Historia finalizada ~* Cóctel De Esperanzas *~ Capi 31 *¡FINAL!*

[Sweet Tsuyu 251]

Hay sin ver las fotos se pierde parte de la esencia. Ya que como los personajes ya los has ido viendo, ahora toca imaginartelo como si leyeras un libro y se me hace raro.

Espero lo puedas arreglar, tendrás que usar otro host o hacerte otra cuenta en imageshack.

Igualmente me he enterado de lo que pasó en este capítulo y por lo visto ya está Romina con Irina en la universidad. Y a ver si pronto encuentra a Laura.

Bueno espero ver capi nuevo pronto.

[Ginevra 1.523]

¡Holaaaa! ¡Muchas gracias por los comentarios! Siento haber tardado tanto, pero os dejo capi, espero no tardar taaanto en poner el siguiente . Ahora arreglo los demás capis, que no sé porque no se ven .

Capítulo 10

Romina se había vestido sencilla pero cuca, se había arreglado el pelo y maquillado un poco. Estaba contenta, la primera semana de clase había estado bastante bien, aunque agotadora. Era al fin la fiesta de principio de curso y les vendría bien distraerse un rato.

Salió de su habitación y vio a Irina terminando de arreglarse delante del espejo de la entrada.

- ¿Ya estás?- le preguntó Irina.

- Sí.

- Un segundo que me ponga el pinta morros- dijo Irina, cogiendo un labial rosa.

- Me gusta el vestido- comentó Romina, mirando el llamativo vestido de su amiga.

- Si quieres algún día te lo puedo dejar, como hice en verano.

- Y si tu quieres algo mío puedes cogerlo ¿Eh? Oye ¿ya has visto algo de los de la fiesta? ¿Son chicos? ¿Chicas? ¿Aliens?

- Creo que hay un chico y una chica, pero no me hagas caso, no he podido investigar bien- dijo Irina, terminando de retocarse.

- ¡Venga vamos! ¡Seguro que llegamos las últimas!

- Bueno mejor, así pasamos más desapercibidas- dijo Irina, pensativa.

- Cojo las llaves yo también, prefiero que las llevemos las dos, por si acaso.

- Sí, no vaya a ser que ligues y te quedes ahí y yo no pueda volver a casa- se burló Irina.

- Tranquila, que seguro que es al revés.

Salieron del piso y bajaron al segundo, donde se oía un poco de jaleo. Música, voces, risas…

Llamaron al timbre de la puerta número cuatro. Esperaron muy poco a que les abrieran. Era un chico más mayor que ellas.

- Hola, somos las vecinas de arriba- dijo Irina, sonriendo de forma comercial.

- ¡Ah sí! Pasad pasad- dijo él amablemente.

Irina entró primero y luego Romina, adentrándose en esa casa diferente a la de ellas.

Cerraron la puerta, viendo a los demás en el salón, charlando y riendo. El chico se giró para presentarse.

- Me llamo César.

- Irina.

- Ah, Romina…- estaba algo despistada, había algo en ese chico que le hacía ponerse nerviosa.

- Estáis en vuestra casa- dijo César.

Romina siguió adentrándose un poco en el piso. Se giró al ver que Irina se iba hacia un lado. Se puso a charlar con un chaval que hablaba con ella en la universidad, era al único que conocía. Le hizo una seña para que fuese con ella, pero cuando Romina iba a ir César le habló.

- ¿Qué tal estáis en vuestro piso?

- ¿Eh? ¡Ah! Bien… muy bien– contestó, sintiéndose idiota.

- Mi hermana vive aquí y estaba en discusión con el dueño del piso, quiere poner otros muebles pero el señor no le deja.

- Nosotras no hemos tenido problema con nuestra dueña, hemos podido acomodar el piso como hemos querido… ¿Está tu hermana por aquí?- Preguntó, mirando alrededor, a las chicas que estaban presentes.

- No, ella se ha ido a ver a nuestros abuelos…

- Ah, bueno, ya la conoceré- comentó Romina, sonriendo.

Había alguien en la casa que no le hacía nada de gracia que ella hablase con César.

Las moscas muertas suelen ser las más peligrosas, pensó aquella chica.

Romina y César se sentaron en los sofás, hablando del edificio. Habían tenido suerte con la dueña del piso, en cambio otros tenían muchos problemas.

- Estoy metido en un montón de casos de esos, soy abogado y los jóvenes confían mucho en mí- dijo como sorprendido de que alguien le tuviese confianza llevando tan poco de abogado.

- ¿Abogado? ¡Si eres muy joven!

- Bueno, tengo veinticuatro años, lo que pasa que me he dedicado en cuerpo y alma a esto, por mis hermanos- dijo muy serio, como si era su único objetivo en la vida.

Romina sentía algo por él. Ahora no estaba nerviosa, estaba comodísima en su compañía, había algo que le atraía muchísimo de César.

La que andaba también contenta era Irina, ese chico le hacía ojitos cada vez que la veía en la uni y se paraba a hablar con ella. La rusa presentía que esa noche podía estar muy bien, para las dos. Y eso deseaba Romina también.

César le explicó que sus padres habían fallecido hacía muchos años y que él era el que cuidaba y mantenía ahora a sus hermanos. Sus abuelos, que vivían en el campo se habían encargado de ellos hasta hacía poco, hasta que Flor, su hermana pequeña, había sido mayor de edad. Él vivía en un piso en otra parte.

- Lo siento…

- No pasa nada. Es duro, pero uno no puede lamentarse siempre- dijo César, sonriendo-. Bueno, cuéntame tu ¿tienes hermanos?

- Tres hermanas…

Romina le contó sobre su vida, por encima claro, sin contarle el suceso con Laura y sin contarle mucho sobre Ramón y Ramona, para que él no se pusiera triste por los suyos.

Llevaban dos horas en la fiesta cuando volvió a sonar el timbre. César se levantó a abrir, Irina se acercó un segundo a ver cómo estaba.

- ¿Qué tal? – preguntó con los ojos radiantes.

- Muy bien ¿y tú?

- ¡Chachi!

Volvió junto a su compañero de noche justo cuando César volvía al sofá mientras le decía a la nueva persona:

- Ya era hora, creía que te habías perdido.

- ¿Intentas sentirte joven César?- le preguntó el aludido, mirando a los presentes en la fiesta.

- Solo soy cuatro años mayor que tu, palurdo- replicó César-. Mira, esta chica es Romina, es una de las inquilinas del piso de arriba, de la puerta cinco…

- Romina…

Romina no se lo podía creer ¡Era Alex! Era hermano de César… Se sentía mal ¿y ahora qué?

