Historia cancelada • Promises • [Cap21 =0!]

[Wacky.Lucy 72]

Oh,los pelirrojos definitivamente son malvados D:< ¿O no? xD Yo creo que el pelirrojo queria entrar el el cajon de las bragas..JUJUJUJUU

[Eilhyn 1.082]

El pelirrojo es un pervertido mirador de cajones de bragas xDD

[BryanF 164]

Me gustó eso de las bragas xDD

Buenísima la historia, me la he leido de sopetón *-*

[NatayaTahir 0]

Jo con el pelirrojo, es to sexy. Yo creo que iria sin duda xD sigue pronto, cada vez esta mas interesante!

[Wacky.Lucy 72]

Lo que digo yo,pelirrojo pervertido xDD

[SoniiaV 169]

Veo que os gustó lo del cajón de las bragas xDDD

[Cova 124]

La mente es como un armario, con sus cajones. El grande, el de arriba… llamémoslo, el de las bragas, para que te centres, es el que debes vaciar.

QUE HAGO CON ELLAS? LAS PONGO A LAVAR? Dios, hasta el pelirrojo me gusta.

[SoniiaV 169]

Sí, las ideas tienes que lavar tú, mentesucia.

[Aída_dc 249]

Oooooh! Me has dejado super desconcertada! Aunque esto corrobora un poquito más mi idea de que no son ni sueños ni recuerdos, sino que lo que tiene son visiones en toda regla.

El pelirrojo está tope buenorro, eh?? Ay, Omá! Hahaha

Y la Christine? Me cae fatal. Aún en el supuesto de que Jensen fuera malo, los malos me pueden, así que.... Muerte a la pelirroja! Muahahaha

Editado 13 ene 2013 por Aída_dc

[SoniiaV 169]

Cova, odian a tu sim xDDD

[Cova 124]

Es que tienes una mala manía de hacérmelos malos que...!

[BryanF 164]

La pelirroja está mu buena, mu buena.

A los lectores de esta historia: LA AUTORA SE DUERME Y NO ACTUALIZA.

[SoniiaV 169]

Ala sí, tu da buena imagen de mí.

[Ginevra 1.523]

Concuerdo con los demás, lo de las bragas es total xDDD ¡Pues me has dejado totalmente descolocada con el pelirrojooooo! ¿Qué pinta? ¿Qué quiere? ¡Y no puedo más con la tensión que hay entre Kesley y Jensen! ¡Que se besen yaaaaa!

[SoniiaV 169]

A ver si escribo y puedo actualizar esta noche, así os saco de dudas xDD

El problema es que tengo mil cosas por hacer, así que no sé si podré.

[TaCaRo 77]

Cada vez aparecen más personajes nuevos y aquí se va formar la de de san quintín!!

[Aída_dc 249]

Concuerdo con los demás, lo de las bragas es total xDDD ¡Pues me has dejado totalmente descolocada con el pelirrojooooo! ¿Qué pinta? ¿Qué quiere? ¡Y no puedo más con la tensión que hay entre Kesley y Jensen! ¡Que se besen yaaaaa!

¿Solo beso? xD

[BryanF 164]

Uh, yo a Sonia no le pido tanto que es una vaga tiene mucho que hacer.

[SoniiaV 169]

QUE NO ME DEJES QUEDAR MAL. Quiero powah aquí también, y editar tus mensajes ¬¬

[Aída_dc 249]

&iquest;Y el capi? Snif snif

[SoniiaV 169]

Capítulo 14

De paseo

El chico pensó de ponerle las manos en los hombros para tranquilizarla, pero no lo creyó oportuno. Kesley se encontraba con la espada contra la pared y los ojos abiertos de par en par. No miraba a nada en concreto, solo al infinito, ni siquiera era capaz de ver a Jensen a pesar de tenerlo justo delante. Hiperventilaba. “Ven, ven, ven”. Aquella voz continuaba sonando en su cabeza, no paraba. Por más que ella quisiese silenciarla no podía. Había algo en aquel chico que le daba miedo, quizá era su aspecto, quizá la oscuridad, quizá el mero hecho de que apareciese sin más en su cabeza, como si alguien lo hubiese puesto ahí. Como un extraño vídeo en tu más que conocida lista de reproducción.

Tardó aproximadamente diez minutos en calmarse. Jensen se había sentado a su lado esperando preocupado a que ella le contase que pasaba. No los separaban más de cinco centímetros, que ahora mismo parecían un abismo. Desde allí, podía escuchar la alborotada respiración de Kesley. Incluso creía poder oír su corazón, golpeando el pecho con tal fuerza que podría salirse de su sitio.

