos decir que hacen o no. Y no creo que haya incesto en la historia, yo creo que Axelle lo ve como una figura protectora, una admiracion. Y bueno lo de los padres, yo creo que ya se veia venir, vamos, a Elliot le gusta matar gente y no creo que sus padres sean la excepcion. Yo creo que lo mas emocionante es saber ¿Cómo mueren? y ¿Porqué? lo cual no esta dicho. Finalmente digo, que la historia esta muy bien hecha, y Ya espero el siguiente capítulo! Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 Antes que todo las fotos están muy bien hechas, el ambiente, los personajes,en fin cada detalle es perfecto. Elliot me ha caido bien, su personalidad me encanta, parece ser el "chico malo" de la historia y eso me divierte.En cuanto Axelle te ha quedado hermosa, me gustaba desde que la vi en creaciones, pero ahora, vale me caso xD Que lastima que ha la madre de ellos sea tan distante y prefiera su apariencia física antes que a sus hijos, pero bueno hay padres que son así. Con respecto al comentario de SekaiNoSora personalmente no estoy de acuerdo el escritor puede hacer lo que quiera con su historia, Es decir, las vampíros ya en sí, son personajes ficticios, por ende no podemos decir que hacen o no. Y no creo que haya incesto en la historia, yo creo que Axelle lo ve como una figura protectora, una admiracion. Y bueno lo de los padres, yo creo que ya se veia venir, vamos, a Elliot le gusta matar gente y no creo que sus padres sean la excepcion. Yo creo que lo mas emocionante es saber ¿Cómo mueren? y ¿Porqué? lo cual no esta dicho. Finalmente digo, que la historia esta muy bien hecha, y Ya espero el siguiente capítulo! Yo también creo que el autor puede hacer lo que quiera con su historia, para algo es suya obviamente, pero en cualquier libro de vampiros que leas verás como la sociedad vampírica se rige por unas normas, como cualquier otra (digo yo). Por otra parte, si pone incesto sería otro punto diferente y le daría originalidad, ya que eso no suele aparecer mucho en las historias, por lo visto a la gente le da como "cosa". Con lo de los padres, a mi me parece que lo ha dicho demasiado pronto, es decir, aunque se viera venir lo que iba a suceder, un poco de misterio no le hace daño a nadie, además viendo que no describe las muertes, a mi me da la sensación de que los padres tendrán una muerte típica, pero oye, quien sabe, a lo mejor me sorprende con una muerte espectacular. Como dije la primera vez, lo dije como una crítica constructiva, ya que creo que la idea es buena y puede mejorar muchísimo. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 Estúpido y sensual Elliot xD es un rebelde sin causa y un malote kewl Pobrecita Axelle, esperemos que no le pase nada demasiado malo (aunque como pinta la cosa, creo que va por ese camino D:) es que encima es muy debilucha (me identifiqué con eso xD) y no se debe poder defender demasiado D: ¿Por qué lo dejaste justo en la parte interesante? xD Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 8 jun 2014 Bueno!!!! No voy a leer normalmente lo que opinan los demás, porque si no igual me influye y no me gusta eso. Para empezar, me quito el sombrero, menudas fotos, menudo ambiente, menudos detalles, menudo todo! En cuanto a la trama, me gusta, me encanta Eliott, y más Axelle. Es super delicada, y sensible para ser una pura sangre, parece más bien un angel. Lo único que podría decirte, para hacer una crítica constructiva es que la letra está demasiado pequeña en algunos renglones, que habían empezado con un tipo más grande, supongo que se debe a algún fallo al copiar/pegar. Suele pasar. A ver qué le pasa a Axelle, me huelo que su hermano, "el mayor", va a tener que salvarla y pegarse un banquete de paso xD Y digo "el mayor" porque se cree muy hombre cuando tiene a una mujercita ya por hermana, y que no se de cuenta hace enfurecer más a la de pelo dorado... Deseando el siguiente, saludos! Me alegro de que te haya gustado! Las fotos me han dado trabajo pero me gusta mucho hacer decorados, me alegro de que hayan gustado :) Lo de la letra no se por qué pasa, la verdad es que he tenido que