- Hola Romina- dijo Alex, parecía contento de verla.

- Ho-Hola Alex.

- Aaah, ¿esta es la Romina de las vacaciones? –preguntó César.

- Eh, sí, es ella- respondió Alex, estaba algo atontado.

- Bueno, me tengo que ir ya. Así habláis de vuestras cosas.

- Ah, César…-soltó Romina, sonaba desesperada y en seguida se avergonzó. ¿Por qué había hecho eso?-… Gracias… por la fiesta, ha estado muy bien.

Fue lo único que consiguió decir para salvar el ridículo.

- De nada, gracias a ti.

César salió de la casa tras despedirse de los demás presentes. Romina escuchaba apenas a Alex, miraba de reojo a su hermano, y vio a Irina que la miraba, pero no veía la cara que ponía.

- … así que iba a llamarte para saber de ti, pero me daba corte. Y bueno… ¿qué tal el resto del verano?

- Ehm, bien.

- Me alegro. Bueno, ahora que sé que vives justo arriba pasaré a verte siempre que pueda… y podemos quedar una tarde para dar una vuelta…

- Sí…

- Aunque con todo lo que hay que estudiar es complicado, pero algún hueco sacaremos ¿no?

Romina se sentía mareada, quería estar sola.

- Alex, lo siento, me tengo que ir… no me encuentro bien, estoy cansada.

- Ah…¿Te acompaño?

- No es necesario, solo en un piso. Nos vemos.

- Está bien- parecía desconcertado.

Romina miró alrededor, esperando decir adiós a los demás, pero nadie la miraba. Irina estaba enfrascada en un conversación profunda con su chico, así que salió del piso sin decir nada, disimuladamente.

Subió a su casa con pesadez, no entendía qué le pasaba.

Se cambió, se puso el pijama y encendió el ordenador. Estaba con sentimientos encontrados, aunque le parecía absurdo, pues conocía de hacía dos horas a César y ya le atraía, había algo en él que le encantaba, que la atraía como un imán. Se sentía culpable por sentir algo por César, si eso era posible. Aunque era aún más absurdo, pues no había tenido ninguna relación con Alex y ya pensaba que estaba mal. Le dieron ganas de abofetearse, así que se puso en el correo para ver si había algo de Laura.

¡Y lo había!

La citaba para la semana siguiente, el viernes por la tarde en una cafetería, si le era posible. Romina se puso tan contenta y emocionada de poder verla que le entraron ganas de llorar de alegría. Al fin podría saber de verdad cómo estaba.

Escuchó la puerta de la entrada abrirse y cerrarse. Apagó el ordenador justo cuando Irina entraba, después de haber llamado a la puerta, claro.

- ¿Estás bien?- le preguntó Irina, preocupada.

- Sí.

- Ah, como te fuiste sin decirme nada pensé que te sentías mal- dijo aliviada.

- Irina ¡Voy a ver a Laura!

- ¿Sí? ¡¿Cuándo?!

- ¡El viernes!

- ¡Que buena noticia!

Esa noche Romina se acostó contenta, estaba segura que se le pasaría la tontería de César y Alex, era una tontería, no debía darle más vueltas. Lo importante era su hermana ¿estaría bien?

Continuará…

[Merchedj 3.915]

Me ha gustado el capi y me ha dado alegría encontrarme que había uno nuevo. Los personajes son muy guapos y César no podía ser menos, me gusta mucho y me dá un poco de pena de Alex que se ve que le gusta Romina de verdad. Tengo ganas de saber qué va a pasar con este trio aunque está claro que a Romina le ha encandilado Cesar. Por cierto, el vestido de Irina es muy bonito y muy sexi. Espero no tardar mucho en leer el siguiente capi. :)

Editado 18 abr 2012 por Merchedj

[Fabichapitas 139]

Buen capitulo ! me encanto ! dos personajes nuevos, Cesar y la chica que no le hacia gracia que Romina le hablara, salio poco pero lo mas probable es que en el futuro haga su aparicion :). Espero con ansias el encuentro entre Romi y Laura, hay muchas preguntas que hasta a mi me gustaria que Laura respondiera XD. Y por ultimo, este capi estuvo muy especial ya que dejo varias cosas en el tintero, forma espectativa de una manera impresionante XD, qué pasara con Cesar y Alex? quien es la chica pelirroja (muy linda por cierto)?, como sera el encuentro con Laura? Espero con ansias el proximo capi :)

[Aída_dc 249]

Síiii ¡Nuevo capi! ¡Qué bien!

Me ha gustado este capi y... ¡Me ha gustado César! Ay, madre, esto pinta a culebrón!!! hahahahaha Y la chica esa asquerosa (para mí ya es la "mala" hahaha) te ha quedado muy guapa!!

Espero el siguiente capi, que quiero ver cómo continúa todo y que pasa por fin con LAURA, que se debería llevar un buen sopapo por largarse así de casa y encima negarse a ver a su familia xD

[GwennieBlack 15]

¡Vaya! Esa no me la vi venir. D: Sonaré como una de esas locas fanáticas, pero, ¡¡por qué ignora así a Alex!! D: Pobrecito...

Así que le gusta César...parece un buen tipo ¡Yayy, tiene noticias de Laura! *-* Me alegro por ella :)

Estuvo muy bueno el capítulo, me encantaron las gafas de Irina xD ¡Continualo! Quiero ver qué pasa después.

Que tengas un buen día ¡Buen trabajo!

[Sarah_hsa 60]

- ¿Una ensalada? Esto es comida de mierda- espetó Luís.

- Pues come mierda- soltó Romina. Le habría tirado el plato a la cabeza si no le hubiera sentado mal tirar la comida.

Eso me HA ENCANTADO! Hahahahaha...

Me ha recordado a la peli de criadas y señoras!

Jo, Romina me encanta! E Irina es un perro verde con lo cual es genial!! xD

Bueno, aqui sigo leyendo.. Sigue pronto!

[NatayaTahir 0]

¡Ay, César! Creo que me he enamorado yo también xD La verdad me gusta más que Alex (será por el toque más maduro). El traje de Irina y las gafas, preciosos: I'm fabulous, bitch! La señorita mala tiene buena pinta, te ha quedado muy guapa. ¡Tengo ganas de ver que pasa con Laura! Por fin el reencuentro entre las dos hermanas =3 Por cierto, las caritas de Romina son lo más. Se la ve tan sencilla y natural<3

[Ginevra 1.523]

¡Muchas gracias amoreees! La señorita mala tardará en salir, pero no os olvidéis de ella .