-¿Qué ha pasado? – No pudo resistir la tentación de preguntarlo. Estaba tan asustado como ella, pero más que por miedo era por preocupación.

-Eh… nada. – Kesley quería confiar en él, pero no que la tomase por loca. Además, recordaba de siempre aquellos sueños raros. Era probable que al hurgar por su cabeza hubiese recordado alguno, aunque no le sonaba de nada. Debía ser muy pequeña. – Estoy bien.

-No lo parece.

Kesley tomó una bocanada de aire y se fue sin decir nada más. Todavía estaba en shock después del susto que acababa de pegarse. Ya solo pensaba en poder llenar su bañera de agua caliente y hundirse en ella. Olvidarse de todo, de todos. Perderse entre la blanca espuma burbujeante y salir de ella como si todo hubiese sido un mal sueño como tantos otros. Eso era lo que necesitaba.

*

La tarde transcurrió tranquila y en calma, algo que Kesley agradeció de corazón. Justo después de comer se sentó en la sala para ver la televisión. Había algo extraño en la casa, pero era incapaz de darse cuenta que era.

-Cientos, quizá miles de familias neoyorkinas disfrutan de las vacaciones navideñas aprovechando la sorprendente ola de calor. Los científicos aún no saben de donde ha salido, ni como se ha podido originar. Los ecologistas culpan al cambio climático de esta situación tan atípica. Mientras tanto, las piscinas se han abierto al público por orden del ayuntamiento, al igual que muchas otras actividades veraniegas. Otro de los acontecimientos que podemos informaros es que la pista de hielo de Brooklyn se ha visto obligada a cerrar sus puertas tras un incidente ocurrido la noche pasada a las 9:30. Un grupo de vándalos… - La locutora del telediario recitaba todo como si se lo supiese de memoria, igual que si todo lo que dice fuese completamente normal o pasase todos los días. Probablemente podría haber desaparecido Australia del mapa y ella lo hubiese dicho exactamente igual.

-Te lo dije. – Christine apareció sentada a su lado, igual que en la mañana, en la misma postura, como si no se hubiese movido. Por un momento Kesley creyó que simplemente se había hecho invisible durante unas horas.

-¡No hagas eso! – le gritó.

La pelirroja hizo una mueca mientras miraba todo a su alrededor, luego volvió su sonrisa hacia Kesley.

-Vaya, ¡Has hecho limpieza!

Por supuesto, eso era lo que no le cuadraba. El montón de ropa había desaparecido del suelo, al igual que los botes y botellas que había esparcidos por toda la casa. Los libros habían vuelto a su lugar original, la estantería que había al lado de la puerta al cuarto del ventanal. Los cristales brillaban impolutos cuando los rayos de sol los atravesaban. Incluso la gran capa de polvo que parecía cubrir todo había desaparecido por completo. Se sonrojó por el comentario de Christine, no había pensado en la mala impresión que debería causar aquella leonera en las visitas.

-Bueno ¿Qué?, ¿no vas a decir nada? Creí que éramos amigas… - Fingió un puchero, pero enseguida se volvió la misma sonrisa de siempre. – Oye, ya sé que no nos conocemos aún, pero deberíamos darnos una oportunidad, ¿No?

-Sí. – Respondió tímida Kesley mientras apagaba la televisión con el mando a distancia. – Lo cierto es que no conozco a mucha gente.

-¿También eres nueva? – Christine parecía sorprendida.

-No, es una larga historia. No importa. – Trató de devolverle la sonrisa que siempre estaba en su rostro como si se la debiese. – Dicen que han abierto las piscinas… imagino que podemos ir.

No iba a la piscina desde que sus padres murieron. Todos los sábados por la tarde, durante la el verano, acudían los cuatro. A veces solos, y otras con amigos de la familia. Se mordió el labio nerviosa por lo que Christine pudiese contestar.

-Ahora vengo entonces, voy a por mi bañador.

Desapareció. Una vez más, alguien se desvanecía en el aire sin dejarle tiempo a contestar. Tuvo que tragarse las palabras que había planeado como respuesta y subió a su cuarto en busca de algún bañador de los muchos que había comprado. No iba a la piscina, pero tenía su jacuzzi en el jardín esperándola cada noche. Durante los últimos meses lo había ido dejado abandonado, ya no le cambiaba el agua ni se molestaba en quitar las hojas de los árboles que habían caído en él durante el otoño.