arreglar mil cosas para que se viera bien, se me había movido todo xD Lo editaré más tarde y arreglo lo de la letra. Te hacercas un poco con tu predicción xD, hasta aquí puedo decir!! La historia engancha y empieza fuerte, y encima con esas fotos tan cuidadas que es casi como ver una película.... Axele me enamora pero también me da pena, con toda esa bondad en ese nido de víboras algo le pasará seguro. Eliott aprecia de verdad a su hermana y eso me gusta, eso y su torso, pero que pedazo asesino está hecho... Me alegro de que enganche la trama!! Axelle es uno de mis personajes preferidos, y sí, es demasiado buena para estár en ese lugar de locos!!! Eliott es muy retorcido xD pero aprecia a su hermana, al único ser en el mundo por el cual siente algo, con los demás, como has visto no siente reparos. Me ha gustado mucho, un comienzo increíble. Estoy deseando leer más y saber que ha pasado con Axelle. Me encanta la foto de Axelle cuando va a bajar las escaleras, es guapísima :) También me da pena que Elliot mate a todas ... Pobrecillas. Sigue pronto ^^ Muchas gracias!! ^^ Intenté ponerla lo más guapa posible para esa foto xD Que no te de pena, Eliott se ha "comportado" en este capítulo xD Muy buen comienzo, seguiré esta historia, que promete. Me gusta mucho Axelle, es muy dulce. Y Elliot... me da mala espina. Muchas gracias!! :) Eliott es un completo tirano, normal que te de mla espina xD Ya iréis viendo sus fechorias!! ¡Hola! He de decir que las fotos me han gustado, aunque hay una en la que creo que te hay un exceso de sangre... es decir, en la escena que mata a la vampiresa dices que muere por que básicamente "se la come" , vamos, que solo la muerde, con un mordisco no sale tanta sangre... ahí pienso que quedo irreal, además de que omites las escenas más emocionantes (las muertes y el sexo). La verdad es que la idea que has tenido me parece buena y la época que has elegido a mi me encanta, pero he de decir que repites muchísimo las mismas palabras, parece que te falta vocabulario, no se si será por que es lo primero que escribes pero creo que eso deberías cambiarlo. Por otra parte, eso de que él mate a los suyos y no reciba castigo ninguno... no sé, en teoría los vampiros no pueden matar a los de su especie, por lo que si lo hacen reciben el mismo destino o un castigo elevado como mínimo, que se vaya de rositas... podrías escribir una escena gore con la idea de un castigo. Una cosa que no me ha gustado nada, especialmente, es que digas que mata a sus padres más adelante, no sé si eso será algo importante en la trama , pero me ha parecido un spoiler brutal, haciendo eso le quitas misterio. por lo menos a mi eso hace que tenga menos ganas de leerlo la verdad. Que la hermana sea tan débil me pone de lo nervios, ya que es débil físicamente hazla maquiavelica o algo, por que, a mi parecer, la has hecho un poco tontita a la pobre y además parece que se quiera tirar al hermano.... ¿vas a meter incesto en la historia? la verdad es que si haces eso sería un puntazo. Básicamente es que no aguanto que pongan a la mujer como el sexo débil. Espero que no te tomes a mal este comentario, te digo esto por que creo que son las cosas en las que fallas y como la historia no parece mala creo que podrías mejorarlo mucho más, tómatelo como una crítica constructiva. Sigue con la idea, que de verdad pienso que es buena y sé que lo puedes mejorar. ¡Ánimo! Muchas gracias por pasarte y tomarte tu tiempo escribiendo! En cuanto a la escena que comentas, si te fijas en la primera foto (dónde aún está viva) ya aparece toda esa sangre, digamos que ese "exceso" de sangre se debe a "sexo violento" dónde no ha habido un solo mordisco sinó muchos más xD (como formaba parte del sexo no lo he descrito ya que la vampiresa no és un personaje relevante, y por tanto lo he omitido) Las escenas de sexo y muerte las he omitido puesto que es el primer capítulo y ninguno de los personajes que ha muerto son relevantes, es un capítulo introductorio pero no te preocupes que más adelante si que tengo descripciones detalladas de asesinatos xD En cuanto a la repetición de