Capítulo 11

Romina estaba esperando delante de la cafetería de la uni a Irina, que había ido al baño. No tenía ganas de llegar a casa y ponerse a estudiar, pero era lo que tocaba. Llevaba toda la semana con Laura en la cabeza, preocupada con lo que podría encontrarse.

- ¡Ya estoy! Ale, vamos a casa.

- ¡Sí!

Lo primero que hizo Romina al llegar a casa fue dejarse caer sobre la silla del escritorio, dispuesta a no perder ni un minuto de estudio, no por nada, sino porque al día siguiente no estudiaría. Se puso en el ordenador para poner el trabajo que tenía que terminar, con libros en la mesa. Suspiró y se puso a ello.

Romina estaba un poco alterada, así que terminó por encima el trabajo, ya lo repasaría el sábado por la mañana. Cerró los libros y salió de su cuarto.

Irina estaba en el banco, tomando un helado.

- ¿Ya lo terminaste?

- Sí, por encima… ¿Has hecho diez páginas? Porque a mi me ha costado llegar a las nueve…

- Bueno, haciendo la letra un poco grande se consigue- dijo Irina, metiendo la cuchara en el helado.

Romina se sentó en frente de ella. No tenía ganas de comer nada, y eso que quedaba poco para cenar. Estaba nerviosa, no se conseguiría calmar hasta que viese a Laura.

- ¿Quieres un poco? &#150; ofreció Irina.

- No, no puedo tragar nada… ¿Mañana has quedado con Mateo? &#150; preguntó Romina. Berto era el chico que le hacía ojitos en la uni, el que se había encontrado en la fiesta del sábado pasado.

- Sí, para cenar. ¿Y tu qué? ¿Ya estás más aclarada?- al ver la cara de Romina se cabreó- ¡No puedes comerte la cabeza por algo que no ha pasado! ¡Si no sientes nada por Alex y no llegasteis a nada no hay ningún problema en que te mole su hermano! ¡Y aunque hubiese habido algo!

- Si hubiese habido algo sería de zorrona liarme después con César. Ya sé que no ha pasado nada, tengo claros mis sentimientos por Alex, me cae muy bien, pero nada más.

- ¿Entonces?- preguntó Irina, exasperada.

- Creo que le gusto a Alex, me parece que él quiere seguir con lo que pasó en la playa- contestó Romina.

- Querrás decir con lo que no pasó…

- Bueno, el caso es que no sé cómo actuar con los dos. Alex se enfadaría si le dijese que su hermano me atrae, y puede que César se ría de ello. Es más mayor y seguramente tenga novia, o no le interesen las polluelas como yo o…

- ¡Ah! ¡Qué pesada! ¡Déjamelo a mí! Ya veré si hablo con Alex para aclararlo.

Romina no estaba de acuerdo en que Irina hablase con Alex, debería hacerlo ella, pero no sabía cómo abordar el tema. Eso pensaba mientras se terminaba de arreglar para ir a ver a su hermana, intentaba tranquilizarse pensando en otra cosa, pero no le era muy útil.

Salió de su habitación para marcharse ya. Irina estaba tumbada en el sofá, viendo una película.

- Me marchoooooo- anunció Romina.

- ¡Ok! ¡Ánimo!

Romina cerró la puerta, ansiosa por llegar a la cafetería donde había quedado con Laura. Estaba pensando en eso, bajando la escalera al segundo piso, cuando se abrió la puerta número cuatro. Saliendo por ella Alex. Romina siguió bajando como un autómata, aunque se hubiese parado y dado media vuelta.

- ¡Romina! Estaba pensando en ir esta tarde a tu casa para ver si querías ir al cine…

Tenía que hablar con él cuanto antes, no podía dejar que se siguiese haciendo ilusiones.

- Ahora me voy a ver… a mi hermana- pensó que lo mejor era no mentir-. Pero si quieres mañana por la tarde podemos quedar, quiero hablar contigo.

- ¡Perfecto! Pues quedamos por la tarde ¿Vamos al cine?

- No, quedemos en una cafetería- Romina quería que fuese lo más rápido posible.

- Está bien, pues te esperaré aquí abajo e iremos a un parquecito que tiene una cafetería muy cuca.

- Está bien. ¿A las cinco?

- Ok, a las cinco- dijo él sonriendo.

- Bueno, pues me marcho…

Bajaron la escalera restante en silencio, Romina suponía que él estaría contento, pensando en declararse la tarde siguiente, mientras que ella pensaba en cortarle las ilusiones. Salieron fuera del edificio, girando cada uno a un lado.

- Hasta mañana- dijo Alex.

- Chau.

Y continuaron sus respectivos caminos.

Eran las cuatro de la tarde, apenas había gente por la calle. Sabía más o menos por dónde quedaba la cafetería, a quince minutos de casa. Tenía ganas de ir corriendo, pero no quería perecer una loca por la calle, así que caminó a buen paso, con decisión.

Encontró la cafetería y miró a su interior disimuladamente por la ventana, pero como reflejaba por la luz no pudo ver si estaba ya Laura. Entró y vio que estaba prácticamente vacía, salvo por una chica rubia. El corazón de Romina dio un vuelco. Se acercó a Laura, que apenas estaba reconocible. Su cuerpo había cambiado, se había ensanchado y los pechos le habían crecido, al igual que su pelo.

- Laura- dijo al estar a su altura.

- ¡Romina!- exclamó Laura, levantándose- ¡Te he echado de menos!

- ¿Cómo estás cariño? ¿Dónde vives? ¿Y el peque?

- Tranquila, está todo bien- la tranquilizó su hermana, dándole un abrazo. Romina notó que Laura no era la misma, era mucho más madura, había cambiado, había sentado cabeza y eso la tranquilizó.

Se sentaron, Laura ya había pedido unos zumos. Romina se sentó encantada, le temblaban las piernas de los nervios y la emoción.

- Laura ¿Estás bien? ¿Cómo te las apañas?

- Estoy bien, muy bien. Me siento a gusto conmigo misma. He conseguido un trabajo al poco de llegar en esta cafetería, así que puedo pagarme un pisito, para mi sola me llega y hasta puedo ahorrar, hasta que no pueda más, claro.

- Ya estás de tres meses más o menos ¿no?

- Sí, a ver si en la siguiente ecografía o la otra puedo saber el sexo- dijo emocionada, bebiendo de su zumo.

