Historia cancelada Capitulo 9&10~~Loneliness~~

[NatayaTahir 0]

Bueno, aquí empiezo nueva historia. Sobre la de vampiros, quizá la continuaré de forma escrita, porque para lo que tengo pensado hacer las fotos son un poco complicadas. Estos dos primeros capítulos son más de presentación que otra cosa, así que no os durmáis, por favor. Y bueno, aquí vamos con Loneliness =3

Loneliness

Capitulo 1

Los primeros rayos de Sol empezaron a asomarse en aquél pequeño rincón conocido como Levelland, iluminando lentamente todo el conjunto de casas y edificios que formaban el lugar. La gente seguía durmiendo, aprovechando aquél domingo para recoger fuerzas para el día siguiente. Excepto una persona que se dirigía a su casa intentando mantenerse en pie, mientras se tambaleaba hasta llegar a la puerta de su casa. Si, en efecto, esa persona tambaleante de vestido rojo soy yo. Mis padres me llamaron Lilith en honor a no sé qué personaje y mi apellido es O'Brien. Mis conocidos me llaman Lilith, mis amigos Lily y mi mejor amiga Heather, Lil o idiota, testaruda, malhablada, impaciente, entre un sinfín de cosas más. Yo no le hago mucho caso, esta medio loca. Aún así, supongo que os preguntaréis que hace una chica joven, que acaba de cumplir los veinticuatro, caminando, casi ya sin saber cómo sostenerse en pie, a su humilde hogar en pleno amanecer.

Muy sencillo, todo tiene una rápida explicación y es la siguiente: Mi queridísimo prometido, con el que me iba a casar en seis meses, resultó ser un cabrón, un maldito canalla. Llevábamos como siete años juntos, desde el instituto. Yo decidí ir a la misma universidad que él para poder estar cerca. Empezamos a vivir juntos en segundo año de carrera y todo parecía ser perfecto. Éramos una pareja que peleaba y acababa reconciliándose con un par de arrumacos y sexo salvaje en la cama, como todas, vaya. Hace cuatro meses decidimos prometernos, básicamente porque ya era hora de dar el gran paso. Así que con la carrera ya terminada y un trabajo al que acudir, empezamos a planear la que sería nuestra gran boda.

O eso creía yo. Todo parecía ir normal, buscando el lugar adecuado del banquete, eligiendo flores, cubertería, menú, hasta el color de los manteles. No noté nada extraño, quizá un poco de nerviosismo por parte de Daniel (mi ex prometido), mas no le di mucha importancia. Yo también estaba bastante nerviosa, decidida a que todo saliera a la perfección. Hasta que un día, hará cosa de tres semanas, llegué demasiado temprano del trabajo, mi jefe tuvo la amabilidad de hacer que volviera a casa para relajarme, ya que ese día había sido muy ajetreado. No me lo pensé dos veces, puesto que mi superior nunca concede ese tipo de cosas. No sé si agradecerle porque lo hiciera o maldecirle porque eligiera precisamente ese día. Compré un pastel de trufa y nata, el favorito de Dan, junto una botella de champán.

Tenía ganas de celebrar algo, no sabía muy bien el qué, sin embargo, estaba feliz. Muy feliz. También compré algunos ingredientes para preparar su plato favorito, solomillo con salsa de mostaza y naranja. Así iba yo tan contenta, hasta que al abrir la puerta de casa. Se me cayeron las bolsas de la impresión. Ahí estaba, el hombre con el que se suponía que debía casarme, medio desnudo y metiéndole la lengua a Janet, una compañera suya de la universidad que me odiaba. Daniel comenzó a vestirse apresuradamente, mientras la muy desvergonzada me miraba con el brillo de la satisfacción grabado en los ojos.

Él no paraba de hablar, intentando darle una explicación razonable para todo eso. Que si "estoy nervioso por la boda" o "esto es un error, yo te quiero a ti, lo que pasa es que soy un imbécil" hasta el típico "no es culpa tuya, cariño, es culpa de la presión. Demasiadas cosas a la vez". No reaccioné, me hallaba lejos de allí, como si todo aquello no fuera conmigo. Como si me hubiera teletransportado a una dimensión paralela y aquél no fuera mi prometido, solo alguien que se le parecía. Pero tuve que reaccionar. Me agaché, recogí los restos del pastel y se lo estampe en toda la cara. Balbuceé un par de frases, no recuerdo ni cuales y salí precipitadamente de allí, bajando las escaleras lo más rápido que mis pies me permitían.

Volví a vivir a casa de mi abuela. Mi tía solterona, Anna, también vive con ella. Siempre fuimos las tres, ya que no tenía más familia. Les conté lo que había ocurrido, como si estuviera diciendo que mañana llovería. Anna se ocupó de recuperar mis pertenencias, aunque yo ya no quería nada de allí. No quería nada de lo que hubiera tocado. Heather me llamó muchas veces a lo largo de una semana, no obstante, no me apetecía hacer nada. Lo peor de todo no es que no me doliera, porque me di cuenta de que solo me dolía el orgullo, era el sencillo hecho de que no estaba deprimida. Estaba bien, dentro de lo posible. Solo pensaba en el hecho de que había perdido siete años de mi vida, siete años que no volvería a recuperar. De esta forma, tras una intensa semana aclarándome, decidí que no deseaba volver a vivir allí. Necesitaba estar sola, pensar, sin nadie agobiándome a mí alrededor.

Mi abuela lo comprendió, mi tía también, no tanto, pero acabó por entenderlo. A la segunda semana ya estaba asentada donde vivo ahora, gracias a unos pocos contactos que mi abuela posee. La casa venía ya medio decorada, así que solo cambié unos pocos muebles y la decoré a mi gusto. No era un lugar muy grande, era un loft pequeño, mas era justo lo que necesitaba. Un lugar pequeño, acogedor, donde poder pensar. Heather siguió insistiendo, hasta día de hoy. Le sonsacó a Anna donde vivía y mi tía nunca ha sido de las que mantengan la boca cerrada. Así Heather vino a por mí, me obligó a ponerme un vestido que dijera claramente :"acércate que quiero liarme ya mismo contigo" y me llevó a rastras de bar en bar, a ligar. Lo malo es que nunca he tenido la oportunidad de ligar con nadie y tampoco me apetecía revocarme cual desesperada. Y aquí estoy, caminando a mi nuevo hogar, medio borracha, la cabeza que me va a estallar y sin ningún hombre que me caliente la cama.

