Publicado 21 oct 2013 Eso es lo que tenía entendido y no que fueran hijos del Rey. Ahora lo importante es que sepa el Rey que Moira es su hija porque no creo que intente matarla o dejarla en prisión siendo su hija. Ayyy, qué larga se va a hacer la espera. Pues claro que lo sabe en cuanto que le ha visto la cara. Me encanta me los he leido todos, normalmente no me gustan los culebrones pero este tenia buena pinta y he caido, ya ahora solo puedo esperar con ansia el próximo cápitulo. Se me acabaron los me gusta pero le ire dando a cada capitulo xD. Espero con ansia el siguiente. Me pregunto que ocurrirá. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 21 oct 2013 Ay dioh, que fuerrrte la madre se ligó al master del reino xD A Sims3Forever and Ginevra les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 23 oct 2013 Moira y su padre tienen los ojos idénticos, no por nada Moira dijo que era idéntica a su madre excepto por los ojos, hay tanto que descubrir en su pasado, ya quiero saber que fue lo que ocurrió realmente T_T y menos mal que no hay ningún entrelazo con el padre de Dante y el de Moira xD que con leer los comentarios yo también me estaba confundiendo, sigue pronto =) Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 23 oct 2013 Eso de los ojos me acuerdo que no era como los de su madre. Y justo le ordenan que miren a los ojos cuando acaba el capítulo. ¡TACHÁN! Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 24 oct 2013 ........ Es el padreeeeeeeeeeeeeeee D: (A la pobre Moria, más le vale que después de lo que hizo, se controle un poco xD) A mí después de esto.. me han dado unas ganas muuuuy malas de saber que pasará en el próximo cápitulooooooo ! >.< Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 25 oct 2013 Elilhyn tu comentario me ha matado xDDDDDDDDDDD Gracias mis fieles seguidores ♥ Capítulo 11 - ¿Decís que esta es diferente? Lo contemplé sin dejar que mis emociones se vieran reflejados en mi rostro, esperando. - Sí- confirmó Rauru, contento. - Perfecto- se giró hacia Dante, dándome la espalda-. Cogedla y seguidme. Dante no dijo nada, dio un paso al frente y me cogió por el brazo, levantándome. - Alteza… ¿Qué pensáis hacer con ella?- inquirió Rauru, temiendo no volver a verme para poder investigarme. - Eso no es de vuestra incumbencia. - Majestad, como bruja y más aún que las demás, debería ser examinada profundamente y luego quemada como las otras- insistió Rauru. - Soy el rey y yo decido lo que hacer con ella- espetó, saliendo de la estancia. Dejamos a Rauru decepcionado y caminamos a paso ligero por un pasillo estrecho. Dante no me apretaba mucho el brazo, y sentía que evitaba mirarme. Pero ahora mi mente estaba en otra cosa. ¿Qué pensaba hacer el rey conmigo? Al fin se detuvo ante una puerta, la abrió y entramos en la estancia. Estaba casi vacía y no era custodiada por ningún guardia. El rey se giró, fijando otra vez sus ojos en los míos. - Eres… casi idéntica a ella…- murmuró al fin. No dije nada, solo podía ver cómo me miraba extendiendo su mano hasta mi rostro. - Helena… - No soy ella- espeté, dando un paso atrás. - Majestad- gruñó Dante, como un aviso. - Dante, retiraos- le ordenó, sin despegar la mirada de la mía. - ¿No tenéis miedo de que os haga algo?- pregunté, entornando los ojos. - He dicho que os retiréis- repitió a Dante, ignorándome. - No- se negó Dante, acercándose a mí. - ¿Qué? – el rey no se lo creía ¿qué le pasaba a ese Caballero Azul que osaba desafiarle? - ¡Basta!