vocabulario no soy una experta escribiendo ni mucho menos, así que tendre mil fallos, aún así he de decir que también he intentado hacer una escritura sencilla sin mucho ornamento pensando que es un foro dónde hay gente de muchas edades y de nada sirve escribir complejo que no se entienda, aún así estoy totalmente abierta a que me digas que mejorarías tu en la redaccion etc.. (se entiende que por privado, si me hechas una mano con eso te lo agradeceré, siempre estoy dispuesta a aprender). Que el mate y no reciba represalias se debe a su posición dentro de la sociedad precisamente, que represalias va a recibir la familia más poderosa dentro en mundo vampírico a la cual todos temen?, más adelante verás que detallo un poco más la posición de su familia y la de él, entonces entenderás que Eliott no es simplemente un sangre pura, es mucho más. Por otro lado lo de que mata sus padres es totalmente irrelevante en la trama, no són personajes importantes, y en mi opinión lo interesante es saber porqué lo mata cómo te ha dicho Breack ( pero esto es una opinión claro está xD). Sobre Axelle, yo también odio los personajes débiles, pero Axelle es mucho más que eso, solo te has quedado con lo superficial, además es muy necesario que ella sea así, y no puedo decir nada más sobre ella puesto que no quiero hacer ningun spoiler sobre un personaje que es crucial en la trama. Solo te diré que nada es lo que parece y que los personajes evolucionan a lo largo de la trama xD (si quieres más spoiler por privado xD) Por cierto con lo del incesto te acercas, eso si puedo decírtelo porque es muy obvio, pero tiene más profundidad de lo que parece. Muchas gracias por tu comentario, valoro las críticas constructivas porque siempre intento sacar algo de ellas! En cuanto a las críticas de la trama no estoy muy deacuerdo contigo pero respecto a las de redacción te animo a que me sigas corrigiendo porque soy una novata en esto :) ( si es por privado y cosas concretas mejor). Estúpido y sensual Elliot xD es un rebelde sin causa y un malote kewl Pobrecita Axelle, esperemos que no le pase nada demasiado malo (aunque como pinta la cosa, creo que va por ese camino D:) es que encima es muy debilucha (me identifiqué con eso xD) y no se debe poder defender demasiado D: ¿Por qué lo dejaste justo en la parte interesante? xD Me alegro de que te guste Eliott!! Axelle es una debilucha si, pero la historia necesita un personaje "debilucho" además és la única pobre xD. En el próximo capi veremos que le sucede!! A MilePotter le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jun 2014 Bueno, pues has empezado pisando fuerte. Las escenas, el decorado, las vestimentas...etc. son magníficas y la trama promete muchísimo aunque a mí no me guste la sangre ni los asesinatos. La familia, excepto Axelle, es para darles de comer aparte, y nunca mejor dicho. El protagonista es muy atractivo pero excesivamente malvado. Me quedé de piedra cuando ya de pequeño mataba a animales (esto menos mal que no se ha visto pues no lo habría podido soportar) y a sus compañeros de juego. Por el contrario, Axelle me cae de maravilla además de que es un placer verla por lo extremadamente guapa que es. Decís que es debilucha pero yo no la veo así, simplemente es buena. Una especie de milagro viviendo entre los impresentables de los padres y del ser maligno que es su hermano. Has dejado el capítulo en un momento muy interesante aunque no creo que le vaya a pasar nada a Axelle, pues si está en peligro al haber salido al jardín con una panda de vampiros detrás, algo que sería extraño por la familia a la que pertenece, Eliott la salvará. Pues lo dicho, muy buen capítulo y me quedo con muchas ganas de leer el siguiente. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jun 2014 ¡Vaya comienzo! Pues ¿Que decir de Elliot? Su solo nombre... te deja sin palabras. Aunque su personalidad es bastante sádica, no se puede negar que tiene un gran atractivo. Y Axelle ¡Pobre! Todo lo que le rodea es tan diferente a ella... se ve que la pasa muy mal, su rostro melancólico habla por sí solo... Y a ver que le habrá ocurrido ahora... Ya me imagino la masacre que causara su hermano si algo malo le ha ocurrido a ella. PD: Me causo mucha gracia la escena donde Elliot tiene el cuerpo de la doncella bajo de la cama xDD Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jun 2014 No he podido resistirme a leer tu historia, y mas siendo de la temática que es. Yo, al contrario que Merche, soy muy macabra, jajaja, así que esto me encanta, aunque el prota me parece un pasota de mucho cuidao. Al tío parece que le da lo mismo todo, y lo que no se es como no se ha cargado a su hermana. En cuanto a ella pienso lo mismo que ha dicho Merche, es muy buena y dulce, la única normal de ahí, pero me da a mi que como en la fiesta el se ha ido con la otra, ella se lo ha pagado con la misma moneda y a lo mejor por eso se ha ido al jardín con un montón de vampiros. Lo malo es que los otros quieran hacer con ella lo mismo que el hermano y este la tenga que sacar del apuro. Veremos a ver. Las fotografías te han quedado geniales, muy cuidado todo y muy bien ambientada. Lo único que me ha chocado es que el le muerda a una vampira. Yo siempre pensé que los vampiros solo mordían a los humanos, o por lo menos no a los que son también vampiros Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jun 2014 Antes que todo las fotos están muy bien hechas, el ambiente, los personajes,en fin cada detalle es perfecto. Elliot me ha caido bien, su personalidad me encanta, parece ser el "chico malo" de la historia y eso me divierte.En cuanto Axelle te ha quedado hermosa, me gustaba desde que la vi en creaciones, pero ahora, vale me caso xD Que lastima que ha la madre de ellos sea tan distante y prefiera su apariencia física antes que a sus hijos, pero bueno hay padres que son así. Con respecto al comentario de SekaiNoSora personalmente no estoy de acuerdo el escritor puede hacer lo que quiera con su historia, Es decir, las vampíros ya en sí, son personajes ficticios, por ende no podemos decir que hacen o no. Y no creo que haya incesto en la historia, yo creo que Axelle lo ve como una figura protectora, una admiración. Y bueno lo de los padres, yo creo que ya se veia venir, vamos, a Elliot le gusta matar gente y no creo que sus padres sean la excepcion. Yo creo que lo mas emocionante es saber ¿Cómo mueren? y ¿Porqué? lo cual no esta dicho. Finalmente digo, que la historia esta muy bien hecha, y Ya espero el siguiente capítulo! Me alegro de que te haya gustado el primer capítulo! Eliott tiene una personalidad muy retorcida como has visto, y en el primer capítulo es bastante ligth xD .Axelle es todo lo contrario, me alegro de que te guste, es uno de mis personajes preferidos junto con Eliott. La madre de ellos es bastante fría y está un poco obsesionada con su apariencia, no es un personaje demasiado importante pero si que juega un papel clave en un punto de la trama. En cuanto a los vampiros como tu bien dices son personajes ficticios y no en todos los libros se rigen por sociedades, aún así, en el caso de los míos he especificado nada más empezar la historia que Eliott pertenece a una importante familia noble y que es un sangre pura, esto le da bastantes "libertades", es bien sabido que el dinero y el poder lo acallan todo así que yo tampoco comparto este punto con SekaiNoSora. En cuanto a Axelle ve a su hermano como algo más que una figura protectora xD, pero ya lo irás viendo, todo tiene un porqué. Bueno, pues has empezado pisando fuerte. Las escenas, el decorado, las vestimentas...etc. son magníficas y la trama promete muchísimo aunque a mí no me guste la sangre ni los asesinatos. La familia, excepto Axelle, es para darles de comer aparte, y nunca mejor dicho. El protagonista es muy atractivo pero excesivamente malvado. Me quedé de piedra cuando ya de pequeño mataba a animales (esto menos mal que no se ha visto pues no lo habría podido soportar) y a sus compañeros de juego. Por el contrario, Axelle me cae de maravilla además de que es un placer verla por lo extremadamente guapa que es. Decís que es debilucha pero yo no la veo así, simplemente es buena. Una especie de milagro viviendo