Cuando pudo darse la vuelta la pelirroja estaba allí plantada esperando a que terminase de arreglarse. Cogió una goma del pelo y la ató para formar una coleta, así su piel podría respirar mejor y no tendría tanto calor.

El recinto de la piscina no había cambiado desde la última vez que estuvo allí. Probablemente las vallas estaban más blancas, debían haber recibido una buena capa de pintura. Había gente por todos lados, realmente parecía un día de agosto. Padres con sus hijos de la mano para que no se hundan en el agua y madres vigilando desde su toalla por debajo de las gafas de sol. Se escuchaban unos pájaros cantar a lo lejos, el murmullo de la gente hablando a la vez pero a un tono bajo, algunos niños gritando mientras juegan. También se podía oír el llanto de algún niño pequeño en medio de toda la gente. Resultaba extraño escuchar los villancicos típicos navideños por los altavoces en que normalmente suenan canciones estivales.

Extendió su toalla sobre el césped recién cortado y aspiró todo el aire que pudo para seguidamente soltarlo todo junto. Le encantaba aquel olor a cloro medio mezclado con el de la crema para el sol que todos se untaban.

-Creo que ha sido mala idea venir. –Comentó Christine abanicándose con la mano. – En casa no hace tanto calor.

Kesley asintió. Se pasaron la tarde hablando sobre banalidades como la cantidad de helados que estarían vendiendo estos días y sus gustos musicales. Christine resultó ser más maja de lo que había pensado en un principio. Le encantaba la facilidad con la que reía o bromeaba.

-Oye Chris…- Sabía que no era una buena idea, pero debía intentarlo.

-Dime. –Estaba tendida sobre su toalla con la barriga hacia abajo, tenía una revista delante pero no parecía prestarle mucha atención.

-Aún no hemos hablado de esto… - Le parecía incómodo sacar el tema como si nada. – Tú también te transportas. La mente… ¿Puedes leerla? ¿Y por qué conoces a Jensen? ¿Por qué me pides que me aleje de él? –Las preguntas salían de su boca apresuradamente sin pedir ni siquiera permiso, como las abejas de una colmena.

Christine abrió la boca, pero no consiguió expulsar ningún sonido. Aclaró la garganta y por fin pudo hablar.

-Kesley, Kesley, Kesley….-Hizo una pausa. – Es evidente que lo sabes, solo que no quieres creértelo. Sí, Kesley, soy como ellos. Puedo hacer todo lo que ellos, incluso más. Tu amiguito –dijo esta última palabra con retintín- es un poco torpe. –Hizo una pausa y puso cara de arrepentimiento, se encogió de hombros y continuó. – Lo siento. Oye, sé que es tu amigo no quería hablar mal de él. Es solo que…

-¿Qué?- la animó a seguir Kesley.

-Es difícil de explicar.

-¿Tiene que ver con Helena? ¿Con la mujer de cabellos rojizos que aparece en mi sueño? ¿Con el chico de ayer que me decía “ven” y me sigue volviendo aún loca la cabeza?

-¿Qué chico? Pelo rojo, boca pequeña, mandíbula cuadrada, ojos negros como el carbón con ese brillo tan especial que… -suspiró igual que si estuviese describiendo a su actor favorito.

-Sí, ¡Sí! ¿Cómo sabes quien es?-Casi lo dijo en un grito.

-Lo conozco. Espera, has dicho ¿Helena? ¿Está aquí?

-Sí…

-¡No puedes acercarte a ella! ¿Me entiendes? Y a Jensen tampoco deberías. – Estaba exaltada, parecía contener las ganas de golpear cosas. - ¡Oh, cielos! ¡Y Marc lo sabe! ¡Lo sabe! ¡Tenemos que irnos! Me parece que no vas a salir de casa en una buena temporada, querida.

Kelsey tragó saliva con fuerza, no le gustaba lo que estaba oyendo, pero por primera vez desde que la conocía la cara de Christine no mostraba una radiante sonrisa. Más bien, no mostraba nada, era totalmente inexpresiva, vacía.

“Ven, ven, ven” Otra vez él, el chico pelirrojo. Insistiéndole, obligándola a buscarlo. Y esa extraña sensación dentro de ella diciéndole que obedeciese.

(Pongo el siguiente capi en unos minutos)

Editado 18 ene 2013 por SoniiaV

[SoniiaV 169]

Capítulo 15

Verdades

Prácticamente la sacó arrastras de allí. En cuanto se enteró de que ese tal Marc trataba de ponerse en contacto con Kesley, se puso en pie a la velocidad de la luz, sin exagerar. De un tirón, sacó la toalla del césped y la plegó en sus manos. Luego obligó a Kesley a vestirse, no tardaron más de dos minutos en salir del recinto de la piscina.