- exclamé- Dante, no va a hacerme nada- le dije, sin mirarle. - ¿Qué pasa aquí? ¡Exijo saberlo! –espetó autoritariamente el rey. - Dante, sal- le dije, sin girarme. - Mi deber es estar aquí- insistió él. - Está bien tarde o temprano te ibas a enterar…- cedí. - ¿Qué os pasa a vosotros? ¿Qué clase de comportamiento es el vuestro? ¡¿Qué tramáis?! ¡Dante, vuestro padre no toleraría este proceder! - Dante- seguí como si nada-, te presento a mi padre. Hubo un momento de silencio, pude notar cómo los dos estaban llenos de pensamientos tormentosos. No entendían nada ninguno de los dos. - Helena… al final te tuvo… - susurró el rey, mirándome con una infinita tristeza. - Quiero saber la verdad- me impuse-. No os juzgo porque no sé vuestra verdad, y quiero saberla. Madre sólo me contó lo que quiso. Aunque supongo que sabría que erais, de aquellas, príncipe… Hubo otro corto silencio. Dante no pronunciaba palabra, ni se movía, creo que ni pestañeaba. El rey le miró de reojo, aún sin comprender cómo nos tratábamos así, nuestra relación no era la de un Caballero Azul y una bruja. - Os lo explicaré luego, si me prometéis que no tendrá castigo- dije como condición. - Está bien. Entonces salgamos de aquí, no creo que sea un lugar suficientemente seguro- aceptó sin dudar. - Deberías cambiarte, así no pasarás desapercibida- murmuró al fin Dante. - Toma mi capa- dijo mi… padre, tendiéndome su capa negra-. Hazte un recogido para que no se te vea el pelo. Así hice, me arreglé y me tapé con la capa. Por lo menos podría pasar desapercibida un rato. No dijimos nada más, salimos de la estancia y recorrimos los calabozos. Pasé ante los guardias con la cabeza en alto, al lado del rey, no quería que creyeran que era una bruja protegida. Creo que conseguí interpretar mi papel, porque ninguno me miró de manera inquisitiva. Salimos a la luz del día, aunque seguía nublado, pero era luz, hacía días que no veía tanta claridad. Parpadee un par de veces y me acostumbré rápidamente a la claridad. Anduvimos a buen paso sin que nadie nos molestase, Dante se había puesto delante e iba abriendo el camino, la gente se apartaba para dejarnos pasar, incluso varios reconocieron al rey y se nos quedaban mirando, embobados. ¿A dónde nos dirigíamos? Eso empezaba a rondar por mi mente al cabo de caminar veinte minutos. Pero poco me duró la duda, pues atravesamos una pequeña muralla y aparecimos delante del castillo. Lo observé, mirando sus ventanas, sus balcones, sus piedras, sus guardias… todo eso… me pertenecía… Nos adentramos en el interior de sus muros fuertemente protegidos Los guardias nos miraban de reojo pasar a su lado a buen paso, pero les ignoramos. Intenté no desviar mucho la mirada hacia todo, los tapices de las paredes, los bancos con ricos detalles, las puertas que a saber qué encerraban tras ellas… Doblamos varios recodos atravesamos varias puertas hasta llegar a un patio interior. Era acogedor y tranquilo, no había nadie. - Aquí podemos hablar… sentaos- dijo, sentándose él primero, parecía que sus piernas no podían más. Le di un momento para aclararse, para ordenar sus ideas y yo mis preguntas. Aunque ahora que lo tenía enfrente no sabía ni por dónde empezar… - Helena… ¿Está bien?- preguntó en un susurro como un lamento. - Sí, o eso creo. - ¿Crees? – repitió sin entender. - Claro, Dante y su hermano me descubrieron, así que llevo tiempo sin saber de ella- expliqué. - No os entiendo- murmuró, mirando a Dante y a mí. - Después os explicaré. Primero contadme qué pasó hace veinte años- exigí. - Conocí a tu madre en una taberna- empezó tras suspirar-, ella trabajaba allí y era la mujer más dulce que había visto jamás. Frecuenté el lugar con tal de verla, y al final me decidí a hablar con ella, terminando en una relación. Éramos inseparables y muy felices, y al cabo de poco tiempo descubrí que era bruja, pero no me importó, al contrario, la vi más maravillosa… así que yo le confesé que era el príncipe Vrad. Fue el momento que más unidos nos sentimos. Entonces, al poco tiempo me confesó que estaba en cinta, así que le propuse matrimonio. Aunque le dio miedo por lo que podría pasar, aceptó. Hablé con mis padres y les dije que me iba a casar, pero no me dejaron ni terminar de hablar. Sabían que sería capaz de escaparme, así que me encerraron en mi habitación y no me dejaron salir hasta el día de mi boda, pues al cabo de un mes me casaron con la hija de unos condes… Tardé en poder yacer con ella. Le dejamos retomar el aire. Dante estaba centrado en lo que decía Vrad, y yo asimilaba poco a poco todo. - Supe tiempo después