- No me hace gracia que estés tu sola. ¿Por qué no vuelves a casa? ¡Los papás están histéricos!

- Romi, no pienso volver allí, solo de pensarlo me pongo mala. No volveré hasta dentro de muuuucho tiempo, no quiero ver a nadie de allí. Pero sí que quiero ver a los papás, y a las peques- dijo con tristeza. Romina comprendía perfectamente que no quisiera volver al pueblo.

- Les diré que vengan a vernos, cuando quieras les digo el día.

- Si quieres el fin de semana que viene… o dile a mamá si puede estar para el viernes por la mañana, es la próxima ecografía- estaba muy ilusionada y contagió a Romina.

- Si ella no puede venir iré contigo.

- Gracias, pero tienes clase y es duro…

- ¡Tu eres más importante! &#150; entonces se acordó de César, que se había dejado la vida en la carrera para sacar a delante a sus hermanos, y ella hacía lo contrario, dejaba de ir por su hermana- Laura… ¿quieres venir a vivir conmigo?

No lo había pensado, le salió en ese momento. No había sitio en el piso, pero no pensaba dejar sola a su hermana y menos que trabajase estando embarazada. Laura no se esperaba aquello.

- No sé Romina…

- Por favor ¡Estaríamos todos más tranquilos! Por lo menos hasta que puedas volver a trabajar y ahorrar ¡Por favor!

Laura se quedó pensativa. Era lo mejor, y no debía ser orgullosa. Aunque en el fondo ya tenía algo parecido planificado…

- Lo pensaré.

Hablaron de otras cosas, Romina estaba encantada con Laura, incluso sentía que estaba más madura que ella. Pasaron más de dos horas como auténticas amigas. Nunca habían tenido esa conexión y ambas estaban muy contentas.

Ya en la calle, cuando cada una tenía que ir en una dirección, Romina le recordó lo del piso.

- Sí, tranquila. Y dile a mamá eso ¿eh?

- Sí, sí. Bueno, ya me envías un correo, que es gratis.

- ¡No te preocupes Romi!

Romina regresó a casa feliz. Sentía que el tema de Laura se estaba aclarando para bien, muy bien. Lo primero que haría al llegar a casa sería llamar a sus padres para decírselo.

Llegó al edificio y subió pensativa hasta el tercer piso, aunque en el segundo oía voces arriba.

- Está bien señora, lo hablaré con el del seguro…

- Gracias, ya me avisas. Hasta luego.

- Adiós.

Y se cerró una puerta.

- César…- dijo suspirando.

- ¡Romina! ¡Hola! ¿Qué tal?

- Bien bien…

- Me ha dicho Alex que habéis quedado mañana- dijo pícaramente.

- Sí, pero en plan amigos- aclaró Romina fervientemente.

- ¿Amigos? Bueno, aún así espero que lo paséis bien.

- Sí…

- Bueno, me tengo que marchar, el trabajo llama.

- Claro…

César continuó su camino y ella hacia la puerta, aunque apenas se movía.

- César- dijo repentinamente.

- ¿Sí?- preguntó extrañado.

- Esto… ¿Crees que Alex… quiere algo más que amistad?- realmente no quería preguntarle eso, quería saber si tenía novia, pero lo que había dicho era lo más normal.

- Eh… ¿No estás interesada en él?

- Me cae muy bien, pero nada más- confesó Romina.

César continuó su camino, dejándola ahí plantada.

- Díselo mañana…

- Eso es lo que iba a hacer- le espetó.

- Pues ya me contarás, porque él supongo que estará unos días amargado- dijo sonriendo de lado, bajando las escaleras.

- Lo haré, no te preocupes.

Romina entró en casa, sintiéndose mejor con el tema de los hermanos. Aunque no sabía cómo iba a acabar la cosa.

Había sido una buena tarde.

Continuará…

Editado 16 sep 2012 por Ginevra

[Merchedj 3.915]

Qué guapa está Laura. Me alegra mucho haber leído otro capi pues lo estaba esperando. Tengo ganas de saber cómo se toma Alex lo que le va a decir Romina, me da pena el pobre y además, me gusta mucho.

[Aída_dc 249]

¡Menudo cambio ha dado Laura! Está guapísima y más centrada, pero por mucho que diga que quiere ver a su familia yo sigo enfadada con ella. ¿Qué pasa, que una llamada iba a matarla? Yo soy su padre y cuando me reencuentre con ella le daba una bofetada! Y luego ya si eso me preocupo por ella, pero telita! hahaha

Y, bueno, sí, Alex me da pena porque se ha pillado de Romina, pero es que César es taaaan guaaaapo!!!!!!!!!

[Fabichapitas 139]

Le encuentro razon a Rose, o sea, bien por Laura, esta mas madura y todo, pero una llamada a sus padres no le quita nada, de hecho, es entendible que no quiera volver al pueblo, super, nadie le dice nada por eso pero no tiene nada que ver una cosa con la otra, que los llame no quiere decir que regrese... aun asi, es mejor que haya cambiado para bien :) y lo de los hermanos, nunca me atrajo Alex ni como personaje, asi que bien que Romina se fije en alguien un poco mas interesante.... en resumen: Buen Capitulo Ginevra!!! :)

[GwennieBlack 15]

El nuevo corte de cabello le queda muy bien a Laura ^-^ Y va a tono con su actitud madura, podría decirse. Qué genial que lo hayan pasado yan bien :3

Todavía me quedo mal por el pobre de Alex, no creo poder soportar el verlo tan mal :/ OK, obvio que sí puedo xD Pero, pobrecito. Jaja, y qué va a ser, "cosas de la vida".

Como siempre otro capítulo genial Bye!

[NatayaTahir 0]

Yo también estoy con Rose. Una llamadita a sus padres tampoco está de más, al menos para decirles que está bien. Me encanta la idea de que Laura se vaya a vivir con ella, así las dos podrán apoyarse entre ellas.

Me gusta más César, pero no quita de que Alex me vaya a dar mucha penita =( Él que quiere ir a declararse y la otra le va a hacer zas! Pero bueno, más vale decírselo ya y que el chico no se haga más ilusiones.

[Ginevra 1.523]

¡Gracias chicaaas! me animáis a continuar (que me cuesta diez minutos poder meterme en el barrio xD). Y gracias a los que no comentáis pero seguís la historia .

Capítulo 12

- Menos mal que tenemos una llave cada una- comentó Irina, saliendo de la casa.

- Y deberíamos de hacer otra por si una pierde la suya o algo. Bueno ¿Vas a venir a cenar?