entre los impresentables de los padres y del ser maligno que es su hermano. Has dejado el capítulo en un momento muy interesante aunque no creo que le vaya a pasar nada a Axelle, pues si está en peligro al haber salido al jardín con una panda de vampiros detrás, algo que sería extraño por la familia a la que pertenece, Eliott la salvará. Pues lo dicho, muy buen capítulo y me quedo con muchas ganas de leer el siguiente. Me alegro de que te haya gustado la historia y las imágenes!! Me ha hecho mucha gracia eso de "el ser maligno de su hermano" xD, sabía que Eliott tendría detractores, y no es para menos, me alegro de que cause aversión pues esa era mi intención con este protagonista xD. Hay muchas escenas que no las puedo representar por falta de CC así que te has librado por esta vez! Axelle es el punto de luz en medio de tanta oscuridad, necesitaba un personaje bondadoso para contrarrestar al resto xD ¡Vaya comienzo! Pues ¿Que decir de Elliot? Su solo nombre... te deja sin palabras. Aunque su personalidad es bastante sádica, no se puede negar que tiene un gran atractivo. Y Axelle ¡Pobre! Todo lo que le rodea es tan diferente a ella... se ve que la pasa muy mal, su rostro melancólico habla por sí solo... Y a ver que le habrá ocurrido ahora... Ya me imagino la masacre que causara su hermano si algo malo le ha ocurrido a ella. PD: Me causo mucha gracia la escena donde Elliot tiene el cuerpo de la doncella bajo de la cama xDD Los guapos siempre son malos! aunque este se lleva la palma xD. Imaginas bien, si algo le sucediera a Axelle podemos presagiar mucha sangre a modo de venganza xD. Me alegro de que te guste esa escena, Eliott hace cosas divertidas a pesar de ser un sádico. No he podido resistirme a leer tu historia, y mas siendo de la temática que es. Yo, al contrario que Merche, soy muy macabra, jajaja, así que esto me encanta, aunque el prota me parece un pasota de mucho cuidao. Al tío parece que le da lo mismo todo, y lo que no se es como no se ha cargado a su hermana. En cuanto a ella pienso lo mismo que ha dicho Merche, es muy buena y dulce, la única normal de ahí, pero me da a mi que como en la fiesta el se ha ido con la otra, ella se lo ha pagado con la misma moneda y a lo mejor por eso se ha ido al jardín con un montón de vampiros. Lo malo es que los otros quieran hacer con ella lo mismo que el hermano y este la tenga que sacar del apuro. Veremos a ver. Las fotografías te han quedado geniales, muy cuidado todo y muy bien ambientada. Lo único que me ha chocado es que el le muerda a una vampira. Yo siempre pensé que los vampiros solo mordían a los humanos, o por lo menos no a los que son también vampiros Me alegro de que seas macabra, tu eres de las mías!! El prota es muy frió y parece que no tenga sentimientos (la verdad casi no los tiene xD) menos por su hermana, a su hermana si que la aprecia de verdad, nunca le haría daño ya que es el único lazo afectivo que tiene con alguien, el resto es todo oscuridad y muerte xD En la escena del jardín todo puede pasar Me alegro de que te gusten las fotos! En muchos libros y películas los vampiros también se pueden alimentar de otros vampiros, más por "excitación" que por alimentarse realmente. Normalmente no lo hacen ya que no estaría bien visto matarse entre ellos, pero Eliott es la excepción xD,a él esas cosas le dan igual puesto que su familia tiene el suficiente poder como para acallar al resto. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jun 2014 Me gustaría ver un duelo de vampiros... Eliott y Derek xDDDD A Liyah and Koredanu les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jun 2014 Que bieen! Desde que vi las imágenes en tus creaciones quería leer la historia! El personaje de Elliot es guapísimo . Y me gusta cuando el protagonista es malvado x) En fin, un capitulo genial! A mi me has enganchado ya ^^ Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jun 2014 (editado) Desde que nos mostraste por el grupo del whatsapp parte de la historia hace unos meses y que pensabas hacerla con LS3 tenía ganas de leerla. No me creo que esto lo hayas hecho a tus 