Historia finalizada ~* Cóctel De Esperanzas *~ Capi 31 *¡FINAL!*

[jana61 2.411]

Buaf, me has dejado en ascuas, ¡quiero tema ya! Y morreo de tornillo, ¡de todo!. Y a ver si es mas decidida que me parece que se come mucho el coco.

[Merchedj 3.915]

Sí que es muy indecisa pero menos mal que está Irina que le da un empujoncito para que haga las cosas. Estoy deseando ver qué pasa en la fiesta y espero que haya un paso adelante entre ellos dos.

[Fabichapitas 139]

Buen capitulo, emocionante, pero me cargoooo como es romina a veces, me gusta cuando esta positiva y segura de si misma, pero me carga cuando se pone tan dependiente de la opinión de los demás (Irina y su hermana), ella debe tomar las decisiones, no debe consultarle todo a ellas, Dios mio ¬¬.. pero bueno, como dice Merche, menos mal que Irina le da ese empujón que ella necesita :) quiero otro capitulooo XD !

[Aída_dc 249]

Estoy enamorada de César ¡Es tan geniiiaaaal! Si es que me encanta!! hahahaaha

Esoty deseando ver la fiesta de Halloween!! ¡Me muero por ver el ataque de celos de doña pelirroja estúpida!

[NatayaTahir 0]

Vamos a montar un club de fans de Cesar xDD De verdad, que encanto de hombre<3

Que ganitas de leer el siguiente capitulo, esto se va poniendo cada vez más interesante. ¡Muerte a la zorrilla pelirroja! (y mira que me gustan las pelirrojas...T_T)

[Ginevra 1.523]

¡Gracias cariiiiis!

Capítulo 17

- Veeengaaaaaaaaaa, sal yaaaaa- insistió Irina, esperando en el salón.

- Tranquila Irina, estará estupenda con ese vestido y el maquillaje- dijo Flor emocionadísima. La había maquillado y peinado antes de vestirse y ahora esperaban el resultado.

- Pues que se dé prisa, que quiero verla ya.

- Ya estoy, pesada- dijo saliendo al fin Romina.

- ¡Has visto! ¡Adoro el vestido!- chilló Flor.

- ¡Me encantaaaaaaaaaaaa!- exclamó Irina.

- ¿Voy bien?- preguntó Romina, insegura- ¿No voy muy estrafalaria?

- ¡Pero qué dices! ¡Si vas estupenda!

- ¿Si te lo arranco se notará mucho?- ironizó Irina.

- Bueno ¿Qué hora es? ¿César es puntual?- preguntó Romina, mirando alrededor.

- Son las ocho y sí, César es puntualísimo- respondió Flor.

- Mejor, así no perdéis tiempo- comentó Irina, con doble sentido.

- A lo mejor Ces se enamora de ti- susurró Flor, pensando en voz alta.

Sonó el timbre y las tres dieron un respingo.

- ¡Es él!- susurró chillando Irina, una manera sigilosa de exclamar su emoción.

- ¡Sí que es puntual!- dijo Romina, con un ligero nerviosismo.

- ¡Ale! ¡Pásatelo bien!- le susurró Flor, empujándola a la puerta.

Romina la abrió y se quedó paralizada durante una fracción de segundo.

Pero se recompuso en seguida, pasándosele el nerviosismo. Se sentía perfecta cuando estaba cerca de César.

- Esperaba la toalla negra- bromeó César, haciéndole una revisión.

- Bueno Cesi, es que no tenía una para la ocasión.

- Espero que para fin de año la tengas- dijo en tono de broma.

Pero a Romina le llegaron sus palabras hasta el fondo ¿Quería quedar en Noche Vieja? ¿Tan bien le caía que quería seguir quedando con ella? ¿Y si le empezaba a gustar de verdad? Romina dejó de darle vueltas y se fueron a la fiesta.

Llegaron a la casa donde hacían la fiesta. Según le dijo César, la habían alquilado. Eran unos treinta invitados.

Abrió la puerta un chico que iba de esqueleto. Cuando estaban dentro el chico subió al piso superior, donde parecía estar la mayor parte de la gente. Martina no despegaba el ojo de la puerta principal, así que cuando entraron casi pega un brinco.

- ¿Quieres algo de beber?- preguntó Romina, yendo a la mesa de las bebidas, echándole el ojo a una botella de Pepsi.

- Sí, ahora voy, saludo a algunas personas y pillo algo… ¿vienes conmigo que te los presente?

- Ah, no, no, ves tú solo, te espero aquí- dijo Romina, sonriendo.

César se acercó a la zona donde estaba Martina, pero no la vio, pues ella fue rápida y se acercó a Romina.

- Al final ha venido contigo… ¿No había nadie más para escoger?

- Martina ¿A qué viene esto?- inquirió Romina, sorprendida.

- No te hagas la loca, que las muertas de hambre como tú son todas iguales. Estás intentando atrapara César para vivir del cuento… ¿Ya estás embarazada? No te tardes mucho, que tal vez no tengas muchas oportunidades de quedarte.

- ¿Pero? Tu… no todas somos así- consiguió articular Romina, que no salía de su asombro.