- No, Mateo seguramente me invite- dijo con voz soñadora Irina.

- Sí, parece un buen chico, no se despegó de ti ni un minuto en la fiesta y durante la semana ha estado guiñándote el ojo cada vez que te veía…

- A mí me irá bien, pero espero que me mandes un sms contándome algo de cómo quedas con Alex.

Romina no se había puesto muy guapa, no quería “provocar” a Alex, solo quería aclararle las cosas cuanto antes, así que se vistió sencilla y ni se maquilló.

Bajaron al vestíbulo y se sentó en el cómodo sillón para esperarle.

- ¡Suerte! – le dijo Irina antes de salir del edificio.

Asintió, deseando que todo saliese bien y no se atrancase mucho con sus palabras, ser clara y que no le doliese… aunque no le podría doler mucho si en total se habían visto cuatro días mal contados.

Alex apareció por las escaleras, rompiendo sus pensamientos.

La cafetería estaba a pocos minutos del piso, así que no hablaron mucho por el camino, solo cosas de la universidad, de cómo les iba a cada uno. Entraron en el local, a esa hora un poco vacío, y pidieron bebidas. Romina estaba empezando a notar que su estómago se convertía en una pasa, no sabía cómo abordar el tema. Se sentaron cerca de la barra, en una mesa encasillada en una esquina.

- ¿Te gusta el sitio?- preguntó Alex, parecía muy animado.

- Sí, está muy bien, me gusta más que al que fui ayer- comentó.

- Ah sí, que fuiste a ver a tu hermana… y ¿Qué tal está?- él no sabía nada de lo de Laura, pero tal vez desconfiase de la “excusa” que le había dado la tarde anterior para no quedar con él.

- Bien, está más madura que yo, increíble lo rápido que cambia la gente…

Sabía que tenía que abordar el tema pronto, no podía tardar mucho más, era un fuerte dolor en el pecho.

- ¿Te sientes bien?- preguntó Alex, algo preocupado por los gestos de su cara, pues no podía evitar estar intranquila.

- Pues… esto…- empezó a decir. Era el momento.

- ¿Qué pasa?

- Es por lo de verano… es decir, quiero saber si tu… si esperas algo de mí- dijo atropelladamente, intentaba no mirarle a los ojos, no podía aguantar su mirada de los nervios.

- A ver si lo he entendido- dijo poniéndose serio, pensativo- ¿Te refieres a algo más que amigos?

- Sí, más o menos eso es lo que quería decir- por lo menos se habían entendido rápido, así que suspiró, estaba segura que lo más difícil había pasado, que era empezar.

- Bueno, la verdad es que me gustas mucho y creo que tenemos bastante en común. En verano, en la playa, sentí que te gustaba…- contestó Alex, frunciendo el entrecejo.

- Realmente sí, me gustabas, o algo así, pero creo que fue porque te vi perfecto después de mi ruptura con Ra… con el imbécil ese. ¡No quiero decir que te haya utilizado! Quiero decir… que tal vez podríamos haber llegado a más si…- ¿Iba a decirle “si no hubiese conocido a tu hermano? Deseaba terminar de una vez- Bueno, que no termina de formarse una idea clara, que no terminamos congeniar, que no…

- Que has conocido a uno que te atrae de verdad- la interrumpió Alex, estaba algo triste, decepcionado. Era lo que Romina temía, no sabía cómo no hacerle daño con sus palabras.

- Sí, pero aunque no hubiese aparecido él, no creo que nuestro destino fuese ser… algo más que amigos- ¿Estaba segura de eso? ¿Si César no hubiese aparecido no habría acabado siendo novia de Alex? ¿O en un futuro? ¿Y si en un futuro todo cambiaba y volvían a la misma situación de verano?

- Bueno, eso nunca se sabe, parejas más raras las hay y habrá siempre. Pero bueno, por lo menos te tengo de amiga ¿no?

- ¡Sí, sí, claro!- exclamó Romina, quería que él notase que le quería, pero como amigo, nada más. Aunque no soportaba ver su decepción, la estaba torturando- Alex, siento dejarte así, pero tengo que marcharme… lo siento.

Como él no decía nada, Romina sintió que sus ojos se empañaban de lágrimas, se sentía mal por él.

- Nos vemos- dijo la chica, intentando reprimir el nudo de la garganta.

- Sí…

Romina llegó a casa abatida. Estaba contenta y triste de que no estuviese Irina, por un lado quería estar sola y por otro acompañada. Se sentía muy mal, pero era lo que tocaba. No sabía ni qué quería hacer, no tenía ganas de nada.

Le envío el sms a Irina, muy cortito: Todo aclarado. Lo que nos esperábamos. Sabía que Irina querría volver pronto a casa para hablar con ella, pero también querría estar con Mateo, pero siendo ella era muy probable que apareciese pronto, a pesar de ser sábado. Romina se dejó caer en el sofá, pensando en las dos tardes que había tenido, muy diferentes. Con Laura había ido todo de maravilla, mientras que con Alex se había sentido muy mal.

Estaba tan negativa, entrando en una espiral de sentimientos y pensamientos negativos, casi absurdos, que se levantó de un brinco, decidida a estudiar un rato, a despejarse. Se metió en el ordenador y comprobó el correo, por si había alguna novedad. Para su sorpresa sí, la había:

“Romi ¿Mañana por la tarde tienes libre? Me gustaría hablar contigo”

Romina se emocionó ¿Qué querría Laura? ¿Confirmarle que vendría a vivir con ella? ¿O sería otra cosa? Sus pensamientos negativos no dejaban de fluir por sus entrañas.

Le contestó rápidamente y no se despegó del ordenador hasta que no recibió una respuesta, habían quedado en el piso de Laura a las cuatro de la tarde. Laura la había tranquilizado, diciéndole que no era nada malo, era sobre el piso. Así que Romina se quedó algo más tranquila.

El domingo por la mañana lo dedicaban enteramente a hacer ejercicio.

Como era de esperar, Irina llegó a las once a casa, ansiosa de saber la conversación con pelos y señales de la cafetería.

- Piensa… que no le has hecho daño… no le has… dejado por otro…- insistía aún por la mañana.

- Calla… que rompes… el ritmo- le dijo burlonamente Romina.

- El caso es… que se le pasará en… seguida… no habéis llegado… a nada… y os… habéis visto cuatro o… cinco veces…

- Sí… pero me da… pena igualmente…y más si se entera… que es su… hermano el que… me gusta…

Les rompieron el ejercicio y la conversación, pues sonó el timbre. ¿Quién sería? ¿Sería Alex? ¿César? ¿Mateo?

Abrieron la puerta y ambas se sorprendieron, no era ninguno de los tres.

- ¡Hola! –dijo Irina, con su alegría habitual.

- ¿Alguna es…Romina?- Preguntó.

Romina miró a Irina, no sabía si decir la verdad o no. Le daba miedo aquella apariencia angelical.

Al ver que no contestaba ninguna de las dos, la chica se presentó.

- Me llamo Flor, vivo en el número cuatro, en el segundo piso.

- ¡Ah! ¡Eres la hermana de César y Alex!- exclamó Irina, más tranquila.

- Sí. Es que me gustaría hablar con Romina por la cita que tuvo ayer con mi hermano- dijo amablemente, no parecía peligrosa en ningún sentido.

La hicieron pasar y la invitaron a un té. Romina se puso una camiseta blanca, se sentía incómoda enseñando tanta carne. Cuando salió de la habitación, las dos estaban sentadas con el té preparado, conversando alegremente.

- … y no estoy conforme en no poder cambiar nada del piso, así que es posible que acabemos comprándoselo- decía Flor.

Romina se sentó con ellas, cogió una taza de té y le dio un sorbo. Andaba pensativa, pero fue Irina la que materializó su pensamiento.

- ¿Comprarlo?

- Sí- contestó Flor-. Supongo que por X dinero dejará de dar la lata y por lo menos tendré un pisito para mí. Ya hace tiempo que César me quiere comprar uno, pero tiene miedo que deje de estudiar o me de a la mala vida.

- Quieres decir… que tenéis bastante pasta- dijo Romina, alucinada.

- Ah ¿Que no lo sabías?- exclamó Flor.

- Bueno, una idea tenía, pero de ahí a poder compraros un piso cada hermano…

- Entonces, no eres una interesada, quiero decir, que si fuese así le corresponderías a Alex. Eso me demuestra que eres una gran persona, la verdad es una pena que no te termine de gustar si es así… todas andan detrás de ellos por el dinero- contó Flor, parecía triste y enfadada con esa situación-. Pero me alegro de saber que por lo menos tiene una buena amiga.

- Bueno, no creo merecer tales alabanzas, pero gracias- murmuró Romina.

- ¡Pero qué dices!- saltó Irina- Pero si eres la persona más candorosa del mundo.

- ¿Candorosa? No si ahora vas a hablar mucho mejor que algunos personajillos de aquí- comentó Romina, sonriendo.

- Ah claro, que tu eres rusa ¿no?- preguntó Flor.

- Sí. ¿Entonces Alex está triste?- inquirió Irina, volviendo al tema.

- Sí, pero se le pasará, a ver si consigo que conozca alguna chica mona que merezca la pena…

- Bueno, a lo mejor alguna moscona de esas no es lo que parece- comentó Romina.

Pensaba en ella misma, aunque ella no era una moscona. Si andaba detrás de César y Flor se enteraba ¿cambiaría el concepto que tenía de ella?

Cuando Flor se marchó a los pocos minutos, recogieron las tazas y Romina se puso a fregar, exponiéndole sus pensamientos a Irina.

- Bah ¿y en caso de que se entere qué más te da? Da igual lo que piensen, sobre todo si César sabe que no es así.

- Bueno, eso hablando en que él me corresponda, listilla.

- Bueno, eso nunca se sabe, a lo mejor eres su tipo…

- Oye ¿Mateo no tiene algún amiguillo para mí? Creo que será más sencillo y menos lioso.

- ¡Eres tú la que lía las cosas! ¡Provoca situaciones para encontrarte con él! ¡Y sé tú misma!

- Entonces seguro que sale corriendo- dijo Romina, mirando mal a la taza.

- Eres desesperante niña…

- No es eso, pero solo hay que verlo, es muy… ¿extrovertido?

- Yo diría más bien “seguro de sí mismo”- pensó Irina-. Sabe lo que quiere, o eso es lo que aparenta ¿Has averiguado si tiene novia o algo parecido?

- No, pero seguro que hay alguna por ahí.

- Eso no lo sabrás si no lo averiguas… ¡Se lo podíamos haber preguntado a Flor! Otro día…

Tal vez podría ser que Flor se pusiera de su parte, a ayudarla, o por lo menos darle “información” de su hermano y así saber más de él. Tal vez al saber algunas cosas dejara de gustarle…

Mientras Irina chateaba y enviaba correos a sus familiares, aprovechó para ducharse, pues tenía que irse pronto con Laura. Tenía clara una cosa, si seguía pensando en sus vecinos del segundo piso y en Laura, los estudios se verían afectados, así que tenía que apartar algunas cosas, lo prioritario era el estudio y Laura.

Salió de la ducha, se secó y sonó el timbre. Ignoró la puerta, pues Irina abriría. Pero a los veinte segundos volvieron a llamar. “Seguro que tiene los auriculares puestos” Pensó Romina, poniéndose las zapatillas y saliendo del baño, envuelta en una toalla.

Miró por la mirilla y su corazón dio un vuelco. Abrió la puerta.

- Hola... ¿Así recibes a las visitas? –preguntó César, enarcando una ceja.

- Salgo de la ducha, Irina estará escuchando música y no ha oído la puerta, así que tienes suerte de que haya terminado, sino te quedas ahí esperando- le espetó ella.

César rompió a reír.

- ¿Se puede saber de qué te ríes?- le preguntó de mala leche.

- Nada, que eres muy graciosa- contestó él, recobrando la compostura.

- Uy si vamos, tengo una chispa que quemo el edificio- dijo irónicamente- ¿Y qué querías?

- Nada en particular, solo darte las gracias por ser sincera con Alex.

- Tu hermana ha estado aquí hace un rato, es muy agradable. Vino para lo mismo que tú. No si me tendrán que hacer santa…

- Sí, sé que estuvo aquí, por eso he venido también, para que sepas también mi opinión. Tal vez no aprecies que alguien sea sincero consigo mismo como con otros, pensando en el bien común.

- Pues… no…

- Bueno, no importa, ya lo pensarás.

- No te garantizo nada- aseguró Romina, entornando los ojos.

- ¿Tienes que estar siempre a la defensiva?

- Es mi naturaleza, en otra vida fui una noble guerrera…

- Dejémoslo en guerrera- se burló él.

- ¡Bueno lárgate ya! Que me tengo que ir y me quiero vestir ya.

- Vale, vale, Doña Noble Guerrera.