que le mandaron unos hombres para matarla. En más de una ocasión me escapé de la ciudad y recorrí leguas y leguas con tal de encontrarla. Pero le habían dado la orden a los Caballeros Azules de encontrarme también a mí. Así que solo tuve una opción al final. Cuando fui rey al poco tiempo, ordené que todas las brujas que se encontraran fueran llevadas a los calabozos y pasaran ante mí, sin excepción, dando recompensas para asegurarme de que las trajeran con vida. Estaba seguro que así podría encontrarla, saber de ella. Pero al verte… eres idéntica a ella, salvo los ojos… - Son como los vuestros- susurré, emocionada al ver que él aún sentía la rabia y el amor de antaño. - Helena… ¿se casó? -No, nunca estuvo con nadie, que recuerde. Pero ahora ya sé por qué odiaba el norte y el este, siempre nos íbamos cada vez alejando más y más… - ¿Y nunca te habló de mí? - No, nunca, hasta hace poco que le pregunté, pero no me dijo que fuerais rey- respondí, sonriendo de lado. - Entonces, no sabes donde está ahora… - No, creo que va a ir a casa de su hermana. - ¿Crees? - Sí, como os dijo Rauru, tengo poderes que las otras brujas no tienen- confirmé-. La vi en un sueño, como una premonición. He tenido varias y se han confirmado, así que sé que llegará junto a su hermana y estará bien. - Me alegro… Mirta se llamaba., nos dio su bendición para casarnos- recordó sonriendo amargamente- . Ya te he contado lo que pasó, ahora contadme vosotros dos. - Pues, me arriesgué de más buceando en un lago y… - Estuviste más de media hora debajo del agua- aclaró Dante. - ¡¿Más de media hora?!- exclamó Vrad, asombrado. - Sí, por lo visto eso las demás brujas tampoco lo hacen… Bueno, el caso es que ellos me descubrieron. Tras unos días tuvimos un problema en una posada, Dante acabó herido y tuve que curarle, a pesar de que él se resistió. Así que luego, cuando recobró el conocimiento, me debía la vida y se comportó mejor conmigo…- resumí. - Comprendo… Pero Dante, esto no lo debe de saber nadie, si vuestro padre se entera es capaz de desheredaros- le dijo seriamente Vrad. - Pues tal vez sea peor cuando se entere de que he yacido con ella. Vrad y yo nos quedamos estupefactos. No sabía dónde meterme ¿cómo se lo había dicho así sin más? ¿Estaba loco o qué? - ¿Qué? - Estaba borracho- repliqué, quitándole importancia. - Sabes que no fue eso- gruñó, mirando al suelo. - Dante no se lo digáis a vuestro padre si se entera es capaz de mataros- se alarmó Vrad. - Se tendrá que enterar, porque voy a ir con ella al norte- sentenció Dante. - ¿Al norte?- repitió Vrad. - Sí quiero ir a casa de mi tía Mirta para averiguar lo que me pasa, el por qué soy diferente a las demás- expliqué. - ¿Y la vais a acompañar?- le preguntó a Dante, estupefacto. - Es lo que tengo y quiero hacer. - ¿Quieres?- le pregunté, juntando las cejas. - Sigo pensando que me has embrujado… - El caso es- dije ignorándole-, que quiero irme pronto de aquí… me dejáis irme ¿verdad? - No, no te marches tan pronto- suplicó-. Ahora que te he encontrado por lo menos quédate un tiempo, por favor… Me quedé callada, pensativa. Sabía que Dante me iba a acompañar, algo que me había colmado de dicha saberlo y más con tanto ímpetu. Podría quedarme y estar con mi padre, conocerle y poder dar noticias a madre. - Está bien- cedí. - ¡Perfecto! Así estará para el cumpleaños de Jeremy… tu hermano. - Oh… un hermano… nunca pensé en tener uno- dije, emocionada. - Ahora ya entiendo por qué lo tuvisteis tan tarde- murmuró Dante. - Sí, pero que todo lo que hemos hablado aquí, aquí se quede. - No lo dudéis- garantizó Dante. - Venid- dijo Vrad repentinamente-, te llevaré a tu cuarto. - Me llamo Moira- le dije, sonriente. - Moira… especial hasta en el nombre…- dijo orgulloso. Nos volvimos a meter al interior tras un gesto con la cabeza. No volvimos a hablar hasta subir varios pisos, recorrer pasillos con alfombras y tapices en las paredes, era todo tan… real. - Esta será tu habitación mientras estés aquí- dijo Vrad, abriendo una puerta robusta. Era una habitación acogedora, digna del castillo. Mucha gente habría matado por tener una casa de ese tamaño, y más con su contenido. - Espero que te encuentres cómoda… - No os preocupéis, seguro que lo estaré- respondí, pues nunca había estado en una habitación así, para mí sola. - Perfecto. Diremos que eres una prima de la Capital del Sur. - Claro, no deben de saber que soy vuestra hija- sonreí. - Yo, tengo que retirarme ya- anunció Dante-. Os pido a vos, majestad, su bendición para poder acompañarla en su viaje al norte. Mi padre seguramente no lo apruebe, así que espero contar con vos. - Claro, Dante, no voy a dejar que vaya sola por esos caminos. - Gracias. Me retiro, pues. - Ya nos veremos- le dije, despidiéndome con una sonrisa. Dante hizo una pequeña reverencia y salió de la estancia, dejándonos solos… - Sigo pensando que vuestra relación es extraña- murmuró Vrad. - Si, nosotros también- corroboré-. Estoy segura que tiene algo que ver conmigo, no es normal… lo que pasó… - Si en el norte crees que encontrarás las respuestas a tus preguntas, ahí es donde has de ir. No te mando un grupo contigo porque sería sospechoso. Por esos lares cuanto más desapercibido se pasa mejor. - Por eso no os he pedido nada- dije, admirando mi entorno-. Aunque ahora sí os pido algo, necesito las flores para poder camuflar mi cabello. - Claro, dime las que necesitas y las consigo ahora mismo. Le hice una lista rápida, segura que todo lo encontraría en un herbolario. - Te dejo sola... luego mandaré las flores. Asentí y Vrad, tras dedicarme una sonrisa aún algo nerviosa, me dejó sola en mis aposentos. Hija del rey… una bruja hija del rey y encariñada con un Caballero Azul… aquello era todo muy peliagudo. Pero ahora lo único que quería era darme un baño en una tina de calidad y descansar en una cama gigante y cómoda… aquello era magnífico, pero me sentía vacía aún. Madre… padre… Dante… Continuará… A Koredanu, Avenged, UNADEXAI and 4 más les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 25 oct 2013 Ha salido todo mejor de lo que esperaba , parece que el destino de Moira se encamina y lo mejor es que no estará sola. Aunque espero que Dante sea menos brutillo en adelante, su arrebato me ha encantado . Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 25 oct 2013 Sí es cierto, este capi hasido más tranquilo, nuestras sospechas han salido a la luz, lo uqe no me qeuda muy claro lo de Dante y el padre de ésta. Por qué le temen... no me entero de eso xD Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 26 oct 2013 Lo extraño es que no le haya obligado a casarse con ella, en aquella epoca era lo habitual, despues de haberla mancillado. Pero bueno ya se verá, me encanta, quiero mas. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 26 oct 2013 Ohhh, me ha encantado el capítulo. Está todo tan claro que no hay nada que especular. Sólo decir que estoy hechizada con esta historia al igual que Dante lo está con Moira y que quiero otro capítulo prontoooo. Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 26 oct 2013 Pobre Moira, aunque pensándolo bien, por lo menos conoció a su padre y nada menos que el rey... ¡Ojala sea la reina! pero una reina buena, nada de tipo como la de blancanieves . Las que me dan pena son las demás brujas, ellas no tendrán tanta suerte... Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 27 oct 2013 Veo tan raaaara a Moira con el pelo taaaan recogido.. xDD En fin, me alegró que haya podido (y nosotros también xD) saber más de su pasadito :3 Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 27 oct 2013 Que bien que el padre la aceptó y ella también a él =) no se guardan rencor por nada. Espero que algún día Helena y Vrad se puedan reencontrar, sería lindo verlos juntos *o* y Dante cada vez me cae mejor xD sigue pronto! Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 28 oct 2013 Os voy a contar una anécdota: En unas fotos que se pone ella la capa del rey (creo que solo son dos) tuve que retocarlas con PS porque se me había olvidado quitarle la capa a Vrad, entonces iban los dos con capa xDDDDDDDDDDDD Luego cuando están en el patio ya es sin retocar. Una, que se despista XDDDD A Sims3Forever le gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 28 oct 2013 lol doble faena con lo de la capa! Me ha gustado mucho el capi, al menos nos hemos podido relajar un poquito! Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 28 oct 2013 Por fin pude leer el capi. Ays, el padre de Moira es atractivo e_e De momento la cosa va bien, aunque van tan bien que es raro D: a ver con qué nos sales ¬¬ Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 28 oct 2013 Esto es toh muy bonito para ser verdad (ya viene la negatividad personificada xD) Algo tiene que pasar para compensar tanto buen rollo xDD Aunque ahora mismo no se me ocurre nada... bueno si pero no, todo lo que se me ocurre es que muera gente pero no creo que mates a nadie taaan pronto.. o si... gin, esperaré el próximo capitulo T_T (no me defraudes el viernes que es fiesta eeh xDDD) Ah y su padre no es tan mayor, cuando mencionaban al rey me imaginaba al típico hombre de muchos años con su panza y sus vicios ejem xDDD Este tiene pinta de ser un rey decente xDDDD Y a ver Dante cuando deja de pensar que esta embrujado ¬¬ en todo caso enchochado xDDDDDDDDD A Ginevra, Eilhyn, YamiArashi and 1 más les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 28 oct 2013 Ay San, que me meo xDDDDDDDDDDDDDDDDDDD Tranquila, si todo va bien el viernes hay capi Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 1 nov 2013 Capítulo 12 Desperté al día siguiente por un sonido agudo, pero dulce. Abrí los ojos y contemplé un risueño rostro que me contemplaba y sonreía, a la vez que se presentaba. - Buenos días, mi señora. Mientras os hospedéis en el castillo seré vuestra dama de compañía. Me llamo Dana y cualquier cosa que necesitéis estoy a vuestra entera disposición. Me quedé observándola, era joven, muy joven y llena de entusiasmo. Tal vez algún día llegara a ser la jefa de las doncellas del castillo, o a eso aspiraba. - ¿Y estas son las maneras que tienes de despertarme?- le espeté, aunque me daba pena en el fondo, pero si tenía que hacerme pasar por una mujer de posición tenía que hacerlo bien. Dana se puso pálida y su rostro mudó de expresión. - ¡Lo siento mi señora! Pero el mismo rey Vrad me mandó a atenderos y ayudaros prontamente, pues este medio día hay una recepción. - Claro, ayúdame a escoger un vestido apropiado para la ocasión. Por el norte hace tiempo que no vengo y no sé las costumbres de la moda para tales eventos- solté, desperezándome. - Eso tengo entendido, señora, que en el sur suelen ser más… destapados. - Claro, porque allí hace más calor que aquí. El invierno allí no es duro para nada. En cambio aquí… -Aquí, mi señora, se pasa muy mal si uno no tiene un abrigo con que taparse- Dana parecía triste mientras me ayudaba a buscar en la cómoda. - Pareces triste… - Lo siento mi señora, pero tengo malos recuerdos de estas épocas. No me gusta el invierno, trae malas cosas. No dije nada, simplemente asentí con la cabeza, dejando que Dana me deslizara un vestido. - ¿Queréis que os peine yo?- se ofreció, admirando mi pelo. - ¿Sabrías hacer un peinado para tal ocasión? - ¡Claro! Una buena doncella ha de saber arreglar bien a su dama- contestó, sonriente. - Entonces guárdate el mejor peinado para el cumpleaños del príncipe Jeremy- murmuré pícara, sentándome y dejando que se preparase a peinarme. - ¡Por supuesto! Ese día será tan especial… el joven príncipe verá a algunas damiselas que puedan ser su esposa. - Bueno, pero mejor que se vayan conociendo poco a poco a que se case in situ- comenté, aunque me había quedado anonada al saber que mi hermano tendría un desfile de jóvenes casaderas de buena posición. - Y vos ¿No tenéis pretendiente?- inquirió, mesando mis cabellos. - No- respondí, lacónica-, aún no. - ¡Con lo hermosa que sois! ¡Debéis de tener muchos hombres detrás de vos! - Es posible, pero prefiero esperar y no precipitarme. Me quedé callada, pensativa. Ahora eso de formar una familia, tener una vida estable y normal como quería hacía un tiempo, antes de conocer a Dante y Edmund, me parecía imposible por el momento. Dana manejaba mi cabello con delicadeza, tal y como era ella, me dejó algo traspuesta hasta que llamaron a la puerta. - Adelante- ordené con voz imperativa. Asomó la cabeza otra doncella, con aspecto de ser más severa y aburrida que Dana. - La recepción comienza en quince minutos, señora- informó la mujer. - Ahora mismo asisto. La doncella asintió haciendo una pequeña reverencia y cerró la puerta. Dana terminó con mi peinado y de arreglarme un poco poniéndome unos polvos que nunca había visto de cerca, pero que toda noble usaba. - ¡Listo! Seguidme. Dana salió de mi cuarto, la seguí tras cerrar la puerta. Aquella zona del castillo era para los invitados, y estaba vacía. Parecía ser que en aquel momento era la única invitada. Descendimos varios tramos de escalera, cruzándonos con algunos guardias hasta ir escuchando más barullo. Estábamos cerca de los demás asistentes y de la música. Empecé a ponerme algo nerviosa ¿Y si alguien reparaba en mis ojos? ¿Y si alguien recordaba a madre al verme? Era poco probable, pero posible. Nos adentramos en un salón pequeño, acogedor, repleto de gente. Dana se apartó junto a los demás sirvientes, dejándome sola y desamparada entre gente que no conocía ni sabía cómo comportarme de verdad. Caminé hacia el centro, mirando en derredor, buscando alguna cara conocida. Y la vi. El rey, mi padre, estaba hablando con otros hombres importantes, a juzgar por sus vestimentas y portes. No iba a dirigirme a él, quedaría muy descarado, así que busqué más entre los rostros de los presentes. - ¿Buscáis a alguien? Una voz masculina hizo que dejara de buscar. Me giré para contemplar un rostro joven. - Puede ¿y vos?- espeté, pues no sabía bien qué decir. - A alguien con quien pasar el rato antes de sentarnos en la mesa… Perdonad mi descortesía, mi nombre es Gastón De Falco- se presentó, mirándome fijamente, como traspasándome. - Un gusto conoceros, Gastón. - ¿Y vos, mi señora? ¿Cuál es vuestro nombre? - Eleonora- respondí. No supe por qué, pero no quería decir mi nombre real. Si estaba interpretando a una noble, mi papel sería completamente falso. - Eleonora… precioso nombre, como vos- dijo en un susurro, como para sí mismo. - ¿Sois de aquí? – pregunté, por entablar una conversación mientras alguien venía a socorrerme. - Sí, pero por lo que aprecio vos no… nunca os había visto- parecía embelesado por algo. - Soy del sur, de la Capital del Sur. - ¡Del sur! No lo parecéis, sois tan… tan…- se quedó sin terminar la frase, no sólo porque parecía que se estaba perdiendo su mirada en la mía, sino porque se nos unió otra voz. - Así que vos sois la mujer de la que todos hablan. Gastón y yo nos giramos dando un respingo. La mujer que tenía ante mí era de rasgos duros, vestía imponente y parecía destriparme con la mirada. Me quedé perpleja mientras ella continuó con su monólogo. - Pelirroja… no se aprecian muchos tonos de vuestro cabello por estos lares. - Mi reina- Gastón se inclinó. Yo hice lo propio rápidamente, evitando que se notase mis nervios en mi rostro. - Tened cuidado Gastón, dicen que las de cabellos llameantes son peligrosas… ¿Vos qué opináis?- me preguntó sin rodeos. - Que todos tenemos nuestro punto de peligro- contesté. No me gustaba cómo me estaba hablando. Nadie dijo nada inmediatamente. Noté que Gastón se ponía ligeramente en tensión, y que las damas que acompañaban a la reina se miraban con descaro, como si las hubiera escandalizado. En cambio la reina me miraba con fijeza. - ¿Quién sois?- inquirió, sin dejar de mirarme fijamente. - Eleonora- contesté, sin despegar la mirada del collar de oro de la mujer. - Nunca os había visto… - Es del sur. Esa voz me relajó totalmente. Levanté la mirada para encontrarme con mis ojos, o mejor dicho los de Vrad. - ¿Del sur?- repitió su mujer, volviendo a mirarme- No lo parece… ¿y qué título tenéis? - Soy hija de un barón, mi reina- contesté. - Ah, por eso no me sonáis, nunca he ido al sur… y nunca había oído hablar de una belleza sureña pelirroja- dijo, relajándose un poco los de su alrededor. - Vuestra belleza es conocida por todo el reino- repliqué. Tenía que ser educada, con mi reina. - Doy fe- corroboró otra voz de hombre, una voz ruda. Volví a girarme para encontrarme de frente con uno de los señores con quien antes Vrad estaba hablando. Era un hombre de mediana edad, de rostro serio, duro por la experiencia. - Rudolf, os presento a Eleonora- dijo Vrad-. Eleonora, este es Rudolf Hamick, capitán de los Caballeros Azules. - Encantado, mi señora- saludó Rudolf cortésmente, dentro de su rudeza. - El placer es mío- murmuré, casi sin poder evitar mi perplejidad-. Disculpadme… Salí de la sala, dejando a toda esa gente dialogando, aunque pude notar muchas miradas clavadas en mi nuca. Me había agobiado rodeada de todos ellos, por la reina, el padre de Dante, y fingiendo ser lo que no soy. No me fijé por dónde iba, simplemente empecé a notar una brisa fría en mi rostro y no escuchaba ningún ruido cercano, sólo la música lejana de la reunión. Deambulé hasta tropezarme con la raíz de un árbol, haciendo que volviese a la realidad. Estaba en los jardines traseros. Respiré hondo, intentando serenarme, notando que aquello podría superarme y no entendía por qué un grupo de poderosos podía infringirme ese estado. Tal vez fuese por el trato duro de la reina, el temor de la reacción de Rudolf hacia Dante… - ¿Qué hacéis sola y alejada? Di un bote y me giré, encontrándome con el rostro de Gastón ante mí. - Disculpad si os he asustado. - No esperaba que alguien me siguiese- dije, buscando con mis ojos por si había alguien más, pero no, estábamos solos. - Noté que os azorabais en el salón, ¿Os encontráis indispuesta? - No os preocupéis, debe de ser el clima, que no estoy acostumbrada- dije sin pensar. - ¿Queréis que os acompañe a vuestros aposentos? –se ofreció. - Gracias, pero prefiero tomar algo más de fresco, me sentía algo desvanecida… - ¿Queréis que os traiga un refrigerio? - De verdad, no os preocupéis, se me está pasando- aseguré al ver su preocupación. En eso vi otra figura emerger y acercarse a nosotros. Era una mujer por sus ropajes, y en cuanto estuvo más cerca pude comprobar que era Dana. - Mi señora ¿Estáis bien? - Sí, Dana. - Marques De Falco, preguntan por vos en el salón. - Tendré que acudir… Eleonora, cuidaos- susurró con un tono agradable y profundo. Asentí, notando que me ponía algo nerviosa otra vez. Lo vimos alejarse en silencio, mientras me volvía a serenar. - Dana, acompáñame a mi cuarto- murmuré. No quería volver al salón, y tenía la excusa perfecta, pues Gastón les diría que estaba indispuesta y Dana lo corroboraría. No quería ser objeto de diversión de la reina otra vez, ni que me mirasen por ser del sur, o por mis cabellos rojizos. Llegamos a mi cuarto sin encontrarnos con nadie por el camino, sólo guardias. Entré y me dejé caer en una silla, sentía que todo daba vueltas, y no por mareo, sino como si estuviera desubicada, como si se fuera a abrir un precipicio y fuera a caer. - ¿Necesitáis algo? ¿Sales? - No, no… necesito… Dana, he conocido al Capitán de los Caballeros Azules, ¿sabes dónde vive? - Sí, en la plaza Mayor, la casa de piedra blanca- contestó, reflexionando. - Tengo entendido que tiene hijos… - Sí, dos, ambos Caballeros Azules… y apuestos, como el marqués De Falco…- comentó pícara. - ¿Insinúas algo, Dana?- pregunté, recuperándome poco a poco de mi malestar. - Que tal vez podéis encontrar aquí a vuestro marido, si no lo encontráis en la Capital del Sur, es una pena que una dama tan bella como vos esté sola- dijo, sintiéndolo realmente. - Tal vez sea mi destino, estar sola… - Decidme ¿No os ha parecido apuesto el marqués? - Sin duda lo es, pero no soy así, busco algo más que una cara bonita… - ¡Ojalá estuviera yo rodeada de hombres así! No me haría de rogar… - Me encantaría seguir conversando, pero temo recaer- dije, necesitaba llevar mi plan, recién pensado, acabo. - Oh claro, descansad ahora que os sentís mejor, os excusaré ante los invitados, no os preocupéis- aseguró sonriendo dulcemente e incorporándose. - Te espero mañana para dar un paseo, el ejercicio matutino sienta muy bien. - Claro, mi señora. Descansad. Salió tras inclinarse, dejándome sola. Apagué las velas y me dejé caer en la cama, intentando que los latidos de mi corazón dejasen de retumbar en mis oídos, haciendo que los segundos trascurrieran lentamente. Pensé en otra cosa, quería que pasara el tiempo, un tiempo prudente antes de salir. Me hubiera gustado conocer a mi hermano, no había visto a ningún joven en la recepción, así que seguramente no había asistido o lo haría más tarde. ¿Se parecería a padre o a la reina? ¿Tendríamos los mismos ojos? ¿Sería un chico agradable? Me entretuve imaginándomelo, si sería castaño o de pelo negro, alto o bajo, arrogante o amable. Aunque viendo a la madre y teniendo esa edad, me podía imaginar su actitud… O tal vez podría ser como Gastón, el marqués Gastón… ¿Marqués? No me lo hubiera imaginado, tal vez un barón, o hijo de un conde, pero no tan joven y marqués, y por lo que parecía, soltero. No era tan inocente como para no darme cuenta de que le había caído en gracia, seguramente me cortejara, tal vez con otros fines, como buen hombre, o tal vez con sinceridad y honor, pero yo tenía otros planes. Y no solo otros planes lejos de esta ciudad, sino otro hombre. Otro al que iba a ver esa misma noche, o esa era mi intención, pero necesitaba verle, lo necesitaba con mucha ansia. Continuará… A Koredanu, UNADEXAI, Camiii and 1 más les gusta esto Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 1 nov 2013 Que rancia la reina, madre mía xDDD No entiendo como Vrad la aguanta Viendo a la madre, me estoy imaginando que su hermano no será muy amable, pero a saber xDDDDD UUUh el marquesito Gastón.. que peligro tiene, demasiado gentil y cortés, estos al final acaban siendo los peores xDDD Un poco acosador el chaval, me da mala espina xDDDDDDDD Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 1 nov 2013 Que bruja la reina, creo que se celo de Moira en cuanto la vio. Espero por otra parte que Moira se vaya pronto del castillo, con tanta bruja y tanto galán estaría más segura en el mismo infierno... Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 1 nov 2013 A la bruja de la reina esa.. la deberían quemar en la hoguera. xD A Gastón le hace "tilín" Moira (?) (xDDDD) No me extraña que Moira se sintiése extraña ahí con tanta gente.... D: Tengo ganas de que vaya al Norte .. D: Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 1 nov 2013 Ya quiero que se vuelvan a ver Dante y Moira, anda pero con la aparición del marqués a ver si no se les hace más complicado y Gastón trata de meterseles entre ceja y ceja. Me encanta que ahora Moira esta logrando tener el respeto que merece, pero la reinita no es muy amable que se diga...sigue pronto =). Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 1 nov 2013 Normal que Moira haya pasado un mal rato en esa velada, ya veo yo que la reina esa va a dar lio y ojala que el hijo no sea como ella que eso unido al Gaston que va a estar acosando le va a ser la vida difícil a Moira, que conste que no me cae mal Gaston (de momento) pero me temo que es de esos insistentes xDD Share this post Link to post Compartir en otros sitios
Publicado 1 nov 2013 Voy por partes. Dana es preciosa y Moira también lo está con ese peinado. Gastón me ha gustado mucho y a él se le ve muy interesado por Moira, Sería un estupendo partido para Moira si no fuera porque ella está enamorada de Dante. Además, yo no veo que esté acosándola. Simplemente le ha gustado y quería saber dónde estaba pues ella desapareció del salón. Qué ganas tengo de ver el encuentro de Moira y Dante y saber qué se dicen y cómo se comportan. Cada vez que leo un capítulo, me quedo con ganas de mucho más. Ojalá no tengamos que esperar mucho para el siguiente. Share this post Link to post Compartir en otros sitios