- Anda ya. Todas queremos vivir sin trabajar, rodeadas de lujo y comodidades. Y qué mejor que tener un hijo de un rico para amarrarlo y que suelte pasta para mantenerte. Es una pena que haya que estropearse la figura con un crío, pero siempre hay que pagar un precio.

- Estás mal… Gracias a todos los dioses existentes que no pienso ni soy como tú- replicó Romina, con dureza.

Por suerte los demás que rondaban por ahí no se percataban de nada, gracias a la música y el jaleo del piso superior, a parte que estaban hablando en un tono más bajo de lo normal. César terminó de saludar y se reunió con ellas.

- Martina…

- Hola César. Creía que ibas a venir solo, pero veo que no.

- ¿César qué quieres de beber?- preguntó Romina amablemente, intentando quitarse de encima a Martina.

- César, ten cuidado con esta tipa- soltó de repente Martina en un susurro duro, que Romina escuchó claramente-. Te quiere cazar por tu dinero, no te extrañe que dentro de nada te diga que está esperando un hijo tuyo. Así que no dudes en hacerte una prueba de ADN.

- Martina, eso no puede suceder- le respondió César, intentando mantener el tipo-, porque no estamos juntos.

- ¡¿Estás de guasa?! Bueno, normal ¿Quién va a querer estar con una cría insípida pudiendo tener a cualquier mujer perfecta?

Algunos de los presentes la miraron, aunque no habían entendido bien lo que había dicho.

Romina miró a César y se encaminó a la puerta principal. No iba a aguantar ninguna humillación, así que decidió largarse. Abrió la puerta y, justo cuando estaba en el umbral, oyó chillar a Martina.

- ¡¿Qué?! ¡A mí no me digas eso!

Algo hizo que le hirviera la sangre a Romina ¿Iba a gritarle a César delante de los demás y sin ningún sentido? Dio media vuelta, llena de furia.

- ¡No voy a permitir que te burles de mí, César!

- ¿Pero qué dices?- César estaba indignado.

- ¿Qué pasa Martina? ¿Estás envidiosa porque no te corresponde?- le preguntó Romina, con voz de asquerosa, nada digna de ella.

- ¡Cállate petarda!

- Romina déjala- dijo César, intentando apartarla.

- ¡Eres un cabrón! ¡No te voy a perdonar esto! ¡¿Me oyes?!- chilló Martina. Los presentes estaban de pie, mirándolos. Los únicos que no se enteraban de nada eran los de arriba, que seguían de juerga.

- ¡Mira Martina! ¡César no te soporta justamente por cómo eres! ¡Una as-que-ro-sa!- espetó Romina, encarándose con ella.

- ¡¿Y tú quién te crees que eres para defenderlo así?!

- ¡Su novia!

Se había hecho un silencio sepulcral en la sala, salvo por la música, que no conseguía romper la tensión del ambiente. Los demás estaban preocupados y contentos por tener movida, aunque estaban sorprendidos por lo que había dicho Romina. No se esperaban eso de César.

- ¿Qué? ¡No me hagas reír!- consiguió decir Martina, totalmente desconcertada.

- ¿Sorprendida?- continuó Romina, envalentonada.

- ¡Pero si antes ha dicho que no estabais juntos!

- Porque es desde esta tarde y queríamos esperar a decirlo, lista- salió del paso Romina, segura de sí misma, tanto que los demás se lo creyeron.

- Que bajo has caído César- masculló Martina, mirándole-. No creas que esto se va a quedar así, pienso arruinarte por esto…

- No me das ningún miedo- dijo César, lo más serenamente posible.

Salieron los dos de la casa, dejando a Martina y los demás pasmados. Y los del segundo piso sin enterarse de nada.

Romina notaba cómo su furia se iba evaporando, sintiendo el miedo venírsele encima ¿Por qué había dicho eso? Ahora César se enfadaría con ella, y con razón.

- Romina…

- César, siento haber dicho que soy tu novia, pero es lo primero que se me pasó por la cabeza. No tenía que haberlo dicho, si se va a saber que no es verdad y va a ser peor. Lo siento, de verdad- se disculpó.

- No importa, podemos seguir diciéndolo durante un tiempo, hasta que se calmen las cosas- dijo él, parecía pensativo.

- Esto… me gustaría decirte algo- empezó Romina decidida, impulsada no sabía ni cómo-. No he dicho que soy tu novia así porque sí, quiero decir, que no me ha venido a la cabeza así de repente. Llevo un tiempo dándole vueltas, y más desde que me invitaste a venir…Es que siento algo por ti.

Confesó, aunque no estaba nerviosa. Se sentía triste, como desganada, pero con ganas de decir lo que sentía. César agachó la cabeza, suspirando.

- Romina, yo… no sé qué decirte.

- Nada, no tienes que decir nada. Estoy para lo que necesites, cualquier cosa me llamas ¿vale?

- Te llevo a casa.

- No, ya voy sola, necesito aire y pensar, pero gracias.

No le dio tiempo a decir nada más, sonrió como despedida y salió corriendo, dirección a casa.

Continuará…

[Aída_dc 249]

Oooooooooooooooooooooooooooh!! Se ha declarado!!! ME ENCANTA!!!!!!!!!!!!!! Hahahaha

Ay, madre mía, ojalá César se dé cuenta de que en el fondo tmbn siente algo por ella... Aiiiiiiiiiiiiins! No me puedes dejar así!! Tienes que subir capi YA! haha

[Merchedj 3.915]

Ohhh, qué capítulo más intenso. Yo creo que Cesar siente algo por Romina y espero que se decida y corresponda a su declaración. Por cierto, Cesar está guapísimo así vestido. Lo adorooooo.

[Koredanu 877]

AAAyyy pero como nos dejas asi!!!!!!, espero que la próxima vez que Cesar vea a Romina le plante un morreo de los que hacen historia!!... ¡Queremos temaaaa!!!!

Editado 1 jun 2012 por Koredanu

[Fabichapitas 139]

Uuuuf, se le confeso en una situacion tan tensa como esa, no noo Romi, habria esperado un tiempecito pero bueno, a veces las emociones funcionan mas rapido que la cabeza. Y yo tambien hubiese quedado sorprendida si alguien me dice tantas cosas feas como lo que le dijo Martina a Romi :/... MUY buen capitulo !

[jana61 2.411]

Hombre, una persona que te defiende así es para quererla ¿no? Eso pienso yo, pero a este niño le falta un hervor, como decimos aqui en andalucía Eso si, está guapísimo el tío, para hacerle 24 favores y encima darle las gracias Es lógico que con la reacción tan dubitativa de el, la pobre se haya cortado y haya salido corriendo. En fin, a ver si el tío reacciona, ¡que yo también quiero temaaa!

[Annika 8]

Uyy cómo están las cosas entre César y Romina!!

Qué ganas de ver cómo sigue esta historia

[NatayaTahir 0]

¡Qué fuerte! Se le ha declarado Ahora a esperar a ver que pasa entre estos dos...yo diría que algo bueno =3

[Ginevra 1.523]

Capítulo 18

La mañana siguiente se fue a dar una vuelta con Laura al centro comercial. No le había dicho nada de César, no tenía ganas de hablar del tema y con Laura, que no sabía nada, pues podía evadirse del tema. Ahora se sentía algo avergonzada de habérselo confesado, pero sabía que tardaría en volver a verlo, o eso esperaba, porque no sabría cómo reaccionar, o cómo reaccionaría él. Tenía ganas de poner tierra de por medio, y eso sí que lo iba a poder hacer, pues iban a irse un par de días a casa de sus padres.

Cuando llegaron a casa tenían visita.

- ...y estoy de acuerdo- decía una voz.

- Hola, ya estamos aquí... Ah, hola Flor- dijo Romina, de repente se puso un poco en tensión.

- Hola Romina, vine para hablar contigo.

- Oh...

- Sé lo de anoche, lo que pasó en la fiesta y lo que le dijiste después a César.

- ¿Quién es César?- preguntó Laura.

- Mi hermano mayor- contestó Flor.

- Flor, yo...- empezó Romina.

- No te excuses, no estoy enfadada contigo ni mucho menos. Si fueras tras el dinero te podrías haber quedado con Alex, y no quisiste hacerle daño porque sentías algo por César. Y para rematar ayer diste la cara por él…

- ¡¿Estás enamorada y no me lo habías dicho?!- exclamó Laura.

- No ganaba nada- susurró Romina.

- ¿Te lo ha contado César?- preguntó Irina.

- No, bueno, después sí. Pero el chisme de que Romi dijo que eran novios corrió como la pólvora, así que le pregunté a César y me contó todo con lujo de detalles.

- ¿Y sabes si siente algo por Romi?- preguntó Laura, totalmente metida en la conversación.

- No, no me dijo nada...Pero creo que sí que está atraído por ella.

- ¡Bieeen!- chillaron Irina y Laura. Romina se apachurró, no creía que eso fuese verdad.

- Pero no garantizo nada, César es muy hermético, no deja fluir sus sentimientos así como así...Y si es así, tal vez esté confuso o algo, no sé.

Sonó el timbre de la puerta y las cuatro dieron un respingo.

- Seguramente será Mateo- dijo Irina, mientras Romina se encaminaba a abrir la puerta.

Pero no era Mateo a quien se encontró en el umbral e invadió el vestíbulo.

- ¿A qué juegas? ¿A ver a quién te llevas con más pasta?

- ¡Alex!- articuló Romina. Se sentía abatida.

Notó que detrás de ella las chicas se ponían en movimiento.

- Andas detrás de César ¿A caso lo vas a negar? ¡¿Eh?!- exigió Alex.

- No, no lo voy a negar. Tu hermano me gusta mucho, muchísimo.

- Está enamorada- soltó Irina.

- ¿Y quién se lo cree?

- Alex...-susurró Flor, intentando tranquilizar a su hermano.

- Alex, justamente quería evitar males mayores al no decir nada- se defendió Romina-. En ningún momento he hecho amago de querer ir detrás de él, y solo lo sabía Irina, ni siquiera mi hermana. En verano me gustabas mucho, y tal vez si no hubiese conocido a César podríamos haber intentado algo...

- ¡Ya! ¡Deja el discursito risídulo!- chilló Alex.

- ¡Pero tú de que vas chaval!- le gritó Laura, que no podía aguantarse más- ¡Te está diciendo que no anda detrás del dinero! ¡Sino se habría conformado contigo, so empanao!

- Laura...

- No Romina, Lau tiene razón- dijo Irina, apopyándolas-. Date cuenta Alex que ella ha atajado los posibles acontecimientos ¿Qué habría pasado si os empezáis a conocer más y ella sigue colada por él? ¡Habría sido mucho peor!

- Alex, tienen razón- dijo Flor-. Romi quiere de verdad a César, le gusta desde que lo conoció. Me lo ha dicho Irina- lo último se lo dijo a Romina.

- ¡Bueno pues muy bien! Pues si es verdad que le quieres y él te llega a corresponer, espero que luego no le hagas sufrir y me des la razón... ¡Así que hazle feliz!

Las chicas se quedaron pasmadas, sobre todo Romina, con lo último que había dicho Alex. Se sentaron alrededor de la mesa para quitarse el susto.

- Bueno, al menos ya tienes la aprobación de los hermanos- bromeó Irina.

- No le gusto ni le gustaré- sentenció Romina.

- Pero que tonta eres chiquilla- protestó Laura-. Hm, tengo curiosidad por conocer al tal César...

- Pues no lo vas a conocer, o por lo menos por el momento- continuó negativamente Romina.

- Que alguien le de un guantazo- susurró Irina, mirando mal a Romina.

- No en serio, no sería capaz de verlo por ahora, me muero de la vergüenza cada vez que pienso que me he declarado.

- Bueno, no suele ser habitual declararse de esa manera y la gente no suele ser valiente para hacerlo- dijo Irina.

- De todas maneras, estoy segura de que no le eres indiferente a mi hermano.

- ¿Tu crees?- Romina sintió algo de esperanza.

El viaje hasta el pueblo fue bastante animado. Condujo Romina, Laura iba a su lado y Carlos detrás, fijándose en el camino.

Llegaron a la casa, donde ya les estaban esperando. Ramona ya tenía la cena preparada y Ramón tenía la tele puesta en el canal de los deportes.

- ¡Romi, Laaaaaau!- chillaron las peques, abalanzándose sobre sus hermanas.

- ¿Romi me has traído el vestido?- preguntó Sara, con entusiasmo.

- No seas pedigüeña niña- le espetó Ramón, aunque estaba muy contento.

- Aquí no ha cambiado nada ¿No podrías cambiar el papel de la pared?- preguntó Laura, mirando a su alrededor.

- Me habéis abandonado- susurró Clara.

- ¡Claro que no tonta!

Laura y Romina subieron a su antiguo cuarto. Hacía ya unos meses que se habían ido, pero era como si no hubiese pasado el tiempo.

- Está todo igual- comentó Laura, ligeramente nostálgica.

- Sí… hasta los peluches están en el mismo sitio, bueno, este es nuevo ¿Te acuerdas cuando jugábamos de peques con todos ellos?

- Buah, montábamos cada película…

Recordaron viejos tiempos, de cuando veían a la gente de su edad actual muy mayor, riéndose como niñas, felices. Romina y Laura se sintieron muy bien, dándose más cuenta de la infancia que habían vivido.

- Uh, que horror de ordenador, no sé ni cómo funciona aún.

- Pues te pasabas el día pegada a él- le recordó Romina, mirando sus libros favoritos.

Después de recorrer cada rincón de la casa, se sentaron a la mesa. Habían cogido la mesa de la cocina y unido a la del comedor, así podrían caber todos cómodamente. Cenaron alegremente el potaje y los entremeses que habían preparado Ramona. Así conocieron todos más a Carlos, quedando patente que era el hombre perfecto para Laura.

Después de la cena se quedaron en la sobremesa charlando.

- Sí, me gusta mucho el pueblo, está muy bien- le decía Carlos a Ramón.

Las chicas hablaban de otras cosas.

- Entonces ¿Te va bien la universidad cariño?- inquirió Ramona.

- De momento voy bien, aunque creo que no consigo concentrarme lo suficiente…

- Eso es porque estás distraída con… otras cosas- rectificó Laura a tiempo, antes de soltar algo indebido.

- ¿Tienes problemas con algún profesor o compañero? ¿Es por un chico?- empezó a preocuparse Ramona, a la vez que intrigada.

- Mamá, sé separar las cosas y lo prioritario es la uni, que para eso pagamos.

- ¡No digas tonterías!- soltó Laura, cabreándose- si te organizas bien puedes tener un novio y sacar buenas notas, por muy chunga que sea la carrera.

- ¿Tienes un pretendiente?- insistió Ramona, llena de curiosidad.

- No mamá.

- Ella es la pretendienta- dijo Laura.

- ¡Lau!

- ¿Qué? ¡Asúmelo! Anda detrás de un chaval, que no conozco aún, pero parece ser bastante majo y buen partido.

- ¿Ah sí?- Ramona parecía encantada.

- Bueno, ya está bien- dijo Romina. Se sentía vacía, tal vez porque no era correspondida.

- Peeero, según parece ser, el tal César empieza a flaquear ante nuestra querida Romina- continuó Laura.

- Déjalo ya Laura- susurró Romina. Laura la miró de reojo, dándose cuenta de que le dolía lo que estaba diciendo.

- Romi…

- ¡¿Romi tiene novio?!- exclamó Sara.

- ¿Eh?- Ramón giró el cuello tan de golpe que casi se lo rompe.

En eso sonó un móvil, y para alivio de Romina era el de ella. Se incorporó, mirando el número y el nombre. Era Flor.

- No, no tiene novio- sentenció Laura, mientras Romina se encaminaba a la cocina.

Nada más cerrar la puerta descolgó, preguntándose qué querría Flor… o qué habría pasado.

- ¿Sí?

- ¿Romina?

- Sí, qué pasa.

- Oh, nada en particular. Era solo para saber cómo habías llegado.

- Ah, bien, bien, aquí todo está perfecto.

- Me alegro.

Hubo una pequeña pausa. Romina notó que le pasaba algo.

- ¿Qué pasa Flor?

- Bueno, está bien, no es nada importante pero te lo comento para que no te pille de sorpresa. Martina ha conseguido que su padre eche a César de la empresa.

- Bueno, la iba a dejar.

- Sí, pero el viejo ese es un tipo influyente y ahora va a darle por saco… así que César ha decidido dejarlo estar por un tiempo y desaparecer del mapa de la abogacía. Te lo digo para que no le comentes nada, por lo menos por el momento, que está muy cabreado.

- Y por mi culpa…

- No Romi, tarde o temprano tendría que pasar. Al final habría mandado a Martina a freír espárragos y el resultado habría sido el mismo….¡Ah, llegan los dos! Tengo que colgar.

- Lo siento…

- Ya te llamo mañana si puedo. Romi, no te comas la cabeza ¡Si es que no te lo tenía que haber dicho!

- Cuelga, no te metas en más líos, ya me llamas mañana… Besos.

- Ok, hasta mañana guapa.

Romina se sentía como una piñata, llena de golpes. Se preparó una taza de café con leche para tranquilizarse, necesitaba serenarse antes de volver al comedor.

Aunque es posible que hubiese pasado lo que había dicho Flor en el caso de no haber dicho eso a Martina, pero eso nunca lo sabrían, pues ella la había cagado. Ahora César estaría maldiciéndola y con razón.

Cuando volvió al comedor todos estaban hablando de otras cosas, en ese momento no tenía cabeza para concentrarse en su familia. Y eso la torturó más, porque quería disfrutar de ellos.

Tanto Laura como Romina sintieron que habían retrocedido en el tiempo, cuando había llegado Irina en verano, pues Sara volvía a dar problemas para irse a dormir con sus padres.

- ¡Pero quiero estará aquí!

- Pues como no puedes estarte quieta durmiendo te vas con los papás, que te mueves más que una lombriz- dijo Laura.

- Venga Sara, que ahora mismo viene Carlos y no querrás dar la lata ¿verdad?- comentó Romina, con paciencia.

- ¡Solo un minuto!- insistió Sara, subiendo a la cama.

- Pesada- susurró Laura, con cariño.

Pasados dos minutos y que Sara se había marchado, Laura aprovechó para hablar con Romina.

- ¿Tanto le quieres?

- ¡Laura que te pueden oír!

- Tranquila, Clara está tomando su leche, tardará cinco minutos más o menos…. En serio Romi ¿Tanto quieres a César? ¿Tanto te duele que se hable del tema y no ser correspondida?

- Pues sí- afirmó Romina, abriéndole su corazón a Laura.

- Jo Romi, me emociona verte así de enamorada…

Romina cerró los ojos ¿Por qué no podía haberse enamorado de Alex? ¡Habría sido todo mucho más sencillo!

- ¡Maldito pelo escobilla!- exclamó Romina, desahogándose.

- ¿Ein?

- Es que César tiene el pelo de punta…

- Ays, tengo ganas de conocerlo. Romina, si lo quieres lucha por él, aunque al final se fracasé, pero por lo menos inténtalo.

Continuará...

[Merchedj 3.915]

Qué buen capítulo, Ginevra. Estoy deseando ver el próximo encuentro de Romina con César. Espero que no tardes mucho en poner el siguiente. Besos.

[Fabichapitas 139]

Buenisimo !!! me gusto, y me vi reflejada en Romi mas de una vez cuando te gusta un chico y no sabes si le correspondes o no... yo creo que Romi causa mucha empatia a veces :)

[jana61 2.411]

Buaf, yo me he quedado chafada quería que pasara algo entre ellos, que César le dijera algo, alguna esperanza, que se yo. Y ahora con lo de que la niñata ha conseguido que lo echen del trabajo, ella se piensa que le echará las culpas a ella por hablar. En fin, espero que todo se aclare ¡y que haya tema, besos, lo que seaaaa!

[Koredanu 877]

Jo, pobre Romina, me da mucha penita que lo esté pasando mal. A ver si se encuentra pronto con Cesar y se lleva una alegría... que se la merece...

[Ginevra 1.523]

Lo primero, hasta dentro de dos semanas más o menos no podré poner capi, normalmente. Así que os dejo este capi para ir haciendo boca . Por cierto, no habéis comentado nada de Alex xDDDD. Bueno os dejo el capi

Capítulo 19

Al día siguiente, como hacía bueno a pesar de estar en noviembre, sacaron la mesa de la cocina al jardín. Ramón preparaba una barbacoa con la ayuda de Carlos, mientras que Laura y Ramona estaban relajadas en las tumbonas. Romina jugaba con Sara y Clara a la rayuela.

- Ah Laurita, no sabes lo triste que me puse cuando Romina nos dijo que habías perdido el bebé- susurró Ramona, para que no la oyera las niñas.

- Nosotros también, pero no te preocupes, que tendrás nietos- le aseguró Laura.

- Ay sí, nietecitos tiernos ¡Qué ganas! ¡Y por cierto! ¿Qué pasa con Romina? ¿Tiene algún problema con algún chico?- preguntó Ramona, bajando la voz otra vez.

- Bueno, parece ser que está enamorada de uno... vamos, que no está siendo correspondida y parece que hay muy pocas probabilidades.

- Pero ¿Es un buen chico?

- No lo conozco, pero Irina sí y me dijo que es un encanto.

- Entonces ¿Cual es el problema?

- ¡A comeeeeeer!- las interrumpió Ramón.

Comieron felizmente, unidos como la familia que eran. Ahora tardarían menos en verse, porque irían a pasar las navidades y fin de año, así que en un mes y medio estarían ahí otra vez.

Romina acompañó a su madre a la cocina para quitar trastos de la mesa.

- De momento ya está todo.

- Romi ¿Va bien la universidad?

- Sí mamá, ya te lo he dicho, me va bien ¿A qué viene tanta preocupación?

- Porque se te nota algo distraída ¿Te sientes bien? ¿No estás agobiada?

- No, bueno, lo normal, pero nada más- aseguró Romina.

- Cariño, me puedes contar todo.

- Lo sé, pero no tengo nada que decir...

- Bueno, ya sabes que si allí lo pasas mal esta es tu casa también, y siempre lo será.

- También lo sé mamá. ¿Estás preocupada por algo?

- Bueno... por ti. Me di cuenta cómo reaccionaste cuando estábamos hablando de tu supuesto enamorado.

- Mamá, yo...

- Mientras tengas en alguien en quien confiar y apoyarte estaré tranquila. Tienes a tu hermana y a Irina, así que apóyate en ellas.

- Está bien mamá. Siento mucho que te preocupes por estas tonterías, pero ya se pasará pronto.

- Romina, si estás enamorada de verdad no es ninguna tontería ¿Qué tal si acabas casándote?

Romina suspiró, lo veía muy poco probable, muy poco.

Ya por la tarde empezaron las despedidas, ni mucho menos dolorosas que la otra vez.

- Romiiiii, quiero ir a la ciudad- protestó Clara.

- Ya vendrás de visita cariño, a ver si venís Sara y tu antes de que vengamos a pasar las navidades y os compro el regalito allí.

- ¡Síiiii!- chillaron las dos niñas.

- ¿Tú también nos comprarás algo Lau?- preguntó Sara, con su típico descaro.

- Si lo pides no, gorda.

Cuando se despidieron de todos en un pequeño barullo, Ramón cogió a sus hijas por banda.

- Os quiero a las dos felices, cualquiera de las dos que tenga algún problema quiero que lo diga, no voy a dejar que mis hijas sufran ¿Entendido Laura? Que no se vuelva a repetir lo que nos hiciste, lo hemos pasado muy mal. La familia que te quiere está para apoyarte hasta en los peores momentos ¿Entendido?

- Sí, papá. No volverá a sucedes, he madurado mucho en poco tiempo- aseguró Laura, seriamente.

- Eso espero, porque pasar otra vez por lo mismo no lo soportaría. Mis niñas, os quiero más que mi propia vida. Así que prometedme que estaréis bien.

- Sí papá- dijeron las dos al unísono.

Pasados unos días, Flor insistió en ir a ver a César, así que Romina tuvo que ceder. Llevaba sin verlo desde la fiesta de halloween. Estaba nerviosa por cómo la trataría, pero también tenía ganas de verlo, muchas ganas…

- Bueno, no te pongas nerviosa. Él sabe que vas, y no le importa, al contrario… a lo mejor se declara.

- Irina, deja de fliparte.

- O tal vez te mande a freír espárragos…

- Bueno, me voy que Flor me espera.

- Está bien. Fíjate bien en cómo se comporta César, así tal vez descubras lo que siente de verdad- le aconsejó Irina.

- Está bien, me fijaré.

Fueron en metro y en apenas veinte minutos llegaron al centro.

- Aquí es.

- Pedazo edificio...

Romina estaba asombrada, era un edificio de bastante dinero.

Flor llamó al telefonillo con cámara. Romina miró a otro lado, no le gustaban esos telefonillos. César abrió la puerta sin decir nada y ellas se adentraron en el lujoso vestíbulo.

- No te preocupes Romi, no te va a tratar mal, todo lo contrario- le dijo Flor, antes de que se cerraran las puertas del ascensor.

- Ya, pero igualmente no puedo evitarlo.

El ascensor subía, y cuando más lo hacía más nerviosa se ponía, hasta detenerse en el piso ocho. La puerta del piso, el cuarenta y dos, estaba abierta. Flor le indicó que entrara ella primero.

Como había temido, era un piso de bastante pasta, hasta la sobre cogía un poco. César estaba en la terraza, de espalda a ellas.

- ¡Ya estamos aquí!- anunció Flor, aunque no hacía falta, pues las había oído de sobra.

- Ya creía que no llegabais… ¿Estabas buscando la toalla adecuada?

- Sí, pero para tirártela a la cabeza.

- ¿Un estriptis?

- ¡Flor!

- Bueno, pasad al salón.

Se sentaron en el sofá, pasando un momento de silencio.

- ¡Voy a preparar la cena!- exclamó Flor.

Romina se puso un poco en tensión, no sabía si quería estar a solas con él tan pronto.

- ¿Te has dado cuenta de que nunca me has invitado a tu piso?- preguntó César.

- Sí que has ido.

- Sí, pero nunca me has invitado.

- Bueno, pues te invito a comer el sábado, así conoces a mi hermana.

- Ah ¿ya me quieres presentar a tu familia? Me siento halagado…

- Idiota- dijo con cariño Romina. Estaba muy cómoda, todo el nerviosismo se había esfumado.

A los diez minutos estaban en la mesa, cenando los macarrones con queso de Flor. No era una cena muy especial, pero la compañía era muy buena, por eso Romina se sentía feliz.

- ¿Qué tal en tu pueblo? – inquirió Flor, con curiosidad sincera.

- Pues muy bien, hasta hizo buen tiempo y pudimos disfrutar del jardín.

- Ah, me encantaría ver tu casa, y esa habitación para cuatro- dijo soñadoramente Flor.

- ¿Habitación para cuatro?- repitió César, sin terminar de entender.

- Sí, dormía con mis tres hermanas en una micro habitación, en literas. La verdad es que a veces echo de menos sus respiraciones cuando estaban dormidas, era relajante…

- ¿Cuatro chicas? Eso tengo que verlo.

- Pero ninguna para ti Cesi- se burló Romina-. Dos tienen trece años y Lau tiene novio. Bueno, las peques cumplen dentro de poco catorce… pero no las dejaría salir contigo.

- Yo tampoco las dejaría, pobrecitas- le siguió el juego Flor.

- ¡Pero si soy un estupendo partido! Y no las dejarías porque andas detrás de mí, así que nada, tendremos que casarnos, Lady Toalla.

- ¡No juegues con los sentimientos de la gente! ¡So petardo! – exclamó Romina, aunque con humor.

- ¡Pero si soy una bellísima persona! Aunque he de decir que había pensado en invitar a Martina también…

- En serio, la llegas a invitar y ahora estaríamos en comisaría- aseguró Romina.

- Oys sí, la odio- la apoyó Flor, clavando la cuchara en la mesa.

- Cuanta violencia femenina ¿Tenéis la regla? Eso explicaría muchas cosas.

Terminaron de cenar riéndose mucho. Romina se lo pasaba genial con ellos, tenía muchas ganas de presentarle a Laura.

- ¿Dónde está el baño?- preguntó sintiéndose algo indispuesta.

- Esa puerta de ahí es el pasillo, pues la primera a la izquierda- le indicó César.

- Gracias…

- Romi ¿Te encuentras bien? Tienes mala cara- le dijo Flor, algo preocupada.

- Es verdad, estás algo pálida- corroboró César.

- Estoy bien…- dijo, pero no estaba segura de haber dicho la última palabra.

Cuando despertó, totalmente desconcertada, no sabía dónde estaba. Era una habitación, que nunca había visto antes. Por el estilo supuso que aún estaba en el piso de César. Se encontraba bastante bien, algo mareada, pero bien. Justo cuando se incorporaba entró César, en sigilo.

- Ah, estás despierta.

- ¿Qué ha pasado?

- Te has desmayado, una bajada de tensión- le explicó el chico, acercándole una bandeja con comida y bebida.

- Oh, vaya, pues no sé por qué… ¿Qué hora es? ¿Y Flor?

- La razón, pues a saber. Son las once y media y Flor se ha ido a su piso hace un rato. Voy a llamarla para decirle que ya has despertado…

- Gracias por preocuparos por mí, siento las molestias, de verdad- dijo algo azorada.

- No digas chorradas, no es ninguna molestia- dijo César seriamente. Romina se sintió demasiado acorralada y miró a otro lado. Había algo en su mirada que le había acelerado el corazón.

César se sentó a su lado. Había algo en el ambiente que la ponía nerviosa.

- Pues me voy a ir ya, es tarde y mañana tengo clase.

- Te llevo.

- ¡No! No, puedo ir sola, no es muy tarde y la calle está bien iluminada, a parte que el metro queda muy cerca de casa. Llamaré a Irina para avisarle de que voy para allá.

- ¿Estás nerviosa?- preguntó él, con una sonrisa pícara.

- ¡Pues la verdad sí! ¡Y no sé por qué!- exclamó Romina, dando un bote en el asiento.

- Será porque presientes que voy a hacer esto…

Fue tan rápido que Romina no se percató. Se vio arropada por su brazo y saboreando sus labios.

Estuvieron así no supo cuántos segundos, pero fueron maravillosos y no se quería despegar de él.

- Maldita Lady Toalla- susurró César, pero con mucho cariño.