16 años, no sé si algo has cambiado, sea así o no está genial. La narración muy buena y las escenas muy bien ambientadas, yo si escribo una historia me costaría mucho hacer eso. Y ya digo que soy fan de Elliot y Axell es bien guapa, me da lástima por lo de la doncella y que en la fiesta al final acabara Elliot así. No pienso perderme ningún capítulo de tu historia. PD: El apellido se me hace difícil hasta de leer xD Editado 9 jun 2014 por Sweet Tsuyu Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jun 2014 Me lo leí cuando estaba en la biblioteca xD (nadie vio las escenas de los desnudos xD) Me gustóoo, me enamoré de Eliott y tengo que confesar que no me gustan las historias de vampiros, pero esta me encantó O.O me gusta ver sangre xD y quiero conocer mejor a Axelle ^^ Tengo una duda... ¿de dónde sacan pieles tan bonitas? Yo tengo varias, pero no me quedan tan hermosas como las que veo en vuestras historias O.O sobretodo la skin que usaste con Eliott me encantó ^^ Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 9 jun 2014 Me gustaría ver un duelo de vampiros... Eliott y Derek xDDDD A mi también me gustaría verlos juntos, pero más que en un duelo haciendo fechorías xD Que bieen! Desde que vi las imágenes en tus creaciones quería leer la historia! El personaje de Elliot es guapísimo . Y me gusta cuando el protagonista es malvado x) En fin, un capitulo genial! A mi me has enganchado ya ^^ Muchas gracias Luxe!! Me alegro de que te guste la historia Eliott todo lo que tiene de guapo lo tiene de retorcido xD ( y en general se ha portado muy bien el el primer capítulo, es mucho peor en realidad ) Me alegro de que te guste el Eliott malvado, no te decepcionará xD Me alegro de que te hayas enganchado ya a la historia! Prometo que los siguientes capítulos serán mejores!! Desde que nos mostraste por el grupo del whatsapp parte de la historia hace unos meses y que pensabas hacerla con LS3 tenía ganas de leerla. No me creo que esto lo hayas hecho a tus 16 años, no sé si algo has cambiado, sea así o no está genial. La narración muy buena y las escenas muy bien ambientadas, yo si escribo una historia me costaría mucho hacer eso. Y ya digo que soy fan de Elliot y Axell es bien guapa, me da lástima por lo de la doncella y que en la fiesta al final acabara Elliot así. No pienso perderme ningún capítulo de tu historia. PD: El apellido se me hace difícil hasta de leer xD Pues la historia la empecé a escribir con 16 años más o menos pero no está acabada todavía, y claro que he retocado muchas cosas en cuanto la redacción xD, el argumento es el mismo por eso. Me alegroe de que te gusten Eliott y Axelle, sin duda són mis personajes preferidos! No sientas lástima por las atrocidades de Eliott, será mucho peor en próximos capítulos, esto solo a sido una pequeña muestra de lo que es capaz de hacer xD El apellido es inpronunciable, ni yo sé pronunciarlo xD Me lo leí cuando estaba en la biblioteca xD (nadie vio las escenas de los desnudos xD) Me gustóoo, me enamoré de Eliott y tengo que confesar que no me gustan las historias de vampiros, pero esta me encantó O.O me gusta ver sangre xD y quiero conocer mejor a Axelle ^^ Tengo una duda... ¿de dónde sacan pieles tan bonitas? Yo tengo varias, pero no me quedan tan hermosas como las que veo en vuestras historias O.O sobretodo la skin que usaste con Eliott me encantó ^^ ahahah suerte que nadie vio las escenas! Me alegro de que te guste Eliott, y si te gusta ver sangre disfrutarás con las escenas del próximo capítulo xD Axelle es un personaje muy importante en la trama, és mucho más de lo que aparenta xD Pues las pieles las saco de sims3blog, si pones la pestaña de skins salen muchas pieles chulas, la de Eliott es la skin Fresh de ephemera si no recuerdo mal (para mi gusto solo queda bien en hombres) Para las chicas utilizo otras, ultimamente utilizo mucho las de esta página: http://rock-the-sims-italy.blogspot.com.es/search/label/Skintones Puede que también a la hora de verlas tan detalladas influyan los gráficos de tu juego. A Sweet Tsuyu le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios