Historia cancelada #~#Kyle, angel of death#~#

[NatayaTahir 0]

Aquí empiezo una nueva historia =D No he acabado con Loneliness, pero estoy excasa de ideas para esa historia y esta me llamaba con su canto de sirena. En realidad es una antigua historia reescrita que publiqué en la página oficial de los sims 2. El único que conservo es el protagonista (al que le he cambiado los ojos, que los que tenía eran muy viejos xD Y si, Cova, ya se que me odias por ello, pero... move on!) y la historia tendrá diferentes cambios de la original, aunque intentaré mantenerme fiel. Sin más dilación, Kyle, angel of death! (debo advertir que es una historia con contenido violento, sexual y además de malas palabras, así que si eres un poco sensiblón esta no es tu historia)

Portada de Sonia!!! Muchas gracias sexy<3

Prefacio

Siempre creí que la vida era un sueño, un cuento de príncipes caballerosos que salvaban princesas vestidas de seda. Lo que nunca imaginé es que los cuentos de hadas habían muerto.

Prologo

El aire frío de aquella noche le alborotaba el cabello negro obsidiana. Sus ojos eran dos pozos agitados del color del océano en una tormenta impetuosa. Sonrió de lado, maliciosamente, saboreando el momento que vendría a continuación. Todas sus victimas corrían, presas de un pánico que hacía que la sangre en sus venas ardiera, quemara con tal intensidad que ninguna otra cosa le hacía sentir tan vivo. Aquella vez escogió a una mujer, una mujer cualquiera, al azar. Nunca había seguido un patrón determinado, aquello no iba con él. Escogía a alguien entre un montón, cualquiera, entonces atacaba, disfrutando de seguir a su presa, permitiéndole unos segundos de tranquilidad aparente.

A continuación, daba un paso, haciendo que esta saliera despavorida, corriendo, respirando mientras la garganta le ardía al coger aire. Él solo caminaba, pacientemente, como si el mundo fuera a cámara lenta. Acababan siendo tan idiotas que se metían en un callejón sin salida, como ahora. Ese cerebro reptiliano que te empuja a sobrevivir, a no rumiar, a actuar sin capacidad de pensar, se mostraba siempre que una de sus victimas se veía ya incapaz de huir. Maldecían, intentaban patearle, mas era más rápido, veloz, se esperaba cada uno de los movimientos. Oh, si, cuanto disfrutaba cuando intentaban resistirse, luchando en vano por sus miserables vidas.

Y así acababa todo para ellos. Él sacaba su preciado cuchillo carnicero, manchado de sangre seca de otras personas, gente sin nombre de los cuales no recordaba ni el rostro. Primero golpeaba, haciendo que la presa perdiera el equilibrio y cayera, después enterraba el arma afilada en cualquier parte, dando un gran tajo, notando como la carne blanda se separaba a su paso, mientras la sangre le manchaba levemente la cara, sintiendo como le calentaba el rostro. Los gritos de auxilio penetrando en sus oídos, haciendo que su cuerpo ardiera con más fuerza, amando cada uno de esos chillidos que se perdían en la oscuridad. Y ya no había nada que lo parase. Era un cuchillazo tras otro, destrozando, profanando, hasta que podía notar el gusto de la sangre en los labios, los cuales se relamía con total satisfacción.

Cuando terminaba, contemplaba su obra maestra. El rojo, vivo, vibrante, ese tono rojizo que solo es capaz de dar la sangre, la vida arrebatada por sus propias manos. En ese punto limpiaba cualquier pista, cualquier dato que pudieran rastrearlo a él. Se marchaba, escondiendo su arma, sacando los rastros de líquido vital de su angelical rostro, saliendo del callejón para terminar unido a la marea de personas que paseaban por el amasijo de calles que conformaban el centro. Notándose poderoso, fuerte, como un ángel de la muerte que decidía quien moría y quién dejaba vivir. Pero, ah, queridos, todos acabarían pasando por el filo de su cuchillo.

Editado 9 ene 2013 por NatayaTahir

[NatayaTahir 0]

Capitulo 1

La luz entró por los pequeños resquicios de los agujeros de las persianas bajadas. Alguien estaba aún en la cama, remoloneando, sabiendo que el despertador no tardaría en sonar. Odiaba aquello, cuando se despertaba antes que el despertador, no pudiendo disfrutar de unos minutos más de sueño. Finalmente, la conocida melodía de un violín chirriante hizo que se levantara, furiosa. Apagó la alarma del móvil y se vistió, de forma perezosa, con el uniforme del colegio de prestigio al que iba. Se lavó los dientes, se peinó decentemente (aunque su cabello parecía querer llevarle la contraria, rebelándose contra el peine) y se echó unas gotas del perfume que se había comprado ese verano en París, un perfume exclusivo a unas pocas personas.

Bajo a desayunar, mientras su madre, su abuela y su hermana pequeña ya estaban allí reunidas. Su abuela se sentaba en la cabeza de la mesa, presidiendo la mesa, su madre a la izquierda de esta y su hermana a la derecha. Ella se sentó al lado de su hermana, como de costumbre, sirviéndose el desayuno. Lupe, la criada, estaba en una esquina de la habitación, por si alguna de las presentes necesitaba algo.

-Por fin te levantas, cada día más tarde-le espetó su madre mientras daba un bocado a su tostada.

-Es que anoche dormí muy mal, mama. ¡No debería haber instituto tan temprano!-sorbió un poco de zumo, poniendo morros.

Su abuela solo suspiro, untándose más mantequilla de lo normal en la tostada. Lily sabía a ciencia cierta que su abuela quería que se comportara como la dama de sociedad que era. Levantarse temprano, sentarse erguida, comportarse de forma correcta y seguir el protocolo. A Lily nunca le importó todo eso, le gustaba la sofisticación de los modales, el glamour de las fiestas y la elegancia de las lámparas de araña que atrapaban la luz y las hacían brillar. Sin embargo, estaba pasando por esa etapa rebelde que todo adolescente degustaba en esa época. El desafío adulto, las ganas de comerse el mundo, creyendo que nunca te darás contra nada.

Su hermana le hizo un gesto, era hora de marcharse al instituto. Lily se sacudió la melena, agarró la mochila que estaba en la entrada y penetró en la limusina que la llevaría al instituto más caro de todo el país.

-Estoy harta de mama, se cree que puede controlarme. Y para colmo esta mañana se me ha roto una uña.

Su hermana solo asintió, nunca había sido muy habladora. Lily lo agradecía, ya que no podría haber lidiado con una hermana pequeña chillona y escandalosa (ese era su papel, nadie debía quitarle protagonismo).

La familia McQueen se dedicaba a negocios de ocio, sobretodo, aunque en el último tiempo también habían empezado a comprar empresas de alimentación. El dinero residía en la gran potencia que significaba la cadena de hoteles McQueen, uno de los hoteles más prestigiosos del mundo, que competía la mayoría de veces con los Hilton. El padre de Lily, Thomas McQueen estaba de viaje de aquí para allá, revisando que cada hotel estuviera a la perfección, rozando lo enfermizo. Su madre se dedicaba más al negocio desde casa, revisando el papeleo que a Thomas le daba pereza mirar. Lily, de diecisiete años, había crecido con el lujo palpitándole en las venas, asistiendo a importantes cenas benéficas de gala, jamás mezclándose con alguien que fuera inferior a ella.

Su abuela la había educado desde la cuna, como a su hermana, convirtiéndola en toda una señorita. Su enseñamiento iba desde aprender francés, alemán e italiano, a saber estar en la mesa, tocar el piano, el violín, ballet y clases de oratoria. Cuando terminara sus estudios de secundaria, es decir, ese mismo año, iría directa a alguna buena universidad para estudiar económicas y ocuparse de toda la empresa familiar, junto a su hermana pequeña. Ella no quería hacer económicas, los números no se le daban muy bien, pero debía afrontar las responsabilidades del futuro. Mientras tanto, solo se lo pasaría bien.

La limusina las dejó en la puerta del instituto. Lily y Emma se bajaron, despidiéndose del chofer.

-Bueno, te veo luego, que tengas un buen día-y se dirigió hacía el ala oeste, donde estaban las clases de los más mayores. Sus dos mejores amigas, Karen y Samantha ya la estaban esperando.

-¡Creí que hoy no llegabas!-rió Samantha. Eran amigas desde prescolar, juntas desde la más tierna infancia. Sam era todo lo que una chica podía desear, belleza, curvas matadoras, ningún tipo de vergüenza y carisma. Quería ser modelo y ya alguna agencia la había llamado para hacer un par de anuncios.

-Eso, dormilona. Se te pegan cada vez más las sabanas-Karen era su otra mejor amiga, la conocieron en cuarto de primaria, transferida desde la otra punta del país. Sus padres no eran tan ricos como los de Sam o Lily, pero se las apañaban bien. Era simpática, divertida, dispuesta a echarte un cable, pero era demasiado rencorosa.

-Callaos las dos, ¿queréis? Por cierto, ¿os apetece el viernes ir al “Violet Storm”? He leído blogs de moda y dicen que está súper cool.

-¿El viernes…?-Sam se quedó pensativa un momento-¡lo siento, Lil, he quedado con el capitán de básquet! Ya sabes lo difícil que es conseguirse una cita con él…

-¿Con Brian? ¡No me jodas, Sam!-se sorprendió Karen-Llevo meses tirándole la caña, pero parece que pase de mí.

Brian era el segundo tío más macizo de todo el instituto. Era difícil conseguir una cita porque evaluaba a cada conquista al milímetro. Mas cuando estaba con una, al cabo de un par de citas, unos pocos magreos y un polvo rápido se cansaba, así que todas las chicas hacían cola para tener una oportunidad.

-¿Y tú cuando diablos le vas a decir algo a Dean? Llevas siglos babeando detrás de él y desde que rompió con la zorra de Vanessa no para de ponerte ojitos-le informó Sam, mientras Karen asentía concienzudamente.

Dean era su hombre. No había otra forma de definirlo. Su número uno. Era alto, moreno, con unos ojos grises que te atrapaban. Estaba enamorada de él desde que tenía memoria, no obstante, solo habían intercambiado unas pocas frases sobre el tiempo y las clases. Mientras él se echaba novias y novias, Lily permanecía en casa, escuchando canciones tristes y llorando porque su vida era un desastre.

-No me metas prisa, ¿quieres? Cuando tenga que suceder, sucederá. Quiero que sea algo, no sé, ¡mágico!

Sam soltó una enorme carcajada, para fastidio se su amiga. Para la pelirroja, cosas como “mágico” o “romántico” no entraba dentro de su vocabulario. Lo suyo era ser una zorra. Refinada y con modales, pero una zorra al fin y al cabo.

-Sé lo que piensas, Samantha, pero es como yo lo veo. Y ahora, venga, vamos para clase que no tardará mucho en tocar el timbre-y como si este la hubiera escuchado, empezó a vibrar y a sonar por todos los recónditos pasillos de aquel instituto. Entraron en la clase de química, todos los alumnos estaban ya sentados y ellas corrieron a ponerse en sus puestos. Karen y Lily compartían prácticas de laboratorio. Sam lo hacía con su prometido, Charles. En realidad solo era un pacto de las dos familias para poder unirse, después de la boda, como una gran empresa. Sam disfrutaba de los chicos antes de verse atada a aquél misógino que parecía amar más a los libros que a las personas. En la otra punta de clase estaba Charlotte, la gótica del instituto. Era muy rara, no hablaba con nadie y siempre tenía cara de malas pulgas. Cabe añadir que era una becada y odiaba a todos esos niños y niñas de papa.

Cogieron algunos apuntes unos diez minutos, hasta ponerse con las auténticas prácticas. El profesor de química, Mr White, era muy bueno enseñando, aunque un poco exigente a la hora de corregir. Karen y Lily estaban enfrascadas en su tarea, mientras Robert lo hacía todo él solo. Sam se dedicaba a mirarse las uñas y mirar, de vez en cuando, a los guaperas que corrían en clase de gimnasia.

Tras lo que pareció ser un siglo de un silencio arrollador, el timbre sonó dando la clase como finalizada. Lily, Karen y Sam salieron por patas, echándose la mochila al hombro.

-¿Qué toca ahora?-preguntó Lily, dejando unos pocos libros en su taquilla.

-Gimnasia-suspiró Karen. No era muy buena en esa materia.

-¡Vamos a alegrarnos la vista con el culito de Frank!-canturreó Sam, toda contenta. Frank era el profesor de educación física, recién salido de la carrera no pasaría de los treinta. Era alto, musculoso y aunque quizá tenía una cara muy recia y una mandíbula pronunciada, el color profundo de sus ojos miel hacía que todas las chicas suspiraran por él.

Tenían que pasar por el patio que daba a la calle para llegar a los vestuarios. Lily andaba en la cuarta dimensión cuando el codazo de Sam la hizo reaccionar. Dean se estaba acercando a ella, sin vacilar. Acababa de salir de gimnasia y el cabello negro, después de la ducha, se le pegaba a la frente, resaltando aún más sus ojos grises.

-¡Nos vemos en el vestuario y nos cuentas!-gritó la pelirroja, sin disimular nada. Karen se disculpó con la mirada y la empujó para seguir el camino.

-Vaya, veo que tus amigas son unas cotillas.

Lily sonrió, exasperada, intentando disimular esos aguijones que parecían perforar su estómago. ¿Quién diablos había dicho que se sentían mariposas?

-Ya, bueno, ya sabes cómo son…-musitó Lily, tocándose el pelo-¿ocurre algo?

-Esto…si…yo, em…me preguntaba si querrías salir conmigo el viernes. Ir a cenar algo y luego al “Violet Storm”, me han dicho que no está mal…

Lily sintió ganas de empezar a correr, brincar, hacer la rueda, tirarse por el césped y no parar de reír hasta que muriera. ¡Por fin estaba sucediendo! ¡Dean le estaba pidiendo esa cita que tan ansiosamente había esperado! Ella asintió, una sonrisa demasiado brillante apareciendo entre sus labios. Dean también sonrió.

-Oh, espera, te apuntó mi Skype y hablamos esta tarde, ¿te parece bien?-era una pregunta retórica, ya estaba sacando papel y boli de la mochila, apuntándole su dirección.

-Estupendo entonces. Concretamos los detalles más tarde. ¡Qué te vaya bien gimnasia, Frank está un poco irritado esta mañana!

Se marchó, a paso ligero, ya que llegaba tarde a su próxima clase. Lily dio vueltas y vueltas, riéndose como una maniática. Su sueño se hacía realidad. Dean iba a ser suyo.

[Cova 124]

KYYYYYYYYYYYLEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

[SoniiaV 169]

AAAAAH PORFIIIIIIIN. Ya la leí una vez y me vuelve a encantar T^T me hace mucha gracia Lily xDDD

Charlotte parece un robot con tanto piercing, ni que fuesen tornillos.

Y, que más...

Kyle... lo violaría. Vale, no ha tenido nada de sexy el principio, pero entre conocerlo y verlo tan feliz con su cadaver ;__; que recuerdos.

A ver si te hago pronto la portada :3'

SIGUE PRONTO QUE SE QUE TIENES AHI

(Imaginad que gritan Kyle.)

[BryanF 164]

¿Soy yo el único que está aquí por la historia? ._.

[NatayaTahir 0]

Cova y Sonia...me alegro veros tan entusiastas xDDD Kyle ha vuelto..! yupiiii...! Y si, Sonia, está tan contento con su cadaver =')

Bryan, tranquilo, ellas también están por la historia..

[BryanF 164]

No te creo, ellas vienen para ver sims macizos e_e

[NatayaTahir 0]

De todo un poco Bryan, de todo un poco xDD Espero que te guste lo poquito que lleva =3

[MariaWeasley 1]

¡Lo prometido es deudaaaaa! Ya me ha he leído, Encinita de mi corasón.

Ahora entiendo por qué estábais todas tan locas con Kyle *------* Aunque pobre muchahca.. xDDD

Lily de momento me cae bien.. veremos a ver que pasa con Dean e.é

¡Sigue pronto, que maencantaoooooo'!

[NatayaTahir 0]

Maria muchas gracias por comentar! Me alegro que te guste Kyle, es que es muy grrroar. Bueno si, pobre muchacha...pero vete acostumbrando...xDDDD

[Sun 16]

No sé ni que decir, son todos muy asjasdksas. (En especial Kyle y Dean.)

[NatayaTahir 0]

Muchas gracias sun! Me encanta el gif xD

Editado 7 ene 2013 por NatayaTahir

[Sims.Lena.3 51]

Hello everybody!!!! xD Muy bien muy bien, el prólogo me encantó, y Lily pija de más xDD a ver si no lo vas dejando como con el legacy e_é

[NatayaTahir 0]

No, esto no lo dejo, Lena XD o me linchan xDDD Además ya tengo 7 capis escritos e iré escribiendo 2 mínimo para poder actualizar xD Gracias por pasarte, sersy =3

[Aída_dc 249]

Oh, madre mía!!!!!!!! ME ENCANTAAAAAAAAAAA! Con lo loca que soy yo con el tema muerte, vas y me plantas una historia cuyo protagonista es un macizorro asesino muahahaha Simplemente me encanta!!!

A Dean hay que matarlo, no? XDDDD Y al misógino ese también juas juas

¡Sube capi prontooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo! POR FAVOR

PD: Quiero capi de Loneliness

Editado 7 ene 2013 por Aída_dc

[NatayaTahir 0]

Muchas gracias Aída!!! Me alegro que te haya gustado tanto xDD espero no tardar tanto en actualizar, que tengo 7 capis escritos...(e iré escribiendo más, claro xD)

PD: Loneliness, estoy sin ideas..xD las tengo pero no se como ponerlas.

[Aída_dc 249]

Pues entonces quiero capi pronto no, lo siguiente xDDD Y quiero ver más muerteeees! Modo macabro on

PD: Umm, qué mal! No sé, ponte a sacar fotos y te vas estructurando la mente mientras o algo hahaha

[Lolita 153]

Kyle. Kyle es sexy. Y Lily me cae mal... jo. Espero que el prota la espabile... aunque me temo que todo será muy jarcor y alguna que otra amigota de Lily la va a palmar... lo intuyo... jujuju...

[NatayaTahir 0]

Ya, es que Lily es muy...pija xDDD Pero si, luego empieza a espabilar un poquito =3 Gracias por dejarme coment, lolitaaaaaaa<3 (aunque te pese er shishi de vez en cuando xDDDD)

[BryanF 164]

Si esta historia no lleva ná de serso no me la leo (?

Continuala T_T

[NatayaTahir 0]

Esta tarde intentare actualizarrrr (si mis sobrinos me lo permiten xD) luego hasta el dia 26 no podre actu porque tengo examenes finales en la uni T.T

[MariaWeasley 1]

Ya es por la tarde e-e

[SoniiaV 169]

Está actualizando! Lo intuyo!

[NatayaTahir 0]

Pues como prometí, actualización =3 Hasta el día 26 o 27 no volveré a actu porque estoy de examenes finales. Aunque quizá me de una venada y actu antes, pero no prometo nada xD

Capitulo 2

Abrió los ojos a la oscuridad. Aquella noche se había quedado a dormir en su “almacén”, un viejo sótano de una fábrica abandonada a las afueras de la ciudad. Tenía unas pocas pertenencias allí, algo de ropa, una cama, una pequeña cocina, un sofá con una vieja tele y un baño. Junto a su sala de torturas. Sonrió recordando la buena noche que había tenido. Se levantó, haciendo un revoltijo con las sabanas, poniéndose una camiseta. Sus pies recibieron el frío del suelo como un viejo amigo. Él adoraba el frío por encima de todas las cosas, esa sensación que recorría la planta de sus pies hasta llegar a enfriar todo su cuerpo, excepto su corazón. Eso había muerto hacía mucho tiempo atrás…

Se apartó cuatro mechones de la cara, cogiendo una cerveza de la nevera. Nunca había seguido un desayuno muy estricto. Tatareó una canción mientras marchaba a su habitación especial. Abrió la puerta y un olor putrefacto, a carne rancia y sangre seca le dio la bienvenida. Aspiró profundamente la fragancia familiar, cerrando los ojos. Le gustaba. Era lo que más amaba en el mundo. Porque esa era su esencia, su marca personal, la prueba definitiva de que la vida se escapaba entre sus culpables manos.

Depositó la botella junto a la bañera. Dentro flotaba un cadáver, no tendría más de dos días, todo recubierto de un líquido teñido de sangre. Lejía. Perfecta para conservar los cuerpos unos pocos días antes de su putrefacción absoluta. Hurgó dentro de la tina, agarrando un trozo escurridizo de lo que sabía era una de las tripas de la mujer que yacía con la mirada apagada. Jugueteó con ella un momento, recreándose en la suavidad, en lo resbaladizo que se volvía a causa del líquido que lo empapaba. Sonrió completamente satisfecho, mirándose las manos llenas de sangre y lejía. Olía fatal, el perfume acido de la lejía se unía en perfecta harmonía con ese aroma amargo, agrio, de la sangre y la inmundicia. Si alguna vez hiciera una colonia, olería exactamente a eso.

Pronto debería encargarse de aquel cuerpo muerto que yacía a su lado. La lejía dejaría de hacer efecto en poco tiempo y todo comenzaría a ponerse peor. Decidió que aquella misma noche le daría sepultura, a trozos.

Salió de la sala, aún con las manos llenas de sangre. Se duchó con calma, saboreando el agua tibia, coloreada de rojo, que le acariciaba todo el cuerpo. Se vistió poco después, un conjunto casual para ir a clase. Kyle Gilmore tenía solo 22 años, estudiaba Criminología en la universidad pública de su ciudad, queriendo seguir todos los pasos y pistas posibles que puede dejar un asesino, para poder borrarlas y que no le pillaran nunca. Era adoptado. Sus padres adoptivos siempre habían sido bueno con él y nunca le preguntaron por su pasado, ya que esquivaba las preguntas o cambiaba de tema.

Había matado por primera vez con trece años, la única vez que lo hizo por una buena causa y desde entonces, se volvió adicto. Algunos necesitaban la heroína, la cocaína o cualquier tipo de droga para seguir tirando, para tener algún motivo por el cual vivir, todos ellos hambrientos cada vez más, aumentando la dosis. Otros fumaban o bebían, algo legal, pero igualmente mortífero en grandes cantidades. Él, sencillamente, necesitaba matar. Bueno, necesitar no era la palabra correcta, vivía para matar. Era su religión, su amor, su vida misma. Todo se centraba en descuartizar a personas, abrirlas el canal para arrancarles sus órganos y observarlos a la viva luz de una lámpara o a la tenue luz de unas farolas lejanas. Le encantaba esa sensación de poder infinito que sentía cuando alguien le suplicaba por su vida, miserablemente, sabiendo que nada podría pararlo. Y el rojo, dios, ese rojo por el cual vivía, ese rojo que ningún pintor podía captar, porque solo la sangre tenía ese tono vivo, ese tono brillante, vital, esplendoroso que producía una gran atracción, como el canto de una sirena que te atrae, te vuelve loco hasta sucumbir a sus deseos.

Tomó la mochila de lado, metiendo la carpeta y otros útiles que podría necesitar. Se miró en el espejo de la entrada antes de irse, inspeccionando cualquier tipo de huella que pudiera delatar sus crímenes.

-Perfecto-murmuró su voz, grave, penetrante, tan sutil como un latigazo.

Tenía el coche en el taller, así que debía ir a pie hasta su universidad. Quedaba bastante lejos, como a cuarenta minutos de camino, pero a él no le importaba caminar. Siempre podía fichar alguna víctima de esa forma. Escogió un atajo, uno que debía pasar por un colegio de niños pijos al que iba su prima (adoptiva) Charlotte. Le parloteaba, cuando se veían, de los estúpidos que eran todos y que nadie merecía su amistad, solo una mirada de asco a esos niños de papa que no sabían que era ganarse el dinero. Kyle la callaba con un beso, metiéndole la lengua hasta la garganta y arañándole la espalda.

Miró la hora y se dio cuenta de que llegaba tarde, así que empezó a correr, sin pararse a contemplar la escuela como a veces hacía. Pero algo le hizo detenerse en su carrera, algo que logró que su corazón rompiera su terrible ataúd de hielo, heridas sin cicatrizar y una gruesa armadura de metal. Ella estaba allí, como una visión fantástica. Se sintió como un fiel contemplando la aparición de su Virgen adorada, como un poeta frente a su descubierta musa. Hablaba con un chico, pero todo se le hacía borroso. Su cabello caía en una cascada rubia clara, llena de bucles, algo despeinado, aunque la dueña se había peinado a conciencia. El color de sus ojos llegó, aunque lejos, como el brillo verde de la hierba al ser observada por el sol, recién cortada, en un día perfecto de primavera. Sonreía como una idiota, tocándose el cabello nerviosamente. Y Kyle supo, como una iluminación divina que le hacía arder el cerebro, que aquella chica debía ser suya. A cualquier precio.

El chico se despidió de ella, rozándole el hombro con la mano. Se sintió arder, nadie tocaba algo de su propiedad o más concretamente, algo que sería de su propiedad. Exclusiva. Ella se giró para marcharse a no sé dónde, mientras él se metía un papelito en el bolsillo trasero del pantalón, con tan mala pata que se le cayó, sin darse cuenta. Kyle supo que aquella era la suya, que aquél papelito tendría alguna información importante. Saltó la valla de metal fácilmente, veloz agarró el papel mal doblado y miró lo que había escrito

“Skype de Lily: Lil_SweetCandy. ¡Esta tarde concretamos detalles! No te olvides de mí<3”

-Te tengo-sonrió Kyle, esa sonrisa maliciosa que ponía antes de comenzar un crimen.

Editado 13 ene 2013 por NatayaTahir

[NatayaTahir 0]

Capitulo 3

Lily había llegado a casa con Samantha y Karen. A su madre no le importaba que invitara a sus amigas cuando quisiera, le caían bien, básicamente porque en un futuro serían unos buenos contactos para su hija. Dejó el bolso en la entrada, junto los de Sam y Karen. Subieron a su habitación, mientras su hermana la seguía, taciturna, a su propia habitación.

Se colocaron cada una en el suelo, sacando revistas de moda, algo de comida que Lily escondía para ocasiones especiales y su diario compartido. Cada semana se lo llevaba una de las tres y ahí escribían sueños, idioteces varias y el tipo de futuro que se esperaban.

-Entonces Lily se casara con Dean, Karen con algún guapo y sofisticado, aunque mayor, hombre y yo acabaré suicidándome por aguantar a Charles-escribió Sam, con su letra redondeada en el diario.

-¡No acabarás suicidándote, Sam!-exclamó Lily, arrebatándole el diario y tachando esa última frase-y Sam acabara casada con Charles, pero tendrá un amante joven que le dará caña.

-¡Oh, qué mala eres Lily!-río Karen, comiéndose una galleta-¡Yo también quiero un amante joven! Porque si me caso con alguien mayor seguramente le hará falta viagra pronto.

Lily añadió esa última parte de Karen al diario, haciendo un gran corazón en la palabra amante. Después dibujó una cara disgustada en la palabra viagra.

-Eso te pasa por gustarte viejos, Karen-espetó la pelirroja, sonriendo maliciosamente-si te gustarán más jovencitos…

Karen le tiró el cojín más próximo y así entre las dos empezaron una pelea de almohadas mientras Lily se reía a carcajada limpia desde el suelo. Por fin pararon, cansadas, faltas de aire y se volvieron a sentar.

-Bueno, Lily, no creas que no te libras… ¿Qué te vas a poner para tu cita del viernes? ¡Debe ser algo sexy, algo que diga: “quiero que esta mujer me empotre contra una pared y sea la madre de mis hijos”

-No tengo nada así, Sam…Podría ponerme el vestido verde, ese que me resalta los ojos.

-¡O el vestido rojo! Ese te queda taaaan bien-suspiró Karen-a mí el color rojo no me queda nada bien. Que suerte.

Sam negó con la cabeza, cogiendo una patata y dándole un pequeño mordisco. Lily sabía que diría a continuación.

-Te dejo uno de mis vestidos, Lil, tesoro. ¡Debes destacar!

-Ah, no, Sam. La última vez que me dejaste un vestido casi me violan-musitó molesta. Sam le había prestado uno de sus vestidos para ir a una famosa discoteca, dijo que así no le pedirían el carnet. No, no se lo pidieron, pero nunca le habían metido tanta mano en una noche.

-Buf, aburrida. Necesitas algo para que Dean se lancé, para que te dé un buen morreo en el coche antes de irse-Karen asintió, dándole la razón a Sam. Cuando las dos se ponían de acuerdo en algo, hacía que Lil temblara de puro terror.

-No, nada de vestidos escotados y tan cortos que se me verían las bragas a kilómetros. Quiero algo sofisticado, que diga: soy guapa, elegante, sofisticada y algún día tendré un imperio. No algo que diga: soy una fulana, cobro por horas.

Karen y Sam se dieron por vencidas y comenzaron a mirar todo el armario de Lily, cabo a rabo, sin saltarse nada. Eso les llevo dos horas bien buenas, sin conseguir un vestido apropiado para la ocasión.

-Tendremos que ir a comprar algo mañana. Creo que abrieron una tienda nueva de vestidos elegantes hace poco-dijo Karen, mientras ordenaba un poco aquél jaleo.

-Vale, pues mañana vamos a comprar. Le pediré permiso a mi madre antes, que luego le llega la factura de la tarjeta de crédito y me echa bronca-suspiró, guardando unos zapatos que hacía años que no se ponía.

Al darse cuenta de la hora las chicas se despidieron. Karen tenía clases particulares de piano y Sam había quedado con un chico universitario que según ella “estaba de pan y moja”.

Lily se cambió el uniforme por algo más cómodo y se dirigió al pc para ver si Dean la había agregado ya. Cuál fue su sorpresa al ver que alguien la había agregado, sin embargo, no era Dean. Era alguien a quien no conocía en lo absoluto, un tal Kyle, de nick Bloody.Hell, de su misma ciudad. Por la foto parecía guapo, muy, muy guapo. Más guapo que Dean. Más guapo que cualquier modelo de revista. Dejándose llevar por las hormonas, le dio a aceptar. El chico estaba conectado.

*un rato después*

Lily apagó el ordenador, no evitando la sonrisa que se le cruzaba el rostro. Kyle había sido el destino, seguro. Era encantantador con ella (al menos, lo poco que habían hablado), y le había mandado una foto que… ¡Dios! En la foto de perfil se veía guapo, pero en aquella foto se veía aún mejor. Los ojos de un azul como la profundidad del océano, su cabello ébano tapándole la frente y la ropa no podía ocultar la musculatura fuerte que ese cuerpo derrochaba. Además, poseía una sonrisa preciosa, cargada de una sensualidad que a Lily la dejó patidifusa en la silla. Ni siquiera Dean le había provocado aquel chispazo, aquella ansiedad por conocer más de él, pppor querer tumbarlo en una cama y…¡Lily, por favor, contrólate! ¡Hormonas, fuera, largo!

Bajó a cenar, la cara con cierto rubor que le cubría las mejillas y el cuello. Se sentó en su lugar, jugueteando con su cena. No tenía hambre, no de comida exactamente. Sentía un hambre voraz que no había sentido nunca, las mariposas que sentía con Dean eran abejas agujereándole el estómago en esos momentos. Removió un poco más la comida, mientras su madre le hablaba de algo relacionado con su padre, mas no la escuchó. Solo podía pensar en una sonrisa. Ansiaba escuchar su voz, saber si era como ella se la imaginaba, profunda, cargada de sensualidad…

-¿Lily? ¿Me estás escuchando, hija?-la cara de su madre era de preocupación.

-Sí, si…continúa…

Aquella noche no pego ojo. Estaba tumbada en la cama, el corazón martilleándole en el pecho. ¿Por qué le pasaba aquello? A ella le gustaba Dean, desde tiempos inmemoriales. No podía ir y prenderse del primer desconocido que le decía cuatro palabritas tiernas…¡pero era tan guapo! Era el hombre más guapo que había visto, más que Brian, más que Dean, más que cualquier actor que le gustase. No, no y no. Dean, era Dean a quien quería, porque viniera un chico un poco guapo diciéndole que era preciosa eso no significaba…¡maldita sea, ahora que tenía una oportunidad con Dean…! Además, Kyle era de su misma ciudad…¿estaba el destino diciéndole algo o era solo ella comiéndose la cabeza? Al fin, se durmió.

Editado 13 ene 2013 por NatayaTahir