- ¿Por? ¿Qué pasa pelo escobilla? ¿No te puedes quitar de la cabeza mis preciosas piernas?

- La verdad es que no…

Hablaban casi en susurros, pero con tanto cariño que la hacía estremecerse. Estaba segura de que aún estaba desmayada…

- ¡Espera!- exclamó Romina, levantándose.

- ¿Qué pasa?- preguntó César, asustado.

- ¡Esto no está bien! ¿A qué viene esto? ¿Por qué ahora te intereso?

- Me encanta verte así, me dan ganas de abrazarte para protegerte…

- ¡Estoy hablando en serio!

César también se levantó, encarándose a ella.

- No es de ahora, es de hace tiempo. Pero… me cuesta creer en alguien. Estoy rodeado de demasiadas Martinas…hasta que apareciste tú.

- No me digas eso- dijo seriamente Romina, notando que su corazón se desbocaba-. No me digas esas cosas porque me voy a ilusionar y no quiero pasarlo mal.

- Romina- la cogió de la mano, mirándola seriamente-. ¿Quieres ser mi novia oficial de verdad?

Romina le miró a los ojos fijamente. Sabía que era su hombre, así como el de Laura era Carlos y el de Irina, posiblemente, era Mateo. O como su madre y su padre…

- Sí, quiero ser la novia oficial de verdad de mi pelo escobilla favorito- confirmó, sonriendo lo más que podía.

- ¿Favorito? ¿Que hay otro pelo escobilla?

- ¿Celoso? Mira que eres tontín cuando quieres ¿eh? Voy a llamar a Irina para…

- ¿Se lo vas a decir ya?- le cortó César. No dejaba de sonreír, como un adolescente con su primer amor.

- No, so creído, la voy a llamar para decirle que ya voy.

Y eso hizo, comunicarle a Irina que en un rato estarían en casa, y que no tenía ninguna novedad. Eso último le costó aguantarse la risa (sobre todo porque Irina parecía decepcionada), pero lo consiguió.

César la acompañó hasta la puerta como un total caballero.

- Te llevo- insistió.

- Que no.

- Sí, que sino no me quedo tranquilo, así llegas antes y así estamos un rato más juntos…

- Está bien Cesi, pero no es necesario ni quiero que se haga una costumbre, me siento inútil.

- Eso es absurdo, no lo hago por eso, lo hago porque no quiero que te pase nada, más vale prevenir que curar…

- Entonces por esa regla de tres no tendría que salir de casa.

- No tiene nada que ver, tienen más riesgo de que les pase algo a los que hacen deporte de alto riesgo a los que tienen cuidado… no sé si me explico…

- Lo he pillado, tontín- dijo embobada.

Hubo una pequeña pausa, pero no incómoda.

- Al principio intenté alejarte de mi mente, pero no soy de piedra y he decidido rendirme ante ti- se confesó César.

- Vaya, sí que te he calado hondo- dijo medio de broma Romina.

- No sabes cuanto…

Continuará...

[NatayaTahir 0]

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! ¡Qué me da un infarto! ¡Por fiiiiiiiiin se nos han liado! Que monos que son los dos juntos, de verdad. Y los toques de humor me han gustado mucho xD Aiiiis, que bonito<3 Pero creo que no lo van a tener fácil con Martina dando por culo...

"- Ya creía que no llegabais… ¿Estabas buscando la toalla adecuada?

- Sí, pero para tirártela a la cabeza.

- ¿Un estriptis?

- ¡Flor!"

Me parto xDDDDDDD

[jana61 2.411]

Vaya, por fin reacciona, pero entre tanta broma se va la pasión. Yo quiero mas ardor, mas pasión, mas lujúria... un te quiero... que se yo. En fin, que estoy muy pidiona yo. Por lo menos ya son novios, porque si no, no habría podido aguantar hasta que pusieras otro capi. A ver si la próxima vez se ve mejor el beso, que me he quedado con las ganas

[Koredanu 877]

Ains, al fin!!! Que buena parejita nos hacen esos dos, ya era hora de que se liaran... .

[Merchedj 3.915]

Qué buen capi, me ha encantado. Por fin se ha decidido Cesar, que ha era hora. He terminado de leer muy contenta con lo que ha pasado pero creo que habrá problemas por parte de Martina y también que Alex tendrá su intervención, no en plan chungo porque parece un buen chico, sino porque en el capi anterior me pareció que sigue interesado por Romina. En fin, estoy deseando ver qué sucede en el siguiente capítulo.

[Fabichapitas 139]

Que crueeeeeeeeeel Ginevra ! justo cuando mas anhelo un capitulo, te ausentas 2 semanas u.u... estuvo buenisimo, y si tienes razon, no comentamos acerca de Alex, pero mi opinion es que fue un idiota al hacer ese ridiculo en casa de Romi... pero que importa si ahora estan juntos ! me en-can-ta!

[Aída_dc 249]

Oooooooooooooooooh, Ginevra!!! He estado de exámenes y por eso no había leído los últimos capítulos!!! QUÉ BONITO!!!!!!!!!!!!!!!!! Síiiiiiiiiiiii Me encanta César! hahahaha Y lo de "Maldita Lady Toalla" xD Son tan geniiales!!