Cuando fueron capaces de doblar la esquina a un callejón se encontraban en casa. Kesley estaba al borde de sufrir una taquicardia. Sabía que esta gente, lo que quiera que fuesen, tenían la capacidad de transportarse, pero no que pudiesen hacérselo a más personas. Ahora entendía como la había sacado Jensen de delante de Helena . Empezaba a preguntarse qué era lo que no podían hacer.

La sala estaba completamente vacía. Miró la cocina, el baño, subió a su cuarto y luego miró en el de Jensen. No había rastro de nadie. Después del extraño comportamiento de Christine, sentía que algo iba mal.

No se había dado cuenta, pero la última habitación que había mirado estaba totalmente cambiada. Había muebles nuevos, todavía con las superficies recién barnizadas brillantes, una gran alfombra en el único hueco grande libre en el suelo y todas las ventanas tapadas con sus cortinas. Jensen se había esmerado.

-¿Hola?

La voz masculina a su espalda logró sobresaltarla, pero enseguida se tranquilizó al notar unas fuertes manos posarse sobre su cintura. No necesitaba darse la vuelta para saber que Jensen estaba allí.

-Estaba buscándote. –dijo ella casi en un susurro. El contacto con él le hacía perder el aliento.

-Pues aquí me tienes. – Parecía divertido, incluso alegre. Le recordó al Jensen de días atrás, cuando se sentó a su lado, en la última fila, para hablar con ella.

Jensen cogió una de las nuevas sillas que había comprado y se sentó en ella esperando alguna contestación por Kesley que enseguida llegó.

-Marc. – Consiguió mascullar ella.

-¿Qué…? – Su expresión no había cambiado, pero Kesley sabía que la había entendido a la perfección. - ¿Cómo sabes… Marc?

-Cuándo me asusté, antes. Era él. Apareció en mi cabeza sin más, pidiéndome que fuera con él. Al principio no le di importancia, creí que habría sido un sueño más… pero se lo mencioné a Christine, y ella lo reconoció. – Las palabras escapaban de su boca sin darle tiempo a contenerlas.

-¿Qué sueños? ¿Qué te dijo Christine? – Ahora sí parecía preocupado. Se levantó de la silla y avanzó hasta quedar a pocos centímetros de Kesley. - ¿Qué te dijo? – Repitió. Su voz era seria, parecía a punto de perder la calma.

-No me dijo nada…

-¡Venga ya! – Contestó agresivo. – Esa perra no se estaría callada ni debajo del agua.

Kesley retrocedió asustada, nunca lo había visto así. Sus ojos no reflejaban sentimiento alguno, era como si no tuviese alma. No los despegaba de ella, todavía con la coleta y sudada de venir de fuera. Intentó dar un paso atrás, pero no quedaba más por andar. Su espalda rozaba los límites de la habitación.

El puño de Jensen se acercó con violencia hacia ella, pero sin llegar a tocarla, fue a golpear directamente contra la pared, justo por encima de su hombro. Sintió la necesidad de cerrar los ojos creyendo que le daría a ella. Cuando juntó el valor para poder abrirlos se encontró una escena muy diferente a lo esperado. Jensen mantenía su puño contra la pared como apoyo, y permanecía con la cabeza gacha. Su respiración era entrecortada, y por lo tenso que estaba, Kesley supuso que estaba haciendo un esfuerzo enorme por tragarse su ira.

-Jensen… -Lo rodeó con los brazos para calmarlo. - ¿Pasa algo? – En realidad era una pregunta retórica, era más que evidente que pasaba algo.

Por fin, éste se relajó. Apartó con cuidado a Kesley y la miró directamente a los ojos.

-Tenemos que hablar.

De un momento a otro ya no estaban en el dormitorio de Jensen. Lo había hecho otra vez, Kesley comenzaba a odiar que le hiciesen eso, pero no era el momento para enfadarse. Jensen se sentó sobre una de las escaleras que iban a dar a la puerta principal, parecía que lo que tenía que contar era importante, así que ella lo imitó.

El suelo estaba caliente después de todo un día de sol incidiendo directamente sobre él, parecía imposible que fuese invierno. Todo parecía rezumar vida y alegría. Se escuchaban los cantos de los pájaros entre los árboles, gritos de niños que jugaban en algún lugar, incluso la gente había sacado las bicicletas de sus garajes y pedaleaba de un lado a otro. Todo parecía tan lejano de aquellos escalones, era como si su vida se hubiese desvanecido, o quizá traspasado a los demás, o al ambiente. Era como si un enorme muro invisible los separase del resto de la ciudad, una muralla de frialdad creada por Jensen

-Kesley. – Saboreó todas y cada una de las letras de su nombre como si fuese la última vez que pudiese pronunciarlas. Espero a que ella lo mirase para continuar con un susurro : – Es raro ver a una chica morena de ojos verdes.