César dio media vuelta y Romina dio un paso atrás para cerrar la puerta, pero antes de eso César le soltó sin girarse:

- Por cierto, tienes unas piernas preciosas.

Continuará…

[Merchedj 3.915]

Me ha gustado el capi, como todos. Me sigue dando mucha pena Alex y, aunque Cesar está muy bien, también lo está Alex y se nota que la quiere o, al menos, que le gusta mucho. Espero que ya que prefiere a Cesar, éste le corresponda y tenga buenas intenciones para con ella. En fin, tengo ganas de leer el siguiente capi a ver qué pasa con Romina y Cesar.

Editado 8 may 2012 por Merchedj

[Aída_dc 249]

Hahahahahahhahahaha Me ha encantado el comentario sobre las piernas!!! haha

¡Estoy deseando que Romina y César se líeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen! ¡Nos tienes en ascuas, mujer! xD

Y a ver que pasa con Laura... No sé por qué me da que hay algo que no le ha contado todavía xD

En fin, espero que continúes prontito, que me tienes enganchada, eh??

[Fabichapitas 139]

Uuuh, me encanto el comentario de Cesar, super estiloso, sin girarse y al irse, asi suena cool y no cae en ser como cualquier jote que te queda mirando con cara de cordero degollado... se me salio una sonrisa al final, muy buen capitulo, y a mi no me da pena Alex... solo fueron unos dias, no se puede enganchar tan luego... que no sea lloron XD... en resumen Buen Capitulo Ginevra !!! nunca me decepcionas.

PD: Me encanto la conversacion mientras hacian ejercicios ! eres un genio para hacer que las conversaciones suenen reales y fluidas!!!

[GwennieBlack 15]

Qué buen capítulo =D Estuvo muy completo y todo n.n Me encantó Flor, ¡parece tan inocente! Es demasiado adorable xD Aunque no sé por qué pienso que tiene cara de hermana traviesa :3

En fin, estuvo entretenido ^-^ Good work!

[Fabichapitas 139]

A mi me tinca que esa carita angelical de Flor queda ahi, en la carita nomas... y me tiinca que luego la chica pelirroja bonita aparecera y le lavara el cerebro y Flor le dara el favor a la pelirroja y no a Romi :) cha cha chaaaaan.

[NatayaTahir 0]

¡Ay, Cesar me ha acabado de enamorar con esa frase! Que se deje de tanta Romina y se venga conmigo xD Bueno, vamos al capi, me ha gustado que Romina dejara las cosas claras con Alex, me ha dado penita, pero mejor aclararlo y que no se haga más ilusiones el chaval. Me ha caído bien FLor, parece maja, espero que no pase nada malo si se entera de que a Romi le gusta Cesar. Estoy ansiosa por ver el segundo encuentro con Laura, a ver si decide irse a vivir con ella. Y bueno, lo de Cesar ya ves que me ha encantado. Estos dos tienen chispa y se les ve. ¡Esperando el siguiente capitulo!

[jerby99 6]

Me lo leí todo de una! me encanto!

[Ana* 121]

Hola, ¡Me ha encantado! Espero que continúes con tu historia

[Ginevra 1.523]

¡Muchas gracias chicas! Bueno, veo que hay opiniones sobre Flor de todos los gustos xDDD.

Capítulo 13

Romina fue casi volando a casa de Laura, intentando olvidar el encuentro con César, que cuanto más lo pensaba más ridícula se sentía ¿Por qué había abierto la puerta en toalla? Bueno, al menos le había dicho que tenía las piernas bonitas, bueno no, preciosas. Cada vez que se acordaba de eso le entraba calor en las mejillas.

Llegó al piso de Laura sin perderse, casi sin darse cuenta. Subió al cuarto piso y giró a la derecha.

- ¡Romi! Tan puntual como siempre- comentó Laura, esperando en el umbral de su puerta, con una gran sonrisa.

- Ya sabes que no me gusta llegar tarde.

- Pasa, pasa, aquí está el salón… ¿Quieres algo? Bueno, he preparado té, si quieres bien y sino pues también- dijo sentándose y acercándole a su hermana una taza.

- Gracias. Y bueno… ¿Ya has pensado lo del piso?- inquirió Romina, yendo al grano.

- Pues sí. No te lo dije el otro día porque aún no era seguro, pero ahora está confirmado… Verás, no voy a tu piso.

- Oh ¿y eso?- dijo Romina con disgusto.

- Pues… no te cabrees ¿vale? Ni te alteres ni nada- suspiró, preparada para soltar la sopa-. Tengo novio y…

- ¡¿Qué?!- la cortó Romina, incrédula.

- Escúchame- pidió Laura, intentando explicarse-. Es un compañero de trabajo, lo conozco desde que estoy aquí, él me ayudó a encontrar este piso y me ha tratado muy bien. Sabe de mi embarazo y aun así me acepta.

- ¿Sabe eso? ¿Y quiere estar contigo?

- Sí- confirmó Laura.

- Laura ¿Estás segura? ¡Es muy poco tiempo!

- ¡Romi tu sabes bien el caso de la tía Conchi! A los dos días de conocer al tío Pepe se querían casar, tardaron tres meses, pero en dos días se enamoraron y ya llevan treinta y pico años juntos- le recordó Laura.

- Sí, si entiendo que salgáis, si trabajáis juntos estáis muchas horas juntos y habláis mucho, pero… ¿tu sabes algo de él?

- Sí. Es hijo único, su padre es mecánico y su madre enfermera. Él trabaja los fines de semana con su padre y entre semana en la cafetería, está ahí solo por el verano, así que pronto acaba su contrato y volverá a la empresa que estaba antes, de mantenimiento…

- ¿Y todo eso es verdad?- preguntó Romina, escéptica.

- Sí, ya he conocido a sus padres, soy su novia oficial…

- ¡¿Qué?!

En eso sonó el timbre y Laura dio un brinco, dejando a Romina pasmada. Volvió a los pocos segundos, acompañada de un chico.

- Romi, este es Carlos, mi novio.

Romina se quedó de piedra, como una estatua esculpida en el sofá. El aspecto del chico, el tal Carlos, parecía como lo había descrito Laura, pero ya no se fiaba de las apariencias de la gente. Sabía que tendría un rato para conocerlo, así que decidió hacerlo y no ser corta de miras, tal vez ese fuese el futuro de Laura.

- …Y quiere que los papás den el visto bueno- relató Romina.

- ¡Y me parece bien! Lo único malo será cómo se lo tomen- dijo Irina, que había escuchado atentamente.