Editado 17 sep 2012 por Hinata_Nione

[NatayaTahir 0]

Capitulo 2

No logro meter la llave dentro de la cerradura y sé que la puerta se está riendo, eso o quizá ya me he vuelto loca del todo o la borrachera está haciendo que oiga voces. Todo puede ser posible.

-¡Venga, vamos, estúpida puerta!-la llave se mete por dentro por arte de magia y entro en mi pequeño pisito, arrojando la llave en la mesita de la entrada. Solo tengo ganas de tirarme a la cama y dormir hasta el fin del mundo, sin embargo, me dirijo al baño a quitarme el maquillaje.

Me deshago el moño que a Heather le ha costado como tres horas hacerme, me desmaquillo y acabo lavándome los dientes. Mi yo del futuro me lo agradecerá, así no le apestará tanto el aliento. Por último, antes de pillar la cama, me contemplo durante unos pocos segundos. Nunca he sido el tipo de chica guapísima de la muerta que desea ser el centro de atención si o si. He pasado inadvertida durante toda mi vida porque nunca he aguantado que la gente me mire y cuchicheé a mí alrededor. Pero tampoco me considero fea del todo. Tal vez no sea una rubia despampanante con más tetas que cerebro, pero oye, que no estoy tan mal.

-¿Por qué tuviste que hacerme esto, Daniel? ¿No era lo suficientemente buena para ti o es que tal vez ya no estábamos enamorados y seguíamos por comodidad?-suspiro. Me retiro a la habitación, me cambio la ropa por un pijama cómodo y el frío de las sabanas me acoge o a lo mejor es el propio frío de mi corazón el que me acoge, no lo sé. Y tras respirar profundamente, noto algo húmedo bajando por mi rostro, llega a mis labios y sabe a sal. Después de tres semanas de indiferencia ahora me doy cuenta de que todo ha cambiado, para bien o para mal, que las cosas no van a seguir de igual manera. También descubro, por muy amargo que me resulte, que siempre había querido a Daniel, pero jamás le había amado.

Siento, lentamente, una tranquilidad mezclada con un leve toque ansioso, por saber que me deparara la vida, por ver cómo será todo ahora que estoy de nuevo soltera, tras siete largos años de una relación que habían acabado en ninguna parte. Cierro los ojos, el sopor me va controlando, hasta que por fin me quedo dormida.

Una música de piano me despierta, abro los ojos y vuelvo a la realidad. Sé que es la alarma del móvil que me indica que son las siete de la mañana y me tengo que ir a trabajar. No m sorprende haber dormido un día entero, puesto que durante tres semanas había dormido fatal. Me levanto, cojo la aburrida ropa de trabajo y me encierro en el lavabo. Me doy una ducha rápida para quitarme cualquier olor desagradable de bar, me vuelvo a cepillar los dientes, me visto y me recojo el cabello en mi moño de trabajo, soso y formal.

A pesar de haberme sacado ya la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas, trabajo como secretaria del director general de marketing de una empresa bastante famosa, ContiNova. Él mismo me había contratado al acabar allí mis prácticas, aunque no hubieran sido de secretaria. Es un poco arisco, estricto, le gusta la puntualidad y odia la ropa de colores chillones. Por eso me tengo que vestir como si tuviera cuarenta años en vez de veinticuatro. Me había tomado unos días de fiesta para poder mudarme, además así descansaba de los compañeros pesados que comentaban a mis espaldas mi compromiso roto.

Preparo el café, como cada mañana, para llevar. A mi jefe tampoco le gusta que este por allí bebiéndome el café, como si no tuviera trabajo, así que me lo tengo que traer preparado de casa y tomármelo de camino. Agarro el bolso, meto las llaves y miro por el salón que no me deje nada. Al menos la resaca no ha venido a buscarme, la cabeza está despejada y me siento fuerte. Estoy lista para enfrentarme a un nuevo día y quizá, hasta lo que me depare el mañana.

[Van Helsing 47]

¡Que cabrooooón!

Menos mal que no la ha dicho eso de: "Esto no es lo que parece"

Que rapidez, si ya tienes el segundo.

Me cae bien Lilith. Tal vez sea afortunada aunque aun no sea consciente de ello. Mejor sola que mal acompañada.

Que la deparará el destino.

Estaremos atentos.

[Ginevra 1.523]

Lo mismito que Van xD. Pues Lilith me encanta, es supero mona . Los dos primeros capis me han gustado, viniendo de ti siempre molan xD. Así que si dices que estos son los soporíferos los dmás ya tienen que molar mil . Por cierto, la última imagen me encanta

[M€MO 24]

Muy buena historia quiero que siga D:

[Amanda 5]

Arg, qué asco de tío. Bah, no me importa mucho. Su vida comienza ahora y esto segura de que encontrará el amor de su vida :3 Incluso barajo la idea de que acabe con su jefe

[NatayaTahir 0]

¡Aquí vengo con la actualización de la historia! A ver que os parece<3

Capitulo 3

El sonido de bocinas me recibe nada más salir de la parada del metro. Los coches por las mañanas son una autentica pesadilla, todo el rato dándole al claxon y los conductores gritando obscenidades desde la ventanilla. Así sé insultar hasta yo, no te fastidia. Saco una bolsita de plástico del bolso y meto dentro el vaso, y lo vuelvo a meter todo en el bolso. Christie, la secretaria, me saluda como cada mañana y todos son idas y venidas, saludos y paradas interminables en el ascensor. Siempre arribo diez minutos antes que el jefe, para organizar las citas del día, ordenar papeleo y dárselo.

Reviso la agenda, preparo los papeles que debe usar e imprimo un par más de cosas que había dejado a medias el día anterior. Peter, el becario, aparece justo a tiempo para depositar el café del jefe en mi mesa, como cada mañana. Me habla sobre algo trivial, como el tiempo, le respondo amablemente, acompañándolo todo junto una sonrisa que no siento.

Mi jefe acaba por aparecer, al fin. Peter saluda cortésmente y se retira. Le entrego todo el papeleo, le comunico las reuniones del día mientras él se toma el café y entra en su despacho. Nunca dice la típica frase de “si te necesito, ya te avisaré”, porque sé que me va a necesitar y sería estúpido que estuviera trabajando ahí si no lo ayudara.

Mi escritorio no contiene nada personal. Nada de fotos, solo lo esencial. Unas pocas flores para darle algo de vida, el ordenador maldito que a veces me odia y papeles por todas partes. Soy un poco desordenada, lo reconozco.

Tras una larga sesión de llamadas, apuntar recados, organizar la agenda de la semana, mi jefe me avisa por el telefonillo que dentro de poco llegará una chica a la cual debe entrevistar. No me dice nada sobre ella, ni su aspecto físico o su nombre, así que sospecho que la chica vendrá directamente a mí preguntando por mi jefe.

Vuelvo al trabajo, aunque ya no tengo mucho por hacer, no hasta la reunión de la tarde. Ordeno un poquito mi escritorio, contesto algún email sobre la empresa y me conecto a internet, lo justo para buscar la receta de un plato que me apetece cocinar hoy.

Tan ensimismada estoy en mi mundo que una voz me acaba sacando de él. Aparto la vista del ordenador y la enfoco a la persona que se encuentra delante de mí. Estoy totalmente alucinada, quizá hasta haya abierto la boca. Delante de mí tengo a la mujer que arruinó por completo mi vida sentimental con mi prometido. Bueno, en parte. Su piel blanca, el cabello rubio teñido, un pintalabios demasiado chillón y las pestañas falsas, como su pecho y como casi todo su cuerpo. Ella sonríe con suficiencia al verme, enseñando sus dientes blanqueados por algún dentista caro.

-Vaya, no esperaba encontrarte aquí-ya, claro. Una mierda-¿Podrías avisar al señor Crawford de que ya he llegado?

¡Encima me trata como si fuera su criada! Aquello ya era el colmo. La rabia empieza a invadir mi cuerpo y tengo que contar hasta tres mentalmente para no arrojarle la silla donde estoy sentada. Quizá la herida provocada solo sacaría silicona. Aviso a mi jefe por el teléfono y ni siquiera me digno a dirigirle la palabra a la Barbie. Ella solita se mueve hacía el despacho y antes de abrir la puerta me dice:

-¡Ah, por cierto, saludos de Daniel!-y sabiéndose triunfadora, porque mi cara ha mutado a una de desconcierto y tal vez tristeza, entra, haciendo que el ruido de los tacones resuene en mis oídos.

Editado 29 feb 2012 por Hinata_Nione

[NatayaTahir 0]

Capitulo 4

La fuerza me abandona, me siento sola, sin ganas de hacer nada, solo de irme a casa y esconderme debajo de las sabanas. Sin embargo, aún me quedan cinco horas de trabajo y no puedo permitirme el lujo de irme porque ya me dieron días de fiesta para la mudanza. Pienso que quizá haya sido algún tipo de castigo por parte del karma, pero me parece que no he sido tan mala y que me merezco un poco de paz. Peter vuelve a pasarse, repleto de cartas. Deposita en la mesa las que debo entregar y se me queda mirando fijamente.

-¿Estás bien?-musita, un poco tembloroso. A Peter no se le da muy bien tratar con las emociones de otros.

-Sí, un poco aburrida, pero estoy bien-ni siquiera soy capaz de darle una sonrisa decente, así que asiente y se marcha, antes de que las cosas se pongan más incomodas.

Tras lo que parece ser una larga entrevista, por fin salen los dos. Veo que mi jefe le está dando la mano a Miss Postiza del año. Veo que su rostro luce la satisfacción por encontrar a alguien competente y Janet no para de soltar risitas tontas, coqueteando con él.

-Señorita O’Brien, le presento a la nueva trabajadora de nuestra empresa, la señorita Morrison.

En este preciso momento no puedo evitar sentirme como Atlas, sujetando todo el peso del mundo para no echarme abajo. Me levanto, me aliso la falda y le doy la bienvenida a nuestra empresa.

-Entonces, señorita Morrison, empieza usted mañana-y sin más que añadir, ni tan solo una despedida, entra a su despacho de nuevo. Así es mi jefe.

Janet contonea las caderas al caminar, la cabeza tan alta que podría llegar a la Luna y sé que interiormente se está tronchando. Así que yo me muerdo la cara interna de las mejillas, sigo a lo mío y paso de ella tanto como puedo. Debería plantarle cara, lo sé, no obstante, no quiero ninguna pelea cerca de mi jefe. Eso ya sería lo peor que me ocurriría.

-Nos vemos mañana, Lilith. Le diré a Dan que casi has saltado de alegría al ver que te manda recuerdos-vale, eso ya es la gota que colma mi paciencia. Me levanto, como si tuviera un cohete y me acerco a ella para dejarle de una vez por todas las cosas claras.

-Mira, Janet, es estupendo que estés tan bien con mi exprometido. Así no me tengo que preocupar por mis sobras ya que alguien las recoge por mí-tras las palabras, ella se queda blanca. Creo que me tomaba como una especie de mosquita muerta que no sabe defenderse sola. Que equivocada que está-Pero el trabajo es el trabajo, así que en vez de tanto hablar, demuestra lo que vales. Buenos días y hasta mañana-y me voy a sentar otra vez en mi sitio, mientras ella, lívida, se marcha, la cabeza un poco más gacha que antes.

El sabor de verme vencedora hace que se me pase el día volando. Hago el trabajo con más ganas y mi jefe lo nota. No suele decir nada, pero se lo he visto en la cara. No es muy difícil distinguir sus emociones porque normalmente es inexpresivo. Asistimos a la reunión de la tarde, llamo a alguna empresa sobre algún cambio de planes y acabo de organizar detalles para mañana.

Salgo del trabajo radiante, la energía renovada. Compro unos pocos ingredientes para el plato que quería cocinar hoy y me marcho a casa.

Arrojó el bolso de cualquier manera, voy hacía la cocina y guardo la comida en sus estantes correspondientes. Me empiezo a quitar la ropa, ya la noto pesada en mi cuerpo. El pijama de verano está frío, cosa que es de agradecer. Me siento en el sofá para reposar un poco los pies mientras hago zapping. La tele no vale nada, a ninguna hora. Por fin encuentro una película a media empezar que parece estar bien. Los ojos se me cierran poco a poco, por el cansancio, hasta que el sonido del móvil me saca de mi adormilamiento.

Es un número desconocido, pero lo cojo igualmente. Seguro que es Heather, usualmente el teléfono de su trabajo no permite ver el número.

-¿Diga?-no quiero soltar ninguna tontería por si no es Heather.

-Me voy a suicidar-musita una voz joven y masculina-te he elegido a ti para que oigas mis últimos deseos.

-¿Perdona?-no me lo puedo creer. ¡Lo que me faltaba! Una broma de algún adolescente sin problemas.

-He dicho que voy a suicidarme-repite con un tono agresivo.

-¿Ha suicidarte? ¿Por qué? ¿Te ha salido un grano?-me mofo y escucho un ligero bramido.

-¡Eres idiota!-acaba diciendo-idiota.

-¡Eh! No necesito a ningún niñato que me llame idiota, estúpido ser con tendencias maniacas-me pico y él suspira.

-Lo estoy diciendo en serio, lo del suicido. ¿Por qué nadie se cree lo que la gente joven dice?-maldice por lo bajo y yo trago saliva.

-¿Y a mí qué diablos me cuentas? Soy una desconocida que no le importa nada tu vida. Ves a contárselo a alguno de tus amigos y os cortáis juntos, que ahora está muy de moda-digo con sarcasmo, perdiendo la paciencia.

Se queda en silencio. Y yo ya voy colgar cuando vuelvo a oír su voz.

-Eh, perdona-se disculpa, menos mal-no quería fastidiarle el día a nadie. Solo estoy probando-confiesa al fin.

-¿Probando?

-Sí. He llamado a cinco personas más contándoles la misma historia. Las cinco eran adultas y las cinco no me han tomado en serio. Tú has sido la más simpática, así que imagina como eran los otros-me explica.

-Extraño hobby para un adolescente.

-Pero tengo motivos para hacerlo-musita de repente-bastantes diría yo.

-¿Motivos aceptables y razonables para suicidarte? ¿Realmente crees que eso existe?-le pregunto y percibo un suave murmullo de gente.

-Debo colgar. Me has caído bien, quizá vuelva a llamarte-y oigo finalmente el pitido que significaba que una conversación ha acabado.

Estupendo, la guinda que adorna el pastel. Que un adolescente me persiga por el móvil. Pues no se lo pienso coger. Y así, me vuelvo al sofá, a descansar, mientras le doy vueltas a la conversación de hace unos segundos.

Editado 29 feb 2012 por Hinata_Nione

[Van Helsing 47]

¡Ooooooooh!

Un buen día para Lilith.

Primero la chica plástica.

Eso si, la respuesta que la ha dado ha estado de lujo.

Se recupera provisionalmente, porque me da que la rubia no se va a quedar de brazos cruzados y se la guarda. Y encima compañeras de trabajo, osea que va a tener que verla forzosamente todos los días. ¡Que chungo!. Y todo el día rebozandola que si Dan esto, que si Dan lo otro. ¡Que vívora!.

Y luego el "zumbao" telefónico para rematar la jornada.

Yo creo que la llamada no ha sido casual y tampoco piensa en suicidarse realmente. Yo diría que es una estrategia programada. Acoso telefónico.

Me han gustado mucho Hinata.

[Aída_dc 249]

¡¡Nueva lectora!!

Espero impaciente el próximo capi :)Y el jefe me da que oculta algo... No sé, no sé... hehe

[Amanda 5]

le está dando la mano a Miss Postiza del año

Ves a contárselo a alguno de tus amigos y os cortáis juntos, que ahora está muy de moda

:lol:

Me ha encantado el capi. La tonta de Janet va a molestar un poquito, pero bueno, Lilith se lo ha dejado claro :3

Y ese chico... Me da que va a ser algo más

[Ginevra 1.523]

Uh la Janet, que fostia tiene (sí, fostia xD), aún encima la va a tener que ver todos los días, a ver que pasa. Y con el tipo del teléfono otro tanto, muy raro raro raro xDDD

[SoniiaV 169]

No avises de tus actus no! ¬¬ menos mal que me dio por entrar casualmente y lo vi. Bonito capi

[NatayaTahir 0]

Capitulo 5

Realmente estaba convencida de que el Martes sería un buen día, me levanté con muchas ganas, las pilas recargadas y dispuesta a plantarle cara a todo. Incluso el sonido del claxon procedente de los coches ni tan siquiera me irritó como cada mañana. Hasta el café sabía un poco más dulce y eso que no le había echado azúcar extra.

Mi despacho estaba igual de desordenado que siempre, mas por una vez ni tan siquiera me importó. Dejé el bolso en el suelo, Peter depositó el café como cada mañana y me lié a preparar reuniones y papeleo.

Todo iba perfectamente, mi jefe me saludó como cada mañana y antes de entrar a su propio despacho, me informó de una conferencia de última hora para el fin de semana. Teníamos que pasarlo fuera, en otra ciudad, y aún tenía que buscar alguien del personal para que lo acompañara de apoyo.

-Nos vamos el Jueves por la noche. Tómatelo de fiesta para hacer el equipaje, de todas formas yo tampoco estaré-y tras eso, se encerró en su despacho.

Esa ha sido la gran historia de la mañana. Una conferencia tediosa para todo el fin de semana, estupendo. Sola entre muchos desconocidos, justo lo que me falta para acabar de decaerme. Encima mi jefe como único apoyo y algún trabajador con el que no tenga trato. No sé si echarme ya a llorar o simplemente poner morritos como si volviera a tener cinco años.

-O’Brien-la voz de mi jefe desde el telefonillo me saca de mi automiseria-¿te importaría llamar al hotel y hacer una reserva? Tres habitaciones. Ahora te lo paso todo por correo.

El hotel se ve bastante bien, impecable. Hasta bastante caro, por el precio de tres habitaciones. Mi jefe ya ha remarcado que quiere una suite, así que marco el número hasta que una voz nasal y de aire aburrido me contesta al otro lado de la línea.

-Buenos días, Hotel Les Halles, ¿en qué puedo servirle?

-Buenos días. Me gustaría hacer una reserva de una suite y dos habitaciones individuales para la noche del Jueves, Viernes y Sábado a nombre de Crawford -oigo el tecleo en el ordenador en la otra banda, hasta que por fin contesta.

-Ahora estamos de promoción. Por la reserva de habitaciones ofrecemos un 50% en nuestros servicios del spa ¿Le interesaría adquirir está promoción?-me muerdo el labio. ¿Debo rechazar la promoción o seguir? La verdad es que un masajito me vendrá de perlas y me lo puedo pagar yo misma.

-Incluye también la promoción, sí-oigo unos pocos ruidos más de tecleo y me pide un email. Le doy el de la empresa y me dice que en pocos minutos recibiré todos los papeles conforme se ha confirmado la reserva. El pago se hará en el mismo hotel, a la salida. Lo usual, vaya.

Dejo el teléfono de banda y me vuelvo a concentrar en el trabajo. Ciertamente, hoy es un día bastante ajetreado y eso que adelanté mucho trabajo ayer. Imprimo el papel de la reserva e informo a mi jefe de la situación. Se nota complaciente y dice que he tenido una idea fantástica al aceptar lo de la promoción. Vaya, se nota que tiene ganas de viaje.

La puerta de mi despacho se abre para dar paso a la persona que menos ganas tengo de ver en el mundo. Su contoneo es insoportable, así como ese cabello rubio demasiado antinatural. Se aparta el cabello en lo que ella cree un sexy movimiento y se vuelve hacía mi.

-Buenos días, Lilith-me dice, ese tono suyo cargado de arrogancia. Por lo visto mi victoria de ayer solo ha durado un suspiro-¿Sabes qué? Esta mañana Dan me ha preparado el desayuno, mi favorito. Café con leche, tostadas francesas y un buen revolcón antes de irme-su sonrisa se ensancha al comprobar cómo dejo de teclear durante dos segundos, para retomar la faena aún más mosqueada.

-Creí que ya habíamos hablado sobre esto-mis ojos chocan ante su mirada de superioridad. Ella sonríe satisfecha, cegándome con el blanco nuclear de sus dientes.

-Me lo dejaste muy claro, querida. Ayer me cogiste con la guardia baja, pero no se volverá a repetir. Ahora sé que no eres esa mosquita muerta de la que Dan me ha hablado tantas veces-doy un largo respiro, cierro los ojos tres segundos y me permito seguir con mi trabajo. Ahí se muerda y se envenene con su propia ponzoña.

[NatayaTahir 0]

Capitulo 6

Como parece que Barbie no se va a ir de mi despacho, alzo la vista de la pantalla del ordenador. Se ha sentado, las piernas cruzadas donde su mini falda no deja mucho a la imaginación.

-¿Quieres algo o solo has venido a molestar?

-En realidad he venido por las dos cosas-chasqueo la lengua y pongo los ojos en blanco-el Sr. Crawford me ha dicho que viniera por no sé que viaje.

Ahora sí que estoy flipando y creo que Janet lo ha notado, porque su sonrisa se ha ensanchado unas millas más. ¿Qué la muñeca operada vendría con nosotros a la conferencia? ¿Y mi jefe espera que haga un buen trabajo sin que pierda la salud mental?

-Entonces, después de esta gran noticia, ¿te importaría avisarlo? Soy nueva y no quiero que mis compañeros piensen que estoy de cháchara-sé que lo que piensen sus compañeros le importa un pepino. No sé si es competente a la hora de trabajar, lo único que sé es que es competente en otras materias, como quitarse la ropa, por ejemplo.

-Claro, no quieres dar una mala imagen-digo sarcásticamente-y avísalo tú misma, no soy tu criada, rubia de bote-continuo trabajando, mientras veo como se levanta, un poco frustrada, pero sin perder la estúpida sonrisa de la cara. Pica al despacho y entra tras oír la voz de mi jefe.

No se me están permitidas las llamadas personales dentro de mí horario, no obstante, es una absoluta emergencia, así que marco el número de móvil de Heather. A los tres pitidos me lo coge.

-¡Pero mira quién me llama! Debe ser importante si me llamas en horario de trabajo-Heather nunca ha sido de las que saludan.

-Sí, hola a ti también, Heather. ¿Cómo estás? ¿Bien?-ella resopla al otro lado de la línea.

-Vaya malhumor gastamos hoy, chata. Veamos, ¿qué le pasa a mi cosita solterona?

-Muy graciosa, Heather, pero no hay tiempo para intentar chincharme-y así, le cuento lo de Janet en el trabajo, lo que ocurrió cuando la vi, las cosas claras que le deje y que ahora me toma por el pito del sereno. Además, claro, de irme de fantástico fin de semana con ella.

Heather es la típica amiga que no te hace preguntas mientras hablas. Te deja hablar, y hablar, y hablar hasta desahogarte. Solo dice unos pocos “ajá” y “bien” cuando lo cree necesario. Así que hablo, hablo, hablo, hasta que termino.

-¡Espera, espera, espera! ¿Janet, la innombrable, trabaja contigo y además te vas este finde con ella? Siempre he dicho que tu jefe no tiene mucho cerebro…

-¡Él no sabe nada! Piensa que Janet es una trabajadora competente. Seguro que durante la entrevista le hizo alguno de sus famosos trabajillos-en toda la residencia universitaria corrían esa clase de chismes donde Janet utilizaba más su cuerpo que su cerebro para conseguir lo que quería. Heather y yo lo creíamos, en serio.

-¿Por qué no le contaste quién es?

-¿Qué le voy a decir? “Mi prometido me puso los cuernos con ella, ¡No la contrates!” y quedo como una patética niña de parvulitos-Heather me da la razón, me da unos cuantos ánimos y me promete que esta noche estará allí, junto una película ñoña y muchas palomitas.

-¡Y helados de brownie, vainilla, menta y tarta de queso!-me promete. Se escucha una voz de fondo y me dice que tiene que colgar ya sí o sí.

Ante la nueva perspectiva de una noche de chicas me siento con mejor humor. Janet sale del despacho, junto a mi jefe. Él nos anuncia que mañana nos dará los detalles y que quedaremos por la tarde para una pequeña reunión. ¡Perfecto! ¡Por favor! ¿Alguna cosilla más para arruinarme el día? ¿Qué me he infectado con una enfermedad mortal, por ejemplo?

Así termina mi jornada laboral de hoy, con una perspectiva de futuro demoledora. Me dejo preparado el papeleo para mañana y agarro mi bolso. Parece que lleve veinte ladrillos dentro. Mi felicidad de la mañana se ha desvanecido por completo.

Por suerte Heather ya me espera en mi casa. Le he hecho una copia de mis llaves (porque si no, no se calla) y yo poseo una copia de su apartamento. Ha preparado ya las palomitas, el helado y hasta galletas.

-He traído Titanic, El diario de Noa, La vida es bella y Un paseo para recordar.

-Si quieres que me suicide, solo tienes que pedirlo directamente, ¿eh?-le digo mientras me cambio.

-Pensé que querías llorar a gusto-se defiende, encogiéndose de hombros-por si no te convencían, también tengo Ovejas asesinas, La novia de Chucky y Payasos asesinos del espacio exterior.

Heather es muy extremista en todo. O coge películas de culebrón para llorar hasta hartarse o películas de terror malísimas. Nunca hay un punto medio con ella.

-Veamos, mis opciones son suicidarme por algo romántico que acaba en tragedia o ver a cuatro idiotas siendo asesinados por las cosas más patéticas que existan. Elijo lo segundo. Los Payasos Asesino esos, así mi vida no me parecerá tan horrible.

-Seguro que no, ¿qué hay más patético que ser asesinado por un payaso extraterrestre?-mete el dvd en el televisor y se sienta a mi lado en el sofá.

-Creo que hasta las pobres víctimas de esta película me superan, y ya es decir.

La película empieza. Heather y yo comentamos lo mala que es, pero nos reímos a cada rato por su cutrez. No hay nada como una buena amiga, comida que engorda y una película especialmente mala para subirte la moral.

[Van Helsing 47]

Que mala pinta tiene ese viaje. Jur, Jur.

Por lo menos entre las palomitas y el helado al final el día se entonará un poquito.

Me encantan las caras que la pones a Lilith, tiene cara de buena persona.

[SoniiaV 169]

Te quedaste agusto eligiendo las pelis eh? xDDD

Pd: Sigo diciendo que el romance lesbico quedaría genial..!

[Van Helsing 47]

Le faltó El vengador tóxico.

[NatayaTahir 0]

Sonia, si tantas ganas tienes de amor lesbico, ya te haré una historia especial para ti xDDD Y las pelis son preciosas...

El vengador tóxico o el condón asesino también xD

[Aída_dc 249]

¡Hala! No sabía que habías actualizado la historia!! Me han encantado estos 2 capis nuevos!! Y quiero.... quiero... ¡QUIERO QUE SE LÍE YA CON EL JEFE! ¿Cuánto tiempo nos vas a hacer esperar? Por favoooooooooooooooooooooooooooooooooooooor hahahaha El viaje es una gran oportunidad para ello

¡No tardes mucho en subir nuevo capi, que estoy en ascuas! hehe

Editado 19 mar 2012 por Rose*

[NatayaTahir 0]

¡Siento muchísimo la tardanza! Pero esta semana santa no he parado por casa y después tenía que estudiar y hacer trabajos. En fin, igualmente debería estar estudiando, pero con lo que me duele la muela no hay quién se concentre en el Neoclasicismo. Disfrutad los capitulos<3

Capitulo 7

El miércoles tampoco fue un día maravilloso. Amaneció lloviendo, así que caminar con el paraguas junto unos tacones altos no fue una de mis ideas más brillantes, sin embargo, lo conseguí casi sin matarme. Esquivé unos cuantos salpicones producidos por coches, unos pocos charcos y los demás paraguas. Al entrar a la empresa se olía la quietud de los que llegan temprano. Saludé a unas pocas personas y me encaminé a mi despacho. Como cada día, organicé lo que hubiera de organizarse, mandé emails a toda prisa y estructuré las citas previstas.

Mi jefe llegó a la hora usual, entregándome nuevos formularios, citas futuras y algo de papeleo que habría estado mirando la noche anterior. Me informó que sobre las 5 de la tarde tendríamos la pequeña reunión antes del viaje y que por favor, avisara a Janet.

-Seguro que le encanta que le avise-musité irónicamente mientras volvía a mi asiento. Busqué en la lista de teléfonos de la empresa la sección de ventas y marqué el número a desgana. Se puso el director general del departamento y para no tener que hablar con la Barbie girl le comenté que le dijera que a las 5 subiera al despacho del Sr. Crawford.

Llamé después a Heather, porque la necesitaría esa noche si o si. Quedamos en que ella ya me estaría esperando en mi apartamento, ya que salía antes, con una gran sorpresa que me animaría todo el fin de semana.

-Pues más vale que sea buena, Heather, porque estoy que me tiro de los pelos y todavía ni ha empezado-le contesté mientras ella se reía.

-¡No te quedes calva antes de tiempo, Lil! Necesitas ese precioso cabello fuego para impresionar a algún ricachón en la conferencia…si, tu ya me entiendes-di un largo suspiro. Habíamos hablado ayer sobre ello, mas no tenía ganas de ligar, ni de nada.

-No voy a ligar, Heather, bonita, voy a trabajar, para bien o para mal, junto mi jefe, el señor estirado y la niña del exorcista en versión pija-se volvió a reír a causa de la comparación y me contó no se qué rollo sobre no tener sexo desde hacía un mes, que eso no era sano y blablblabla. Le colgué.

La reunión llegó a las 5 de la tarde. Esperé a que llegara Janet para no dar la impresión a mi jefe de que la odiaba. Oh, bueno, pero es que la odias, Lilith ¡Cállate, conciencia!. Como siempre, iba vestida con un modelito que no dejaba nada de nada a la imaginación, mientras se apartaba el cabello y pestañeaba de tal forma que parecía que un tornado se colaría en mi despacho.

Piqué a la puerta, resignada, hasta que mi jefe dio el visto bueno y entramos las dos a la vez, Janet adelantándome, moviendo bien el trasero y mordiéndose el labio de forma sensual. Patética.

Me senté en el sofá desocupado, ni muerta me sentaba a su lado. Una cosa era entrar juntas, otra parecer que nos llevábamos súper bien. Mi jefe, para mí sorpresa, se sentó a mi lado, trayendo con él varios portapapeles y varias carpetas de distintos colores.

-¿Queréis café, té o algo para beber?-preguntó educadamente, mientras lo depositaba todo en la mesa.

-Un té, si no es mucha molestia-pidió Janet, cruzando las piernas lentamente para que se le vieran bien las bragas.

-¿O’Brien?-dijo levantándose. Bueno, parecía que hoy estaba en modo majo.

-Nada para mí, gracias.

Volvió con un una tetera y dos tazas, cada una con su sobrecito de té. También algo de azúcar y leche. Janet se encargó de servirle, dándole las gracias por la preparación, aunque a mí me pareció solo una burda excusa para enseñar escote.

-Bien, mañana salimos hacía la capital, en el tren de las 7 y media. Llegaremos a las 9, más o menos. Después cogeremos un taxi y llegaremos al hotel. El Viernes por la mañana comenzará la primera conferencia en otro hotel, cerca del nuestro.

-¿Por qué no nos hemos alojado en el mismo hotel? Sería mucho más cómodo-se quejó Barbie Malibú mientras me lanzaba una mirada de desprecio.

-No me gustan las multitudes. Preferí algo más discreto-contestó mi jefe sin darle importancia-O’Brien, no hará falta que nos acompañes a esta. Tomate la mañana para relajarte. Después por la tarde te entregaré todo el papeleo.

-De acuerdo-casi se podía ver mi cara de felicidad a través de mi fachada profesional. No tendría que aguantar a Janet y podría ir a hacerme algún masajillo.

-Bien, el viernes por la tarde no habrá conferencia, pero si una fiesta donde será importante dar imagen. No hace falta que traigáis vestidos largos, con algo tipo coctel estará perfecto. Bueno, mejor traed dos, que el Sábado también habrá fiesta. El Sábado por la mañana si que nos acompañarás a la conferencia, O’Brien. El domingo no hace falta que vengáis conmigo, tomáoslo como descanso. Después cogeremos el tren sobre las 3 de la tarde y eso es todo-terminó entregándonos a cada una un folder-mañana no hay trabajo, aprovechad y comprad lo que os falte. Echadle un vistazo a las carpetas cuando lleguéis a casa. Eso es todo.

Metí la carpeta en el bolso, me levanté y me despedí educadamente. Janet no salió tras de mí y pude oír su voz, que intentaba ser melosa, antes de cerrar la puerta. Bueno, no era problema mío si se liaban. Básicamente porque ni pinchaba ni cortaba en esa situación, por mucho que Janet hubiera intentando acostarse (¡Ah, no! Que ya lo había hecho) con Daniel.

Y eso nos trae al presente. Camino desganada hacía casa, parándome solo para comprarme un batido de chocolate blanco. Heather estará esperándome ya junto la sorpresa prometida, así que me levanto los ánimos y hago ver que el bolso no me pesa tanto.

Busco las llaves en el bolso al llegar al apartamento y al final acabo picando al timbre por propia pereza. Heather me abre en seguida, recibiéndome con una enorme sonrisa que no puede disimular. Cierra la puerta y dejo el bolso en el suelo.

-¿Qué sorpresa me tienes preparada? Porque no veo nada por aquí-digo mientras me acerco al armario a cambiarme-por cierto, me vas a tener que ayudar con unos vestidos. No quiero hacer el ridículo…¡Pero quieres dejar de sonreír y decirme que pasa!

Ella se acerca a mí, con esa cara bobalicona y se ríe un poco histéricamente.

-¡Te va a encantar! ¡Si, te va a encantar!-y empieza a aplaudir de la emoción.

-¡Para! ¿Pero qué diantre pasa? ¿Te ha tocado la lotería? ¿Es eso? ¿Me retiras de trabajar, como buena amiga que eres, para no tener que ver más a la siliconeitor? ¿Es eso?-y yo también me emocionó como una idiota.

-¡No, mejor! ¡Qué pase nuestra estrella invitada! ¡Bernice, ya puedes salir!

Y de repente veo que sale una chica del baño. Una chica que hacía por lo menos dos años que no veía y a la que quería muchísimo. Bernice era mi otra mejor amiga, aparte de Heather. Nos habíamos conocido en el instituto y nos llamaban las tres mosqueteras, por aquél entonces. Me arrojo a sus brazos, gritando, mientras Heather ríe y aplaude.

-¡Te dije que te gustaría la sorpresa, tonta!

-¡Y tanto que me gusta!-suelto cuando por fin me separo de Bernice-¿pero, si no es meter la pata, qué haces aquí? Creí que vivías con Taylor en Roma-a Bernice se le cambia la cara por completo, de un rostro totalmente alegre por el reencuentro a uno más sombrío.

-Rompimos. Bueno, yo decidí romper. Nos queríamos mucho, pero éramos muy distintos de carácter. A veces, solo con amor, no hay suficiente-sonríe de manera triste, no obstante, sustituye la tristeza por alegría-pero no hablemos de cosas tristes ahora, ¿vale? ¡Hacía dos años que no nos veíamos! Siento tanto no haberme puesto en contacto. Sucedieron un millón de cosas al llegar a Roma, un caos. Y tú que tal, Lily, ¿Cómo está Daniel?

Ahora soy yo la que cambia la expresión. Heather suspira y hace que Bernice se sienta. Yo comienzo a relatarle la historia, de mi compromiso, de cómo pillé a Daniel, de cómo ahora Janet (nuevo mote by Bernice: Zorranet) trabaja conmigo y el viaje que me espera. Ella me abraza, me dice que ahora está también aquí para apoyarnos las tres como en los viejos tiempos.

Cambiamos velozmente de tema a causa de Heather, que quiere ver los vestidos que tengo. Bernice nos cuenta sus aventuras por Roma, como los italianos gritan todo el día, mueven demasiado las manos al hablar, poniéndola nerviosa, mientras yo desfilo por mi apartamento escuchando todas las criticas. Nos reímos, nos ponemos al día e insultamos a todo el mundo. Por primera vez desde que rompí con Daniel, el mundo me parece menos frío, tal vez con un toque de color esperanza.

[NatayaTahir 0]

Capitulo 8

La mañana del jueves me la pase durmiendo como un tronco ya que había estado hablando hasta tarde con las chicas. La vuelta de Bernice me había hecho sentir más feliz, con un futuro más radiante. Ese fin de semana no me lo iba a estropear nadie. No tenía que salir a comprar nada, porque ya había elegido dos vestidos de mi armario personal. Hacía tiempo que no me los ponía, pero seguían quedándome como un guante.

De este modo me levanto, me doy una ducha relajante, me enjabono bien el cuerpo y cuando salgo, me seco bien el cabello, dejándolo suelto y liso. Quizá vamos por motivos de negocios, sin embargo, hoy se supone que lo tengo libre así que voy a ir como de la gana. Elijo un vestido verde casual que resalte mis ojos, preparo la maleta con paciencia, como algo rápido y me visto. Me peino otra vez, reviso que no me haya olvidado nada y cojo el bolso y las maletas, rumbo a la estación.

El viaje se me hace larguísimo. Zorranet se ha sentado al lado de mi jefe y se pasa todo el rato coqueteando con él, hasta se abalanza encima suyo en una sacudida que da el tren, estampándole los pechos en su torso. Ella se disculpa, sonriendo como una gata en celo y mi jefe simplemente sacude los hombros y dice que no pasa nada. Me río por dentro, disimulando lo mejor que puedo con mi vista clavada en un libro que me he comprado en el quiosco de la estación. Es un libro absurdo, uno de esos best seller sin pies ni cabeza, pero me ayuda a controlarme y no darle un puñetazo a la rubia.