Ella se sonrojó. Acababa de descubrir su secreto mayor guardado, después de todo esto incluso más guardado que el de su don. No sabía cómo decirlo, o más bien no quería. Era de suponer que Jensen ya sabía lo que iba a decir.

-No es natural. – Soltó al fin. – De pequeña se metían conmigo por ser pelirroja, nadie en mi casa lo era, llegué a creer que era adoptada… así que en cuanto fui libre comencé a teñirlo. –Sonrió con timidez, se alegraba de habérselo confesado a alguien al fin.

Jensen hizo un esfuerzo por imitar su sonrisa. Denotaba amargura. Era como si eso confirmase algo que a él no le gustase. Y en efecto.

-Lo sabía todo desde el principio. – Admitió. – Sabía que eras tú, pero no quería creerlo. Llevo tanto tiempo tratando de engañarme a mí mismo que no me di cuenta del peligro que corres. Corremos. –Se corrigió. Hizo una pausa queriendo tomar aire para continuar. – Creo que ha llegado el momento de que te cuente todo.

-Yo también lo creo. – Murmuró Kesley sin pizca de sentimiento. Lo que iba a oír no le gustaría, y lo sabía. Pero no podía dejarlo pasar, meterse en una burbuja y olvidar todo lo que ha pasado, ni mucho menos ignorar todo lo que va a pasar.

-Dime, Kesley. –El chico no la miraba a ella, no miraba nada en concreto. Buscaba la nada en el aire, quizá una oportunidad de cambiarlo todo o cualquier punto por el que huir de su realidad. – ¿Alguna vez has creído en los ángeles?

La pregunta la pillo por sorpresa. Tragó con fuerza la saliva en busca de una respuesta que no terminaba de encontrar. Sabía poco acerca de ellos, solo lo que había en los libros de clase o alguna que otra película suelta. Era atea, nunca en la vida había pisado la iglesia, otro punto en su contra. Negó con la cabeza, puesto que no estaba segura de que lograse dejar salir ni un hilo de voz. Esa pregunta, viéndolo tan serio, le daba miedo.

-Pues creo que va siendo hora de que lo hagas.

Continuará

Lo siento, me salté una foto y no entraré solo por una a los sims :3'

Editado 22 ene 2013 por SoniiaV

[Aída_dc 249]

Ooooooh!! Más, más, necesito más!

Así que Chris conoce al pelirrojo... Uyuyuy... Y, Dios, ¿quiénes son los malos? Ayyyy haha Yo creo (en este momento, pues dentro de dos segundos pensaré otra cosa completamente distinta xD) que Chris y Jensen están en el mismo bando, xro pasó algo entre ellos y quizá Jensen es un poco inferior de poder o algo, no sé. Es que, a ver, tampoco pueden ser muy enemigos en plan oposición "bueno-malo" xq si no o bien Jensen o bien Chris se habrían llevado a Kesley, no? O lo mismo TODOS son de lo mismo xro cada uno tiene unos métodos propios para conseguir a Kesley.

EDITO: He puesto el comentario a la vez que subías el capi 15!! Voy a leer!

Halaaaaaa!!! Me ha chiflado el momento ira!! Muy hot! Sí, sí, sí! KESLEY PELIRROJA!!!! Oh, my God!!!!!! Si el Rubio de Jensen es natural... ¿Ángeles contra Demonios? Lo mismo ella lleva sangre de los dos o algo... No séeeeeeeeeeeee! Sube pronto, que esto se ha puesto súper interesante!

Editado 18 ene 2013 por Aída_dc

[NatayaTahir 0]

Vamos a ver que te comento a ti. Los dos capítulos muy guays, me gusta la pelirroja y el Marc este tiene pinta de chungo (será un arcángel o algo, ya verás xD). Pues que fuerte que sean ángeles, no me lo esperaba para nada de nada...sigue pronto! (a ver si se besan yaaaaaa)

[BryanF 164]

Dioh mio que buena está la cristín jesú....

Ok, ahora a la historia:

Mmmm... Kensley pelirroja....

Ahora sí a la historia:

.... ¿Qué quieres que diga, cari?, eh... ¡quiero más!, eso es, ¡quiero más!