- Ya, eso es lo que me preocupa, que no se lo van a tomar nada bien. Por lo menos el chico parece normal, y sobre todo, que la quiere. Solo hay que ver los ojos con los que la mira, está más que enamorado. Y lo que me alegra es que ella también…

- ¡Eso es muy bueno! Eso tranquilizará a tus padres, al principio no les gustará nada, pero luego lo irán viendo con buenos ojos ¡Ya verás!

Romina asintió. Sabía que de esa noche no podía pasar sin decírselo a su madre, que luego le haría el reportaje a su padre. Volvió a asentir, pero más bien para sí misma y se giró, preparada para enfrentarse a lo que le esperaba…

Había pasado más de una semana. Romina estaba en la biblioteca de la universidad, utilizando uno de los viejos ordenadores que iban casi a pedales, escribiendo un trabajo sobre enfermedades y remedios.

Estaba aporreando el teclado cuando alguien la interrumpió.

- ¿Está Irina por aquí?

- ¿Eh? ¡Ah! ¡Mateo! Pues… creo que estaba en la cafetería, cogiendo una Coca-Cola, no se sentía bien del estómago…

- Ah, perfecto. Es que quería comentarte que como va a ser su cumple en dos semanas pues me gustaría saber qué le puedo regalar…

- ¡Es verdad! Pues bueno, tal vez algún colgante o algo de eso, o una camiseta guay de esas que le gustan a ella.

- Sí, en eso había pensado, gracias por confirmarlo. La verdad es que quería pedirte si una tarde puedes venir conmigo a comprársela, no me gustaría cagarla- dijo sinceramente Mateo.

- Claro, cuando quieras- dijo Romina sonriendo. Le gustaba saber que la relación de Irina iba por buen puerto.

Salió de la universidad muy contenta, cansada, pero contenta. Su trabajo iba bien, así que no tenía mucha presión de los estudios, por el momento. Lo único que le comía la cabeza era lo que ocurría en la familia. Se sentía demasiado tensa últimamente, solo deseaba que todo se aclarase, y parecía que eso ocurriría pronto.

Llegó a casa con ganas de merendar y deseando mirar por la ventana favorita de todo el que visitaba la casa.

Aunque no podría reposarse mucho, tenían que leer tres libros para diferentes asignaturas y hacer un trabajo relacionado con ellos, antes de diciembre, así que no podía dormirse en los laurales, el tiempo pasaba volando. Y más con todo el trajín que tenían, esa tarde aún más, apenas podría hacer nada de la universidad.

Estaba felizmente sentada en su rincón favorito (enfrente del de Irina), disfrutando de su zumo y de su momento de relax cuando llamaron al telefonillo. Dio un respingo, dejó el zumo y se apresuró a contestar.

- ¿Sí?

- ¿Romina?

- Sí.

- Somos nosotros.

- ¡Tercer pisoooo! – exclamó Romina emocionada.

Abrió la puerta con una sonrisa de oreja a oreja y una emoción en el pecho que apenas podía contener. Esperó en el rellano a que subiesen. Se abalanzó sobre Ramón.

- ¡Papiiii!

- ¡Mi niña! Te echo un montón de menos… ¿Y este estilo?

- Ah, bueno, llevo un poco de todo- dijo Romina, encogiéndose de hombros.

- Pongas lo que te pongas estás preciosa.

“Preciosa” su corazón le dio un vuelco, pues se acordó de César y la alusión a sus piernas.

- Pasa papi, estás en tu casa.

- ¿El baño?

- La segunda puerta enfrente…. ¡Mamiiiiiiiiiii!

- Mi Romina…

- ¿Cómo están las peques?

- Bien, un poco tristes porque os echan de menos, pero bien, es lo bueno de que sean pequeñas- dijo con un poco de tristeza Ramona.

- Normal y mejor… ¿Quieres un té?

Entraron en el piso y mientras se calentaban los tés les enseñó el pisito. Como a todo el mundo, les encantaron la zona del comedor.

- Es muy cuco- dijo Ramona, que parecía tener algo más de alegría en los ojos desde que se fue Romina.

- Buena vista tenéis- comentó Ramón.

- Sí, pasamos el mayor tiempo aquí sentadas- dijo Romina, dándole un sorbo a su zumo.

- ¿Y Laura? ¿Cómo está?- soltó Ramona, pues no podía más.

- Está estupenda mamá- aseguró Romina, pues así veía a su hermana.

- ¿Y el novio? ¿Cómo es que tiene novio?- inquirió Ramón, poniéndose muy serio.

- Tranquiiiilos, Laura quiere que le conozcáis…

- ¿Pero para qué? ¿Que acaso piensan casarse pronto? Je, je, jejejeje- Ramón se rió de su chiste malo, aunque se volvió a poner serio, como sopesando esa posibilidad.

- No creo, o tal vez lo tengan planeado. Pero el caso es que él no tiene pinta de engañar, quiero decir, que parece ser más bueno que el pan- dijo de carrerilla Romina-. Carlos no gana absolutamente nada con estar con Laura, solo… amor.

Sus padres se quedaron mirándola, frunciendo el ceño, pero pensativos.

- Bueno, no me fio de ningún niñato…

- Papá, Laura tiene dieciocho años, pero lo importante es que ha madurado un montón, está más madura que yo y todo- le aseguró Romina-. Comprendo vuestra reticencia, pues yo también la tengo, pero la verdad es que el chico tiene unos ojos trasparentes, es que solo con verlo no se puede opinar mal de él, creo que es perfecto para Laura…

- Está bien, pues llama a tu hermana y ya quedáis. Estamos hasta mañana por la noche, como dijiste que los sábados por la mañana no trabaja- dijo Ramona.

- Perfecto, supongo que quedaremos por la mañana pronto. De verdad, no la vais a reconocer, es otra, es adorable.

- Solo quiero que mis hijas sean felices- dijo Ramón. Ramona asintió-. Eso sí, no le perdono que no nos haya llamado, la muy gorda.

Continuará…

[Aída_dc 249]

¡Lo sabía! ¡Sabía que Laura estaba escondiendo un ligue desde que Romina le dijo que se fuera a vivir con ella y Laura pensó que ya tenía algo planeado! hahahaha El chico parece buena persona, ya veremos si es trigo limpio o no... ¡Que yo tampoco me fío mucho de los hombres!

Me ha gustado el look de Romina!! Todo hay que decirlo hehe

Espero que subas nuevo capi pronto, que, como siempre te digo, me gusta mucho esta historia!

Editado 14 may 2012 por Aída_dc