Cogemos un taxi al llegar y vamos directos al hotel. Cuando llegamos, vamos directos a la recepción donde nos dan las llaves de cada habitación, nos explican las cuatro instalaciones, el horario de cada comida (que ya está cerrado) y nos dicen que podemos pedir algo sencillo para cenar, que nos lo subirán. Le damos las gracias y nos vamos cada uno a su cuarto. Mi jefe está en el tercer piso, en una de las suites, Janet está en el segundo piso y a mí me ha tocado en el primero, para mi suerte.

Abro y me encuentro con una habitación elegante, cómoda y bastante bonita. Dejo las maletas en un rincón y me tiro directa en la cama.

-¡Es comodísima! Voy a dormir la mar de bien. Bueno, me pongo el pijama, marujeo el mini bar y me pongo la tele un rato-me levanto de un salto, abro la maleta y saco un pijama. Me estoy acabando de vestir cuando me suena el móvil dentro del bolso. Vuelve a ser un número desconocido y me puedo oler de quién se trata, pero aún así lo cojo.

-¿Diga?

-Vaya, creí que no me lo cogerías-es la misma voz masculina y joven. El mismo plasta que me llamó diciendo que se suicidaría.

-Creí que era algo más importante. Mejor cuelgo-y estoy a punto de apretar el botón rojo cuando lo oigo.

-¡No, no, no! ¡Ni se te ocurra colgar!

-¿Quién te crees que eres para darme ordenes, eh?-me muerdo la lengua para no llamarle alguna barbaridad.

-Tranquilízate. Solo quiero hablar contigo de tranquis, ahora que he podido escaparme-parece sincero.

-¿Escaparte? ¿De dónde? ¿Del manicomio? ¿Y para qué diablos quieres hablar conmigo?-empiezo a cabrearme. No debería haberlo cogido.

-Me caíste bien, ya te lo dije. Me gustaría conocerte mejor, si no te importa. Siempre he querido un amigo telefónico.

No sé si echarme a reír, a llorar, a reír y a llorar o dar vueltas por la habitación gritando como una enajenada mental. Me limito a quedarme quieta en mi sitio.

-Si vamos a ser amigos lo menos que puedes hacer es decirme tu nombre, ¿no?

El silencio se hace al otro lado de la línea. Escucho un par de carraspeo, como meditando si quiere decirme su nombre o prefiere inventárselo.

-Keith. Me llamo Keith-por la manera en como lo pronuncia, de forma clara y bastante lenta, tengo que dar por supuesto que es su autentico nombre-y por si lo vas a preguntar, 17 años.

-¿17? Pensaba que eras más pequeño-dije para chincharle-al menos 14 años, por tu nivel intelectual de madurez.

Refunfuña cuatro cosas, algo sobre mujeres y mayores.

-Yo te he dicho mi nombre y mi edad, creo que tu también deberías hacerlo, ¿no? ¿Qué tipo de educación adulta me estarías dando, sino?

Debo darle un punto porque razón tiene, el chaval. Doy un largo suspiro, él murmura cuatro palabras que a mí me parecen maldiciones.

-Lilith. Me llamo Lilith. Pero a una dama no se le pregunta la edad, ¿o sí?

-¡Ah! ¿Qué ahora eres una dama? Por la manera en que me gritaste el otro día parecías más una camionera.

¿Pero que se creía el niñato? ¡Llamarme camionera a mí, sin conocerme! Estaba al mínimo para lanzar el móvil a la pared, aunque el pobre no tuviera culpa de nada.

-Te estás pasando. Tal vez es una manera poco sutil de decirme que cuelgue.

-Vaaaaaaaale, perdón. Me he pasado un poco. Bueno, Lilith de edad desconocida, ¿alguna afición?

Me pase más de una hora hablando con Keith. Sobre nada en particular y sobre un millón de cosas que nadie nunca me había preguntado, como mi recuerdo más feliz de la infancia (un día que comí sandía en la playa con mi tía Anne), mi top ten de películas malas pero buenas, mis cuentos de hadas favoritos, el mejor plato de pasta que hubiera probado, incluso que malo prefería dentro de un ámbito puramente fantasioso. Discutimos de todo eso, y comparamos los dibujos que veíamos más pequeños. Al final le dije mi edad y él no se sorprendió, pensó que era más mayor porque no se lo quería decir.

-Entonces, ¿cómo te llamarías si fueras una superheroína? Yo me llamaría Cookieman y jamás de los jamases faltarían galletas.

-¿Cookieman? ¡Eso es demasiado cursi!-me echo a reír por lo surreal del nombre.

-¿Qué tiene de malo? ¡Me encantan las galletas, así que me queda genial!-exclama convencido-Cookieman, el salvador del desayuno.

Entonces es cuando exploto en carcajada limpia. No habría un superhéroe más cutre en el mundo, salvando el desayuno. Me fijo en el reloj y veo que pasan de las dos de la madrugada. ¡Si quiero aprovechar la mañana debo irme a dormir ya!

-Oye, oye, no es que lo pase mal hablando contigo, pero debería irme ya a dormir. Quiero aprovechar la mañana para darme un masajito.

-¡Lo qué tu quieres es que un masajista macizo te sobe! A mí no me engañas, cuando las mujeres llegáis a una edad…

-¡Buenas noches, Cookieman! Te estaré esperando por si mi desayuno se arruina-y cuelgo de golpe para que no siga hablando, porque si no es un no acabar. Deposito el móvil en la mesita y me acurruco en la cama, buscando una buena posición. Si al final va a resultar que me gusta hablar por teléfono con un desconocido y todo, aunque la verdad es que Keith es divertido. Me voy quedando dormida, pensando que ojala vuelva a llamar mañana.

[Sarah_hsa 60]

Yupii! Doble capi!!

No te preocupes, te entiendo perfectamente! Yo estoy siempre de trabajos hasta arriba! Es que no saben cuando decir basta eh??

Suerte con tus dientes y con tu neoclasicismo! Esperare impaciente a q tengas mas huecos por ahi!

[Aída_dc 249]

Nada, que no me los lías! hahahaha Cómo te gusta hacerme sufrir xD

Cuando puedas sube el siguiente capi, que tengo ganas de saber qué tal se da el viaaaje!!!!!

[Alyssa 0]

¡Hay que ver lo bien que escribes! Me he leído lo que llevas del tirón! espero ansiosa el próximo capítulo :)